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domingo, 31 de enero de 2010

Y ahora, con criterio

Entre las cosas buenas que ha tenido la ILP que trata de prohibir los toros en Cataluña la más llamativa ha sido la toma de conciencia de los diversos estamentos taurinos sobre la necesidad de hacer públicos los valores de la Fiesta. Resulta sorprendente que, en gran medida, hayan sido los aficionados, y no quienes viven de esto, quienes hayan reivindicado sus valores culturales y ecológicos, quienes hayan construido el discurso sobre la libertad y quienes hayan inundado internet y los medios de comunicación con su posicionamiento.

Algún heterodoxo de la tauromaquia, como Esplá, lo ha puesto de manifiesto con contundencia en un chat en Diariocritico del que se hace eco Los toros en el siglo XXI, un interesante blog al que agradezco planteamientos novedodos y propuestas de gran interés, pero del que disiento en sus críticas (a veces realmente implacables) a muchos profesionales, empresarios taurinos y ganaderos, sin los cuales difícilmente podríamos disfrutar de nuestra afición.

Esta toma de conciencia iniciada por los aficionados (en un alto número aficionados franceses), secundada después por las asociaciones profesionales ha desembocado en una hiperinflación de actividad y repercusión mediática, tan increible (por novedosa), como estéril (por la falta de un propósito único). Pongo sólo un ejemplo. En Madrid, del 20 al 25 de enero ha habido actividades tales como: la Asamblea de la Mesa del Toro el día 20 por la tarde, el 21 a primera hora de la tarde unas Jornadas sobre Gestión de las Plazas de Toros en un escenario de crisis organizado por la Unión de Abonados y la Federación de Municipios de Madrid, y un poco después una sesión del Aula de Tauromaquia del CEU con una conferencia sobre Derechos, Toros y Sociedad; el 25, en el Senado, la Asociación Taurina Parlamentaria organizó una Jornada de día entero para hablar de los reglamentos y reivindicar la propuesta ante la UNESCO de la tauromaquia como patrimonio cultural inmaterial;...

Uno podría pensar que tal diversidad muestra a las claras la fortaleza de las estructuras de la Fiesta. Cualquiera que se acerque a estos eventos, sin embargo, se da cuenta de que la buena intención con la que todos se organizan y el gran interés de quienes intervienen como ponentes, e incluso del público en general, esconden una manifiesta falta de coherencia en lo que se hace y lo que se dice. Y, sobre todo, en cuáles son las prioridades.

Si uno, además, repasa la abundante blogsfera taurina se dará cuenta de la absoluta inexistencia de liderazgo de quienes organizan cualquier actividad respecto a quienes dedican gran parte de su tiempo a ir a festejos taurinos y escribir en la red lo que opinan de la Fiesta y de sus protagonistas.

Con este panorama, supongo que alguien, más allá de la inmediata labor de tratar de conseguir que no triunfe la ILP, estará reflexionando sobre el modo en que el sector puede organizarse para tener una voz única (o, al menos, la voz más cualificada) en defensa de la Fiesta. Y aquí, lo de Cataluña es sólo una anécdota. Lo realmente esencial son otras muchas cosas: desde tratar de que se reduzca el IVA de las corridas de toros para ajustarlo a las demás actividades culturales, hasta que vuelva a haber retransmisiones por TVE, pasando por la unificación de los Reglamentos, la mejora en la selección y cuidado de los toros, la eliminación del fraude,...

Pero, sobre todo ello, hay algo en lo que se juega la verdadera pervivencia de la Fiesta: la necesidad de que la tauromaquia tenga una presencia habitual en la sociedad. Que la tenga en los Colegios a través de actividades divulgativas sobre la dehesa y la cría del toro bravo. Que la tenga en las televisiones con programas que aunen formación e información, rigor y diversión. Que la tenga en los periódicos con secciones taurinas que vayan más allá de un escueto resumen de los festejos y una continua muestra de personajes a favor y en contra de la ILP. Que la tenga en las librerías con más y mejores libros taurinos. Y que la tenga en el conjunto de la sociedad, tal y como venimos defendiendo desde hace ya tiempo, con alguna actividad que englobe a todo el sector y muestre anualmente la relevancia de lo acontencido en una actividad festiva y reivindicativa a la vez (algo así, como una Academia de la Tauromaquia con sus correspondiente Premios Anuales, como los tiene el Cine, la TV, el Teatro,...).

