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Portada Lp |
“In My Town” es el título del primer y esperado larga duración de los barceloneses
The Bite, coeditado por Bip Bip Records y Daily Records. El álbum contiene 12 temas, más cinco canciones de su primer Ep, My Reason to live, a modo de bonus tracks. En total, alrededor de media hora de emociones sin tregua donde los estilos punk, revival mod y powerpop se combinan para expresar un mensaje, repleto de reivindicaciones sociales y existenciales, mediante una voz portentosa, unas guitarras afiladas y un ritmo frenético. Desde la original portada, con la cuadrícula abierta e igualitaria del conocido Plan Cerdà, hasta su tema estrella, Barcelona adquiere un papel protagonista en este álbum. Ya nuestros míticos Brighton 64 hablaron hace casi treinta años sobre esa Barcelona Blues, un espacio cosmopolita capaz de provocar tantas pasiones como la misma cantidad de odio hacia aquellos que, desde el poder, deciden su futuro, y que lamentablemente, se equivocan una y otra vez. Y de eso hablan precisamente los Bite, de futuro o quizás mejor dicho, de la ausencia de éste, y de la falta de planes satisfactorios para vivir en su propia ciudad desprestigiada por la mezquina sociedad dominante.
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The Bite. Fotos de su facebook |
The Bite son Javi Mendoza (voz), Jordi Geli (guitarra), David Intrankil (bajo) y Sergi Coussin (bateria). Se formaron en 2006 con músicos procedentes de otras bandas como Kissin Coussins o Futureproof. Juntos forman un cuarteto con una complicidad extraordinaria que han demostrado con este álbum ser capaces de aportar un estilo propio a la intersección que permite al pop melodioso mezclarse con los sonidos del punk más rabioso. Este trabajo discográfico nos recuerda a otros tiempos musicados por los Clash, los Jam, los Undertones o los Buzzcocks así como otros insignes combos de finales de los setenta y ochenta. Sí, es cierto pero no lo es menos que, con su música, logran ofrecernos una visión portentosa de unos recursos ya explotados pero no por ello agotados. Quienes conozcan el punk pop de finales de los setenta y ochenta, y no hayan oído este disco aún, puede que se pregunten qué aportan estos barceloneses al prolífico universo musical de esos años de revival mod y el punk urbano donde multitud de bandas se formaron, con desigual éxito, en cualquier rincón del planeta. Quizá la respuesta más acertada la encontremos en la escuela de Bauhaus quienes ya aseguraban hace mucho tiempo que todo está inventado y el secreto de lo novedoso está precisamente en nuestra capacidad de combinar de forma creativa los elementos existentes. Ese ejercicio de originalidad es precisamente lo que han hecho estos Bite.
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The Bite. Fotos de su facebook |
Después de un excelente primer Ep de debut titulado "My reason to live", también editado en 2008 por Daily Records, que agotó su primera tirada, The Bite presentó en 2009 dos grandes temas nuevos llamados Cross the line, donde la potencia del revival mod 79 era más que presente, y la canción estrella de este nuevo Lp “In my town”, un claro ejemplo de cómo las guitarras y la batería pueden ir en una sola dirección con una fuerza imparable. Estos dos trallazos se incluían en un Ep compartido con The Cute Lepers, en manos también de Daily Records. Con sólo estos dos discos sencillos en el mercado, The Bite consiguieron el beneplácito de un grupo importante y heterogéneo de fans que acuden a sus contundentes directos y que, una y otra vez, les habían manifestado la necesidad imperiosa de compendiar en un solo álbum el valioso material con el que consiguen levantar pasiones en sus magníficos conciertos. Al final, ese sueño de muchos se ha hecho ya, por fin, realidad.
Hay que dejar bien claro que este álbum no es una especie de recopilatorio de grandes momentos del punk pop de los setenta y ochenta revisados por un joven grupo de Barcelona. Son canciones todas ellas originales y aunque sean reconocibles algunos detalles propios de esa época y ese estilo, han pasado más de treinta años desde los primeros y seminales Lp’s de los Clash o los Jam. Los grupos suenan diferente, y el street punk o el hardcore, entre otros géneros y formas de entenderlos, han aportado elementos nuevos a la evolución melódica y rítmica de los grupos más contundentes de nuestro panorama actual. The Bite pertenecen a esa clase de bandas que cogen lo que quieren para ordenar su discurso. Temas como este Empty Life, que abre el disco, tienen sus acordes y sus coros a lo Clash pero la voz principal no se parece ni por asomo a la de Joe Strummer. Mi más sincero reconocimiento a su cantante principal que ha conseguido, en éste y en el resto de temas, impregnar las canciones de un estilo muy personal con un timbre de voz que, encima, se permite el lujo de variar según sea el estilo, más cercano al punk o al revival mod.
