Hola,
Sinopsis:
En una pequeña ciudad de provincias, un día se descubre que un hueso de la mano izquierda de Don Nuño Pérez de Gormar, el más grande héroe local, está en poder de un noble francés. Sus restos mortales, que descansan en un impresionante monumento de la ciudad, no están completos. Falta ese hueso que habrá que recuperar como sea, el honor ciudadano estará en entredicho hasta que retorne con su dueño. Todos los hombres, las autoridades y las fuerzas vivas abandonarán sus quehaceres habituales para recuperarlo que consideran parte de su pasado y tradición.
La película se llama "El hueso" y está rodada en 1967. Ayer, la prensa publicaba que había sido hallada la momia de Pedro II de Aragón, rey de Aragón, Valencia y Conde de Barcelona. Sus huesos se han encontrado en un sarcófago de piedra, están cubiertos por un tejido y coronados por una especie de casco. También ayer doce periódicos catalanes publicaban un editorial conjunto defendiendo la dignidad catalana. Esos doce diarios se referían al hallazgo de los huesos y en ninguno de ellos se hablaba del reino de aragón sino de la "corona catalanoaragonesa". Ahí van algunos recortes:
La fórmula también fue empleada por algún diario de la "caverna madrileña":
Yo no sé si llamar "corona catalanoaragonesa" al reino de aragón es muy riguroso. Tampoco sé si hablar del reino de aragón y no de "corona catalanoaragonesa" es políticamente correcto. Tampoco sé si el que doce diarios hablen de "corona catalanoaragonesa" en vez de reino de aragón convierte al reino de aragón en la "corona catalanoaragonesa". Tampoco sé si el que doce diarios defiendan la constitucionalidad del Estatut lo convierte en constitucional.
Lo que sí tengo bastante claro es que articular un discurso político en pleno siglo XXI basándose en una historia (real o inventada) que se remonta al siglo XIII tiene mucho más de regresión que de progresión.
"El hueso" fue rodada en 1967 por Antonio Giménez Rico y, por aquel entonces, pretendía ridiculizar el provincianismo de la España de la época. Al final de la película, el perro de una marquesa se zampaba el hueso que había conseguido movilizar a la ciudad y todos se quedaban con cara de gilipollas. Está claro que el perro es el mejor amigo del hombre (al menos del hombre civilizado).
Besos.
Beta
viernes, 27 de noviembre de 2009
miércoles, 25 de noviembre de 2009
Equilibrio inestable
Hola,
Hay un episodio de Larry David en el que Larry (productor y guionista de la célebre Seinfield) se propone convertirse en vendedor de coches. Hay otro en el que se encuentra a un antiguo compañero guionista de Saturday Night Live despachando salchichas en una carnicería. Además, he leído una historia de Elvira Lindo en la que habla de la capacidad de reinventarse que tienen los norteamericanos. Yo, por mi parte, me cago en las vocaciones. Creo que es bastante difícil descubrir a qué te quieres dedicar en la vida como para encima pensar que tiene que ser algo vocacional. No sé qué es lo que quiero llegar a ser y menos aún sé si lo querré seguir siendo el resto de mi vida.
Supongo que, puestos a elegir, me gustaría ser detective. Me gustaría seguir a los sospechosos escondiéndome detrás de un árbol cuando se volvieran al sospechar que estaban siendo perseguidos. Me gustaría sentarme en un banco tras un periódico con dos agujeritos a través de los que poder vigilar al sospechoso. Pero supongo que la vida del detective no es tan divertida como parece en las películas, así que supongo que incluso siendo detective estaría abocada a reinventarme.
Ahora estoy en pleno proceso de reinvención, no sé si porque estoy cansada de mí misma o porque estoy cansada de cuanto me rodea. Vivo en una relación tumultuosa. Tan tumultuosa que no me importa contarlo, tan tumultuosa que parecía estarse acabando. Posiblemente así habría sido hace unas semanas, cuando pusimos las cartas sobre la mesa. Luego tuvimos que cancelar nuestros planes por "causas de fuerza mayor". Desde ese momento las cosas son distintas porque sabemos que no tenemos nada que perder. Follamos con rabia, follamos con desprecio, faltándonos al respeto, sabiéndonos utilizadas y la cosa parece funcionar. Es un equilibrio difícil. Ultimamente la gente me repite que "lo que me gusta es vivir haciendo equilibrios". Es cierto. Creo que prefiero estar tambaleándome sobre una cuerda a aburrirme con los pies en el suelo. Es posible que la esté cagando pero...
