Francesca Male |
distinto es,
agacharse y encontrar que lo que imanta
es declive.
que la pasión rabiosa se aloja de igual modo en
la entrepierna adolescente
en la mía.
que si soplo
hago nido disonante entre mis manos,
que el deseo es
disturbio y hambre
y el amor,
corona de dudas agolpada en la superficie.
aspiramos los rincones con la lengua
caminamos a tientas las costumbres,
lo que destruye
–afirmo- es descuidar las cicatrices
“voy a ampararte, dolor mío, en
el umbral entre la nostalgia y el hartazgo
a cuidarte como
se cuida a un amante
a ingerir tu ceguera y ruinas”
cierro el celo en un punto inmóvil.
ahí
en el hastío de lo imposible,
ahí
en la reverberación
de la nada.