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The Bite. Fotos de su facebook |
También hay en esta ciudad de los Bite buen powerpop con temas como You and me, donde los desarrollos guitarreros de los Buzzcocks están presentes como referencia para jugar sobre ellos con esa declaración tremenda de sentimientos. Tras ese tema, sorprende no ver en los créditos de Shitty Job a todo un Paul Weller tocando la guitarra o a un Bruce Foxton brillando con su bajo mediante esa demostrada agilidad magistral. La mejor de las notas posibles también para ambos, guitarra y bajista, cuyo acompañamiento consigue dotar a la canción de una amalgama de matices realmente especiales. Más adelante, oiremos cómo ese mismo bajista en el inicio de In my town cambia su forma de manejar el instrumento para empezar con un riff más contundente y despreocupado como buen bajista de punk al modo, por ejemplo, del siempre visceral Paul Simonon de los Clash.
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The Bite. Fotos de su facebook |
En el cuarto tema, I wanna see you again, así como en un par más del disco, se incluye una reducida base de metales interpretados por Jordi Prats a los saxos y Francesc Vive a la trompeta. El toque de estos instrumentistas se añade con coherencia y mediante una precisión muy acertada para rememorar la influencia que la música negra y en concreto el ska jamaicano tiene en la música punk.
Le sigue la canción, I was so blind, con la que logran sorprendernos gratamente con ese punteo de guitarra y un acompañamiento de powerpop magnífico, para hablarnos de una desesperación personal consecuente a una realidad sentimental insatisfactoria. Una delicia de canción, con una manufactura de referencias que, si se me permite, consigue que los Jam suenen a Clash o al revés. Tras ese punto de inflexión, aparece esa magnífica “In my town” de la que ya he comentado algunos puntos y sobre la que solo añadiré el gustazo de oír esa crítica feroz a la globalización, a la perdida de ese individualismo tan mod, y a esa ciudad donde uno ya no se siente en casa cuando sale a pasear por sus calles dominadas por los intereses económicos de las multinacionales.
A continuación, The Bite no cejan en su crítica contra el sistema y esa terrible adoración del dinero con temas como Cross the line, “eres lo que posees”, con un solo de guitarra muy calibrado y perfectamente encajado, o con ese grito existencial que es I Gotta gett over you. El tema Angel Of the North empieza con esos vibrantes tambores de un hábil y siempre preciso percusionista que retumban en el estómago para dar entrada a un desarrollo de guitarras, voz principal y coros que cortan la respiración. Y si ya creías haberlo oído todo, espera a escuchar New Vampire donde se sirven de un medio tiempo fantástico, efectos especiales, punteos siniestros, y un guiño a los grupos del llamado post-punk, como Magazine o los Bauhaus que tomaron su nombre de la ya citada escuela de diseño alemana.
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The Bite con Rulo Subvers. En su facebook |
Sin tener en cuenta las también espectaculares canciones de su primer Ep, añadidas al final de este Cd, o como descarga en el disco de vinilo, que no estaban disponibles hasta ahora en formato digital, el álbum acaba con dos temas de la talla de I Get Angry o The Money Man. Una vez más nos demuestran otra de sus virtudes no comentadas y que es esa enorme habilidad para transitar con sus canciones por esos callejones melódicos un tanto complicados, eso sí, con encanto, por los que parece que ese acorde no va a pasar, pero sí y con nota. Luego, con un golpe magistral de break o guitarra, logran situarnos de nuevo en grandes avenidas donde fluye la melodía principal con elegancia y decisión.
Con The Bite, la única sensación que no es viable es la de agotamiento mental. Se explayan, mediante un elevado grado de imaginación y no se permiten un solo desliz, ni temático ni musical. Ya no es cuestión de comprobar (ajajá!!!) si estos jóvenes hacen lo mismo que nuestro grupo favorito de cabecera de tota la vida. Si pensamos así, cualquier propuesta nos resultará insatisfactoria. Lo que realmente importa, el centro de la pasión, es comprobar si su energía y vitalidad nos llegan, si esa actitud comunica con nosotros. Ese complejo proceso de empatía sólo es posible cuando escuchamos, como es el caso, una banda que cree en lo que hace y no malgasta recursos para hacernos llegar su mensaje sin titubeos. The Bite son grandes porque su música es así, un cúmulo de detalles ya conocidos, aunque no todos, pero tratados por encima de todo con esa determinación y originalidad que consigue un resultado final ciertamente glorioso.