jueves, 10 de diciembre de 2009

Instantáneas II


Emanuel cantando a la izquierda y nosotras al fondo, a la derecha, interviniendo la mesa :)



Intervención artística de una mesa de la Cervecería Popular



" Las intervenciones artísticas proponen la irrupción por parte de los artistas en un espacio -generalmente público- y/o la modificación de objetos predeterminados. Hay una reelaboración conceptual y en algunos casos material, que se completa con la mirada del espectador. "

hacedoras en acción


Collage de la esquina de cada una en la mesa, casi casi como se ve en la vida real



pequeñas sorpresas en suspenso


Nuestros libritos esperando a lectores desprevenidos en la mesita del bar

martes, 1 de diciembre de 2009

Instantáneas

Los libritos invadiendo el bar



Ella-Él, el libro de Elsa, encabezando las filas y seguido
por la Tierra de Sirenas de Karina





Karina en pleno acto de lectura obsesiva :)

( fotos del miércoles pasado, 25/11, con Deseos y Obsesiones)



domingo, 29 de noviembre de 2009

Cadáver equis participativo tema: "Deseos y Obsesiones"

I

No hay paisaje más desolado que ver el fondo vacío de un vaso cuando estás muerto de sed,
sed de caminos que me llevan a un estado de paz.
Paz, pasamos de largo con ésto.

Esto está muy bueno y aunque no me deje en paz, tampoco me genera tormento la cantidad de ideas que llegan cuando intento concentrarme.

Concentrarme para no equivocarme, para que me quede bien prolijito, prolijito, sin pasar la línea del borde y que un color no se mezcle con el otro y no quede un tercer color en el medio, que no tiene nada que ver con lo que yo elegí, porque por algo lo elegí así, pero que quede prolijito... y ay! me pasé, la gran siete...

(Siete es el número de una persona genial.)

II

Qué buenos los deseos y sanos y también importante! No arruinemos a ellos con obsesiones. Yo te cuento, quiero salir, pero creo que me olvidé de cerrar las persianas, vuelvo, salgo, pienso: "¿las cerré?"
Obsesión... ¿qué es esa palabra? La siento poco agradable, aunque agradables son las cucarachas que siempre las baño en raid y vuelven igual...
(como todo lo que a uno le resulta desagradable, que por más que intentes deshacerte de eso siempre vuelve.)

Al igual que los piojos y las liendres.

Sí, si, ahora sí, eso es para mí una obsesión. Años, varios años conviví con esa obsesión, me tenían loca los piojos y las liendres, esos bichitos jodidos que te hierven la cabeza.

(Je)


~Gracias siempre a todos por venir~
Las hacedoras

viernes, 20 de noviembre de 2009

Cadáver equis participativo tema: "Recuerdos y Amnesias"

I
El olor de la esquina trajo todo tu ser a mi cuerpo, deseé volver a mi caminata amnésica.
Música acústica, probabilística, balística, tísica.
Basta.
Basta para mí, basta para todos.
Todos y todas aquí con pocos recuerdos y muchas amnesias, haciendo fuerza. Mucha fuerza. Amigos, yo voy para adelante haciendo todo lo que puedo.
Puedo recordar muchas cosas pero todas me llevan a vos.
II
El olor a papa frita me lleva a la casa de mi abuela, su cocina, el lugar donde paso bastante tiempo pensando en alimentar a mis hijos y nietos con lo mejor.
(Porque comer no es alimentarse, pero recuerdo cuantas veces mi papá me pelaba fruta para hacer letras de licuados mezclados con zanahorias, zanahoria que es muy buena para la vista, para poder ver mejor a las hacedoras que dejan mucho más de lo que se llevan.)
Llévense mis días los recuerdos que hoy no recuerdo, ufa!
Ufa, ¿será posible que no pueda recordar nada de lo que me has dicho en los últimos veinte años?
Menos mal que te has quedado sordo.
Una historia de amor, no será la última seguramente.
Y mejor así.
Sobre el amor se suele creer, crecer, entrar, salir, escuchar, ver, sufrir, gozar, parir (sobre todo saber que desde el amor se monta la libertad.)