Otra frase que me repiten a menudo (sobre todo cuando me voy de los sitios), es que "muerdo la mano que me da de comer". Para que luego digan que perro ladrador poco mordedor. Qué se le va a hacer, odio los paternalismos.
Besos.
Beta
Hay un episodio de Larry David en el que Larry (productor y guionista de la célebre Seinfield) se propone convertirse en vendedor de coches. Hay otro en el que se encuentra a un antiguo compañero guionista de Saturday Night Live despachando salchichas en una carnicería. Además, he leído una historia de Elvira Lindo en la que habla de la capacidad de reinventarse que tienen los norteamericanos. Yo, por mi parte, me cago en las vocaciones. Creo que es bastante difícil descubrir a qué te quieres dedicar en la vida como para encima pensar que tiene que ser algo vocacional. No sé qué es lo que quiero llegar a ser y menos aún sé si lo querré seguir siendo el resto de mi vida.
Supongo que, puestos a elegir, me gustaría ser detective. Me gustaría seguir a los sospechosos escondiéndome detrás de un árbol cuando se volvieran al sospechar que estaban siendo perseguidos. Me gustaría sentarme en un banco tras un periódico con dos agujeritos a través de los que poder vigilar al sospechoso. Pero supongo que la vida del detective no es tan divertida como parece en las películas, así que supongo que incluso siendo detective estaría abocada a reinventarme.
Ahora estoy en pleno proceso de reinvención, no sé si porque estoy cansada de mí misma o porque estoy cansada de cuanto me rodea. Vivo en una relación tumultuosa. Tan tumultuosa que no me importa contarlo, tan tumultuosa que parecía estarse acabando. Posiblemente así habría sido hace unas semanas, cuando pusimos las cartas sobre la mesa. Luego tuvimos que cancelar nuestros planes por "causas de fuerza mayor". Desde ese momento las cosas son distintas porque sabemos que no tenemos nada que perder. Follamos con rabia, follamos con desprecio, faltándonos al respeto, sabiéndonos utilizadas y la cosa parece funcionar. Es un equilibrio difícil. Ultimamente la gente me repite que "lo que me gusta es vivir haciendo equilibrios". Es cierto. Creo que prefiero estar tambaleándome sobre una cuerda a aburrirme con los pies en el suelo. Es posible que la esté cagando pero...
Otra frase que me repiten a menudo (sobre todo cuando me voy de los sitios), es que "muerdo la mano que me da de comer". Para que luego digan que perro ladrador poco mordedor. Qué se le va a hacer, odio los paternalismos.
Besos.
Beta
jueves, 19 de noviembre de 2009
Borrador
Hola,
Así empieza la novela que estoy escribiendo. He de decir que está inspirada en una historia real.
Cuando, finalmente, el médico salió por la puerta Ana sintió un gran alivio. Respiró y dejó escapar en un suspiro toda la tensión acumulada. Era como si se acabara de someter a un examen, al examen más importante de toda su vida. Las palmas de las manos le sudaban y el corazón le latía a más de cien pulsaciones por minuto. Regresó al salón y se abrazó a Dionisio. “¿Verdad que todo va a salir bien?”, susurró. Él respondió que sí. Luego se dirigió a Manuel, que la observaba postrado en la silla de ruedas y le besó en la frente. Para él no fue suficiente.
Desde el momento del accidente Manuel vivía en una burbuja. Veía pasar el mundo frente a sus ojos pero no le estaba permitido participar. No podía comunicarse pues su lengua parecía una gran pelota que le impedía vocalizar. Respiraba con la boca abierta, la cabeza le colgaba y los ojos parecían ser la única parte viva de todo su cuerpo. Ana, no obstante, sabía traducir todos sus quejidos.