Se trata, en fin, de que los aficionados (y quienes no lo son) sean conscientes de que amar la tauromaquia es ser parte de una comunidad que no tiene por qué ser muy numerosa, pero sí es muy importante. Como la es la de quienes aman la ópera o el flamenco, el ballet o la escultura.

Y para ello, son los profesionales (toreros, ganaderos y empresarios fundamentalmente) quienes tienen que tomar conciencia de la necesidad de crear estructuras que más allá de la defensa de sus intereses, se preocupen de la difusión y puesta en valor de aquello que a ellos les da de comer y a muchos aficionados les da la vida. Y tienen que apostar por una transparencia sin la cual todos los actos que se están realizando serán perfectamente inútiles para el asentamiento y promoción de la cultura taurina en nuestra sociedad. Que es de lo que se trata.

Vamos, digo yo...

viernes, 22 de enero de 2010

La gestión de las plazas de toros

Gracias a la amable invitación de la Federación de Municipios de Madrid y de la Unión de Abonados, ayer jueves tuve la oportunidad de participar en una interesante Mesa Redonda sobre la gestión de las plazas de toros de titularidad pública en un escenario de crisis económica.

No es éste el lugar de desgranar el contenido de las intervenciones, algunas realmente jugosas y que dieron paso a un animado debate, pero sí quisiera dejar apuntados, de forma somera, cuáles fueron los ejes del planteamiento que realicé y que trataba de dar una respuesta (breve, pero heterodoxa y provocadora) a cinco preguntas:

1.- Cuál es la labor de los Ayuntamientos en relación con la gestión de sus plazas de toros. A mi juicio, su labor es de defensa y promoción de la cultura. Y, por tanto, deben enfocarlo del mismo modo que enfocan certámenes culturales, de teatro, de música, de literatura, de formación a jóvenes y mayores,... Es decir, sin pretender que les reporte un beneficio económico y sin ocuparse de cuál es la demanda de esa actividad concreta. Un Ayuntamiento no programa un espectáculo de danza, de flamenco o de jazz porque haya muchos aficionados en su municipio, sino porque creen que es su obligación defender y potenciar la cultura. Pues eso.

2.- Cuál es el mejor sistema de gestión. Hay una tendencia general a preferir el sistema de gestión directa, y de hecho ha dado muy buen resultado en varias plazas. Pero este sistema exige una verdadera involucración del Ayuntamiento en la promoción de la Fiesta. Si esta involucración existe, casi cualquier sistema sirve. El problema es que cuando hay concesiones el Ayuntamiento suele desentenderse. Por eso, el problema no es el sistema de gestión, sino hasta qué punto el Ayuntamiento está dispuesto a asumir su labor de promoción cultural a través del conocimiento, difusión y promoción de la tauromaquia.

3.- Qué importancia tiene la experiencia. Por desgracia, en la actualidad, muchísima. En muchos Pliegos recientes, entre el aspecto ecomómico (canon, precio de las entradas y reformas en la plaza) y la experiencia, suponían más del 63% de los elementos de valoración de la oferta. Esto es una barbaridad. Respecto a lo económico, por lo indicado en los apartados anteriores; y en cuanto a la experiencia, porque es un modo de cerrar las puertas a la promoción de empresarios emprendedores que lo están haciendo bien, pero que si es preciso haber gestionado una plaza de primera para gestionar cualquier plaza de primera y muchas de segunda, cuéntenme ustedes cómo puede aspirarlas a gestionar alguien que haya empezado desde abajo.

De este modo, a mi juicio, la experiencia (y una experiencia matizada, luego diré por qué) debería ser sólo un criterio para ser admitido en la contratación, pero superando esa experiencia mínima, lo único que debería valorarse es cuántos festejos se ofrecen, con qué toreros y ganaderías, qué difusión de la Fiesta se va a hacer además de los festejos taurinos, etc. ¿Y qué experiencia debe tenerse en cuenta? Pues cualquiera relacionada con el mundo del toro (toreros, ganaderos, apoderados, banderilleros,...) y no sólo empresarios; y cualquiera vinculada con el mundo de la cultura. Esto daría un imprescindible aire fresco a la Fiesta.