III

Nostalgia me producen estas callecitas de Bernal, estos chicos adultos que conozco desde su adolescencia, esta esquina tan especial.
Nostalgia, la vida pasa y nos quedan los recuerdos que nos llevan a esos lugares que han sido a veces gratos y a veces no. Pero la vida es bella y con ella los recuerdos nos fortalecen y nos permiten avanzar hacia ese futuro incierto en donde todo está por suceder.

sábado, 14 de noviembre de 2009

2º cadáver equis participativo de San Telmo, gracias a todos!

Hoy me encontré con una triste sorpresa, un viejo ombú de la calle Guido había sido cortado, ¡qué desgracia, el amor no correspondido!

(pero sí correspondencia, la que les mandé sin respuesta a todos los interrogantes de la vida que da sorpresas y si no estás presa, mejor.)

Mejor ni hablar de lo nuestro.

Nuestro momento es ya.

Ya, hoy, el presente.

Tuve que cruzar la ciudad para ver a una amiga y me mojé porque llovía mucho. Mucho es todo.
(Siempre hay algo más perdido en la esencia del tiempo y la distancia que hay muchas veces entre seres humanos cercanos físicamente por las circunstancias de la vida.)

A los 27 no sabía que la vida me iba a dar una segunda chance a los 40 renglones en blanco que deberán ser o no ser.

(Ser, estar, vivir, disfrutar a cada momento, en cada instante, instante éste irrepetible, inigualable, como inigualable es el brillo de sus ojos con un pequeño desvío… en el camino de la vida.)

Buen momento compartido por todas las personas que amo. Cada momento, cada tiempo, cada espacio compartido es mejor que solos y cada uno da lo mejor. Mejor amor en mano que tres volando alto sobre la ciudad.
Veo a todos en sus pequeñas cosas.
Levedades cotidianas asoman sobre tus ojos una sonrisa infinita.
La sonrisa infinita de tus palabras se acercó nuevamente a mis ojos dormidos, expectantes y sombríos. Qué lindo!
(entretenido, creativo, cada uno brindó lo suyo, lo mejor, su arte. Amar es arte, sólo se animan los artistas que muestran en sus obras el alma. )

Alma mía, nuestra.

(A esta altura, lo mío es tuyo y esto también incluye mi alma, tu alma, mejor la nuestra.)
Nuestra mirada se cruzó a la vereda de enfrente.

jueves, 12 de noviembre de 2009

1º texto participativo del encuentro literario en cervecería popular

Este texto que subimos es el fruto de un cadáver exquisito realizado por las personas que se encontraban en la Cervecería popular el miercoles 11 de noviembre con la temática
"Amor - Desamor".
Muchísimas gracias por la participación.
**Las hacedoras**
Que amor tan placentero, tan abarcativo el de mis hijos. Hijos son los que unen a veces a una pareja y aunque el agua parezca estancada, siempre encontrará un lugar por donde fluir, como el amor cuando tiene que ser.
Un recuerdo me hace llorar.
Estas en el verde y en el aroma del río. El amor es un don que no todos tienen la suerte de conocer. El perfume de tu piel me estremece, me emociona. Tal vez se haga realidad mi sueño de volver a enamorarme.
Estas en el olvido.
Gran amor debe sentir uno consigo mismo, si uno se ama y se respeta, entonces los demás nos amarán y respetarán. Respetan el amor aquellos que sean fieles a su amado, como el día es amado cuando nos dejó algo que aprender.
Quisiera el destino tener reservado un nuevo gran amor, múltiples inseguridades, platónicas ilusiones, inabarcables multiplicidades desconocidas y lejanas.
Hay que frenar.
Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos. ¿hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo?

(Amar hace bien a la salud mental, aunque a veces no nos demos cuenta y no le prestemos la atención debida.)

