martes, 31 de enero de 2017

Raúl Zurita: “La poesía es el último gran silencio de una época que termina”


"Si uno puede llegar hasta el fondo de uno mismo sin autocompasión, es posible que estés tocando el fondo de la humanidad entera". Una larga entrevista de Gonzalo León con el vate chileno, Premio Iberoamericano de Poesía.

http://eternacadencia.com.ar/blog/contenidos-originales/entrevistas/item/entrevista-zurita.html


Por Gonzalo León.

Raúl Zurita es el último de los poetas chilenos de una potente tradición que iniciaron Pablo Neruda, Pablo de Rokha, Nicanor Parra, Vicente Huidobro, Gabriela Mistral, y que supieron continuar Gonzalo Rojas, Stella Díaz Varín, Enrique Lihn, Jorge Tellier y Gonzalo Millán. Zurita es el último de los mohicanos, el último que logró construir una voz asociada a una obra. Con él la tradición chilena sufre un quiebre; siguen habiendo muy buenos libros de poesía y poetas muy interesantes, como Germán Carrasco, Andrés Anwandter, Verónica Jiménez Dotte, Matías Rivas, Alexis Figueroa, aunque sin la estridencia y la ambición de sus antecesores.

Ganador de la beca Guggenheim, del Premio Nacional de Literatura de su país y ahora del Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, este poeta nacido en 1950 estuvo en Buenos Aires para presentar un disco que hizo con la banda rock González y los Asistentes. Además de ser uno de los mejores poetas contemporáneos en lengua castellana, entiende la poesía como un canto y la propuesta del disco (Desiertos de amor, basado en el libro Canto a un amor desaparecido de 1985), no se aleja de eso. No es nuevo que recurra a soportes diferentes a la hoja impresa: ha hecho performances, escrito poemas en el cielo de Nueva York, la reciente instalación en la bienal de arte de la India que inauguró el 12 de diciembre pasado; no es, en definitiva, un poeta que se conforme con una bidimensionalidad.

domingo, 29 de enero de 2017

Antología de Ernesto Cardenal

Poemas del nicaragüense nacido en 1925 relativos a su concepción del universo en continua expansión y la relación entre el cosmos y dios, entre la creación y su creador. Y el Cristo hacia el que todo el universo confluye, según Teilhard de Chardin (nota del antólogo)



De Epigramas, 1961

Ileana: la Galaxia de Andrómeda...


Ileana: la Galaxia de Andrómeda,
a 700.000 años luz,
que se puede mirar a simple vista en una noche clara,
está más cerca que tú.
Otros ojos solitarios estarán mirándome desde Andrómeda
en la noche de ellos. Yo a ti no te veo.
Ileana: la distancia es tiempo, y el tiempo vuela.
A 200 millones de millas por hora el universo
se está expandiendo hacia la Nada.
Y tú estás lejos de mí como a millones de años.







De Salmos, 1969


Las galaxias cantan la gloria de Dios
Salmo 18

Las galaxias cantan la gloria de Dios
y Arturo 20 veces mayor que el sol
y Antares 487 veces más brillante que el sol
Sigma de la Dorada con el brillo de 300.000 soles
y Alfa de Orion que equivale
a 27.000.000 de soles
Aldebarán con su diámetro de 50.000.000 de kms.
Alfa de la Lira a 300.000 años luz
y la nebulosa del Boyero
a 200.000.000 de años luz
anuncian la obra de sus manos