4.- ¿Es posible innovar en la gestión por los Ayuntamiento de las Plazas de Toros? Por supuesto. Y sólo dos ejemplos, aunque habría muchos más. El primero es mejorar la comodidad de las plazas; no hay ningún espectáculo (y menos aún, de connotaciones culturales) en el que el espectador sufra tal cúmulo de incomodidades (lluvia, viento, sol, rodillas en los riñones,...); algo deben hacer. Y el segundo es promover la tauromaquia como actividad cultural cotidiana, en temporada y fuera de ella, organizando conferencias, visualizaciones de vídeos, exposiciones,... elementos que vayan conformando un conocimientos y profundización en el rito y los valores.

5.- Cuál es la responsabilidad de los empresarios taurinos en el desarrollo futuro de la Fiesta. Una responsabilidad enorme. Y entre otras circunstancias deberían plantearse si es razonable que la celebración de espectáculos taurinos dependa de que los Ayuntamientos quieran organizarlos (y cómo) en los cosos de su propiedad. Aunque es costoso, deberían plantearse la necesidad de que hubiera más plazas a las que se pudiera sacar rentabilidad taurina y extra-taurina en una acomodación de los requisitos de celebración de las corridas a las exigencias de los espectadores (culturales) más exigentes del siglo XXI.

Esto, como digo, es un escueto resumen de lo que planteé. Con lo que se puede estar total o parcialmente a favor o en contra. Pero que creo puede proporcionar elementos suficientes para la reflexión y el debate.

sábado, 16 de enero de 2010

Ignacio Sánchez Mejías - La Exposición

Durante las (siempre cortas) vacaciones de Navidad pude acercarme un par de días a Sevilla. Aunque las lluvias constantes recomendaban una canoa para recorrer sus carriles-bici (ya no hay casi lugar para el peatón), tuve la suerte de encontrar un día y medio sin aguaceros y poder disfrutar de su calles y de sus gentes.

Tenía especial interés en visitar la exposición que se ha organizado sobre Ignacio Sánchez Mejías en el Casino de la Exposición (justo detrás de la antigua Fábrica de Tabacos y luego Universidad, desde la que cada martes santo sale el impresionante Cristo de los Estudiantes de Juan de Mesa).

Para la mayoría de quienes tienen algún conocimiento de Ignacio SM, es sólo el torero que inspiró el Llanto de Federico García Lorca ("eran las cinco en punto de la tarde..."). Sin embargo, el sevillano, en el toreo y en la vida de su época fue mucho más. Fue quien "creó" la Generación del 27 invitando y costeando el viaje de diversos poetas a un acto de conmemoración de Góngora en el Ateneo de Sevilla, que es la celebración fundacional que da nombre a lo que después fue una generación tan diversa en estilos y calidad poética.

Ignacio fue, además, Presidente del Betis y de la Cruz Roja sevillana, crítico taurino durante un tiempo en el que glosó sus propias actuaciones en el ruedo, emprendedor de diversas empresas que le dieron abultados rendimientos económicos, amante generoso y variado, autor de teatro (y, en concreto, de la primera obra teatral de inspiración freudiana que se estrenó en nuestros escenarios), conferenciante en Nueva York,...

Por azares de la historia, Sánchez Mejías acabó muerto por la cornada de un toro de Ayala en Manzanares (Ciudad Real). O, para ser más precisos, por la falta de una adecuada atención médica después de la cornada, originada a partes iguales por el empeño del matador en que le trasladaran a Madrid, por el retraso de la ambulancia y por los escasos medios de la época.

Lo cierto es que la vida (y la obra) de Sánchez Mejías demuestran con una claridad deslumbrante que el torero no es (no tiene por qué ser) un personaje inculto y mediocre. Sino que puede unir su grandeza humana con el desarrollo de actividades artísticas variadas (toreo, literatura, mecenazgo,...).

La Exposición de Sevilla, repleta de objetos que testimonian esta vida azarosa y diversa del torero, muestran de forma didáctica no sólo la biografía de un artista, sino la explicación profunda de un tiempo y un país (las imágenes de principio de siglo con niños jugando al toro en las calles de Sevilla son auténticamente impagables).

Recomiendo a todos los que puedan que traten de acercarse a verla antes de que la clausuren a finales de mes. Y a los organizadores que, si es posible, la difundan en otros lugares de España.