Dionisio se dio la vuelta y se sirvió un whisky para no tener que contemplar la escena. Ana se arrodilló frente a su marido dispuesta a cumplir su parte del trato, rebuscó en los pantalones y hundió su rostro entre aquellas piernas inertes. De haber podido hacerlo habría sonreído, de haber podido habría mostrado su agradecimiento, de haber podido habría correspondido, pero Manuel asumía su situación resignado y se conformaba con cerrar los ojos e imaginar. A medida que los movimientos se aceleraban la respiración de Manuel se iba haciendo más sonora y, por momentos, se volvía angustiosa. Dionisio revolvía nervioso su vaso de whisky intentando que el sonido del hielo contra el cristal ocultara cuanto sucedía a su espalda. Ana se esforzaba como el atleta que se sabe a escasos metros de la línea de llegada. Segundos después unos pequeños espasmos y, finalmente, una eyaculación pacífica dejaba escapar algo más parecido a una lágrima que a otra cosa. Por fin, Ana forzaba una sonrisa que hacía que su marido se sintiera un poco menos desgraciado. Todos en aquella sala sabían que, dada la situación, la muerte sería una buena noticia.
Se admiten opiniones.
Besos.
Beta
Así empieza la novela que estoy escribiendo. He de decir que está inspirada en una historia real.
Cuando, finalmente, el médico salió por la puerta Ana sintió un gran alivio. Respiró y dejó escapar en un suspiro toda la tensión acumulada. Era como si se acabara de someter a un examen, al examen más importante de toda su vida. Las palmas de las manos le sudaban y el corazón le latía a más de cien pulsaciones por minuto. Regresó al salón y se abrazó a Dionisio. “¿Verdad que todo va a salir bien?”, susurró. Él respondió que sí. Luego se dirigió a Manuel, que la observaba postrado en la silla de ruedas y le besó en la frente. Para él no fue suficiente.
Desde el momento del accidente Manuel vivía en una burbuja. Veía pasar el mundo frente a sus ojos pero no le estaba permitido participar. No podía comunicarse pues su lengua parecía una gran pelota que le impedía vocalizar. Respiraba con la boca abierta, la cabeza le colgaba y los ojos parecían ser la única parte viva de todo su cuerpo. Ana, no obstante, sabía traducir todos sus quejidos.
Dionisio se dio la vuelta y se sirvió un whisky para no tener que contemplar la escena. Ana se arrodilló frente a su marido dispuesta a cumplir su parte del trato, rebuscó en los pantalones y hundió su rostro entre aquellas piernas inertes. De haber podido hacerlo habría sonreído, de haber podido habría mostrado su agradecimiento, de haber podido habría correspondido, pero Manuel asumía su situación resignado y se conformaba con cerrar los ojos e imaginar. A medida que los movimientos se aceleraban la respiración de Manuel se iba haciendo más sonora y, por momentos, se volvía angustiosa. Dionisio revolvía nervioso su vaso de whisky intentando que el sonido del hielo contra el cristal ocultara cuanto sucedía a su espalda. Ana se esforzaba como el atleta que se sabe a escasos metros de la línea de llegada. Segundos después unos pequeños espasmos y, finalmente, una eyaculación pacífica dejaba escapar algo más parecido a una lágrima que a otra cosa. Por fin, Ana forzaba una sonrisa que hacía que su marido se sintiera un poco menos desgraciado. Todos en aquella sala sabían que, dada la situación, la muerte sería una buena noticia.
Se admiten opiniones.
Besos.
Beta
lunes, 16 de noviembre de 2009
Cuestión de biotipos
Hola,
Intento entender algo de lo que sucede en la Convención Nacional del PP pero no lo consigo. Me hago un esquema. Lo único que me queda claro es que el Partido Popular no es un partido de familias, sino un partido de biotipos en el que la gente se agrupa por su aspecto físico. Estos son los principales biotipos:
1.- Los melenita al viento: Son herederos directos del clásico "facha engominado". Son violentos (verbalmente) y chulescos. Van por la vida dándote lecciones y tienen cierta querencia al enriquecimiento rápido. Son narcisistas, se sienten atractivos, piensan que el mundo debería amarles y que, si no lo hace, no es problema suyo sino del mundo. Tienen muy mala vejez, llegados a una edad les da por hacer flexiones y se convierten en objeto de mofa para la comunidad. Físicamente se les distingue por sus impecables trajes de marca y por su inconfundible pelo largo. El prototipo de los melenita al viento es J.J.Güemes, Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
Paréntesis. En cierta ocasión, Leopoldo M.Panero propuso a una revista crear una sección que se llamara "Muertos o subidos en un cohete con destino Marte" y que fuera una especie de bestiario donde incluir cada semana a uno de esos personajes a quienes desearíamos ver M.O.S.E.U.C.C.D.M. Todos, incluso los más remilgados, tenemos nuestra particular lista de personajes odiables. En la mía Güemes ocupa el primer lugar (quizás secundado por Ramoncín y la Sinde). Cierro paréntesis.
