La panna cotta, o panacota es un poste originario de la región italiana de Piamonte su nombre significa nata cocida, se elabora a partir de crema de leche, azúcar y gelificantes, se suele tomar con mermelada de frutos rojos, es un postre que recuerda al flan, pero con más sabor a lácteos.
Este que he hecho es una variante con caramelo.
Hacía mucho tiempo que quería hacer de postre la Panna Cotta y he de decir que me ha encantado la suavidad y cremosidad de ese postre, sencillo de hacer y sin nada de complicaciones pudiéndolo dejar hecho la noche anterior, o en todo caso si es en el mismo día se pone en el congelador un par de horas o tres o hasta que veamos que ha solidificado.
Es el broche perfecto para terminar una comida en días festivos ya que encuentro personalmente que no empalaga para nada y nos endulza el paladar.
Ponemos en remojo las hojas de gelatina durante 5 minutos o hasta que estén hidratadas, en una cazo ponemos la nata junto con la leche la vainilla y el azúcar calentamos sin que llegue a hervir, añadimos las hojas de gelatina hidratadas, removemos bien.
Si vamos a tomar la panacota del mismo vaso vertemos el caramelo líquido en el fondo del vaso, en caso de querer presentarlo en el plato una vez lo hayamos desmoldado vertemos el caramelo por encima, la Panna Cotta al ponerla en el plato tiene que temblar es decir de consistencia temblorosa, esto quiere decir que tiene una textura cremosa, si nos pasamos con la gelatina nos quedará duro y perderá totalmente su textura.
En caso de desmoldarlo sumergimos unos instantes el molde en agua caliente o bajo el chorro del grifo sin que le entre dentro agua, así de esta forma se despegará de las paredes.
Con estas cantidades salieron 6 flaneras las de toda la vida con una capacidad de 130 ml aproximadamente.
Si no lo habéis probado, os recomiendo que lo probéis, os encantará igual que a mí.