Su lenguaje es un lenguaje sin palabras
 (y no es como los slogans de los políticos)
pero no es un lenguaje que NO SE OIGA
Ondas de radio misteriosas emiten las galaxias
el hidrógeno frío de los espacios inter-estelares
está lleno de ondas visuales y de ondas de música
en los vacíos inter-galáxicos hay campos magnéticos
que cantan en nuestros radio-telescopios
(y tal vez hay civilizaciones
trasmitiendo mensajes a nuestras antenas de radio)
Son un billón de galaxias en el universo explorable
girando como carruseles
o como trompos de m ú s i c a . . .
El sol describe su gigantesca órbita
en torno de la constelación del Sagitario
—Es como un esposo que sale de su tálamo
Y va rodeado de sus planetas a 72,000 kms. por hora
hacia las constelaciones de Hércules y de la Lira
(y tarda 150 millones de años en dar la vuelta) y no se aparta ni un centímetro de su órbita

La Ley del Señor tranquiliza el subconsciente
es perfecta como la ley de la gravedad
sus palabras son como las parábolas de los cometas
sus decretos son como la rotación centrífuga de las galaxias
sus preceptos son los preceptos de las estrellas
que guardan siempre sus sitios
y sus velocidades
y sus distancias respectivas
y se cruzan miles de veces en sus rutas
y nunca chocan
Los juicios del Señor son justos
no como la propaganda
y más valiosos que los dólares
y las acciones comerciales
Guárdame de la soberbia del dinero y del poder político
y estaré libre de todo crimen
y del delito grande
Y séante gratas las palabras de mis poemas
Señor
mi Libertador



Alabad al Señor nebulosas
Salmo 148

Alabad al Señor
nebulosas como motitas de polvo en las placas fotográfícas
Alabad al Señor
Sirio y su compañera
y Arturo y Aldebarán y Antares
Alabad al Señor meteoritos
y órbitas elípticas de los cometas
y planetas artificiales
Alabad al Señor
atmósfera y estratosfera
rayos X y ondas hertzianas
Alabad al Señor
átomos y moléculas
protones y electrones
protozoarios y radiolarios
Alabad al Señor
cetáceos y submarinos atómicos
 Alabad al Señor
aves y aviones
Alabad al Señor cristales exagonales de nieve
y prismas de color esmeralda del sulfato de cobre
—en el microscopio electrónico—
flores fluorescentes en el fondo del mar
diatomeas como un collar de diamantes
y Diadema Antillarum
Anurida maritima y Ligia exótica
Alabad al Señor Trópico de Cáncer y Círculo Polar Ártico
tormentas del Atlántico Norte y Corriente de Humboldt
selvas sombrías del Amazonas
islas de los Mares del Sur
volcanes y lagunas
y luna del Caribe tras la silueta de las palmeras
Alabad al Señor
repúblicas democráticas
y Naciones Unidas
Alabad al Señor
policías y estudiantes y muchachas bellas
Su gloria sobrepasa la tierra y los cielos
telescopios y microscopios
y Él ha hecho grande a su pueblo
a Israel su aliado
Aleluya



El cosmos es su santuario
Salmo 150

Alabad al Señor en el cosmos
Su santuario
de un radio de 100.000 millones de años luz
Alabadle por las estrellas
y los espacios inter-estelares
alabadle por las galaxias
y los espacios inter-galáxicos
alabadle por los átomos
y los vacíos inter-atómicos
Alabadle con el violín y la flauta
y con el saxofón
alabadle con los clarinetes y el corno
con cornetas y trombones
con cornetines y trompetas
alabadle con violas y violoncelos
con pianos y pianolas
alabadle con blues y jazz
y con orquestas sinfónicas
con los espirituales de los negros
y la 5a. de Beethoven
con guitarras y marimbas
alabadle con toca-discos
y cintas magnetofónicas
Todo lo que respira alabe al Señor
toda célula viva
Aleluya



De Cántico Cosmico (fragmentos), 1989
Cantiga 4, dedicada a la Expansión del Universo.

