Desventuras de un Belén que nunca llegó a su destino o “Donde hay confianza da asco”

Hete aquí que en la Navidad del 2008 me tocó hacerle un adorno navideño a mi amiga Pepa, mi compañera de mesa camilla, mi hermana. El intercambio se realizaba entre el encantador puñado de amigas “laboriosas” con las que compartimos grupo de Yahoo y, como en todo intercambio, había que cumplir unos plazos. Quería lucirme y bordé un Belén que hacía tiempo la misma Pepa había encontrado libre en la Red (nadie como ella para rebuscar por las intrincadas veredas del “Internés”) Como había confianza me dije que si me retrasaba no pasaba nada…
El modelo era monocromo pero yo -ya sabéis de mi alma colorista- convertí en policromo registrando entre mis siempre desordenados hilos.

Me encantó el resultado y quedé satisfecha. Cierto que ya había pasado la Navidad pero como hay confianza…
Resultó que el tamaño y la belleza del invento (de verdad que me pareció magnífico, mucho mejor que en el rojo 489 original) pedían a gritos un enmarcado, así que fue guardado en una caja para llevar al señor enmarcador cuando tuviera un ratito. ¡¡¡¡AAAAGGGGGGG!!!! Parece mentira que después de tantos años de convivir conmigo misma aún no me conozca: ¡prohibido guardar lo que no quieras que se te pierda Carmeli!

A Pepa no le importará que me retrase, que somos como hermanas, y a una hermana no se le echa una bulla por no tener un Belén en Navidad.
Cuando lo encontré, buscando otra cosa, decidí enmarcarlo yo misma y volví a equivocarme: ¿por qué me meto a cortar un “paspartú" haciendo un arco de medio punto ¡Señol! y a pegarlo con cola, con mucha cola? ¡Ay! mi delicado Belén bordado? El resultado es que cuando retiré el horrendo cartón, parte de la celulosa quedó pegada al lino, peligrosamente cerca del bordado. ¡¡¡¡¡AAAAAGGGGG!!!!! El dichoso “belensito” ha estado todo el año llamándome a gritos desde su caja de manera que, casi con pesadillas ya, decidí terminarlo para esta Navidad enmarcándolo con tela, una seda salvaje que me parecía adecuada para la obra, manteniendo el arco superior y tapando la costura, que presuponía fea, con una picunela pequeña.
Manos a la obra y nueva desventura: voy a intentar quitarle el cartón con agua…. ¡Nunca lo hubiera pensado!: el hilo rojo en el que bordé a San José, La Virgen y el niño era de esos de marca superguay teñido a mano y… ¿habéis cocido remolacha alguna vez?... esa era el agua con la que pretendía quitar la celulosa y éste era mi Belén:

Me di por cachis, como se dice por Málaga para expresar que te das por vencido: el Belén ha vuelto a su caja y le he bordado uno nuevo a Pepa. Esta vez más pequeño, la casa de invierno del diseño de The Workbasket “Seasonal House”. Lo he terminado en forma de “Thread Keep”, es decir, un “sujeta-hilos”, y en el reverso he estampado sobre lino una imagen de los Reyes Magos con una frase. Me gusta imprimir en lino porque le da a la imagen un aspecto muy bonito de lienzo.
El feliz alumbramiento es el que veis:

¡¡¡PEPA YA TIENE MI BELÉN!!! ............
… con un año de retraso.

Pero es que... ¡DONDE HAY CONFIANZA DA ASCO!