Dicen las malas lenguas… que la primavera ha comenzado hace
tiempo y que el curso escolar está ya a puntito de finalizar. Me resulta
increíble y me acuerdo cuando era una niña y el curso escolar parecía que duraba
una eternidad y ahora parece que vuela desde la perspectiva de esta madre
descerebrada a la que le parece que la Navidad fue ayer, o anteayer como mucho.
Parte de culpa tendrá Fostín, que es un cuento muy simpático
(aunque se me hace un poco cansino ya) que se llama Mi árbol de Navidad. Cada
noche tengo que leer dos libros a Xoubiña. Es una niña muy cabezota, le gusta
que haya un orden determinado en las cosas y cuando se las alteras se enfada
bastante, así que tienen que ser dos. El primero de los cuentos es más o menos
negociable, según el día que tenga la niña, el segundo tiene que ser Fostín.
Siempre. Desde Navidad. Y esta pobre madre descerebrada, no puede asimilar que
el verano se acerca ya peligrosamente.
Tan peligrosamente se acerca el verano que esta semana tengo
la agenda completa de las exhibiciones de las clases extraescolares. El día de
la exhibición de judo, donde harán unos combates para enseñarnos lo que han
aprendido y le darán a Parrulín el codiciado cinturón Blanco Amarillo! Ole!
Anda que no está contento el niño, tanto como orgullosa la madre! “Si no tenías los puntos suficientes el profe te los
regalaba, sólo para que pudieran cambiar de cinturón, pero yo me lo he ganado
de verdad, eh mamá?”. Es lo que tiene esto de los cinturones de colores,
yo lo comprendo.
Tenemos también la exhibición de danza de Xoubiña, cuando la
vea en el escenario con su tutú rosa se me caerá la baba con ella, sólo con ir
a buscarla cuando sale de danza ya me enternezco, me la comería a besos cuando
la veo así vestida y casi, casi se me olvida cuando se tira por los suelos en
pleno berrinche de rabieta tardía. No tengo muy claro en qué consiste la
actuación, sus explicaciones dan para poco. “Vamos
a salir de detrás de las cortinas a gatas rugiendo como leones!” Ah, qué
bien, con lo limpias que suelen estar las cortinas de ciertopelo de los teatros escolares, y con lo bien que le va a
sentar a tus enésimas medias rosas que te arrastres a gatas por el escenario. En
fin, que se divierta, que yo lo grabo todo como los japoneses y luego, si eso, ya
lo veo en casa mientras desinfecto la niña y las medias rosas.
Tercera exhibición, Parrulín en el Experimenta, esta es una
extraescolar para niños de altas capacidades aunque no hace falta que seas de
altas capacidades, es la excusa que pone el colegio para decir que atienden a
las altas capacidades. Extraescolar y de pago, toma ya la atención a las altas
capacidades! Han hecho cosas muy chulas este año, experimentos, algo de
programación, construir un robot, y actualmente están en pleno rodaje de una peli
que me imagino será lo que nos pongan cuando vayamos los padres. Y no nos lo
podían dar en un USB para verlo en casa? Con esta y la anterior, podíamos hacer
una sesión doble de cine, yo pongo las palomitas.
Lo que también se ha terminado esta semana es el PEAC. El
sábado nos hicieron los niños una presentación, firmamos la continuidad en el
programa para el año que viene y nos dieron el informe final de curso. Estoy
muy contenta del funcionamiento de este programa de la Comunidad de Madrid,
aunque sigo insistiendo en que donde hay que actuar es en el colegio. Ya me las
había arreglado yo para que mi pequeño Ferrari tuviera pista los sábados en
Arca, esto está muy bien y es gratuito, eso que me ahorro, pero lo importante
es el día a día en el colegio y ahí las cosas siguen igual.
Dicen las malas lenguas… que la primavera ha comenzado hace
tiempo y que el curso escolar está ya a puntito de finalizar. Y me lo voy a
tener que creer. En la última sesión de educación emocional me dicen que es la última,
me pilla por sorpresa y me da un ataque de pánico. Noooo! Y cómo supero yo
ahora tres meses de vacaciones escolares sin el apoyo de estas clases? Cómo se
llama una persona que enseña educación emocional? Es un coach? Ostrás! Que
tengo un coach! Que acabo de darme cuenta! Cómo mola! Pues sí, soy una
descerebrada, pero tengo un coach! Suena a pija, a mechas rubias, a pendientes
de perlas, a calle Serrano… Todo eso va a ser que no, yo soy más de pelo
indómito y raíces perennes, de olvidarme los pendientes en casa y de comprar ropa
en mercadillos. Pero me gusta cómo suena: Tengo un coach. Queda sexy, hay que
poner morritos para decirlo, couuuuch,
couuuuch, couuuuch. Prueba, prueba! Je, je. A que mola? Couuuuch, couuuuch, couuuuch.
Las malas lenguas que digan lo que quieran que yo seguiré
leyendo a Fostín cada noche si no hay más remedio. Y si en algún momento
alguien descubriera que soy una descerebrada le sorprenderé diciendo que tengo
un coach! Poniendo morritos, eso sí, que queda muy sexy.
Mamá de Parrulín y de Xoubiña,
Sean buen@s y felices.
Otro día más.