Expansión

Las galaxias se alejan cada vez más de nosotros
y las unas de las otras
y nos alejamos también nosotros
en nuestro universo en dispersión.
Y estaremos cada vez más aislados.
El espacio más vacío cada vez.
Y cada vez más frío.
Cuando toda galaxia quede sola
sin vecino a la vista,
en ellas las estrellas se extinguirán una a una.
cada vez con menos estrellas para reemplazarlas.
Hundiéndose una a una en hoyos negros.
Y todo el universo se hundirá en hoyos negros.
¿O se juntarán otra vez todas las galaxias
cada vez con más fuerza como se separaron,
hasta mezclar sus gases,
hasta que todos los átomos se compriman
y el cosmos vuelva al calor y al caos
del que salió?
¿Y después? Hay astrónomos que dicen
que no se volvería a salir de ese estado.
Otros especulan
que explotaría de nuevo una nueva creación,
universo nuevo sin traza del antiguo.
Y así el cosmos no termina nunca,
con infinitas creaciones y creaciones,
eterno ciclo de nacimiento y muerte y nacimiento.
Ningún descubrimiento ha sido más grande
que el de la expansión del universo.
Nebulosas lejanas desplazándose hacia el rojo.
El gran disco cóncavo de los radiotelescopios escuchándolas.
Los ‘cielos inmutables’…
Continuamente cambiando.
Y lo que hay donde no hay estrellas
allí donde el cielo es oscuro.
Y aquellas que ya consumieron su energía
y vagan por el espacio oscuras y muertas.
Y la cantidad de materia que es tal vez invisible.
Y si existen otros universos
en otros espacio-tiempos.


Fragmentos

Los elementos encontrados en los meteoritos
(Museo Geológico de South Kensington)
venidos de estrellas lejanas
son los de nuestro planeta.
Todos los cuerpos celestes sólidos o gaseosos
están compuestos de carbono, oxígeno, nitrógeno y metales en
la misma proporción que la tierra.
¿Son sólo para mirarse las estrellas?
Tanta materia extraterrestre ha caído sobre la tierra
que tal vez el suelo que pisamos es extraterrestre.
De las profundidades del cosmos.
Ciudadanos del universo por nuestra tierra
que es un cuerpo celeste entre los otros.
Y la conciencia en incontables puntos del universo.
1.000.000.000.000.000.000.000 de estrellas
en el universo explorable.
Fiesta de fuegos artificiales
tal vez un millón de sistemas planetarios.
Nuevas estrellas naciendo de la tenue nube de hidrógeno.
Soles con su tierra.
Un universo común.
Uno, sin compañía, en un punto de la superficie
de un planeta pequeño
de una estrella modesta en las afueras de una de las galaxias.
Otean los telescopios el remoto universo,
y gigantescas antenas tratan de escucharlo.
¿Un espacio carente de sentido? Un
universo común!
La seguridad de no estar solos en el cosmos.
La luz cambia de color hacia el rojo
mientras se alejan más y más aprisa las lejanas galaxias
y las ondas de radio se alargan y alargan
como se hace más grave
el silbido de un tren alejándose.

Y mientras más lejana una galaxia, mayor
su cambio hacia el rojo y por tanto
mayor su velocidad de retroceso.
Este retroceso de las galaxias
más y más hacia el rojo en el espectro,
mayor y mayor longitud de onda
(tren que se aleja)
sugiere una explosión primordial,
indica
una unión primordial, y una
explosión común.
Explosión hace 20.000 millones de años.
Aún ha quedado un vago rumor de esa explosión,
ondas de radio venidas de las profundidades del espacio,
algo que se percibe en la televisión, dicen,
cuando está a todo volumen sin ningún canal.
Como mil millones de galaxias han visto los telescopios
en un área de mil millones de años luz.
Trenes en la noche alejándose de una estación.
El silbido es más agudo al acercarse
y es más grave cuando se va alejando.
Primero una infinita condensación de la materia.
Y del matrimonio de protones con neutrones
se produjo la vida.
¿Qué hay en una estrella? Nosotros mismos.
Todos los elementos de nuestro cuerpo y del planeta
estuvieron en las entrañas de una estrella.
Somos polvo de estrellas.
hace 15.000.000.000 de años éramos una masa
de hidrógeno flotando en el espacio, girando lentamente, danzando.
Y el gas se condensó más y más
cada vez con más y más masa
y la masa se hizo estrella y empezó a brillar.
Condensándose se hacían calientes y luminosas.
La gravitación producía energía térmica: luz y calor.
Como decir amor.
Nacían, crecían y morían las estrellas.
Y la galaxia fue tomando forma de flor
como hoy la vemos en la noche estrellada.
Nuestra carne y nuestros huesos vienen de otras estrellas
y aun tal vez de otras galaxias,
somos universales,
y después de la muerte contribuiremos a formar otras estrellas
y otras galaxias.
De las estrellas somos y volveremos a ellas.
Tren más agudo al acercarse

