lunes, junio 28, 2010

We Lost Our Way

... in Pucela.

Madame de Chevreuse, se sienta a los mandos del teclado tras el dichoso examen (del que no sabré la nota hasta dentro de unos tres meses. La pericia y prestancia de l'Università per Stranieri de Perugia es digna de loa), no podía haber elegido un motivo de retorno al blogcindario con mejor argumento: Chris Isaak.

Foto: El Norte de Castilla

En los muchos años que adornan mi carnet de identidad he visto varios conciertos, no una barbaridad pero sí un número decente, y jamás he oído sonar ninguno con tanta perfección y claridad como el que Chris Isaak y su excepcional banda se marcaron el viernes pasado en Valladolid.

El escenario era inmejorable, el Teatro Calderón de Valladolid, bonito, cómodo, pequeño, con una acústica excepcional, el propio Chris Isaak señaló que estaba encantado con el teatro y que nunca había tocado en un lugar tan bonito.

Hasta el último momento mantuve la esperanza de que el concierto se retrasara una horita para dar tiempo al público a ver completo el partido de España pero no fue así y hubo que conformarse con ver la primera parta. No importó. Merece la pena de sobra. Musicalmente lo que Chris y la banda hacen sobre el escenario es una delicia. Se les nota que son una banda de gran calidad, que llevan bastante tiempo juntos y llevan el show muy bien ensayado. Pero una cosa está clara: el que manda es Chris y sabe muy bien qué hacer en un escenario.

Desde el principio toma las riendas del especetáculo. Interactúa con el público con mucho sentido del humor llegando a hacer alguna que otra caricatura de sí mismo. Como si en una sala de fiestas de los años cincuenta se tratara, baja al patio de butacas y canta para las damas presentes. De hecho, durante Love Me Tender, se adentró en la fila justo delante de la mía para cantarle un fragmento rodeándola con el brazo a la señora que se sentaba casi delante de mi. Obvio que mi único pensamiento en aquel momento era "joder, tenía que haber comprado la entrada un par de horas antes". Y puedo corroborar que a pesar de los cincuentaytantos está espeléndido, guapísimo, con todo ese atractivo de caballero de antiguos modales y hombre dulce en busca de amor. No sé si puede ser más adorable.

El concierto es un constante subir y bajar de intensidad, del rock n roll a la balada, un alarde de esa capacidad con los falsetes heredados de Roy Orbison, un movimiento de caderas "presleysiano" que dudo que hoy alguien más pueda hacer escena poniendo muy nervioso al público femenino.. todo con una clase y una elegancia que hacen que sólo este señor salga a hacer el bis vestido con el famoso traje de espejos y arranque aplausos y ovaciones en lugar de carcajadas. Todo tan perfecto que salí con el corazón henchido de amor.

En fin, que no faltó nada satisfecha por haber decidido irme a verlo a Valladolid en lugar de verlo mañana en mi ciudad (si a eso le añadimos el aderezo de vino y tapeo por esa ciudad, al igual que el año pasado con Springsteen, sale un fin de semana perfecto).


Leo por ahí que en el Azkena triufó, no podía ser de otra forma, pese a cantar bajo un buen chaparrón, y que en algunos sitios de su gira española la venta de entradas no ha ido demasiado bien. De verdad que no lo puedo entender así que sólo puedo hacer una sincera recomendación: los que anden por Valencia, Madrid, Barcelona, San Javier y Granada y no tengan entrada, que corran a por ella. Verán algo inolvidable.


jueves, junio 10, 2010

Coming Home

Vuelvo de mi retiro temporal del blogcindario por un momento porque impepinablemente debo dejar constancia de algo para la posteridad: si mi ducado fuera el mundo real Cinderella estarían reinando como dioses del Olimpo y Shelter Me sería el himno nacional.

Casi un cuarto de siglo en mi vida con sólo cuatro discos no lo consigue cualquiera. Chicos, os quiero.