Otros destacados ejemplos de éste biotipo son Aznar, Ignacio González, Ignacio Uriarte y Francisco Camps (la alopecia le jugó una mala pasada pero es un claro biotipo melenita al viento).
2.- El opositor empollón: Conforman el segundo gran subgrupo de biotipos populares. Son tímidos, solitarios y de sexualidad difusa. Torpes en el contacto con la gente, intentan suplir su falta de carisma con la supuesta capacidad que les otorgan sus largas horas de estudio. Pertenecen a este grupo Rajoy, Gallardón, Nuñez Feijó y Antonio Basagoiti. Se les distingue porque llevan gafas, el nudo de la corbata mal hecho y, generalmente, un par de lamparones en la camisa.
3.- El cacique de provincias: Son quienes vertebran las bases del partido, con las que tratan de confundirse. Comunmente conocidos como "los conseguidores", se encargan de la gestión de favores. Precisamente esta actividad es la que les otorga una posición vital dentro de la organización ya que conocen sus flancos más débiles. Generalmente carecen de ambiciones políticas mayores ya que estas les expondrían a una mayor vigilancia y esto iría en detrimento de su situación financiera. Físicamente tienen una clara tendencia a la obesidad y sus orejas coloradas suelen denotar problemas cardiocirculatorios. Ramón Luis Valcárcel, Pedro Sanz, Javier Arenas o Pedro Gordillo son algunos de los más claros representantes de este biotipo.
4.- El técnico: Uno de los biotipos más seriamente amenazados de extinción pues apenas quedan un puñado de ejemplares. Suele ser gente de edad proveniente, en la mayoría de los casos, de otras formaciones políticas (especialmente la Unión de Centro Democrático y el Partido Comunista). Si bien en el seno de la organización juegan un papel meramente decorativo, sus voces suelen tener prestigio de puertas para afuera, lo que les hace habituales en las tertulias políticas de la radio y la televisión. En su mayoría llegaron al Partido Popular a finales de los ochenta, llevados por un deseo regeneracionista y por lo general han sido utilizados en labores de interlocución con otras fuerzas políticas (especialmente las nacionalistas). En cuanto a su aspecto físico se caracterizan por llevar una fina capa de caspa sobre los hombros de la americana. Responden a este biotipo personas como Javier Rupérez o Josep Piqué.
5.- Ellas: Las mujeres constituyen por sí mismas un biotipo dentro del PP. Hay que señalar que éste es un biotipo que, en los últimos años, está experimentando cierta evolución y se está pasando del biotipo "Maria Teresa Campos" (campechana, regordeta, bajita y con el pelo cardado) al biotipo "Ana Rosa Quintana" (más juvenil y con el Vogue bajo el brazo). Yo, por mi parte, estoy esperando a que se llegue al "Susanna Griso" para ver si me afilio.
Besos.
Beta
Intento entender algo de lo que sucede en la Convención Nacional del PP pero no lo consigo. Me hago un esquema. Lo único que me queda claro es que el Partido Popular no es un partido de familias, sino un partido de biotipos en el que la gente se agrupa por su aspecto físico. Estos son los principales biotipos:
1.- Los melenita al viento: Son herederos directos del clásico "facha engominado". Son violentos (verbalmente) y chulescos. Van por la vida dándote lecciones y tienen cierta querencia al enriquecimiento rápido. Son narcisistas, se sienten atractivos, piensan que el mundo debería amarles y que, si no lo hace, no es problema suyo sino del mundo. Tienen muy mala vejez, llegados a una edad les da por hacer flexiones y se convierten en objeto de mofa para la comunidad. Físicamente se les distingue por sus impecables trajes de marca y por su inconfundible pelo largo. El prototipo de los melenita al viento es J.J.Güemes, Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
Paréntesis. En cierta ocasión, Leopoldo M.Panero propuso a una revista crear una sección que se llamara "Muertos o subidos en un cohete con destino Marte" y que fuera una especie de bestiario donde incluir cada semana a uno de esos personajes a quienes desearíamos ver M.O.S.E.U.C.C.D.M. Todos, incluso los más remilgados, tenemos nuestra particular lista de personajes odiables. En la mía Güemes ocupa el primer lugar (quizás secundado por Ramoncín y la Sinde). Cierro paréntesis.