(Con ocasión de los trabajos preparatorios de la exposición , Andrés Amorós ha ordenado y preparado para su publicación "La amargura del triunfo", breve pero interesantísima novela del torero, con un gran estudio introductorio, que continúa la importante biografía del maestro que publicó hace unos años en Alianza Editorial. Pero sobre la novela hablaremos otro día).

lunes, 11 de enero de 2010

La entrevista del Periódico Extremadura

La contraportada del Periódico Extremadura publica hoy una entrevista que me ha realizado Javier Ortiz, a quien agradezco, junto a Carlos, la posibilidad de dar a conocer en mi tierra "La tauromaquia a través de sus conflictos" y reivindicar lo taurino en donde se encuentra, sin duda, la cuna de mi afición.

El titular es muy periodístico y actual, aunque no sé si es el que mejor refleja el conjunto de la entrevista (probablemente, ninguna otra frase que se hubiera elegido podría resumir un conjunto tan heterogéneo de preguntas y respuestas). Lo cierto es que más que una afirmación categórica ("Los toros no se prohibirán") es un deseo, y casi un convencimiento de que, al menos esta vez, va a ser así, salvo que durante la tramitación tenga lugar algún acontecimiento ajeno a lo taurino que haga que muchos quieran reivindicar de forma estridente su diferenciación.

Por lo demás, he tenido la fortuna de coincidir con una tremenda nevada en Cáceres, como no se recordaba desde hace muchísimos años, de la que el Extremadura de hoy da buen reflejo gráfico. Además, el ejemplar incluye un reportaje sobre los quince monumentos cacereños incluidos en el Registro de Bienes de Interés Histórico y Cultural, que supone lo más granado del ya de por sí valioso patrimonio cacereño. Como me comentaba esta mañana mi madre, un periódico de los de guardar.

Lo que más me ha hecho reflexionar de la entrevista, sin embargo, no está en lo publicado, ni siquiera en el azar de coincidir con la historia y la meteorología, sino en una frase que me dijo Javier Ortiz, quien reconocía que no le interesaba mucho el mundo taurino, aunque estaba absolutamente en contra de cualquier prohibición. Me comentó que el mundo del toro le parecía "demasiado atávico y con una tendencia enfermiza a la autodestrucción, a predicar que todo lo de ahora (toros, toreros, público) es un desastre comparado con lo de hace cincuenta años".

Obviamente, no me preocupa lo de atávico (según la RAE "perteneciente o relativo al atavismo", que, en su segunda acepción -figurada-, es la "tendencia a imitar o mantener formas de vida, costumbres, etc. arcaicas"). Que el toreo supone algo que nos vincula con lo antiguo es algo evidente: hoy, en una sociedad como la nuestra, difícilmente podría surgir un ritual como este.

Ese no es el problema. Lo que me preocupa es que muchos jóvenes y no tan jóvenes que se preocupan de escuchar alguna vez un programa de radio taurino, de leer una crónica,... lo único que escuchan de los taurinos son lamentos. Críticas a este mundo, no a los que nos critican.

No hay más que darse una vuelta por la blogsfera taurina para comprobar que la mayoría de los blogs ocupan casi todas sus entradas en gruñir contra todos: ganaderos que afeitan y diluyen la bravura, toreros que torean "de mentira" y no quieren enfrentarse a toros a verdad, empresarios que están ahí sólo para robar a los espectadores, críticos taurinos que no son los suficienmente agresivos con toreros y ganaderos,... ¿Pretende alguien crear así nuevos aficionados? ¿Creen seriamente que si hubiera algún espectáculo del que oyeran hablar a sus partidarios así se acercarían a conocerlo de primera mano alguna vez?

No, no estoy pidiendo que se mienta, ni que se deje de criticar lo que es inadmisible. Lo que trato de afirmar es que cuando nos están dando mandobles desde fuera hasta en el carnet de identidad no haríamos nada mal por alentarnos entre nosotros y a los de fuera poniendo algo de énfasis en lo que de bueno hay (y es mucho) y criticando aquello que merece serlo, pero sólo de vez en cuando, de forma ponderaba y proponiendo soluciones factibles.