viernes, 2 de octubre de 2009

Corría 1925

Guillermo Cañete había recibido en su casa, la visita del cartero. Con cierta ansiedad toma la tarjeta postal que le fue enviada.
Desconocía la caligrafía, no eran esas letras perfectas, que en esa época se dibujaban en el papel, a fuerza de muchas horas de escribirlas repetidamente y que necesitaban de grandes adornos, para saber mejor.
La escritura denotaba apuro, leyó la misiva.
“Amigo Guillermo le vengo a avisar que he cambiado el domicilio a la calle Perú 857 y no venga hasta que yo les avise.
Recuerdos a mi familia”
Antonio Calafate.
Leyó una y otra vez.
Había sentido la necesidad de salir corriendo para avisar a todos los que ansiaban noticias, pero trató de pensar, antes de actuar.
Se dirigió a la casa de su amigo. Las ventanas estaban completamente cerradas y la puerta de madera labrada que daba a la galería, con un pequeño toque se abrió.
Fue recibido por el perfume de los jazmines en flor, que se mezclaba con el aroma no muy agradable de verduras, que estarían hirviendo para hacer una sopa.
Se acercó a la cocina, allí estaba la mujer y los dos pequeños hijos de su amigo.
Todos tenían los ojos rojos, y habían llenado de lágrimas ese lugar.
Guillermo les mostró la tarjeta postal. Leyò una y otra vez.
“Saludos a mi familia”
Era él, que no los había abandonado. Era él que mandaba señales.
Inmediatamente la mesa fue servida. Esa sopa de verdura supo a manjar.
De regreso a su casa Guillermo trató de dormir, pero no lo logró. Recordó a Antonio al frente de la marcha obrera, defendiendo con su cuerpo las injusticias y enfrentando a los poderosos que pretendían que no pensara.
Se asomó por la ventana queriendo alejar la noche, pero todavía estaba allí. Se sentó en el viejo sillón, que estaba junto a la puerta a esperar el día y el sueño lo venció.
Cuando despertó la mañana ya partía, arregló su ropa, juntó las pocas monedas que le quedaban y fue a tomar el tren que lo llevaba a la Capital.
Bajó en la estación terminal cruzó la gran plaza, carros, coches y tranvías se movían sin cesar.
Preguntó por la calle Perú. Estuvo a punto de llegar pero en su cabeza las palabras volvían.
“Amigo Guillermo le vengo a avisar que he cambiado de domicilio a la calle Perú 857 y no venga hasta que yo les avise”.
No pudo traicionar a su amigo, volvió sobre sus pasos a esperar una nueva señal.

Mirar la luna

Ella entrega su cuerpo al mirar la luna.
Su pelo flota en pequeñas ondas amarillas.
Ella libera su voz, grita, aúlla, gime, balbucea.
Los sonidos recorren caminos, bajan abruptamente hacia un abismo, buscando una salida y gozan al hacer pequeños zigzags que ríen y sueñan.
Ella encuentra la felicidad al mirar esas chispas de vida que acompañan la noche.
Ella sonríe con esa sonrisa de teclas blancas que bailan apuradas saltando al compás de una rumba movediza, excitante y sensual.
Ella busca abrigo y refugio, para gozar.

martes, 29 de septiembre de 2009

Costa Este

Antes de ver partir el sol, caminó al puerto.
Barcos se movían en las aguas, amarrados a los postes.
Caían las aves en picada y oleada, y se levantaban apenas.
Abrían las alas y las movían con velocidad al ras de la superficie.
Borboteaban las bocas del muelle agua estancada.
Corrían sobre el muelle unos niños sin nombre.
Ardían sus cuerpecitos a la luz del sol que atardecía.
Bordeaba la luz toda la
Costa este.

Naranjas las costas del puerto.
Negras las aguas profundas.
Rosas y blancos los reflejos de las nubes en el agua.
También celestes, de a retazos.

Una nube blanca, dos nubes rosas.
Tres niños corriendo en el muelle.
Un centenar de gaviotas.
Un millón de peces bajo el agua.