Otros destacados ejemplos de éste biotipo son Aznar, Ignacio González, Ignacio Uriarte y Francisco Camps (la alopecia le jugó una mala pasada pero es un claro biotipo melenita al viento).
2.- El opositor empollón: Conforman el segundo gran subgrupo de biotipos populares. Son tímidos, solitarios y de sexualidad difusa. Torpes en el contacto con la gente, intentan suplir su falta de carisma con la supuesta capacidad que les otorgan sus largas horas de estudio. Pertenecen a este grupo Rajoy, Gallardón, Nuñez Feijó y Antonio Basagoiti. Se les distingue porque llevan gafas, el nudo de la corbata mal hecho y, generalmente, un par de lamparones en la camisa.
3.- El cacique de provincias: Son quienes vertebran las bases del partido, con las que tratan de confundirse. Comunmente conocidos como "los conseguidores", se encargan de la gestión de favores. Precisamente esta actividad es la que les otorga una posición vital dentro de la organización ya que conocen sus flancos más débiles. Generalmente carecen de ambiciones políticas mayores ya que estas les expondrían a una mayor vigilancia y esto iría en detrimento de su situación financiera. Físicamente tienen una clara tendencia a la obesidad y sus orejas coloradas suelen denotar problemas cardiocirculatorios. Ramón Luis Valcárcel, Pedro Sanz, Javier Arenas o Pedro Gordillo son algunos de los más claros representantes de este biotipo.
4.- El técnico: Uno de los biotipos más seriamente amenazados de extinción pues apenas quedan un puñado de ejemplares. Suele ser gente de edad proveniente, en la mayoría de los casos, de otras formaciones políticas (especialmente la Unión de Centro Democrático y el Partido Comunista). Si bien en el seno de la organización juegan un papel meramente decorativo, sus voces suelen tener prestigio de puertas para afuera, lo que les hace habituales en las tertulias políticas de la radio y la televisión. En su mayoría llegaron al Partido Popular a finales de los ochenta, llevados por un deseo regeneracionista y por lo general han sido utilizados en labores de interlocución con otras fuerzas políticas (especialmente las nacionalistas). En cuanto a su aspecto físico se caracterizan por llevar una fina capa de caspa sobre los hombros de la americana. Responden a este biotipo personas como Javier Rupérez o Josep Piqué.
5.- Ellas: Las mujeres constituyen por sí mismas un biotipo dentro del PP. Hay que señalar que éste es un biotipo que, en los últimos años, está experimentando cierta evolución y se está pasando del biotipo "Maria Teresa Campos" (campechana, regordeta, bajita y con el pelo cardado) al biotipo "Ana Rosa Quintana" (más juvenil y con el Vogue bajo el brazo). Yo, por mi parte, estoy esperando a que se llegue al "Susanna Griso" para ver si me afilio.
Besos.
Beta
martes, 10 de noviembre de 2009
La escobilla
Hola,
Estoy en casa de una amiga. No es una "gran amiga" pero sí es una amiga. No nos vemos mucho. Me presenta a su chico, a su nuevo chico. Viven juntos desde hace cinco meses y me han invitado a tomar café y de paso a conocer su casa. Me entran ganas de hacer pis. Pregunto dónde está el baño y me indican. Entro. Cierro el pestillo. Me desabrocho los pantalones. Me bajo las bragas. Levanto la tapa del water y lo veo: La taza está firmada. Puaj. Tiro de la cadena pero no se va. Miro a mi alrededor. El baño en general parece limpio. Observo con las bragas bajadas aquel manchón en medio del inodoro. Debería limpiarlo porque sino pensarán que he sido yo. Saben que he entrado al baño, no tengo coartada y tengo cara de culpable. Me resigno. Busco la escobilla pero, aterrorizada, comprueblo que no hay escobilla. En Ikea las venden por ochenta y cinco céntimos pero ellos no tienen escobilla, ¡genial! No pienso limpiar eso si no tengo escobilla, yo solo he venido a tomar café y no a limpiar mierda ajena. Tengo una idea. Puede que con mi pis, con la presión adecuada en el lugar adecuado, consiga que se vaya. Me pongo manos a la obra. Me siento. Aprieto. Fracaso. Vuelvo a tirar de la cadena. Ahí sigue. Ya me lo estoy imaginando "vaya con tu amiga, mira lo que nos ha dejado en el baño". ¡Yo no he sido, eso estaba ahí, yo me lo he encontrado y no sois capaces de tener una simple escobilla en el baño con la que limpiar vuestra mierda! ¡Soy inocente, soy inocente!