Al hilo de la entrada anterior (la relación de premiados del 2009), José María me decía que los premios reflejaban una temporada mejor de lo que en realidad lo había sido. No es casualidad: para mí ha habido y hay mucho bueno. Disfruto mucho cuando voy a una plaza. Y antes. Y después. Por eso, no estoy dispuesto a que nadie, y menos aún los supuestos defensores de una pureza que nunca ha sido tal, me amarguen la Fiesta. Sabiendo, además, que con sus reiteradas críticas, están ahuyentando de las plazas a quienes con su presencia nos harían mucho bien.

jueves, 7 de enero de 2010

La hora de los premiados (2009)

Recién estrenado el 2010 es buen momento de recuperar una tradición iniciada en la temporada del 2008: indicar cuáles son, a nuestro juicio (José María ya dirá) los mejores del año 2009.

El asunto surgió cuando planteamos la necesidad de que la tauromaquia tuviera unos premios anuales que agradecieran lo mucho que toreros, ganaderos, subalternos y aficionados en general nos habían hecho disfrutar en la temporada. Igual (o aún con más razón) que los tiene el cine o la relevisión.

Obviamente, la perspectiva es muy parcial, porque los festejos a los que he acudido son 61 en 13 plazas. Pero como no hay ninguna institución oficial (Ministerio de Cultura) o gremial (Mesa del Toro o similar) que hagan la labor, el asunto se resuelve con las estadísticas y los premios de los medios de comunicación y los diferentes blogs que en el ciberespacio existen.
  • Mejor matador: José Tomás
  • Mejor novillero: Thomas Jouber (antes Tomasito)
  • Mejor rejoneador: Pablo Hermoso de Mendoza
  • Mejor picador: desierto (hay quien lo hace bien con más o menos frecuencia, pero no ha habido ninguno este año que me haya llamado la atención de forma continuada por su buen hacer)
  • Mejor banderillero: Curro Molina
  • Mejor cuadrilla: La de “El Cid”
  • Mejor faena del año: La de Esplá al 4º de la tarde del 5 de Junio de 2009 (Madrid). No sé si es la mejor, pero, sin duda, es una de las más emotivas y de las que se recordará largo tiempo.
  • Mejor toro del año: desierto (no es un año para premiar mucho a los toros)
  • Mejor ganadería: Núñez del Cuvillo
  • Mejor feria: La de La Vendimia de Nimes
  • Mejor tarde de toros: Pongamos varias, algunas en la que hemos estado y otras por la envidia de no haberlas vivido: la del 29 de mayo en Nimes (con indulto de Javier Conde y salida a hombros junto con José Tomas); la del 3 de agosto de 2009 en Huelva (por la gran tarde de toros de José Tomas, en la que El Cid también estuvo muy bien y Emilio Silvera estuvo); la encerrona de José Tomás el 5 de julio de 2009 en Barcelona (por la expectación y por el gesto), la del 5 de Junio de 2009 en Madrid (aunque sólo sea por la faena de Esplá), la del 21 de mayo de 2009 en Madrid (no se puede torear mejor de capote a un toro que como lo hizo Morante esa tarde),...
  • Mejor actividad de difusión de la Fiesta: Todos los artículos de opinión contrarios a la tramitación de la ILP de Cataluña.
  • Mejor obra gráfica taurina (cartel, cuadro, escultura, fotografía,...): La portada que Pablo Pámpano me ha regalado para el libro...
  • Mejor obra escrita taurina: “La tauromaquia a través de sus conflictos” (perdón por la autocita, pero digo yo que habrá que ponerlo, ¿no?)
  • Mejor empresario: Simón Casas (las dos Ferias de Nimes han sido sensacionales, y el que se haya quedado con Valencia es un reto importante en el que esperemos ponga en práctica en una feria tan importante como la de Fallas cosas que lleva afirmando mucho tiempo y ensañando en Francia).
  • Mejor apoderado: ex aequo Salvador Boix (José Tomás) y Fernando Cepeda (Miguel Ángel Perera). (Igual que el año pasado). Y Curro Vázquez, que tiene dos toreros con los que pueden hacerse de las mejores combinanciones del 2010.
  • Premios especiales: Enrique Ponce y Juli (por su afición), Morante de la Puebla (por el increible comienzo de temporada, con algunas faenas realmente impresionantes, con la pena de cómo no la he terminado con la misma fuerza y la esperanza de un año 2010 que puede ser mágico) y El Fundi (porque no se puede tener más mala suerte que la que a él le ha acompañado en una temporada que prometía ser más "tranquila"; a ver si de verdad 2010 podemos verle con ese reposo que da la experiencia y con algo más de fortuna).