Cinderella. Coming Home (eso haré yo en cuanto pase el dichoso examen, volver a mi mundo particular)

miércoles, mayo 19, 2010

Even Cowgirls Get The Blues

Hace varios días que no actualizo el blog y si bien jamás me he tomado esto como una obligación, sí que empieza a importunarme tenerlo tan inactivo. No es que no tenga cosas que decir (el cuerpo me pide una entrada dedicada a ese sinónimo de fracaso deportivo que es el señor presidente del Real Madrid, mal bicho cobarde donde los haya, que va a cortar la enésima cabeza a un entrenador para tapar su cuarto año al frente del club sin títulos).

La cuestión es que estoy bloqueada porque de aquí a un mes tengo examen que creía que, con algunas clases y estudio de refresco, pasaría sin excesivos problemas. Pues a medida que avanzo en la preparación no sólo me doy cuenta de que tengo mucho por repasar y trabajar, también de que estoy olvidando cosas básicas como colocar la preposición adecuada o conjugar un verbo, que se supone que tendría que tener más que dominadas hace años y que veo que, como la memoria de un ordenador atacada por un virus, se van borrando.

El resultado es que cada vez que tengo un hueco en el trabajo y me pongo a intentar escribir una entrada me ataca la sensación de pérdida de tiempo que podría dedicar a preparar el examen y me emboto. Lo mejor de todo (o peor según se mire) es que es algo que hago porque sí, porque quiero. Mi vida profesional no cambiará nada apruebe o no y sin embrgo ni de universitaria me agobiaba tanto.

Así que, como dueña y señora de mi ducado, me tomo una excedencia de mi tarea de escritora de blog (no así de lectora e incluso comentadora).

La canción no tiene nada que ver (no estoy triste, estoy decepcionada conmigo misma y asustada) pero, como me gusta mucho (y cuando vuelva espero ya tener en nuevo disco de este grupo) aquí se queda por algún tiempo.

Baci e abbracci

The Gaslight Anthem. Even Cowgirls Get The Blues

jueves, mayo 06, 2010

Caroline

Otis Gibbs era un tipo normal de Wanamaker, Indiana. Pasaba sus días tabajando en sitios como una hamburguesería, un camión de helados o una explotación de gas. Hoy Otis vive en Nashville con su novia, un perro y dos gatos. Obvio que no es esto lo que trae a Otis al ducado.
El motivo de su presencia es una de las cosas que ha hecho desde que hace unos años decidió dejar para siempre esos trabajos: este DISCAZO titulado
Grandpa Walked A Picketline (revelador título sobre de qué palo va el amigo Otis). Antes de parirlo agarró su coche y durante cuatro años viajó por todo su país prácticamente como un vagabundo, compartiendo casa con artistas mientras coleccionaba canciones que salían de su alma inquieta (en su web se pueden ver sus estupendas fotografías, traducción a imagen de sus canciones) y, cómo no, metiéndose en todo fregado reivindicativo que encontraba. Algo que, en pleno apogeo Bush, 2004, no era difícil.

Otis Gibbs tiene una de esas voces arenosas que inevitablemente exige un disco con un título tan palmario y un contenido tan acorde, y por la que se le suele comparar con Tom Waits (aunque a mí Waits, si no es en dosis pequeñas, me resulta desagradable).


Como buen hijo de Woody Guthrie y Pete Seeger, es todo un "storyteller",un contador de historias, en toda la literalidad de la palabra. En sus canciones crea pequeños cuentos sobre gente corriente (
Ain't Nothin Special) con biografías y nombres, como Preacher Steve, un religioso que se aprovecha del miedo y que "puede caminar sobre las aguas mientras el mundo entero se muere de sed" o Caroline, protagonista de la canción que me enamoró de este disco, un ama de casa que descubre que se siente anulada en un matrimonio basado en la dominación y que necesita escapar de ahí mientras se preocucupa por el destino de sus hijos.

