El país perfecto

Hoy Enrique Pena Nieto dio su primer informe de gobierno a la nación. El acto fue en Los Pinos, porque por alguna razón que no entiendo bien (quizás la posición y descontento de los maestros), no quisieron arriesgarse a que el presidente no pudiese llegar a San Lázaro o peor aún, que no pudiese salir después del recinto legislativo. El caso es que el protocolo tradicional de lo que fue en su momento el "día de presidente", con todo y "besamanos", hubo que ser cambiado por las situaciones políticas actuales.

Pena Nieto se aventó el tradicional "mensaje a la nación" el cual, en la mejor tradición priísta, los invitados a la sesión solemne aplaudieron cada cosa que decía la cabeza del gobierno. No hubo quien le interpelara y todos, cual borregos, aplaudían el maravilloso país que el presidente ilustraba: "Este año se duplicó la cifra de bla bla bla, con respecto al 2012", "Se invertirán cincuenta veces más en un año que en todo el sexenio pasado2, etcétera, etcétera.

Es decir, estamos en el país perfecto, en donde en cada informe de gobierno este país ha duplicado, triplicado, cuadriplicado -al menos- lo que se hizo en el sexenio pasado. En otras palabras, no entiendo cómo es posible que seamos un país subdesarrollado. Las cifras dadas por el mandatario parecen decir eso.

El problema es que vivimos en un país de simulación, en donde todo se reduce a bonitos spots televisivos que muestran una realidad maquillada por los efectos especiales, por las escenografías que se quieren mostrar, por el presidente galán y la primera dama actriz, pareja a todas luces perfecta y que me extraña, nadie haya hecho la comparación con Jackie y John F. Kennedy, pero región 4.

Desde luego que México es un país con unos niveles de pobreza, de falta de oportunidades para sus ciudadanos, de abusos cotidianos del gobierno, entre tantas cosas, que no se ven en el informe. No, nada de eso. Aquí todo es maravilloso, todo es perfecto.