Entonces me doy cuenta de que mi vida es un capítulo de Larry David.
Besos.
Beta
Estoy en casa de una amiga. No es una "gran amiga" pero sí es una amiga. No nos vemos mucho. Me presenta a su chico, a su nuevo chico. Viven juntos desde hace cinco meses y me han invitado a tomar café y de paso a conocer su casa. Me entran ganas de hacer pis. Pregunto dónde está el baño y me indican. Entro. Cierro el pestillo. Me desabrocho los pantalones. Me bajo las bragas. Levanto la tapa del water y lo veo: La taza está firmada. Puaj. Tiro de la cadena pero no se va. Miro a mi alrededor. El baño en general parece limpio. Observo con las bragas bajadas aquel manchón en medio del inodoro. Debería limpiarlo porque sino pensarán que he sido yo. Saben que he entrado al baño, no tengo coartada y tengo cara de culpable. Me resigno. Busco la escobilla pero, aterrorizada, comprueblo que no hay escobilla. En Ikea las venden por ochenta y cinco céntimos pero ellos no tienen escobilla, ¡genial! No pienso limpiar eso si no tengo escobilla, yo solo he venido a tomar café y no a limpiar mierda ajena. Tengo una idea. Puede que con mi pis, con la presión adecuada en el lugar adecuado, consiga que se vaya. Me pongo manos a la obra. Me siento. Aprieto. Fracaso. Vuelvo a tirar de la cadena. Ahí sigue. Ya me lo estoy imaginando "vaya con tu amiga, mira lo que nos ha dejado en el baño". ¡Yo no he sido, eso estaba ahí, yo me lo he encontrado y no sois capaces de tener una simple escobilla en el baño con la que limpiar vuestra mierda! ¡Soy inocente, soy inocente!
Entonces me doy cuenta de que mi vida es un capítulo de Larry David.
Besos.
Beta
martes, 3 de noviembre de 2009
Apocalipsis
Hola,
El 3 de febrero de 1983 El País publicaba el siguiente titular: La información sobre anticonceptivos será materia educativa en el bachillerato. A buenas horas. Supongo que era la típica mañana fría de febrero del típico jueves que estás deseando que se convierta en viernes para que llegue el fin de semana, supongo que mi madre se había puesto un par de gotas de colonia en el cuello y supongo que mi padre se había excitado al pasar por delante de alguna marquesina con película de destape, pero el caso es que esa noche los vecinos escucharon el ruido de los muelles del somier confundiéndose con los gemidos de mamá. Nueve meses después nací yo. De eso hace hoy veintiséis años. La noticia de El País también explicaba que el Consejo de Ministros había aprobado el día anterior "la despenalización limitada del aborto mediante la modificación urgente del Código Penal" así como "la puesta en marcha de un conjunto de medidas sobre planificación familiar y prevención de la subnormalidad". Tarde, demasiado tarde, ni planificación ni prevención. Dios, tengo veintiséis años.
Veintiséis años significa que estás más cerca de los treinta que de los veinte, que el ocaso está comenzando. He de prepararme para decir adiós a muchas cosas: Ya nunca ganaré Roland Garros ni participaré en las olimpiadas. No, en realidad eso no es algo que me haya preocupado nunca, pero escuchar que ya no podrás hacer algo no es fácil de asumir. Dentro de poco tendré que empezar a hacerme mamografías amenazada por el cáncer. Tendré que empezar a tomar dos comprimidos de calcio amenazada por la osteoporosis y por una fractura de cadera en pleno acto sexual. ¿El sexo? ¿Qué será del sexo? Una vez leí que las mujeres alcanzamos nuestro mejor momento sexual una vez cumplidos los treinta pero ahora me pregunto si eso lo escribió alguien con más de treinta años que intentaba darse un premio de consolación. Quizás cuando llegue a esa edad empiece a ver el sexo de un modo sosegado y a decir chorradas del tipo: no importa tanto la cantidad como la calidad. Y luego, una mañana, una cajera del Mercadona me llamará "Señora", y entonces estaré muerta (y si no lo estoy querré estarlo).