Y vaya por Dios, apenas llegado a mis ducales manos este
Grandpa Walked A Picketline de 2009 ya está recién salido del horno su nuevo trabajo, Joe Hill's Ashes. Todo va más rápido de lo que yo soy capaz de digerir.

Otis Gibbs. Caroline

martes, mayo 04, 2010

Chasing Shadows (editado)

Parece un milagro. Que pongas un disco, te fijes en la letra y parezca que te está hablando a ti.

También puede ser que esté altamente sugestionada con esto de la primavera, que a mí la sangre me altera, y mucho. Pero para mal. El invierno ha pasado y nada ha variado en mí. Sigo igual que el año pasado, igual que el anterior e igual que el anterior al anterior.

La necesidad de cambiar de piel me acucia y un batallón de majaderías, a cual más descabellada, disputan una batalla en mi cabeza que ríete tú de la de Evermore o la de el Abismo de Helm (que la mitología rockera dice que son la misma). Empiezan a revolotearme pájaros en la cabeza, pero no en plan bucólico. Aquí dentro sólo hay pájaros mareados, borrachos, equivocados totalmente en su rumbo.

Yo, que soy devota de Homer Simpson y sus enseñanzas filosóficas, aplico uno de sus preceptos “si no lo veo no es delito” a esta tormenta: si no hablo de ello, los pájaros se mueren ahí dentro, en mi cabeza.

Entonces, sentada en mi coche, mientras espero a una amiga, agarro la caja del East Carson Street de Joe Grushecky, al que veré el próximo martes, y leo la letra de Chasing Shadows. Joe, hombre sabio, me habla, me recomienda que no pierda el tiempo cazando sombras y me dice que a veces hay que tener fe en una canción. Yo ahora mismo la tengo precisamente en esta. Y en ello estoy.

Veremos la semana que viene, después de que Joe se haya bajado del escenario, si la fe sigue ahí.

Joe Grushecky. Chasing Shadows (hoy no hay vídeo, que el amigo Joe es modesto)


Reeditado: en honor a Lady Maba (por usted la he tecleado) transcribo la letra de la canción... y aclaro. Cuando digo que la primavera me altera para mal no es que esté de bajón ni nada parecido.

Hay quien hace balance de cómo va su vida a primero de año. Yo, que conservo poses de mi época de estudiante, lo hago cuando asoma el buen tiempo... y como esos estudiantes que no han hecho nada durante el curso y empiezan a agobiarse con la proximidad de los exámenes finales, noto que, como cantaba el gran Julio, "la vida sigue igual".

Resultado: Madame, como estudiante al borde de la desesperación, empieza a generar en su cabeza ideas loquísimas y mentecatas, y que por su propio bien, y de la humanidad ahí dentro deben quedarse hsata que se mueran de inanición, sin ni siquiera hablar de ellas porque verbalizarlas sería darles vidilla.

Así que charlo imaginariamente con una canción. Esta, en concreto:

I met an old man, even older than me
He started talking about life in this new century
He said I might be the biggest fool you ever did see
But here's some advice you might well to follow
Don't waste your time chasing shadows

Slow down and enjoy it, life ain't a race
Never lose hope and hold on to your faith
Go meet your maker with a smile on your face
You'll never know wath the world might bring tomorrow
Don't waste your time chasing shadows

Don't waste your time, do your best to save it
Because when it's gone you can't reclaim it

Stay close to your friends, don't go it alone
And make sure you spend enough time at home
Sometimes you got to put your faith in a song
And don't always walk down the straight and narrow
And waste your time chasing...

Go out and have fun but your family comes first
Don't turn all your blessings into a course
In the middle of the ocean you can stil die of thirst
All of these words you may feel free to borrow
Don't waste your time chasing shadows



miércoles, abril 28, 2010

Azzurro

Homenaje en el ducado a un grande entre los grandes: Adriano Celentano, interista dal cuore.

