El colmo del aprovechamiento: los orillos de las telas.

Desde que descubrí lo que sale de la cabeza y las manos de Karen Griska usando como materia prima los orillos de las telas ando loca por meterle mano al asunto. He comenzado a atesorar orillos porque hasta ahora, a pesar de que guardaba el más mínimo trocillo de tela, no se me había ocurrido conservar los orillos a pesar de que los miraba con pena pensando si podrían servir para algo. He empezado con una funda para la cámara de fotos; coser y cantar...

... un rectángulo de tela del tamaño adecuado sobre el que coser
... un trozo de guata
... y a coser tira sobre tira... (Karen lo explica muy bien aquí)

Sí, ya sé que la bolsa pedía a gritos un bies negro pero vivir “andediós” tiene, entre otros problemas, que para ir a una mercería hay que echar merienda, y como no podía esperar para terminarlo he usado ese naranja que veis, el único que tenía… pero bueno… así la veo bien si la dejo tirada por algún lado y se me extravía.
Después he hecho un cuadro con una flor que me ha quedado así de vacilón:

Me ha gustado tanto que ahora quiero hacer una colcha pero necesito muuuuuuuuuuuuuuuuchos orillos para eso, de manera que aprovecho este escaparate público para hacer una propuesta de intercambio a todas las amigas y colegas:
"CAMBIO ORILLOS DE TELAS DE CUALQUIER LONGITUD Y UNA PULGADA A UNA PULGADA Y MEDIA DE ANCHO POR FRAGMENTOS DE TELAS DE TRES PULGADAS CUADRADAS DE SUPERFICIE COMO MÍNIMO. Escribir para intercambiar direcciones."