Veintiséis. Veintiséis. Veintiséis. Se supone que a esta edad una tiene que saber qué es lo que quiere hacer con su vida. Se supone que incluso una debe haber comenzado a dar pasos para conseguirlo. Odio las suposiciones. Miro a mi alrededor y la gente me adelanta, y todos van hacia algún lado mientras yo sólo voy camino de la depresión. Me veo en una mecedora tomando infusiones con galletitas danesas, sentada frente a un televisor en el que sale Torre Iglesias hablando de enfermedades. Es el apocalipsis. El milenarismo va a llegarrrr...
Besos.
Beta
El 3 de febrero de 1983 El País publicaba el siguiente titular: La información sobre anticonceptivos será materia educativa en el bachillerato. A buenas horas. Supongo que era la típica mañana fría de febrero del típico jueves que estás deseando que se convierta en viernes para que llegue el fin de semana, supongo que mi madre se había puesto un par de gotas de colonia en el cuello y supongo que mi padre se había excitado al pasar por delante de alguna marquesina con película de destape, pero el caso es que esa noche los vecinos escucharon el ruido de los muelles del somier confundiéndose con los gemidos de mamá. Nueve meses después nací yo. De eso hace hoy veintiséis años. La noticia de El País también explicaba que el Consejo de Ministros había aprobado el día anterior "la despenalización limitada del aborto mediante la modificación urgente del Código Penal" así como "la puesta en marcha de un conjunto de medidas sobre planificación familiar y prevención de la subnormalidad". Tarde, demasiado tarde, ni planificación ni prevención. Dios, tengo veintiséis años.
Veintiséis años significa que estás más cerca de los treinta que de los veinte, que el ocaso está comenzando. He de prepararme para decir adiós a muchas cosas: Ya nunca ganaré Roland Garros ni participaré en las olimpiadas. No, en realidad eso no es algo que me haya preocupado nunca, pero escuchar que ya no podrás hacer algo no es fácil de asumir. Dentro de poco tendré que empezar a hacerme mamografías amenazada por el cáncer. Tendré que empezar a tomar dos comprimidos de calcio amenazada por la osteoporosis y por una fractura de cadera en pleno acto sexual. ¿El sexo? ¿Qué será del sexo? Una vez leí que las mujeres alcanzamos nuestro mejor momento sexual una vez cumplidos los treinta pero ahora me pregunto si eso lo escribió alguien con más de treinta años que intentaba darse un premio de consolación. Quizás cuando llegue a esa edad empiece a ver el sexo de un modo sosegado y a decir chorradas del tipo: no importa tanto la cantidad como la calidad. Y luego, una mañana, una cajera del Mercadona me llamará "Señora", y entonces estaré muerta (y si no lo estoy querré estarlo).
Veintiséis. Veintiséis. Veintiséis. Se supone que a esta edad una tiene que saber qué es lo que quiere hacer con su vida. Se supone que incluso una debe haber comenzado a dar pasos para conseguirlo. Odio las suposiciones. Miro a mi alrededor y la gente me adelanta, y todos van hacia algún lado mientras yo sólo voy camino de la depresión. Me veo en una mecedora tomando infusiones con galletitas danesas, sentada frente a un televisor en el que sale Torre Iglesias hablando de enfermedades. Es el apocalipsis. El milenarismo va a llegarrrr...
Besos.
Beta
lunes, 2 de noviembre de 2009
La candidata
Hola,
Pensaba que había vuelto Jose Luis Moreno con nuevos episodios de matrimoniadas bajo el brazo. Pensaba que Pepa y Avelino habían sido sustituidos por Alberto y Esperanza. Pensaba que la nueva entrega de la serie comenzaría con una disputa sobre cuál es el culo que mejor encaja en el sillón del despacho del presidente de Cajamadrid. Esta mañana he leído que el ganador ha sido Rodrigo Rato. Estoy desconsolada. Ayer estuve redactando mi currículum para enviárselo a la Caja ya que creo que era un puesto que me venía al pelo. Quería ser la mujer del consenso, la que llevara la paz a los Montoyas y los Tarantos de la Calle Génova. Rato se me ha anticipado. ¡Mierda!
