Mostrando entradas con la etiqueta (nostalgias). Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta (nostalgias). Mostrar todas las entradas

sábado, 19 de marzo de 2022

De tanto en tanto hago grande su nombre y su nombre es más grande de lo que nunca dije

Hoy he encontrado un CD con canciones de otra vida
y ponía, fuera ponía ‘‘Sevilla, mayo 2009’’.

Su letra redonda haciendo curvas hasta tocarme.

Hago grande el tacto de sus muslos en aquel palco y
hago grande el lunar de encima de su boca y
hago grande aquella sala de revelado y
hago grande la culpa por no haberle dado 
ni siquiera entonces
lo que quise darle.

De tanto en tanto hago grande su nombre y
su nombre es más grande de lo que nunca dije.

De tanto en tanto,
este agujero.

Si pudiera meter los brazos
alcanzar a la que fui y decirle:
Querer a otra mujer es querer, y no es culpa.
Decirle, no es culpa.
Duchar su angustia.
Pero.
No puedo tener 23 y ser su mon amour en una lista de Spoty.
No viviremos juntas en París. Haríamos tan buena pareja. Ni en ningún lado.
Y sin embargo seremos felices.

Escucho ‘‘Sevilla, mayo 2009’’.
Me niego al disfraz leve,
(me acerco a tu boca la meta es tu boca beso tu mejilla)
a pensar que ella ya no quiere acordarse de que fuimos
(te presento a mi amiga)
dos fieras suaves amasando el límite.

domingo, 27 de julio de 2014

Vuelve

(disimulemos que es un intento de orden despojemos de drama a las voces)
Oyetúparaya y mírame
¿ves? estoy
casi casi
atreviéndome:

Olvídate de perdonarte
límpiate el caos desenrosca el miedo y vuelve
con tu aspecto de dandy a contarme historias de gamberros,
sé cursi,
deja que te bese los tatuajes.
Venme emocionado porque soy preciosa y por fin
¿quieres?
decírmelo.

Prolonga la tregua, pacta con la luz que te ha hecho brote
desintoxícate
de la mierda esa del fracaso haz de mí tu metadona fúmame en papel de arroz, si quieres y deja
de jugarnos la ruina desechando este posible,
nótame importándote
deshazme de los otros elígeme.

No se dice elígeme. Pero vuelve,
con tu bicicleta rota y la boca llena de limones a recordarme
que apenas tenemos una historia,
a lloverme de a pocos,
a buscar formas de nube.

Estírate como un gato hasta alargar nuestro amor breve.

domingo, 29 de junio de 2014

Cuando me falta suelo te busco el nombre

Vengo diez años después de imaginarte. Diez años es mucho tiempo para ensanchar-olvidar-rehacer-deshechar los amores platónicos: yo te había construido casa y aficiones, respuestas escritas a mi coqueteo ensayado, tú y yo habíamos compartido una playa, mucho sexo y comida casera. Allí, en la imaginación, en el aire.

Te llego tangible con el maletero a reventar de un futuro que no existe. Me dejas llegarte, nos gusta, nos sorprende, me haces agua, te hago grande, nos descubrimos nuevos: tú no eres mi mito adolescente, yo no soy la niña que descartaste. Tus vinilos, tus cosquillas suaves, tu cuerpo como una cueva templada y los balcones que me asoman a una ciudad donde nadie, apenas tú, me conoce.

Cantamos en tu coche y me parece que no necesito más. Pero hay más: tu mano en mi pierna, la mía hecha círculos sobre tu nuca, el perfil desigual de tu barba recortado contra un cristal que recorre paisajes a donde queramos. Porque podíamos haber sido eso: lo que queríamos, en vez de estar siendo aquí, con aquís diferentes, lo que no pude. No supe. No quise.

Los amores platónicos sólo hacen nido en el aire. Y sin embargo tú me diste suelo firme, cálido, para intentar sujetar este caos a alguna parte. No he sabido. No he querido. No se puede. Cuando me falta suelo te busco el nombre.

viernes, 4 de febrero de 2011

tres-en-raya

Escucha: claro que todas, que Orión entero, que todas muertas. Y que esta luz es sólo memoria de estrella. Como las fotos que faltan, como nuestra maestría para el siamor después del noamor. Y qué cabrón, con esta forma de mirarme hoy (qué hacemos aquí, otra vez, tú y yo, y qué hacemos sin permiso para el tacto).

Todos estos años hemos debido hacer algo parecido a dejar un reguero de luz para alumbrarnos los cadáveres: tu canción nuestra de adolescentes suicidas, las pintadas de amor en aquel muro, tu cresta increíble mi culo aún perfecto.

Se ven bonitos. No te harás el triste tú sabías, que lo nuestro eran chispazos a fundido. Que dieciséis tiene más de número que de palabra y los números con piercing, haz la prueba, no son de fiar.

Pero eh, que estuvimos allí. Que lo vimos: Orión iluminándonos los pies hasta las dunnas. Tu cuerpo y el mío con su borrachera tibia, con la incredulidad de ser, de estar siendo, mayores y a medias.

Después aprendimos a odiarnos. Más después, tal que hoy, me miras y estamos tan lejos que me entra la risa.

Todas muertas, 16.

Pero eh: fuimos justo cuando su luz contra la arena (luz-cuerpo-luz-cuerpo-luz).



domingo, 27 de junio de 2010

Fotografía incontable

Ahora pasa una gran nube blanca. Como todos estos días, todo este tiempo incontable. Lo que queda por decir es siempre una nube, dos nubes, o largas horas de cielo perfectamente limpio, rectángulo purísimo clavado con alfileres en la pared de mi cuarto.

Fragmento de Las Babas del Diablo, Julio Cortázar


 








Si esto puede sonar, sonó así:
(a Cortázar, pero también a amor)