Me encanta el olor de la calle por la mañana. Huele a hierba de la alegría, que diría mi sobrina y nueva lectora (Dior mío, qué vergüenza). Cualquiera diría que con tanta "alegría" este es el barrio Sésamo. El aroma se expande por todos los rincones cada comienzo de otoño. Claro, es época de vendimia.
Pero no vengo a hablar de aromas vegetales, sino de una nueva sesión de "manipulando, que es gerundio" de la que nuestros medios de comunicación, tan fieles y guardianes de quienes mandan, son unos expertos cuentacuentos.
Canis fidelis buscando a Edison
Los medios de comunicación, siempre atados con cadena a la caseta de su dueño, que suele ser un interesado fabricante de lo que sea que nos venda, nos dan las noticias de la manera más rastrera y servil posible, siempre meneando la cola ante sus dueños y ladrando desaforadamente a quienes ponen en duda sus cabriolas perrunas.
Destaco un par de estos días que son como para vomitarles encima. Ayer destacaban la firma del tratado transpacífico o TPP, porque lo quieren como trampolín para el TTIP transatlántico, que nos quiere atar en corto.
Y nos lo vendían como un acuerdo que iba a representar el repunte de países emergentes como México, cuando de lo que se trata, y por eso callan, es de
la entronización de las grandes multinacionales, y la eterma supremacía de EEUU sojuzgando a los países firmantes. A ti, triste currela que se alquila por horas como el que más, si tienes suerte de tener un salario, te dan la noticia como si tú pudieras participar de la algarabía empresarial, cuando lo que te va a pasar es que se reduciran tus derechos laborales y podrán venderte mierda sin que la UE diga nada acerca de la salud y la ética. Asco daban las noticias de los telediarios.
Esto no sale en el telediario
Siguiendo con el tema de la precariedad laboral, aún han sido tan rastreros y capaces de endilgarnos la noticia de que los pobres altos cargos de la administración de Air France sufrieron el acoso de sus empleados, condenados a la miseria. Claro que ellos hacían el hincapié en la agresividad de unos trabajadores que lo único que hicieron fueron desnudar a sus malhechores,
como el Mundo, que habla de agresiones y se pone de parte del que manda. Ninguno paracía magullado, ninguno sangraba y ninguno cojeaba. Eso sí, la palabra agresión y violencia aparecía en todas partes. La violencia de dejar a las familias sin comer no se menciona.
Le quitaron la ropa de maltratador, pero ni un golpe lleva
Y ya, para acabarlo de adobar, como dicen los catalanes, nos encontramos con la puta guerra, o peor, guerras de Asia, fomentadas por la OTAN con excusas baladíes, porque hay otras razones económicas mucho más reales que conviene no saber, como es el dominio geoestratégico y el control del petróleo. Y las noticias de este país, editadas por esos perros fieles que tampoco están tan bien pagados como ellos se creen,
nos cuentan que Rusia ataca posiciones de opositores a Al Assad, como si los opositores no hubieran montado una guerra pagada por la OTAN, pero nos diccen amablemente que en Afganistán, ese país que se fue a la mierda gracias a EEUU y sus delirios de grandeza, se consume en una guerra intestina donde los americanos "actúan", aunque, mira tú por donde,
acaban cepillándose un hospital de médicos sin fronteras.
Sutileza del Diario Vasco, de Vocento
Y mientras tanto, al currela medio, que no sabe donde está Afganistán, Siria o cualquiera de los países que ha firmado el tratado transpacífico, le llenan el tarro de consignas y de esperanza de futuro y de bienhechuras y de zarandajas que no le ayudan en nada ni significan nada para él, que bastante tiene con pagar la hipoteca, la luz, el gas, los colegios de sus hijos, quizá para que no puedan acceder a las clases de mando, ni siquiera a la facultad de periodismo donde se crean las mejores razas de perro faldero que hay.
Os dejo, a propósito una pieza de los hermanos Sarasua. Una brillante canción sobre los perros plumilla, los canis fidelis (perros fieles) que menean la cola ante el dueño y ladran al pobre. Eso son los medios y sus putas consignas de mierda. El tema acaba de cumplir 20 años, pero se conserva en plena forma.