Y los objetos celestes más azules al acercarse
y más rojos si se alejan.
Por qué es negra la noche…
Es negra por la expansión del universo.
Si no, todo el cielo brillaría como el sol.
Y no habría ninguno para ver esa noche.

¿Y las galaxias hacia dónde van?
En expansión como el humo dispersado por el viento.
La segunda ley de la termodinámica:
Este constante fluir de la luz a las tinieblas.
Del amor al olvido.
Él tenía 20 años, ella 15 cumpliendo 16.
Iluminación en las calles y en el cielo. El cielo
el de Granada.
Fue el último adiós,
y fue cuando él le recitó a Neruda:
“…. los versos más tristes esta noche”.
“La noche está estrellada
y tiritan azules los astros a lo lejos.”
Dos seres se separaron para siempre.
No hubo ningún testigo en aquel adiós.
Las dos direcciones cada vez más divergentes
como estrellas desplazándose hacia el rojo.
He pensado otra vez en vos, porque la noche está estrellada
y miro temblar los astros a lo lejos con su luz azulosa.
Tren más agudo al acercarse.


(....)

Seres esencialmente cósmicos:
No podemos excluir a la tierra de la eternidad.
Esas luces allá arriba, la Jerusalén Celestial.
Si en matemáticas son infinitos los números,
los pares y los impares
¿por qué no una belleza infinita y un amor infinito?
Es una constante en la naturaleza
la belleza.
De ahí la poesía: el canto y el encanto por todo cuanto existe.
La tierra podría haber sido igual
de funcional, de práctica,
sin la belleza. ¿Por qué pues?
Todo ser es suntuario. ¿Necesario acaso que dieras
tan lujosísimas joyas
a tan efímeros peces
saltando este atardecer en el plan del bote?
Ámame, y si soy nada,
seré una nada con tu belleza en ella refractada.
Al fin y al cabo de la nada nació todo, nada vacía llena toda ella
de urgencia de ser.
Amor ciertamente fuera de este mundo sublunar.
Con esta vocación de algunos de un amor sin cromosomas...
Tu belleza te permite ser tirano.

Mirando en la noche esos mundos lejanos,
lejanos también en el pasado.
Estrellas del pasado. (Y el tiempo
es distinto para cada una de ellas.)
Alfa de Orión 5.000 veces más brillante que el sol.

(...)

