martes, 27 de septiembre de 2011

Una historia demasiado repetida

Tiene unos 24 años, ha acabado la carrera, habla varios idiomas, es simpático, atractivo, guapete, buena persona, trabajador... y no sabe qué hacer con su vida. Esta historia, que yo mismo he vivido en primera persona, se repite demasiado (bueno, es cierto, en mi caso podemos quitar la mayoría de los epítetos tan lindos... pero la historia sigue siendo la misma).
No sabe si seguir estudiando (algo que no gusta sino a gente rara, por mucho que hablemos del tema sabemos que es así), si hacer otro máster (nótese la cursiva), si seguir en casa a la sopa boba (máxime en pueblos pequeñitos, bellísimos, encantadores... pero en los que sin los amigos que suelen estar fuera y sin dinero las posibilidades se reducen drásticamente) o si meterse en manteca.
Veréis, en Andalucía, la otrora imparable que rezaba en el marchamo socialista, las cosas nunca han sido fáciles. Mucha, pero que mucha gente que conozco, yo incluído, hemos tenido que irnos fuera a trabajar. Desde mucho antes de la crisis, pero que mucho antes.
Oiga, yo me apunto a pagar más impuestos si tenemos por aquí abajo las opciones que tiene mucha gente de Despeñaperros para arriba.
¿Que nos lo merecemos por votar socialista la mayoría? Puede, pero eso entraría en la etiqueta de política-puaj que puestos a ser sinceros tengo algo descuidada. Sin embargo, la cuestión va más allá, trasciende de lo meramente superficial, como ocurre casi siempre.
Andalucía, como mi amigo A, no es sino un niño acomplejado, un patito feo, que ha tenido la mala suerte de tener unos padres que no la han sabido criar. Seguimos estancados en hace mucho tiempo. Si os fijáis, cada vez se oye menos el topicazo del catalán agarrao, y del gallego medio tonto con su acentillo. Todos sabemos que el tópico del andaluz vago sigue cacareando por media España. Si estamos en crisis aquí abajo es porque somos flojetes, ya se sabe, que el andaluz sólo quiere siesta y fiesta.
Y todo bicho viviente, no te jode.
Sé lo que es estar los lunes al sol. Los lunes, los martes, y los jueves, y sé que llega un momento en el que nada distingue un lunes de un sábado, y todo aburre, y las ganas de hacer cosas han desaparecido.
Andalucía, como A, son como el chico que va a ligar y se frena, imaginando cómo la guapa de turno le rechaza de unas 20 maneras diferentes. Se ha reforzado la incultura, se ha premiado la subvención y el amiguismo, el compadreo, el sucio contrabando de intereses, nepotismos y despotismos.
Aquí no hemos acabado con los señoritos, ahora en lugar de llevar sombrerito cordobés o mascota campera llevan maletines y se dicen políticos, empresarios, consejeros, presidentes de empresas públicas... y seguimos igual que hace mucho tiempo.
Y el socialismo se ha portado, al margen de ideologías, mal, muy mal con esta tierra. Eso jode. Pero peor, mucho peor, con su gente. Yo, eso no lo perdono.

Verde es el color de la esperanza, y verde es el color de los olivos y de los omeyas.

A mi tierra y a A sólo les puedo decir lo que sé, que hay que ser fuerte, que todo llega, quizá a veces demasiado tarde, pero llega.
Lo que es grande alcanza su lugar tarde o temprano, y todo llega, sólo hay que aguantar el tirón y no perder nunca la esperanza.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Se acerca el Invierno

Os recordaba en el último post Juego de Tronos. Realmente no os lo recordaba, os lo sugería. Pero a veces es preferible corregir en lugar de borrar. Incluso, además de aplicable en la vida diaria, es aconsejable. La metáfora no es mala.
La serie está muy bien, muy cuidadita, con mucho dinero bastante bien invertido, y se ciñe más que menos a la novela. Con sus cosillas diferentes, pero en lo gordo se mantiene fiel al guión. Y qué guión.
Los siete reinos de Poniente que unificara Aegon el Conquistador están en manos del rey Robert Baratheon. Su mano derecha, la Mano del Rey, Jon Arryn, acaba de fallecer... y el rey decide nombrar Mano a su amigo y antiguo compañero de batallas Eddard Stark, señor de Invernalia.