Adriano Celentano. Azurro (e nero). Mi última esperanza de que alguien pare esto y el 22 de mayo no ocurra lo que me temo que va a ocurrir.



Actualización a las 11.44 del 29 de abril: vale, el honor de la Cibeles está salvado. Me alegro porque soy merengona (y frontalmente opuesta a la actual presidencia) desde antes de nacer y porque ya estoy harta de tanta beatificación, que ni Teresa de Calculta. Por cierto, qué lección de clase y elegancia esa de conectar los aspersores cuando los jugadores rivales están celebrando el pase a la final, supera a lo de la cacerolada en el hotel, que al fin y al cabo es un acto de una panda de "mataos".

jueves, abril 22, 2010

Jailhouse Rock

Leo en la Gazzetta dello Sport que Paolo Maldini está siendo investigado por un tribunal de Milán por prácticas ilícitas para obtener tratamiento fiscal favorable.

Al parecer, el que para Madame es el hombre vivo más hermoso que pisa el planeta Tierra y su suertudísima mujer son sospechosos de haber sobornado a un funcionario de la Hacienda milanesa y asesor de la pareja con la finalidad de conseguir exenciones al control fiscal.

Desde luego, si mi adorado Paolo Maldini termina en el trullo, estoy dispuesta a llevarle cuantas tartas con una lima dentro sea menester e incluso a tatuarme el cuerpo con los planos de la prisión en la que le metan y hacerme encarcelar en ella para llevármelo a cuestas.

Porque vale, es verdad que tangar a la Hacienda italiana no está bonito pero yo miro ese cuerpo y esa cara y lo perdono todo (si le perdoné el repaso que le metió a Michel en el 89...).


Elvis Presley. Jailhouse Rock


miércoles, abril 21, 2010

Let The Freedom Ring

Pensamiento de Madame anoche a las 22.05
“Madre mía, hemos venido a ver el concierto de un tío que está borracho perdido, el tal Chuck Prophet este. Quién me mandará a mí arriesgarme a esto de los conciertos exploratorios, esos a los que vas sin tener mucha idea de la trayectoria, sin conocer las canciones y sólo guiada por la intuición y lo leído por ahí. Encima he arrastrado conmigo a J.A. al Moby Dick y va a salir chafado. al pedo la racha de conciertos bien elegidos. Bueno al menos no estoy en casa viendo el partido del Barza, que si ha metido uno en el primer cuarto de hora ya debe ir ganando 3-0”


Pensamiento de Madame anoche a las 23.35
“¡Joder, que tipo más bueno, el Chuck Prhophet este! no me extraña que se haya metido al público en el bolsillo, es que además de muy buen músico, no es que viniera adobado, es que es bastante divertido, la gente se partía el culo con sus discursos. Bueno, yo también, la parte que he entendido, lástima de mi inglés alcobendense, me he perdido la mitad de las charlas del muchacho, sobre Facebook y los verdaderos amigos, los dichosos Starbucks y demás. JA ha terminado encantado, alaba mi intuición y en mitad del concierto mi hermana me ha mandado un SMS diciéndo que el partido ha terminado 3-1. Umm... si hasta esta cerveza sin alcohol que me estoy tomando, por aquello de coger el coche, me está sabiendo rica...”


Esta noche en Vitoria y mañana en Badalona. Todavía estáis a tiempo.

Chuck Prophet. Let The Freedom Ring

lunes, abril 19, 2010

Happy

Vale, es lunes y eso no lo remedia nadie. Pero cuando Madame piensa que la tasa de un examen le va a costar 120 dolorosos eurípides y una persona (con la sana costumbre de leer las cosas con atención, sobre todo las que importan) la avisa de que tiene derecho a un descuento que reduce el precio a 84 €, nada importa. Es un día lleno de felicidad.