Los cuerpos celestes
y los nuestros.
«Estrellas caminantes» -los caldeos. (A las no fijas.)
En griego caminante es planetes, así que
habitamos una estrella caminante.
Los hombres que formamos el Hombre
o mejor dicho formaremos.
O tenemos por delante solamente
un planeta pelado como Marte.
Una nube en forma de hongo levantándose lentamente
en el horizonte...
La Guerra de las Galaxias que llamó el Wall Street Journal
«Dólares caídos del cielo».
Wall Street Journal Neandertal.
Pero no. Tenemos por ejemplo
la evolución del tiburón primitivo hasta convertirse en paloma.
El instinto de muerte en el hombre
no es heredado de antecesores animales.
También la biología enseña:
los animales pacíficos son favorecidos por la selección.
Los grupos asesinos dentro de una misma especie no prosperan.
(Somozas, Pinochet, etc.) Los gorilas son meditabundos,
les gusta pasar el tiempo en contemplación.
Que la solución de todos los problemas sociales de China
era el amor
fue descubierto 5 siglos antes de nuestra era.
La ayuda del hombre al hombre
que para Plinio es Dios.
La encarnación de Dios en nuestra biología.
En nuestra condición todavía de mamíferos.
Jesús: con los cromosomas de Adán...
A sólo 1 millón de años del Pithecanthropus erectus.
El gobierno enraizado en el cielo que decía Confucio.
No los dólares del cielo.
Hemos dejado excremento en bolsas plásticas en la luna.
Ya antes conocieron el mes lunar los mayas
errando sólo 34 segundos.
34 segundos
en un tiempo para ellos infinito, sin principio ni fin.
Los enemigos de la evolución (Somoza etc.)
Contra-evolucionarlos.
¿Cómo puede haber desempleo en el planeta?
Pero hay una torre que queremos construir, decía Chuang-Tsé
que llegue hasta el infinito.
Comemierdas contraevolucionarios.
En aquel día hasta la belleza física será igualitaria.

(...)

Seguir viaje.
Y aquel viaje muy jodido.
La telefoneada inesperada de Managua
a la última isla de las Antillas:
«Ernesto, murió Laureano»
En el vuelo Trinidad-Barbados-Jamaica-Habana-Managua
mirando mar, y mar, no podía pensar en otra cosa.
Ya que hemos nacido desahuciados
lo mejor es morir Héroe y Mártir
como vos moriste.
Claro que hubiera sido mejor que no murieras nunca,
con tal que tu esposa y tus hijos y tus amigos y el mundo entero
no murieran nunca.
Cuando lo bauticé de 20 años en Solentiname
porque quería pasar de su protestantismo alienado de allí
a nuestro cristianismo revolucionario
no quiso tener un padrino y una madrina
todo el Club juvenil campesino fueron sus padrinos y madrinas.
Sobre todo su obsesión por la Revolución.
Fascinado con el marxismo pero sin querer nunca leerlo.
Muy inteligente, pero sin querer formarse intelectualmente.
La persona más mal hablada que he conocido.
Pero el que decía las «malas palabras» con más pureza.
Una vez, comentando el Evangelio en la misa:
«Esos magos la cagaron llegando donde Herodes».
O, sobre la Santísima Trinidad (su resumen):
«Los tres jodidos son uno solo».
La noche que me confesó frente a la calmura del lago:
«Ya no creo en Dios ni en ninguna de esas mierdas.
Creo en Dios pero para mí Dios es el hombre».
Pero siempre quiso ser mi monaguillo en la misa.
Nadie le podía quitar ese puesto.
Su expresión más frecuente: ME VALE VERGA.
Hijo mío y hermano Laureano,
hijo indócil y cariñoso
como todo hijo con su padre
y como además yo no era tu verdadero padre
fuiste sobre todo mi hermano
hermano bastante menor en años
pero sobre todo compañero
¿esa palabra te gusta más verdad?
La que más amabas después de la palabra Revolución.
Compañero Sub-Comandante Laureano,
jefe de los Guarda Fronteras:
Digo junto con vos, que nos vale verga la muerte.
No quería hacer este pasaje.
Pero me dirías en aquel tu lenguaje poético de aquellas misas
traducido después a tantos idiomas, hasta el japonés
(les costará traducirte)
«Poeta hijueputa decí a esos jodidos mis compañeros de Solentiname
que me mataron los contrarrevolucionarios hijos de la gran puta
pero que me vale verga».
Como aquel «que se rinda tu madre» de Leonel.
Siempre me decías allá que querías ya irte a la guerrilla.
Y yo: «Con tu indisciplina allí te fusilan».
Hasta que se cumplió tu sueño con el asalto a San Carlos.
«Aquí los vamos a joder a estos jodidos».
Las balas que te tiraban los guardias. Y tu relato después:
«¡pas! ¡pas! ¡pas! ¡Puta! Allí fue cuando me sentí muerto».
Pendenciero, fiestero, mujerero,
rebosante de vida pero sin temer la muerte.
Poco antes de morir me había dicho tranquilo en Managua:
«Allí es encachimbado. Cualquier día yo puedo morir en una emboscada».

