miércoles, 8 de enero de 2025

Por favor




 Estamos a día ocho de enero y todavía no he escrito nada sobre los propósitos para el nuevo año. Pues sí que empiezo bien. Entonces, mi primer propósito para 2025, es que no tarde una semana cada vez que tenga que hacer algo. Sé que no lo voy a cumplir, pero eso es cosa mía. 

Tengo otro propósito dirigido a todos los demás, incluido yo, y me temo que tampoco los va a cumplir nadie.

No soy el único en proponer lo que voy a decir a continuación, todos anhelamos lo mismo, pero curiosamente nadie hace nada por conseguirlo. Me refiero a intentar que desaparezca el mal ambiente que hay por todos los sitios, la crispación que notamos en debates, tertulias, reuniones, y por supuesto en cualquier aparición pública de cualquier político y que afecta a nuestras vidas privadas. Hemos llegado a unos niveles de malrrollismo que impregna a toda la sociedad. Lo que vemos en nuestros representantes, nosotros vamos y los imitamos, que parecemos tontos.

Como prueba fehaciente de lo que estoy diciendo os pondré un ejemplo que escuché el otro día en la radio. El conductor del programa pedía a sus oyentes que llamaran por teléfono para que dijeran, atención, qué es lo que más les fastidiaban de las navidades. Creo que la centralita se colapsó. Además, cada vez que llamaba uno, el tono de cabreo iba en aumento. 

A continuación, este titán de las ondas, en vista del clamoroso éxito que había tenido su iniciativa, pidió a los escuchantes que llamaran para que dijeran la música que menos soportaban, aquella canción que cada vez que la oían les entraban unas ganas irresistibles de hacer añicos la radio. Pero ojo, luego preguntó por su película más aborrecida, satisfecho con el rumbo que estaba tomando el programa. 

Siempre me ha parecido una cursilada inútil preguntar cuál es tu novela preferida o la película que guardas como un tesoro en tu memoria, pero por lo menos al contestar es imposible no dibujar una sonrisilla, pues los buenos  recuerdos tienen ese efecto, justo lo contrario de los malos.

Esto es sólo un ejemplo, pero ilustra claramente mi propósito para el 2025, de sugerido cumplimiento por todo el mundo. Sugerido, rogado y suplicado. 

Andad, sed buenos y mirad siempre el lado positivo de las cosas, no protestéis por tonterías, no discutías con vuestros amiguitos y decidles que es una gran alegría verlos. Desead un día estupendo a vuestros vecinos, y a la cajera del súper dedicadle una sonrisa cuando os ofrezca una bolsa, al tiempo que dais las gracias. Los camareros merecen especial atención, son los que más sufren las malas caras y los desplantes de los clientes. De alguna manera tenemos que quitarles de la cabeza que es una buena idea echar unas gotas de evacuol en la sopa. 

En fin, mis propósitos para el nuevo año, es que volvamos a ser los mismos tipos majos que hemos sido casi siempre. Lo digo por si cunde la idea.








martes, 31 de diciembre de 2024

Feliz año y eso

 



Todos los años nos deseamos feliz año nuevo, sabiendo que de nuevo no va a tener nada. Y más nos vale. Cada vez que estrenamos un año, nos sale peor que el anterior. Dentro y fuera de España. 

Dentro, confundiendo la Luna con el dedo que la señala. Hay un defraudador reconocido y cuando lo señala el dedo de la Ley, todos nos fijamos en el dedo y el defraudador bailando claqué vestido de gorila al fondo, sin que a nadie le llame la atención. Es más importante fijarse en que el dedo de la Ley tiene caca en la uña.

Fuera, tenemos a un estado dirigido por un acusado de corrupción que para desviar la atención, mata a Dios Bendito si es necesario. Un corrupto que confunde el derecho a la legítima defensa con una guerra de ocupación y aniquilación. A posta. Y a casi nadie le parece mal del todo, o al menos, no tan mal como para denunciarlo sin medias palabras ni medias tintas ni medias naranjas, que para media naranja ya está USA.