The Rolling Stones. Happy (que me lo quitan por copyright...pues pongo otro y además cantado por Keith Richards)


miércoles, abril 14, 2010

I Want You To Want Me

Estoy pelín reticente a escribir, lo admito. Hace días que le doy vueltas a hacer o no una entrada sobre mi equipo, el enésimo fracaso del nefasto personaje que lo dirige y la hipnosis colectiva que sufre la que un día fue la afición más despiadada del fútbol. Pero es que me supera, me cabreo tanto que no puedo, me cuesta trasladar a palabras mi indignación y no sólo por lo del sábado sino por lo que lleva ocurriendo 10 años.

Así que, para quitarme malos rollos y llenar el ducado de buenas vibraciones, me doy el gustazo de poner este pedazo de tema, uno de los más molones de la historia del rock, interpretado por ese tipo de clase espectacular y voz estremecedora al que veré en junio en Valladolid. Porque sí. Como decía el anuncio de los bombones de la Caja Roja de Nestlé, porque hoy es hoy.

Chris Isaak. I Want You To Want Me

viernes, abril 09, 2010

A Hard Day's Night

Por fin termina la semana, laboralmente hablando. Vale que el título de la entrada es "a hard day" y yo estoy hablando de "a hard week" pero es lo que más a huevo me viene para contar el motivo de mi descuidada, rápida y breve entrada de hoy.Porque no todo iba ser sufrir, claro, y anoche disfruté como una enana en el concierto en Moby Dick de Nuve Nueve, una banda argentina que hace versiones de Beatles con una clase y una calidad espectacular (como chica que soy, tengo que destacar a la guitarrista y cantante Lucrecia, ¡que presencia en el escenario!).
Por algo fueron invitados el verano pasado a la Beatle Week de Liverpool, donde es obvio que no dejarán actuar a cualquiera y tiene debe ser el paraíso para todo fan de los Beatles. En Buenos Aires, donde el fenómeno beatleliano debe ser cosa digna de verse, llenan teatros durante días. El show de anoche fue un recorrido cronológico por la carrera de la mítica banda, básicamente centrado en sus singles.
Al principio seríamos unas veinte personas. Por suerte la cosa se fue animando y fue llegando gente a la sala. De todas formas, para el buen hacer del grupo y el tirón de Beatles, sobre todo este año, me pareció que tenían que haber congregado a bastante más público, aunque hay que admitir que apenas ha habido difusión.

Yo tengo que agradecer no haberme perdido la fiesta a J.F. León y (¡como no!) su podcast Rock n' Roll Animal. Primero por el programa especial que hizo con los líderes de la banda, Fernando Blanco (Super Ratones) y Lucrecia López a raíz de la publicación de la megacaja remasterizada (recomendabilísmo, estos tipos son una enciclopedia) y que me hizo descubrir la existencia del y grupo; y segundo por haberme puesto sobre la pista de que iban a hacer unas fechas en España.

Los que andéis por el centro todavía queda un par de oportunidades si os acercáis hasta el Casino Rock Bar en Esquivias , en Toledo, donde hoy viernes 9 harán el concierto Beatle y mañana un espectáculo basado en música de los años 50, 60 y 70, eso sí, después del partido. Que sí, cantan en inglés pero son argentinos y estas cosas las entienden.

Nube Nueve. A Hard Day's Night (el vídeo no es de ayer y el sonido no es el mejor pero es el único que he encontrado de ellos con esta canción)

miércoles, abril 07, 2010

Thank God For The Radio

Mil disculpas. No es que de repente me haya vuelto una descastada, que se me hayan quitado las ganas de pasear por el blogcindario o que de pronto no me apetezca visitar blogs y dejar comentarios. Al contrario, me encanta y muchas veces tengo que ponerme seria conmigo misma para no dejar en ello más tiempo del que puedo (por las horas a las que suelo escribir es fácil imaginar desde dónde lo hago). Si parezco “fuera de servicio” es porque estoy totalmente inmersa en la tempestad (laboral) que ha seguido a la calma (las vacaciones).

