domingo, agosto 21, 2016

La carta...



Hoy estaba oyendo uno de esos audios de relajación que me pongo para dormir y hablaban sobre la gratitud, en un momento dijeron que sería bueno escribir una carta a la persona a la cual nos sentimos agradecidos.  

Yo he escrito algunas, las he entregado, pero me vino a la mente un episodio que me sucedió con una carta que escribí y que dudé en entregar. 

Había terminado con R de manera muy mala, y me dolió que fuese así pero él lo quiso así. Y resulta que yo me sentía fatal porque no me gustaba que hubiese terminado así, yo quería terminar bien, no quedarme a ser su amiga, pero sí terminar bien, en paz, cerrar el ciclo y que cada uno siga su camino. Busqué la manera pero lo único que pude hacer fue escribirle una carta que guardaba en mi agenda mientras llegaba el momento de entregársela. En ella le agradecía por todo lo positivo que trajo a mi vida, porque sentía que a pesar de todo quería agradecerle por lo que fue bueno para mí, también le daba mi adiós definitivo y mis buenos deseos para su vida. Por cosas del trabajo, del tiempo y que tampoco quería verlo opté por guardarla y esperar a mi último día en Surco para dársela. Para ese entonces yo ya salía con otra persona. 
Recuerdo que un sábado estaba por volver a casa y una mujer con algunas alteraciones mentales se me acercó en la parada del bus, me pidió ayuda para cruzar y tomar su bus, yo al verla tan desprotegida quise ayudarla y pues la acompañé. Pero oh sorpresa ella estaba perdida, le pedí un número de teléfono para llamar a algún familiar suyo y no me supo dar razón, entonces pensé en acudir a serenazgo o la policía pero no logré comunicarme con nadie. Para esto, la mujer andaba con dinero en mano y alegremente enseñaba sus billetes a cualquiera; yo falta de bolsas o lo que sea para que guarde su dinero y que no se lo quiten cogí mi agenda, saqué la carta del sobre y metí su dinero ahí y le dije que tenga cuidado que si lo iba mostrando le iban a robar. Seguí tratando de buscar ayuda pero ella se fue, no me hizo más caso. La perdí de vista. Yo llevaba como dos horas de retraso y me esperaban dos horas de viaje para volver a casa, me moría de hambre y andaba escasa de dinero, nada me subí a mi bus y me fui con la congoja de la mujer que no pude ayudar. 

El lunes siguiente cuando le conté a una amiga lo de la carta se echó a reír y me dijo: es que él no se merece tu carta. Igual yo la seguí guardando para entregarla a su destinatario. 

Semanas después en una aparatosa aventura me robaron el bolso y con él la agenda y toda mi vida (documentos y tarjetas incluídos), me vi en una serie de trámites, la falta de mi agenda me molestaba, la falta de varios objetos con valor sentimental me entristecía... Hasta que mi amiga y yo reparamos que con la agenda se fue la carta. Ambas nos reímos. El destino de esa carta era no llegar jamás a las manos de R. al fin y al cabo. 

miércoles, julio 10, 2013




Viví todo ese tiempo con la sensación de tenerlo todo y no necesitar nada. Ahora que él ya no está en este mundo siento el vacío enorme que me ha dejado. Nada me consuela, nada me parece interesante. Hago las cosas por hacerlas, para vivir de alguna manera, para que los que me rodean no sufran. 
Todo me duele y nada me hace ya daño, ya no se puede. Sé que el tiempo pasará, que mejoraré, quiero mejorar, pero ahora que el tiempo debería volar, se ha detenido. Han pasado los días, el 19 de este mes serán tres meses, y me parecen una eternidad. Cada día un mar de lágrimas, a cada momento un ¿porqué sucedió?. Cada día tantos recuerdos... 
Yo lo extraño, lo extraño como nunca he extrañado a nadie. Me falta como nunca me ha faltado nadie. Los problemas personales me llueven, en mi mundo llueve sobre mojado todos los días desde hace muchos años, pero él era el sol. En mi mundo él era el sol... 

jueves, mayo 09, 2013

El sol ya no está...


Hoy me he puesto a ordenar un poco, a mirar qué tengo en la red y entre tantas cosas, está este blog. Seguramente lo modificaré en un futuro, porque quise cerrarlo con la esperanza de empezar uno nuevo pero... ¿Para qué?



Un día volveré a escribir sobre como va la vida, por ahora lo único que puedo decir es que Nino murió, el amor de mi vida murió el mes pasado cuando ya faltaban días, apenas 10 días para reunirnos en Lima y vivir juntos definitivamente como siempre habíamos deseado. Me he hecho mil preguntas y ninguna respuesta me consuela aún, la vida no es justa, hay tantas parejas que terminan odiándose, hay tantas personas que desprecian la vida y se la quitan. Nosotros nos amábamos de verdad, no sé por qué él tenía que morir, él es el amor de mi vida y yo era lo mismo para él. 
Nunca conocí a un hombre tan maravilloso, tan perfecto con sus defectos y virtudes. Nunca nadie me amó tanto y me cuidó tanto como él. Yo viví estos 4 años sin necesitar nada más porque él estaba conmigo. El mundo podía venirse abajo y yo podía sostenerlo porque ahí estaba el amor de mi vida para sostenerme a mí. Nunca nadie podrá comprender lo perfecta que era nuestra relación, tal vez demasiado buena para seguir siendo verdad. Nosotros no necesitábamos hablar para entendernos, nuestros ojos y gestos bastaban para saber lo que el otro quería, y así como mi felicidad estaba en hacerle feliz, para él era lo mismo conmigo. 