Invernalia... aunque en inglés es Winterfell, creo recordar... nada más que por eso, por imaginar un lugar como Invernalia, con la familia Stark y su emblema de lobo huargo, con su lema "Winter is coming" ("se acerca el invierno") merece la pena acercarse no ya a la serie, sino a los libros. Porque no recuerdo, desde los tiempos de leer a Tolkien, ninguna saga que enganche tanto.
Muchísimos personajes, muchísima pero que muchísima intriga, acción, sexo, trifulcas, envidias, encontronazos, antigua magia casi olvidada que puede volver, odios y rencillas se dan cita en el reino de Poniente, y mucho más.
Son siete libros de los que sólo hay escritos 5. Y voy por el tercero, y merecen la pena.

Así que ya sabéis, si tenéis tiempo y ganas de leer, recordad que el Invierno se acerca.

Pd: no hace falta que os diga quién es mi personaje favorito.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El año que aprobamos peligrosamente

Actualización veraniega. Al final, limpio. Entramos en sexto de Medicina limpitos como una patena. No ha sido fácil (la pediatría en el aire hasta el último segundo, la nota de trauma a mediados de julio), pero se ha conseguido. Limpio de asignaturas de 2º y 4º. No he conseguido olvidar aquello que nos dijo el profesor de Historia de la Medicina en 2º: eres alumno del curso al que pertenece la asignatura más baja que tienes pendiente. Lo que me convirtió en alumno de 2º curso durante tres años. Y ahora, mira cómo son las cosas, de segundo a sexto.
La sombra del MIR es alargada, y a veces pienso cómo será, cómo me irá en Oviedo, si aguantaré la presión, si batiré mi record de estudiar más de una hora sentado o si continuaré estudiando de pie a intervalos de 5 minutos. Pero eso viene después de sexto, que es en lo que hay que pensar.
Mientras tanto, otro verano se nos ha echado encima. Trabajaré sólo julio, en agosto descansaré aunque sufra la cartera. Después de cinco años de sacrificio tampoco está tan mal.
Por otra parte, me dieron contrato en julio de retén. Sí, es una mierda. Ser retén es ser el pufo, el novato, el que no sabe nada, el torpe, el último de la cadena trófica. Teóricamente, claro. La verdad es que este año no lo he llevado tan mal. Se ve que me voy acostumbrando a la rutina del hospital. Aunque nací en primaria, me he hecho a este mundo, y me gusta.
Lástima por la UCI, creo que no volveré a pisarla, al menos como enfermero. Como enfermero con contrato, digo. Porque una parte de mi seguirá siendo enfermera, al menos eso espero. Y me hará mejor médico. Lo creo firmemente.
Por cierto, algún día escribiré qué tipo de médico quiero ser. Es una mezcla de personas que he conocido, de personajes de la tele y de mí mismo. Recordádmelo si se me olvida.
Si os interesa (no creo, vaya, pero da igual), os cuento por dónde he estado rotando: dejadme hacer memoria: ajá, sí... UCM (paliativos, entré el primer día, de tarde, solito con toda la planta), Neumo-cardio-digestivo, Urgencias (sólo unas horas), maternidad y gine. Me quedan una noche y cinco mañanas, y comenzarán mis días de asueto, por primera vez en cinco años. No suena mal, verdad?
Pd: he estado viendo Juego de Tronos. Si os gustan las aventuras épicas, no os la perdáis. Impresionante, os digo, hay que verla.