La aventura aparece, muchas veces, donde menos lo esperas.
Un camaleón escalando (con su casco y todo), 15 friends en el arnés y no encuentras el que te hace falta, se le sale el hombro a Israel, viene Tarzán, a Panchi se le caen unas "piedrecillas", Marili haciendo puenting, pasas las de Caín en un 6a (o eso dice el croquis), subes por una chimenea a la conquista de un prepucio, ola de calor, sudores mil, atasco infernal, torradas, galaos, ricos pastelitos, risas, en fin... un poco de Portuguesismo.
En una de las fantásticas fisuras del Canto Noroeste, al fondo los Teclados.