A veces todavía sueño con él, pero ya no podemos comunicarnos más. Me queda el consuelo de haber conocido al amor de mi vida y habernos amado tanto, de haber vivido la más bonita historia de nuestras vidas, todavía este consuelo no me sirve como tal, pero es una certeza que tengo. Tengo que aprender a vivir otra vez sin él, acostumbrarme a que ya nunca más me llamará por teléfono en la mañana para decirme Buongiorno principessa, que ya no podré verlo nunca más, sentir su voz, perderme en sus ojos cerúleos como el mar, ni refugiarme en sus manos, manos grandes, mani senza fine. 

No sé qué haré por ahora, estoy tratando de recuperarme, me siento sola como nunca, tal vez viaje un poco, tal vez escriba para mí ahora que el sol ya no está. 

domingo, septiembre 16, 2012

Madre tierra...


Hace cinco meses, cuando Nino partió se llevó una serie de frutas y hasta un par de plantas que no declaró (Si creían que las pirañas de Loreto Italia eran las únicas inmigrantes, se equivocan, en el huerto de mi amado hay dos lúcumos que viajaron camufladitos). Se comió las frutas, sembró las semillas y un rebelde maíz morado. Este último era el reto de retos, Mi tía S. y su marido en Alemania ya han sembrado maíz morado en su huerto y en la universidad donde trabaja él, la planta creció, pero nunca dio fruto. 

A Nino le gustan los retos y las plantas, así que se puso manos a la obra, han pasado los meses y mi madre le decía: ese maíz es del ande, allá no va a dar. Pero ambos continuamos creyendo en las bondades de la tierra escogida por Rómulo y Remo. Nos bajoneó un poco cuando leímos que fuera de Perú (o más bien del ande) hay plantas que dan mazorcas blancas o jaspeadas, pero no moradas. De todos modos Nino siguió cuidando de las plantas que han alcanzado una altura de casi tres metros y festejamos la floración. 

Yo, en silencio aposté: si nace y nace morado querrá decir que esa tierra será también generosa y acogedora conmigo. 

Las mazorcas han llegado al fin, se han hecho esperar  (en comparación con otro tipo de maíz que Nino sembró para comparar los dos maíces), Un temporal se trajo abajo algunas plantas y entre ellas una que tenía una pequeña mazorca que al abrirla se ha mostrado totalmente morada :) 

Esta vez la semilla la he traído desde Perú y la tierra de Italia la ha hecho dar fruto, la próxima vez la semilla la llevo yo y tú me darás la tierra. 

No lo entendí enseguida, pero luego me quedé sin habla y me sonrojé.

miércoles, agosto 08, 2012

Todos menos yo...

Desde que Nino me dio el anillo todos los que están entorno a mí se preparan... Mis tías en Alemania ruegan que me case en Italia, mi abuela ya planifica su viaje de Canadá a Italia, sino a Perú. Las mujeres de mi familia compran y planifican esperando el día. Los de acá de Perú, que me case en Perú.

Yo quiero casarme con Nino, si algo cambió en mí ahora que estamos juntos es que ahora sí me quiero casar, pero no deseo nada pomposo ni lleno de gente, ni nada de eso. Me entra una especie de terror cuando al teléfono alguien me recuerda que se están preparando. Hoy mi madre me ha dicho que mi abuela ha visto unos muñecos bonitos para la torta.

Para mí realizar un matrimonio es una formalidad, algo que no necesariamente va de la mano del amor. Yo quiero casarme, pero no quiero preocuparme demasiado por eso, (probablemente yo tendría una boda hippie en el campo con tres o cuatro personas más cerca de nosotros) y no me gusta cuando alguien se entusiasma más de lo que estoy yo (es algo un poco raro).

A Nino yo le he propuesto vivir juntos y luego organizarnos para casarnos porque sí queremos casarnos. No tenemos fechas, no sabemos donde y todavía no pienso en vestidos ni pastel, y creo que por ahora está bien así. A mí no me gusta decir "haré" me gusta decir "he hecho". Y quizá es por eso que la gente me abruma con todo eso, quizá sea que en el fondo tengo miedo de "la mala suerte" cuando yo NUNCA le tengo miedo a "la mala suerte", pero sucede que pasar la vida con Nino es la cosa que más quiero en la vida y por eso me vienen estos "miedos". Lo único que yo quiero es que todo vaya bien.

L&G



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