Desde muy joven me encantaban los conciertos. Cuando fui a la festichela pensaba que era lo mejor de los conciertos… vaya que si no ha llovido días desde entonces. Experiencias descritas en “Se perdió un zapato.”
Conciertos llegue a ir a muchos más (antes de la pandemia): que recuerde Depeche Mode, Aerosmith, U2, el último concierto del maestro Ennio Morricone, Zoe the band, Natalia Lafourcade, Café Tacvba, Keane, Babasónicos, Miranda, Omph, Roger Waters, Kraftwerk (concierto 3D), And One…el último que tenía programado era para ver a Limp Bizkit (se anuló 2020 y 2021, en teoría reprogramaran para 2022).
(Foto del último concierto, Keane).
Que me gusta? Las canciones en vivo son lo mejor, es como ver a alguien pintar un cuadro. No solo ves (escuchas) la obra final sino que la disfrutas en cada sonido al natural, escucho con mas atención y disfruto mas melodías, tonos, voz, me enchina la piel con la primera tonada.
Casi siempre voy con los cascos (audífonos) puestos escuchando mis artistas favoritos, en mi día a día es mi única terapia que me mantiene de buen humor.
Hubo un concierto en el cual me sentí ya algo mayor… fue el de babasonicos… Vi a Adrián Darghelos tan cerca … y de pronto venga unos chavales de 15? Haciendo slam? Empujándose como idiotas, madre mía ni Adrián entendía… de hecho en algún momento señaló a los chavales para que intervengan los de seguridad…
Los años no perdonan, me temo que tendré que sobrevivir en el concierto de Limp Bizkit cuando toque ir, con un buen par de zapatos para que no se pierdan. Aún sigo riendo de ese concierto, me la pase meses riendo viendo a la Iguana y su pie… que buenos recuerdos. La vida es más…