No obstante, como tengo un ramalazo afrancesado, me veo en el ineludible deber público como ciudadanade dedicar unos minutos a hacer conocer al mundo la gran maravilla que me está aliviando la semana (y que, obviamente, no es el Arsenal).

Ya he mencionado en el ducado mi gran amor por la radio y el hallazgo (y hasta vicio, no tiene el día suficientes horas) que son para mí los podcast que me permiten disfrutar de programas que de otra forma no podría oír, bien por estar concebidos directamente para la red, bien por su lugar de emisión o por su horario.

Este último es el caso de Toma Uno, situado ahora mismo en un horario infame en Radio 3, los viernes de 3.00 a 5.00 de la madrugada, pero que gracias a estos tiempos modernos puedo ir oyendo tan pichi mientras surco la línea 9 del Metro de Madrid a las 19.30. Pues bien, el grandísimo Manolo Fernández se marcó en plena Semana Santa un delicioso programa basado en las elecciones de los oyentes de las canciones de sus vidas. Y así lo tituló, Las canciones de nuestras vidas. Dos horas de purito placer rebosante de preciosos temas, entre ellos el que traigo hoy al ducado y que más a huevo no podía venir, además entrañables anécdotas (por ejemplo la de Ricky Nelson y el origen de Garden Party, como dicen los italianos, mi ha colpito).

Hala, ya estáis tardando en pinchar el enlace.


Alan Jackson. Thank God For The Radio


(Atención stonianos, o sea, todos: tampoco es cosa de dejar pasar El Ambigú de ayer)

domingo, abril 04, 2010

The More Things Change

Mira que casualidad. Dos entradas seguidas con Cinderella como banda sonora. Y es que el estribillo de esta canción es una verdad palmaria.
Definitivamente la Semana Santa no es mi fecha favorita del calendario.

Cinderella. The More Things Change

viernes, marzo 26, 2010

Shelter Me

Después de que el resultado de ayer en Euroliga (probablemente sea engordar para morir pero el disfrute de ayer no me lo quita nadie) pusiera mi nivel de dicha en altísimos niveles, para rematar desde hace una hora soy poseedora de una entrada para el concierto de Cinderella en Madrid el próximo 9 junio. Algo que, sinceramente, creía que nunca llegaría a ver.

A lo mejor resulta un poco infantil pero a mí estas cosas me dan la vida, así que me ne frega. Hoy soy una tipa feliz. Muy feliz.

No he localizado ningún vídeo de Keifer & compañía que expresara mi euforia así que la banda sonora en el ducado para hoy es mi canción favorita de ellos.

Cinderella. Shelter Me. Grandiosa canción y espectacular vídeo. Con saludo para Tipper Gore incluido.

jueves, marzo 25, 2010

The Boxer

Como a Lisa Simpson, como a un altísimo porcentaje de las mujeres occidentales me preocupa mi peso y bastante. Más de lo que me gustaría, más de lo que estoy dispuesta a admitir. Seguramente más de lo que debiera. Cosas de la sociedad moderna. Por eso a mediodía, en lugar de irme a ingerir calorías me voy a quemarlas al gimnasio (bueno, por eso y porque en dos horas no me da tiempo a ir a casa a comer)

Una de las clases que frecuento es la de bodytonic porque odio la sala de musculación y con esta clase puedo hacer algo de tonificación muscular, no sólo cardio (eso ya lo hago corriendo o con el spinning). Normalmente la primera parte es una coreografía sencilla con step. Ojo, la medida de sencilla es para el común de los mortales, no para esta pobre hidalga entre cuyas cualidades no está la del baile. No tengo ritmo, no tengo gracia, no tengo memoria, no tengo equilibrio. Los que me conocen lo saben: si Madame baila es que lleva una buena tajada.