No has dejado de existir:
Has existido siempre
y existirás siempre
(no sólo en éste,
en todos los universos).
Pero es cierto,
una sola vez viviste,
pensaste,
amaste.
Y ahora estás muerto.
Es estar digamos como la tierra, o la piedra, que es lo mismo,
«la piedra dura porque esa ya no siente».
Pero no, nada de piedra dura,
sí estás sintiendo,
más allá de la velocidad de la luz
del final del espacio que es el tiempo,
totalmente consciente,
dentro de la conciencia
vivicísima
de todo lo existente.
LAUREANO MAIRENA ¡PRESENTE!
El jodido avión retrasándose en cada escala.
Ya era muy noche en el mar. Yo no podía dejar de pensar...
Yo quisiera morir como vos hermano Laureano
y mandar a decir desde lo que llamamos cielo
«Rejodidos hermanos míos de Solentiname, me valió verga la muerte».


(tomado de la Antología nueva Ernesto Cardenal. Madrid, Editorial Trotta, S.A., 1996)

Antología de Ernesto Cardenal

Poemas del nicaragüense nacido en 1925 relativos a su concepción del universo en continua expansión y la relación entre el cosmos y dios, entre la creación y su creador. Y el Cristo hacia el que todo el universo confluye, según Teilhard de Chardin (nota del antólogo)



De Epigramas, 1961

Ileana: la Galaxia de Andrómeda...


Ileana: la Galaxia de Andrómeda, 
a 700.000 años luz, 
que se puede mirar a simple vista en una noche clara, 
está más cerca que tú. 
Otros ojos solitarios estarán mirándome desde Andrómeda 
en la noche de ellos. Yo a ti no te veo. 
Ileana: la distancia es tiempo, y el tiempo vuela. 
A 200 millones de millas por hora el universo 
se está expandiendo hacia la Nada. 
Y tú estás lejos de mí como a millones de años.

sábado, 28 de enero de 2017

Trinidad, Cuba

El valle es verde y la luz, de una transparencia naranja. O quizás sea por el calor del mediodía. No puede definirse todavía cuando el taxi llega al final del recorrido de los diez kilómetros que hay entre Trinidad, esta pequeña ciudad fundada en 1513 por Diego Velázquez y San Isidro de los Destiladeros, en el Valle de los Ingenios. 



Durante el trayecto, el conductor del taxi mantuvo las ventanillas cerradas, el equipo de aire acondicionado funcionando al máximo y el auto a la mayor velocidad posible.

Un equipo de restauración del gobierno cubano trabaja sin descanso en la recuperación del edificio principal de la hacienda, que representa la prosperidad y el poder de sus propietarios.
La construcción principal es una torre de tres niveles que cumple la triple función de capilla, campanario y mirador. Es que desde allí se vigilaba el trabajo en el cañaveral, el comportamiento de los esclavos y ante cualquier anomalía un lenguaje de campanadas alertaba a los vigilantes armados y a los capataces. El sistema se completaba con estructuras similares en el resto de las propiedades, con lo cual se mantenían en red el control de la producción, las respuestas ante las alarmas y la persecución de los esclavos que se arriesgaban a huir hacia los montes. Desde el mirador también se marcaba el inicio y el fin de la jornada de trabajo.

El análisis

Fue en la duodécima edición del Festival Internacional de Poesía de Rosario. En el Centro Cultural Bernardino Rivadavia estaba montada una especie de feria de libros y en el auditorio principal se desarrollaban las lecturas programadas. 



