El pasado 20 de mayo perdí a mi perrita con 13 años de edad, una boxer preciosa de verdad, fué un amor tan, tan puro el que nos dió que nunca la olvidaremos, la dormimos para siempre para aliviarle el dolor, fué durísimo pero se lo debíamos, por todo lo que ella nos dió, sólo el que ha querido a un perro y se ha dejado querer por él, sabe el dolor tan grande que supone su pérdida, en éste último año, desde mi accidente, fué mi ayuda y mi bastón, mi linda perrita, siempre vivirás en mí, te quiero tanto...
Te Presto Un Perro
Te prestaré, por un tiempo, un perro – me dijo una
voz.
Para que lo ames mientras viva y lo llores cuando muera,
tal vez
serán 12 o 14 años, incluso puede ser por tan sólo 2 o
3.
¿Lo harías? ¿Lo cuidarás por mí mientras lo llamo de
regreso?
Tendrá encantos que te maravillarán y si su permanencia
contigo
es corta, siempre tendrás sus recuerdos para aligerar su
pérdida.
No puedo prometerte que se quedará, ya que todo lo
terrestre
debe terminar.
Pero hay lecciones que quiero que este perro aprenda.
He buscado por todo el mundo tratando de encontrar un
maestro
verdadero.
Y de entre toda la gente que habita la Tierra, te he
escogido a ti.
Ahora dime, ¿le darás todo tu amor y pensarás que el
esfuerzo
vale la pena?
¿No odiarás al mundo y a la vida cuando venga de nuevo por
él?
Y entonces contesté: – Sí, estoy dispuesto, eso haré.
Porque toda
la alegría que este perro me traerá vale bien la pena a
cambio del
dolor de perderlo.
Lo resguardare con ternura, lo amaré de todo corazón
mientras
pueda y por el amor que me dará siempre estaré
agradecido.
Si vienes por él mucho antes de lo que espero, seré fuerte
ante la
pena y trataré de entender el por qué.
Si, a través de mi amor, logré cumplir tu plan para él,
ayúdame a
ser fuerte mientras lloro su partida. Y en su recuerdo sé
que
encontraré que quien más aprendió fui yo.