Monday, April 18, 2016
De imitaciones baratas
Amazon es un ejemplo de una estupenda tienda en línea. Hasta donde recuerdo, al principio Amazon vendía libros, pero poco a poco, con los años, la compañía empezó a crecer lo suficiente y ahora es como una megatienda donde se vende electrónica, ropa, relojes, tablets, accesorios, etcétera. Pero lo interesante al final de cuentas es cómo trabajan su modelo de negocios. Si uno pide libros a Amazon, los paga con la tarjeta de crédito y dependiendo la prisa que se tenga para recibirlos, se tienen que pagar más dólares por el envío. Si el paquete no llega en el tiempo establecido, al comunicarse a Amazon, ellos hacen todo lo posible por rastrear el paquete y muchas veces, a manera de disculpa le regresan a uno todo el envío o parte del mismo. Es una empresa que claramente quiere ver al cliente satisfecho.
Si se trata de comprar libros electrónicos, en el formato que usan ellos, el del Kindle, el envío llega directamente a la cuenta que uno haya registrado en Amazon y se guarda en la biblioteca virtual del sistema. Si quiero leer algún libro electrónico comprado en Amazon, descargo la aplicación Kindle Reader y puedo leer el libro en la tablet, en la computadora de escritorio, en la laptop, en el teléfono inclusive. Si uno ya descargó previamente la aplicación para leer los libros Kindle, cuando uno compra el libro, instantáneamente aparece en al biblioteca. Da uno click y listo, ya puede leerlo sin dificultades.
En México tenemos a Gandhi, como una de las librerías de más éxito en nuestro país. Cabe decir que en la tienda original, al sur de la ciudad, en la cafetería de la misma nos reuníamos a jugar al ajedrez. Por muchos años esa cafetería fue una especie de sede de los ajedrecistas. Al dueño de Gandhi, Mauricio Achar -que murió en el 2004, le fascinaba el juego ciencia y con gusto dejaba que su cafetería fuese un "nido" de ávidos ajedrecistas que se iban muchas veces ya muy tarde, cuando los meseros estaban cerrando la misma.
Pero las cosas cambiaron. Gandhi se diversificó y abrió una tienda enfrente de la original que se encuentra en Miguel Ángel de Quevedo, muy cerca de Insurgentes. Su negocio sigue siendo los libros principalmente, aunque vende DVDs, películas de culto, comerciales, etcétera. En los últimos años ha incursionado con los libros electrónicos y ya vende archivos en PDF y otros formatos.
Pues bien, ayer quería comprar un libro que Gandhi lo vendía solamente en formato electrónico. Así, entré ayer domingo a la página de librería para comprarlo. Todo iba bien. Se me olvidó poner un dato (ciudad, o código postal, uno de esos), y el sistema me lo recordó, pero cuando regresé a corregir el error, ¡ay!, hubo que reescribir los datos ya escritos porque no se conservaron. Una falla menor, pero la verdad empezaba a molestarme el asunto. Después de un par de intentos más finalmente pude adquirir el libro. Para ello, era claro que debía tener ya definida una cuenta en Gandhi, cosa que ya había hecho.
Acto seguido, después de la compra, llegó un correo avisando que la compra se había registrado, y decía algo así como que ahora, usando una aplicación llamada Kobo, podría de inmediato ponerme a leer el libro. Bajé el programa a mi máquina de escritorio y al iPad, pero cuando los eché a andar (cada uno por separado y no de forma simultánea), el sistema me indicaba que la biblioteca estaba vacía. No hubo manera de poder ver el libro comprado, que Gandhi me había dicho que automáticamente ya estaría en mi biblioteca. Cambié la configuración, revisé opción por opción. Nada. Tenía una compra hecha sin poderla disfrutar.
Entonces se me ocurrió que hablaría a Gandhi, a soporte técnico. Eran más de las 7 pm y el domingo Soporte trabaja hasta las 16 horas. Entiendo, es domingo, pero Amazon tiene servicio al cliente las 24 todos los días del año.
Y no sigo porque la verdad es de pena ajena tratar de copiar un modelo de negocios y hacerlo tan mal. Por ejemplo, ante la piratería existente, los libros electrónicos también son contenidos pirateables y no hay esquema de protección que pueda evitar esto. No obstante, en Amazon, de alguna manera el libro electrónico comprado solamente puede usarse en los dispositivos registrados y sí, ya sé, habrá quien pueda piratearlo pero en general, las restricciones que impone la tienda en línea más exitosa del mundo, tiene como objetivo que la gente no compre libros electrónicos y los ande repartiendo. Y repito, ya sé que hay quien sabe cómo quitar los candados a estos contenidos, pero no es el tema.
Gandhi, por su parte, ha buscado un esquema parecido y se ve que ha hecho tratos con Kobo (también Porrúa le ha entrado), para poder vender libros electrónicos y en cierta medida protegerse contra la piratería. Y no me quejo de eso pero si se va a entrar en este negocio virtual, al menos háganle la vida fácil al cliente.
La experiencia me dejó ese sabor de boca que dejan las imitaciones baratas. Al principio se ven bonitas, brillan de hermosas, pero rápido pierden sus brillantes reflejos y se muestran como lo que son, imitaciones tristes, baratas, que dejan solamente decepción.
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1 comment:
Hace un par de años Gandhi comenzó su migración de sistemas, me di cuenta porque yo tenía un usuario registrado para comprar libros y de repente, un par de meses después de mi última compra mi usuario desapareció. Creo que el nuevo sistema funciona de manera deficiente, pues también tuve problemas para comprar un libro electrónico, primero al agregarlo a mi canasta de compras, cometí un error y seleccioné otro y no hubo modo de quitarlo del carrito. Tuve que esperar un par de horas a que la sesión "expirara" y entonces agregar el libro correcto. Finalmente, cuando compré mi libro, también bajé el lector de Kobo para ver ahi mi libro y de entrada en la interfaz de la aplicación no encontraba en donde proporcionar mi usuario y contraseña como lector de Gandhi, porque Kobo al parecer tiene convenio con diversas librerias. Finalmente, me pregunto ¿Por qué un libro electrónico en Gandhi tiene un precio casi similar a una copia física si realmente no te están "vendiendo" el libro? Parece que solo te rentan una copia electrónica para que lo tengas en tu librería electrónica que sigue siendo propiedad de Gandhi. En fin, mala experiencia, prefiero solamente seguir comprando a la antigüita
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