lunes, 21 de septiembre de 2009

La mesa

Ella está guardando su ropa en un bolso, ya acomodó dentro de los canastos la vajilla, los artefactos eléctricos, la ropa de cama y los manteles. Todas sus pertenencias ya están preparadas para ser llevadas por la mudanza.
Recorre las habitaciones, la más amplia la recibe con una canción de cuna, aquella que escuchó durante su infancia.
Cuando entra al comedor, una sensación extraña la envuelve.
En ese lugar cuando aún era niña, ocurrió el mayor episodio de violencia.
Ese día pudo esconderse debajo de la mesa grande, de noble y fuerte roble, vestida con un hermoso mantel tejido al crochet.
Una imagen vuelve a su mente, unos ojos celestes y una mano empuñando un cuchillo. Ruidos extraños, gritos, miedo que se instaló en su frágil cuerpo y un pedido de ayuda que no fue escuchado.
El arma cayó al piso, dejó huellas de sangre que se escabulleron entre los poros de las baldosas de granito, ya gastado por los años y la continua limpieza, a fuerza de trapo y cepillo.
Silencio y pasos apurados. Puertas que se cerraron; voces extrañas, y por último, una mano que la ayuda a salir de su escondite. Unos ojos celestes se clavan para siempre en su memoria.
A partir de allí, las personas que habitaban esa casa se habían reducido.
No preguntó porqué, cómo, ni quién. El miedo paralizó su pensamiento. Su decir se congeló ese día.
Nunca más fueron escuchadas canciones infantiles, ni acordes de ningún instrumento.
Las huellas exteriores fueron borradas; las del alma quiere callarlas.
Llega el camión de la mudanza. Todo está cargado, menos la mesa de noble y fuerte roble.
Elsa.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Luisa

Ella cose todavía.Detrás de una ventana amarilla ella es la costurera del barrio. Un cartel con letras humildes arriba anuncia que allí hay una MODISTA. El cartel avisa a los ojos distraídos que allí se cose todavía. Hoy que todo viene hecho y que lo que se rompe se tira, ella cose todavía. Mas abajo, en letras aún más modestas, agrega para los curiosos, que se hacen arreglos a medida, cambio de cierres, detalles de botones y bordados.Cose mientras en la radio añora la voz del peruano y una voz porteña lee un poema de Neruda, dejando para después un tango.Por la ventana entra el sol de las cuatro de la tarde y se apoya en una tela a cuadros rojos y azules, con unos vivos blancos. Ella recompone el desgarro y cabecea en un vaivén provocado por el pié que se apoya en el pedal y le da un ritmo a su canto. Su voz se cuela por la ventana semiabierta y viaja en círculos de aire hasta mí, que estoy pasando. Que me asomo perpleja a su encanto de antaño.Ese marco amarillo donde perpetuamente ella cosiendo se ha quedado, con su cuerpo inclinado, con el mechón de su pelo gris que le cuelga como un manojito de pensamientos desolados.

-Pato-

martes, 15 de septiembre de 2009

Hoja en blanco

Llego a este sitio blanco perforado de neblinas.

Nunca sé cómo llego a esta especie de meseta árida, donde los pies se hunden en profundos silencios embarrados. Me pregunto cómo he hallado este hueco que me abarca por completo y me empuja a una pasarela de renglones despoblados.

Yo sólo sé que me seduce un viento de palabras, que rebotan en mi sangre y al ir buscándolas, me galopa un sentimiento en las arterias. Voy encaramada en él, en un vago intento de llevarlo a destino.

Sólo sé que me viene a buscar la mirada de la chica que vende sahumerios en la esquina, o la mano del loco de las flores, o la tristeza de andén que tienen algunos días específicos o el tipo de la carnicería con sus ojos agigantados. Yo sólo sé que me dejan sus manos abiertas como pájaros en esta playa blanca, para que me arregle o me deshaga en intentos vanos.

No soy más que esas manos amuradas al desierto de mi alma, buceadoras natas de mi misma, que se vuelcan a hurgar desesperadas sobre estas letras que me llaman.

-pato-

Hecho en casa


No es fácil hacer.
Hacer es atrevimiento, es osadía, es sentimiento en acción, es ganarle al miedo, es placer. Es salirse del mísero asesino que todos tenemos dentro, de ese mísero dictador que te acobarda, que te dice que te va a salir mal, que no servís. Si, ese mismo que te mete en tu cocina, en tu cama, en tu cueva y te tapa hasta dejarte bien solo temblando de frío.Ese que te hace sentir un ridículo o un imbécil solitario, cuando tan sólo sos un soñador.
Amo a los que hacen, porque me emociona esa chispa que los saca de la nada, del vacío, del mutismo, del silencio malhechor que acecha en las esquinas de la mente.

lunes, 14 de septiembre de 2009

seré




Un día seré sólo noche
y una flor en mi paisaje
será magia.

Saldré
de
esta
jaula
de
tanto

y salvaré a mis ojos.
k.a.

el calvario de él

















(epílogo del que dejó por exceso de amor, ay!)


Collete es un campo de girasoles
en una habitación llena de espejos,
una avellana pequeña que se lleva puesta
en cualquier parte, un silencio.

