Friday, October 27, 2023

Las ventajas de la tecnología moderna



En el año 1975 yo ya estaba jugando torneos de ajedrez. Eran mis primeros pasos en la dura competencia que se da, a todos los niveles, en el juego ciencia. Uno de los clubes de ese entonces era el "Alfil Negro", que estaba en la calle Colima 160, en la Col. Roma. Realmente el Alfil Negro era un club de amigos e incluso había quien se tomaba alguna copa mientras jugaba. Yo, desde luego, iba a jugar ajedrez porque tenía ambiciones deportivas y no tanto por convivir, aunque evidentemente todos los que asistían a dicho club eran buenos amigos y compañeros. La cuestión es que jugué un torneo de apertura obligada, es decir, las primeras jugadas tenían que ser -en este caso- de la defensa siciliana. Eventualmente logré un segundo lugar y me dieron de premio un ajedrez magnético que aún conservo.



Aún conservo la tarjeta pegada dentro del ajedrez. Diciembre 1975

La cuestión es que eventualmente llevé a la preparatoria mi ajedrez magnético para jugar con alguno de los amigos que les gustaba el ajedrez. En algún momento sonó la campana para entrar a clases. Tome las piezas para guardarlas pero se me cayeron. Como tenía prisa, pues recogí los trebejos como pude y fui a mi clase. Desafortunadamente perdí un peón negro, lo cual me dio mucho coraje, porque mi ajedrez quedó trunco.

Ese peón lo sustituí por uno de otro ajedrez magnético muy feo en el diseño de las piezas pero bueno, servía para tener el juego completo. Pasaron muchos años y un día salió el comentario de mi peón perdido con mi hermano Juan, que se había comprado una impresora 3D. Cabe decir que mi hermano hace unos años ya se había comprado una de las primeras impresoras comerciales 3D pero era muy artesanal en muchos sentidos. Ahora tiene una impresora mucho mejor y que además, ya tiene un precio accesible para la mayoría de las personas. Vamos, no rebasa el precio de una computadora y es mucho más barato que un teléfono celular de gama alta.

Entonces mi hermano me dijo que podría intentar hacer el peón que se me había perdido. Lo diseñó en Blender y mandó el archivo .STL que tiene el formato que entiende la impresora 3D, que a todo esto es una máquina de control numérico. Se hicieron varias pruebas. Mi hermano fue modificando la pieza y en algún momento quedó la mejor versión. Como es un ajedrez portátil, pequeño, la impresión de la pieza se hacía en poco tiempo. 


Todos los peones de prueba impresos (menos el segundo de izquierda a derecha)

Las fotos muestran las piezas que se imprimieron (primero con un filamento color metálico) y después con un filamento negro. Cabe señalar que la pieza impresa está relativamente pixelada. Sin embargo, bien puede imprimirse con las impresoras 3D de resina, la cual le quita este pixelado y quedaría mucho mejor (aunque la versión que me hizo Juan queda bastante bien). Ya estamos en ese proceso.


El peón más de la izquierda es la versión final.

Ahora el plan es escanear todas las piezas porque el modelo de piezas de este ajedrez (que ya no encuentro a la venta) porque me parece un lindo modelo. Si alguien puede ayudarnos con este escaneo y modelado de las piezas, escríbame a morsa@la-morsa.com.

Este es un ejemplo de esta modernidad, donde las impresoras 3D ya hacen maravillas. Asunto de esta modernidad.

Thursday, October 05, 2023

Una reflexión sobre la UNAM


La Universidad Nacional Autónoma de México es probablemente el proyecto social y académico más importante del México contemporáneo. La UNAM tiene una población de más de 300 mil alumnos y un presupuesto que sobrepasa al de algunos estados de la República. Estar y ser de la UNAM, "la Universidad de la nación", es un privilegio y además, es una de las instituciones más generosas que tenemos.