Por eso cuando en lugar de coreografía toca cardiobox me mola. Básicamente consiste en imitar al ritmo de la música (horrible por cierto, un día tengo que hablar de lo espantosa que es la música de gimnasio y el esfuerzo mental que requiere impermeabilizar la mente) movimientos de kickboxing: ganchos, patadas, puñetazos… es agotador y bastante provechoso. Yo lo recomiendo porque no sólo es un ejercicio de cardio muy intenso, también, si una logra meterse en el papel, es muy relajante. Más que nada porque la gracia de esto es fingir que repartes leches como Chuck Norris y claro, eso requiere un enemigo, una jeta a la que imaginar que le estás metiendo una buena patada en la boca porque se lo merece. Y yo me meto en el papel a base de bien. Asustadita me quedé ayer cuando me vi la cara en el espejo.

Será que mi víctima imaginaria se lo merece. Y mucho.

Simon & Garfunkel. The Boxer. Un grupo que sabía que existía, claro,pero al que jamás había prestado atención hasta que me lo recomendó encarecidamente hace un par de años… una muchachita que no tenía ni 20 años. Hay mucha música esperando ahí fuera.


martes, marzo 16, 2010

Don't Stop The Sandman

Me encanta la radio. Desde siempre. De hecho cuando cometí el craso error de estudiar Periodismo lo hice imaginándome siendo Luis del Olmo. La vida giró muchas veces y hoy trabajo en algo que nada tiene que ver con el periodismo. Ni ganas.

Sin embargo sigo siendo una gran aficionada a la radio, una viciosa escuchante, como dice Pancracio Celdrán, de radio convencional y de esa maravilla de nuestro tiempo que me tiene absolutamente enganchada como a una yonqui: los podcast.

Hace tiempo que me digo que tengo que dedicar una entrada a los podcast a los que estoy suscrita, entre los que, cómo no, hay varios musicales de distinto pelaje. El problema es que quiero hacerlo bien y últimamente ando bastante escasa de tiempo.

Y este rollazo, si no voy a hablar hoy de podcast … ¿a santo de qué viene? Pues de viene a santo de que hace unos días oí en uno de estos programas, MelodicRock , de la simpatiquísima Pilar Sánchez, esta curiosidad que me pareció muy atractiva y divertida.

A ver si os pasa como a mí : a punto estuve de sufrir un telele en plena estación de Estrella porque no veía/escuchaba el momento de que por fin llegara ese pedazo estribillo de Don’t Stop Believing.

Rock Sugar. Don’t Stop The Sandman. ¿"Guilty pleasure"?

lunes, marzo 15, 2010

Is Good To Be King

...especialmente en España. Es un chollazo. Todo el día “living la vida loca” y con el mayor aparato de publicidad imaginable ojo avizor para impedir que ninguna reprobación pase del murmullo o de las majaderías del tal Peñafiel que nadie puede tomar como crítica seria.

Se muere uno de los nombres más importantes de la literatura española de todos los tiempos y ni un solo miembro de esa numerosa familia funcionaria, con plaza sin oposición y de carácter hereditario, encuentra tiempo ni fuerzas para ir de Madrid a Valladolid, ni el viernes a la capilla ardiente ni el sábado al entierro.

El padre, el campechano, pasándolo teta en la Fórmula 1 en Bareihn; el hijo, que claro estaba muy cansado por haber asistido a la toma de posesión de Piñera … ¡el jueves, joder! mira que dudo que tuviera el cuello fastidiado por haber venido en clase turista y a Pucela se tardan dos horas desde Madrid. La madre, que por lo visto recien regresada de Chipre, vamos ni que viniera de Nueva Zelanda… la nuera, también miembro oficial de la Famlia Real, ni se sabe.

La ausencia de esta gente no disminuye en nada, absolutamente en nada, la relevancia de Delibes, faltaría más, pero a esos señores se les paga, precisamente, para este tipo de cosas, para que figuren como llamativos y caros floreros. Pues a figurar, joder.

