"Ojalá pudiera sentarme satisfecho en mitad de mi vida, tal como parecen hacer los niños, sin estar constantemente preocupado por el estado de las cosas, por mañana, la semana que viene, el año próximo. Pero desde que tenía catorce años, cuando conspiraba contra mis padres, sin darme a la fuga como pretendía, sino esperando el momento adecuado y preparándome, sabiendo que algún día estaría preparado, desde entonces he tenido la necesidad de ver el futuro como una meta. Siempre he necesitado que cada día suceda algo que evidencie algún tipo de progreso o acumulación. No soporto que las cosas se ralenticen, que no haya suficiente intensidad. Pero ahora recibiría con agrado un periodo de sosiego. Tengo la esperanza de que con el tiempo llegue ese momento."
Hanif Kureishi, Intimidad, Anagrama, Bs. As., agosto 2013.