Creo que es demasiado tarde pero ahí va mi declaración de intenciones:
Soy una persona válida y capacitada. Se asistir a los consejos de administración sin dormirme y soy capaz de beber sin que se me dispare el dedo meñique mientras sujeto la copa de cava. Además soy clienta de Cajamadrid desde hace años a pesar de que no me han regalado ni unas tristes cacerolas. Más cosas a mi favor:
1.- No le tengo miedo a las alturas así que no será problema ocupar un despacho en la planta sesenta de la nueva Torre Cajamadrid.
2.- Me manejo bien con los cajeros automáticos.
3.- Puedo comer caviar casi a diario y, lo que es más difícil, mastico con la boca cerrada.
4.- He nacido en Madrid, como la Caja.
5.- Me gusta el verde.
6.- Nunca he matado un oso ni pienso hacerlo.
7.- Me he visto todos los programas de El Aprendiz, y se cómo usar el interfono para decir: que pasen.
8.- Puedo escribirme los discursos sola.
9.- No me importa viajar en Bussiness.
10.- En mis casi veintiséis años de vida he absorbido muchas cosas y me he fusionado unas cuantas veces, luego estoy preparada para el proceso de reordenación de cajas que se avecina.
11.- Si me lo propongo puedo tener el aspecto de una ejecutiva entrando en un garaje.
Mariano. Esperanza. En vuestras manos lo dejo. Rato está quemado y ya está bien de comportarse como dos vulgares luchadoras en bañador que se revuelcan en el barro. Soy una solución imaginativa y eficaz (anda que no soy generosa).
Besos.
Beta
Pensaba que había vuelto Jose Luis Moreno con nuevos episodios de matrimoniadas bajo el brazo. Pensaba que Pepa y Avelino habían sido sustituidos por Alberto y Esperanza. Pensaba que la nueva entrega de la serie comenzaría con una disputa sobre cuál es el culo que mejor encaja en el sillón del despacho del presidente de Cajamadrid. Esta mañana he leído que el ganador ha sido Rodrigo Rato. Estoy desconsolada. Ayer estuve redactando mi currículum para enviárselo a la Caja ya que creo que era un puesto que me venía al pelo. Quería ser la mujer del consenso, la que llevara la paz a los Montoyas y los Tarantos de la Calle Génova. Rato se me ha anticipado. ¡Mierda!
Creo que es demasiado tarde pero ahí va mi declaración de intenciones:
Soy una persona válida y capacitada. Se asistir a los consejos de administración sin dormirme y soy capaz de beber sin que se me dispare el dedo meñique mientras sujeto la copa de cava. Además soy clienta de Cajamadrid desde hace años a pesar de que no me han regalado ni unas tristes cacerolas. Más cosas a mi favor:
1.- No le tengo miedo a las alturas así que no será problema ocupar un despacho en la planta sesenta de la nueva Torre Cajamadrid.
2.- Me manejo bien con los cajeros automáticos.
3.- Puedo comer caviar casi a diario y, lo que es más difícil, mastico con la boca cerrada.
4.- He nacido en Madrid, como la Caja.
5.- Me gusta el verde.
6.- Nunca he matado un oso ni pienso hacerlo.
7.- Me he visto todos los programas de El Aprendiz, y se cómo usar el interfono para decir: que pasen.
8.- Puedo escribirme los discursos sola.
9.- No me importa viajar en Bussiness.
10.- En mis casi veintiséis años de vida he absorbido muchas cosas y me he fusionado unas cuantas veces, luego estoy preparada para el proceso de reordenación de cajas que se avecina.
11.- Si me lo propongo puedo tener el aspecto de una ejecutiva entrando en un garaje.
Mariano. Esperanza. En vuestras manos lo dejo. Rato está quemado y ya está bien de comportarse como dos vulgares luchadoras en bañador que se revuelcan en el barro. Soy una solución imaginativa y eficaz (anda que no soy generosa).
Besos.
Beta
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