Tom Petty. Is Good To Be King.

domingo, marzo 07, 2010

Nobody can walk in John Wayne’s boots

Hace ya años que los Oscars dejaron de ser para mí un acontecimiento que seguía con devoción, poniéndome el despertador a las dos y media de la madrugada, preparándome una cafetera y viéndola en Canal +, en la televisión de la cocina con los pies muy, muy, muy. fríos y el sonido muy, muy, muy bajito.

No culparé al cine actual, no sé si él tiene la culpa, simplemente no me llama en absoluto la atención y como un matrimonio que ha dejado de quererse, hace tiempo que los Oscar y yo rompimos y como mucho prestaré atención a los trapitos de las estrellazas.


Sin embargo la fecha la uso vilmente como mero pretesto para, además de saltarme las reglas de mi virtual ducado, plantar en él uno de los momentos más hermosos y emocionantes que este fiestorro de celebridades ha ofrecido en su larga historia: 1979. El más grande, John Wayne, estaba comido por el cáncer. Apenas dos meses después de la ceremonia murió. De hecho estaba tan débil que aquella noche El Duque no estuvo en el patio de butacas esperando el momento en el que debía subir al escenario a entregar el premio a la mejor película, sino tumbado en una cama y con atención médica.

Cuando hace poco tiempo volví a leer aquella historia, busqué el vídeo en youtube. No sé si habrá alguien que alguna vez haya disfrutado con sus películas y pueda ver este vídeo sin que se le haga un nudo en la garganta, viendo a ese majestuoso hombretón bajar las escaleras vencido por la enferemad pero orgulloso y elegante mientras todo el patio de butacas en pie rinde pleitesía. Yo no.

Lo había dicho Bob Hope en la ceremonia de un año antes: "We want you to know Duke, we miss you tonight. We expect you to amble out here in person next year, because there is nobody who can fill John Wayne's boots". Dice una de esas historias con tintes de leyenda que tanto gustan en Hollywood que oír aquel mensaje dio fuerzas al hombre que realmente mató a Liberty Valance para vivir un año más y llegar a la ceremonia del 79.
A mí me encanta creerla.

Ceremonia de los Óscar de 1979. Entrega del premio a la Mejor Película, parte 1 (recomiendo ver también la segunda parte de la entrega)

miércoles, febrero 24, 2010

Twin Peaks

A primera hora de la mañana de hace exactamente 21 años Pete Martell salió de su casa dispuesto a pasar otra de sus monótonas y placenteras jornadas de pesca lejos de la lagarta de Catherine, su mujer.

Pero esa mañana el simplón de Martell iba a hacer historia. Un enorme bulto envuelto en plástico en la orilla del Black Lake llamó su atención y nada volvió a ser igual en el pueblo más bonito al norte del estado de Washington con sus picos gemelos y sus impresionantes cascadas, con sus evocadoras casas de madera con olor a café y a tarta y sus cimientos de sucios secretos.

El sheriff Harry S. Truman se lo explica a la perfección al agente Dale B. Cooper: Twin Peaks es diferente y así es como nos gusta que sea”. Por eso el alma atormentada de Laura Palmer sigue vagando entre los abetos douglas.

También por eso, en la que seguramente sea la época más gloriosa de la ficción televisiva, sigo creyendo que, más de dos décadas después, Twin Peaks es lo más hermoso y atrayente que he visto salir desde una pantalla. Desde su apertura, en la que la música triste y hermosa se conjuga en perfecta armonía con imágenes de naturaleza tranquila, a su cierre, con el retrato de la reina del pueblo sonriente y podrida por dentro, mientras suena Laura Palmer’s Theme.

Esta noche, en homenaje a la que para Madame es la mejor serie de la historia de la televisión, veré por enésima ese primer día en la vida de Twin Peaks después de la muerte de Laura.

Twin Peaks Theme. Angelo Badalamenti