Fue una mañana, o temprano en la tarde, en una mesa con cuatro o cinco poetas. Era el año 1997 y el neoliberalismo dominaba el país, América y el mundo sin contrapesos a la vista. Tres años antes había estallado la burbuja mexicana -efecto tequila- y Argentina recibía los coletazos de un cimbronazo similar en el Brasil. Pero de todas maneras, la paridad un peso igual a un dólar mantenía la ficción primermundista de los argentinos.
Esa mañana -o esa tarde- en Rosario, subió al estrado un hombre canoso, con una gorra azul y se sentó al lado de sus colegas. Cuando le tocó el turno habló en forma pausada, casi morosa, como si contara un secreto. Y recordó sus tiempos en las cárceles uruguayas, cuando uno de los generales de la dictadura, que se había comprometido públicamente a no matarlo -ni a él ni a sus compañeros- hacía lo posible por quebrar su vida. Mencionó, en ese mismo tono menor, que había pasado años en pocilgas de dos metros por uno, unos pozos en los que apenas podía moverse, donde apenas entraba la luz del sol.
En esos días estuvieron mucho tiempo bajo tierra, con castigos que suprimían el agua. Por eso aprendieron a beber sus propias orinas. No veían un rostro humano, ni el sol; no se vieron entre ellos. Decía que el aislamiento era una tortura de otro nivel. A los dirigentes de la organización, los separaron por todo el país. De los nueve, uno murió en el calabozo y dos se trastornaron.
Contaba entonces que cada uno buscaba formas de salvación, formas de comunicarse. Sentados en el piso y con golpes en la pared reinventaron el código Morse con el cual se contaban historias, novelas que habían leído, anécdotas de su vida, intercambiaban análisis políticos. Para él también estaba la poesía, que escribía con retazos de lápices en el dorso del papel metalizado de los cigarrillos que fumaba sin cesar. Y con esos papeles fue construyendo una obra que después salió a la luz. Los poemas se adecuaban al tamaño del papel, tenían ritmo, rima, imágenes que Mauricio Rosencof recordaba de la vida libre, más las que le sugería el cautiverio. Años más tarde, él y sus compañeros -José Mujica, Eleuterio Fernández Huidobro y otros militantes del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros quedaron libres. Mujica llegó a la presidencia del Uruguay, y lo llevó a Fernández Huidobro, que fue su ministro de Defensa y murió en agosto del año pasado. Con Fernández Huidobro, Rosencof escribió las “Memorias del calabozo”, una especie de homenaje a su vida en la cárcel. Y su poesía, que entonces circulaba de mano en mano, cuando lo podían visitar su mujer o alguno de sus hijos y sacarla en forma clandestina de la cárcel, ahora es cantada con música compuesta por Jaime Roos, entre otros.