Me pregunto si la hubiese hallado inevitablemente, si podría haber existido sin que alguna parte de mí la estuviese buscando.
Le doy vueltas a su cuerpo, le revuelvo el pelo imaginario y encuentro flores, sólo flores.
No hubo manera desde que la vi.
Las maneras quedaron tumbadas a un costado, dormidas, si las hubiese despertado y me hubiese forzado a usarlas para evitar a Collete, calculo que habría muerto de alguna enfermedad antinatural y prematura.
¿Cuándo es que ella pasó de ser un simple cuerpo mortal a todo este aire que respiro? ¿Qué límite fue el que crucé y hacia qué ruta o hacia qué zona me llevó, que terminé asfixiado en ella tan dulcemente? ¿Por qué no pude encontrar la llave de su vientre para tragármela sin miedos, según me estaba urgiendo la pulsión, por qué no supe?
Sencillamente me pierdo.
Voy, sigo, vengo, hablo, tomo agua, pero ya se sabe que no es así. Abandonado por el circuito estelar completo me debilito mudo, quieto, sentado. Me rasco la cabeza y siento el girasol escondido de su mechón izquierdo, muevo los dedos cerca de mi vientre y tiemblo. Cualquier cosa que toque se siente más, mis dedos no son los mismos después de haber contorneado su perímetro, son como armas sensibles que podrían sepultarme haciéndome notar las diferencias.
Me quedo quieto.
Por las noches mendigo un poco de paz pero viene el silencio y me habla con un ruido de crujimiento de bolsa.
Me resisto a tocar los posabrazos del sillón. Apoyo mis pobres brazos contra mí mismo y me los cruzo sobre las piernas para burlar al cuero bordó que su parte animal rozó en todos sus frentes, con cada uno de sus puntos de piel y en cada poro de la superficie bordó. Infinidad de posibilidades matemáticas de dos cuerpos rozándose por todos sus lados, infinidad quizás incontable, pero todos, y yo ahí, sentado.
Podría cambiar de sillón, me digo, sí podría, pero tendría que moverme, entonces digo no y me quedo quieto. Los movimientos bruscos son directamente proporcionales a lo punzante de las sensaciones que me traen y un movimiento brusco en mi caso sería fumar. Me quedo quieto y me prohíbo fumar. El humo me genera las visiones más apocalípticas de Collete desnuda entre camalotes intensamente vivos y eso me perturba.
Desnuda entre todos los animales de la selva, adornada de camalotes y con el pelo largo, muy largo, hasta los pies, saltando de piedra en piedra sobre un lago, libre, única y de pronto mirándome sin intención alguna para mostrarme un pez quizás, o un yuyo y verle dilatársele las pupilas negras de pronto y saber que se enciende, que brilla, que late, que me mira y me arde, que me mira y me pierde, ir…
Me perturbo.
En este sentido, Collete me ha hecho un bien con el tabaco y dirige mi salud hacia la durabilidad longeva de mi persona, que reforzándose con mis antepasados genéticos, me asegura una tortura quieta durante aproximadamente 45 años más, duplicando mi bochornosa edad actual. Porque todo me avergüenza, incluso el no fumar.
Disimulo.
Parezco repuesto, parezco saludable. No noto mi fracaso reflejado en las retinas de nadie. El mundo es tan ciego que no se da cuenta y progreso. Se me ignora y eso me reconforta.
Al menos mi tortura no se potencia con las miradas de los demás, y ya que para mí son nadie, me alegra saber que yo para ellos también.
Me alegra encontrarme solo en ésto.
Que nadie lo sepa.
Que no lo vean, ni lo intuyan, ni me juzguen, ni me puedan tener pena.
Mi calvario escondido es sólo mío y es lo más mío que tengo.



k.a.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Letras nómades

Somos un grupo de escritoras cuyas letras se encontraron y se pusieron en movimiento. Dejaron de ser sedentarias, dejaron de guardarse como hojas en los cajones, se liberaron del polvo que las cubría, se pusieron tacos y salieron a la calle.Autogestionamos nuestra propia edición casera de libros artesanales y los vendemos a precios económicos.
También realizamos lecturas en bares de la zona para darnos a conocer.
Esperamos que vean aquí un poco más sobre nosotras!