En el año 1975 yo ya estaba jugando torneos de ajedrez. Eran mis primeros pasos en la dura competencia que se da, a todos los niveles, en el juego ciencia. Uno de los clubes de ese entonces era el "Alfil Negro", que estaba en la calle Colima 160, en la Col. Roma. Realmente el Alfil Negro era un club de amigos e incluso había quien se tomaba alguna copa mientras jugaba. Yo, desde luego, iba a jugar ajedrez porque tenía ambiciones deportivas y no tanto por convivir, aunque evidentemente todos los que asistían a dicho club eran buenos amigos y compañeros. La cuestión es que jugué un torneo de apertura obligada, es decir, las primeras jugadas tenían que ser -en este caso- de la defensa siciliana. Eventualmente logré un segundo lugar y me dieron de premio un ajedrez magnético que aún conservo.
La cuestión es que eventualmente llevé a la preparatoria mi ajedrez magnético para jugar con alguno de los amigos que les gustaba el ajedrez. En algún momento sonó la campana para entrar a clases. Tome las piezas para guardarlas pero se me cayeron. Como tenía prisa, pues recogí los trebejos como pude y fui a mi clase. Desafortunadamente perdí un peón negro, lo cual me dio mucho coraje, porque mi ajedrez quedó trunco.
Ese peón lo sustituí por uno de otro ajedrez magnético muy feo en el diseño de las piezas pero bueno, servía para tener el juego completo. Pasaron muchos años y un día salió el comentario de mi peón perdido con mi hermano Juan, que se había comprado una impresora 3D. Cabe decir que mi hermano hace unos años ya se había comprado una de las primeras impresoras comerciales 3D pero era muy artesanal en muchos sentidos. Ahora tiene una impresora mucho mejor y que además, ya tiene un precio accesible para la mayoría de las personas. Vamos, no rebasa el precio de una computadora y es mucho más barato que un teléfono celular de gama alta.
Entonces mi hermano me dijo que podría intentar hacer el peón que se me había perdido. Lo diseñó en Blender y mandó el archivo .STL que tiene el formato que entiende la impresora 3D, que a todo esto es una máquina de control numérico. Se hicieron varias pruebas. Mi hermano fue modificando la pieza y en algún momento quedó la mejor versión. Como es un ajedrez portátil, pequeño, la impresión de la pieza se hacía en poco tiempo.
Las fotos muestran las piezas que se imprimieron (primero con un filamento color metálico) y después con un filamento negro. Cabe señalar que la pieza impresa está relativamente pixelada. Sin embargo, bien puede imprimirse con las impresoras 3D de resina, la cual le quita este pixelado y quedaría mucho mejor (aunque la versión que me hizo Juan queda bastante bien). Ya estamos en ese proceso.
Ahora el plan es escanear todas las piezas porque el modelo de piezas de este ajedrez (que ya no encuentro a la venta) porque me parece un lindo modelo. Si alguien puede ayudarnos con este escaneo y modelado de las piezas, escríbame a morsa@la-morsa.com.
Este es un ejemplo de esta modernidad, donde las impresoras 3D ya hacen maravillas. Asunto de esta modernidad.