Aunque la tortilla de patatas está siempre asociada como enemiga de cualquier dieta, de esta forma os aseguro que se puede comer.
De entrada las patatas están semi-cocidas pero con el mismo sabor que las hechas tradicionalmente, aunque sin todas las calorías que le añade al hacerlas fritas.
De todas formas si a alguien le pareciera diferente, con el relleno terminamos con las dudas, no se nota absolutamente nada ni en sabor, ni en textura.
Se puede tener hecha de víspera y rellenar en el momento de comerla y si la tenemos abierta también se le puede dar un golpecito de calor en el micro.
La mezcla de caliente-frío es genial.
4 huevos
1/2 cebolla
4 lonchas de pavo en lonchas
1 tomate grande
Mayonesa o ali-oli acalórico
Aceite de oliva
2 patatas grandes
Se cortan las patatas para tortilla. En una sartén se sofríe la cebolla
en juliana muy finita en una gota de aceite y cuando esté transparente se añaden las patatas.
Se dejan hacer a fuego muy lento y tapadas hasta que estén muy tiernecitas y jugosas.
A
continuación se baten los huevos y se mezclan con las patatas. En la
misma sartén y con todo el aceite escurrido se cuaja la tortilla de
patatas hasta que esté bien hecha y doradita por fuera.
Se deja templar y se corta por la mitad para a continuación rellenar.
Encima de la parte de abajo se va poniendo unas hojas de lechuga, encima
una loncha de jamón por persona, rodajas de tomate y encima lechuga
muy picadita. Regar por encima con mayonesa ó ali-oli acalórico, según el gusto y
poner la otra media tortilla encima. Se puede rellenar con otros ingredientes como atún ó pechuga de pollo.
La imaginación al poder.