Desde luego, por su tamaño, es claro que su manejo no es trivial y que tiene un número de problemas internos, muchos de ellos complejos de resolver. La UNAM, por lo menos desde ya muchos años antes de que entrase a estudiar física a la Facultad de Ciencias, tenía un costo anual de 200 pesos (1979). Esta cuota era aceptable y probablemente como proyecto social, el bajísimo costo de las colegiaturas permitía finalmente que cualquiera pudiese estudiar en la Universidad. Desde luego, debido al crecimiento de la población y de que, finalmente, los recursos de la UNAM son limitados, los que quieren ingresar a la "Máxima Casa de Estudios", tienen que aprobar un examen. Hasta donde sé, la UNAM acepta a unos 30 mil estudiantes nuevos por año y enfrenta saturación en algunas carreras como medicina o ingeniería en computación.

La UNAM ha pasado por una serie de eventos que la han marcado. Dos de ellos son: el 2 de octubre (que no se olvida) y la huelga en donde los alumnos cerraron la UNAM para evitar las modificaciones que si no mal recuerdo, quería imponer el rector Carpizo. Entre las modificaciones, se querían poner nuevas cuotas, basadas en la capacidad socio-económica de los estudiantes, a quienes le harían un estudio para saber su capacidad de pago. Esto  implicaba, según Rectoría, que así como habría alumnos a los cuales se les cobraría más, a otros los becarían al 100%. Este argumento no convenció y el consejo estudiantil universitario (CEU) mantuvo su postura contra esa y otras medidas. Finalmente la UNAM regresó a las actividades, prometiéndole a los del CEU que se haría un gran congreso universitario para así ventilar la problemática de la UNAM. Hasta donde me acuerdo, este congreso no se realizó -al menos- como esperaban los líderes del CEU que por cierto, uno de ellos, Imanol Ordorica, está buscando la Rectoría ahora que salga Graue, quien ha dicho que "los cambios en la UNAM son impostergables" ¿Será?

Yo he tenido alumnos de todos los niveles socio-económicos y en algunas ocasiones me he sorprendido del estupendo nivel de algunos alumnos que estudian en condiciones difíciles. Curiosamente, también hay personas de la clase media (hoy en día, como dice un amigo, "clase pobre alta"), y seguro hay quien viene de familia con recursos que también estudia en la UNAM. 

Pero si hablo de esto es porque si uno aparece por el campus de Ciudad Universitaria, en un día normal de actividades, notará que dentro del propio campus no hay ya donde estacionarse. Todas los caminos a las facultades están llenos de autos estacionados. La UNAM ha puesto de hecho el Estadio Olímpico como base para estacionar los automóviles de los que ingresen al campus, por una cuota simbólica. Y en esos estacionamientos pasan los "pumabuses", que son gratuitos y que recorren los diferentes circuitos dentro de CU. Esto se ha hecho con la intención de mejorar la movilidad en el campus de CU precisamente.

Pues bien, yo me he puesto a pensar cuánto cuesta ponerle gasolina al coche, para todos aquellos que ingresan a estudiar a CU ¿Le pondrán unos 200 pesos por semana? Sin importar la cantidad que le pongan, quien viene en auto a la universidad requiere de pagar la gasolina. Pensando en ello y habiendo la Fundación UNAM, es posible hacer donaciones. No se trata de dar miles y miles de pesos pero qué tal dar -digamos- ¿200 pesos por mes? (menos de 7 pesos por día)? Quizás mostrarse más empático con nuestra casa de estudios y Alma Mater sería algo que deberíamos hacer de vez en cuando (tal vez no necesariamente aportar todos los meses). Haciendo cálculos simplistas: si 50 mil estudiantes usan coche para ir a la UNAM (quizás es una cifra demasiado grande), este pago de 200 pesos significaría 10 millones al mes para la UNAM. Que eso no resuelve mucho considerando el tamaño de la institución, lo sé, pero es mejor tener ese dinero a no tenerlo.

Ahora bien, reconozco que esta cuota voluntaria bien puede considerarse como un pago de 2400 pesos anuales y probablemente más de uno piense -y con razón- que no es justo que abonemos los estudiantes esta cantidad, considerando que finalmente ya todos pagamos vía impuestos, la parte proporcional del presupuesto asignado a la institución. Y el hacer estos donativos es como pagar un impuesto más del que ya pagamos. Y entiendo el argumento y además me parece válido. 

La cuestión entonces es ¿cuál podría ser una propuesta víable? ¿Cómo ayudar a la UNAM? Los leo.