Siria, Putin, Ucrania, Yemen y los chinos, han pasado a segundo plano, si será gordo lo que aparece en el primero. Pero hay colas para comprar lo que sea, y mientras eso sea así, lo demás carece de importancia.

Este año como novedad, hemos traído a los elfos y sus absurdas huellas de barro pequeñitas en el pasillo. Dentro de otros pocos Años Nuevos, celebraremos en nuestras casas el Día de Acción de Gracias. Ya todos sabemos que el Black Friday se celebra el último viernes de noviembre, pues id aprendiendo que el cuarto jueves, toca pavo. Y nos los venderán cuadrados para que quepan perfectamente en el horno aprovechando al máximo el espacio.

Y para visitar los puestos de Navidad de la Plaza Mayor, que era lo único que me gustaba, tendremos que pedir cita previa por Internet. Y la Gran Vía de Madrid... mejor no os cuento cómo estaba ayer. Qué caramba, sí os lo voy a contar, porque para eso he empezado. Estaba llena de tradición. Una tradición que se nos ha ido de madre, se nos ha desparramado por todas las calles, plazas, portales... poniéndolo todo perdido de vasos de papel, botellas de plástico, otras de cristal rotas, latas de cerveza, envoltorios de Mac Donald's, servilletas del Starbucks... una delicia. 

Lo malo de las tradiciones es que son impuestas y todo el mundo tiene que seguirlas, a diferencia de las costumbres que cada cual tiene las suyas. Yo tengo la costumbre de cagar en pelota, pero no se lo impongo a nadie, sin embargo todos me imponen a mí la tradición de no poder circular por la Gran Vía ciertos días del año.

De todas formas, para que veáis mi buena disposición, os deseo a todos un feliz año nuevo, aunque de nuevo no tenga nada. Besos y abrazos.

sábado, 7 de diciembre de 2024

Peligro: un libro anda suelto

 


Otra historia de Heracles. Ese tipo que cuenta unas historias que sólo se cree su mejor amigo. La de de hoy, no se la puede creer ni él.


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domingo, 1 de diciembre de 2024

Para darse con un canto en los dientes

 





Aquí está el primero de los IN que duran más de tres minutos. Al menos, escuchad los dos primeros minutos y medio, y si no os engancha lo dejáis.


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miércoles, 27 de noviembre de 2024

Oido al parche

 


La vida cambia, lo he dicho muchas veces y muchas veces esta idea me ha servido de pretexto para escribir un artiblog. También cambian los blogs, pues son parte de la vida y, que duda cabe, también ha cambiado La tertulia perezosa. Ahora en lugar de leerse, se escucha. Se escucha AQUÍ, en el canal Instantes Narrativos.

Instantes Narrativos, es un proyecto, idea de mi amigo Marcos Carrasco, que como ya sabéis, consiste en un espacio en el que combinamos sus imágenes y su música, con mis textos. Hasta la fecha, parece que resulta bastante apreciada la iniciativa y cada vez hay más interesados en sus contenidos.

Nos alegramos y agradecemos la buen acogida. Pero..., todo cambia, tal como decía al principio, y tampoco Instantes Narrativos puede escapar de esta ley universal.

A partir de la próxima entrega, los artículos, reflexiones y cuentos, van a durar más; cerca de los quince minutos. 

Vamos a contar las historias de Heracles. ¿Quién es Heracles? No se trata del héroe mitológico, sino de otro Heracles, un tipo vanidoso, excéntrico, disparatado, bebedor de cerveza y por encima de todas esas cosas, un gran fabulador: le encanta contar historias. 

Sgún su incondicional amigo y compañero de libaciones cerveceras, todas sus historias son auténticas. Yo no estaría tan seguro de su autenticidad, pero en fin. 

Si las escucháis, vosotros mismos podréis decidir si creerlas o no.

La primera de estas historias, aparecerá muy pronto. Esperamos que os gusten.



sábado, 16 de noviembre de 2024

domingo, 10 de noviembre de 2024

Predestinación

 

No todos los bebés traen un pan bajo el brazo cuando nacen; algunos se lo tienen que currar.





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