https://www.youtube.com/watch?v=Aw9X4bTzMG0

https://www.youtube.com/watch?v=AaoL2itJtfM

 https://www.youtube.com/watch?v=1B5lI58RKVo

https://www.youtube.com/watch?v=W0UGXc9nEPg

Veinte años después de la lectura en Rosario, en esta tarde calcinante de verano en Neuquén, el fin de año tiene más sabor a final que ninguno. En la penumbra de su casa, el Rulo levanta sus ojos y dice el análisis, el análisis de coyuntura, mientras tomamos un vino fresco.
¿Cómo es el asunto?, pregunto. Hay que buscar elementos de contacto, algo que nos dé esperanza, agrega cuando mi visión (pesimista) de la realidad no hace más que deprimir la tarde y busca imponerse como un animal poderoso en esta jungla terrible que es el país. O como un capitalista financiero que dominase los resortes de la economía, de la sociedad y de la política. Y no hay nada fuera de tanta asfixia.
El Rulo, paciente, sonríe. Mira a los costados y piensa otra vez en su cautiverio, en el de tantos y por tantos años. Y se pone didáctico: mirá, confía a media voz como si alguien ajeno pudiera escuchar, no teníamos nada: no veíamos la luz del día, nos suspendían los recreos y las visitas eran cada vez más cortas y vigiladas. En ese ambiente teníamos que buscar formas de esperanza, de sobrevivencia. Ese tono recuerda el de Rosencof en Rosario como si estuviera de regreso en el Bernardino Rivadavia, ante los mismos gestos para sobrevivir.
Afuera, los zorzales brincan en torno del agua de riego, buscan lombrices quizás, algún insecto, como los que los uruguayos comían cuando estaban en el pozo. O como los que acompañaban al Rulo en la cárcel, a la araña que esperaba pacientemente ver salir de su escondite día a día, cuando no había otro contacto con un ser vivo en esa celda. Él recorrió todas las prisiones federales del país durante la dictadura.
Sin contradecir abiertamente, explica: hay que rescatar esos gestos, esas huellas de la esperanza. Cuando estábamos a la sombra, no nos dejaban ni hablar entre nosotros. Y la única forma que encontramos fue volver al análisis de coyuntura, para saber dónde estábamos parados, para continuar con una práctica que nos permitía mirar la realidad, cambiarla quizás cuando estábamos en libertad. Y ahora enjaulados, nos servía para mantenernos. Era un espacio de supervivencia, permitía saber que estábamos vivos y que había una posibilidad de resistencia.
El Rulo trae a esa habitación penumbrosa, con dos vasos de vino tinto en medio, los códigos que inventaron en la cárcel para comunicarse, los métodos para transmitir esos pensamientos, esos análisis. Los compañeros, dice, nos necesitábamos unos a otros. Inventamos un sistema de golpes en la pared, o en la cañería. Un golpe, sí; dos, no.
Cacho y Toto a veces recuerdan también, en los asados, mientras Alcira,su compañera, interviene: ella siguió al Rulo por todas las cárceles. Su resistencia estaba por ese lado, con organismos incipientes: la asamblea, familiares de detenidos, cels, madres, abuelas.
En un papel de cigarrillo, dice, transcribíamos los documentos de la conducción, cada uno su parte. Lo enrollábamos, con el papel metalizado por fuera, envuelto en el celofán, le decíamos “el caramelito” porque si llegaban la requisa o la guardia de improviso, lo guardábamos en la boca. A vecs, cuando lo tragábamos, había que buscarlos en el inodoro a los dos o tres días para rescatarlos.
Es inevitable rememorar el relato de Papillon, la novela de Henri Charrière, que estuvo de moda en esos años, aunque en este caso la operación fuera al revés. Además, nada que ver con Alcatraz y guardar dinero, no. Era apenas el comentario sobre política, sociedad, economía, cultura, formas de interpretar la realidad. Cuando no tenían recreos juntos, el caramelito pasaba de mano en mano en los baños, a los que concurrían en grupos.

Ahora, Mauricio Rosencof tiene más de ochenta años y piensa que la muerte no es un problema, porque "cuando ella está yo no estoy, cuando yo estoy ella no está"-. Pero esa tranquilidad está lejos de significar quietud. Este hombre que no tiene en su vocabulario la palabra arrepentimiento, vive sus días como una construcción para ser "mejor tipo" y fiel a un juramento que hizo hace más de 30 años con Fernández Huidobro cuando estaban recluidos en un pozo: dar testimonio de lo vivido.

Y el Rulo concluye: hay que seguir con el análisis de coyuntura, que nos junta, que crea espacios donde no entran ellos. La resistencia también necesita alegría, y si es necesario, vamos con la verdulera. Seguimos. Esto no es peor que aquello: ahora no hay desaparecidos, no estamos presos,  la CGT no está intervenida, pese a todo. Ahora no nos matan. No pueden. Estamos vivos, y seguimos.

Gerardo Burton
geburt@gmail.com