


El 2009 comienza con un nombre, "Clint", el nombre de ese gran artista que es Clint Eastwood, quien empezó como actor encasillado en papeles de tipo duro, primero como aquel lacónico "Hombre sin nombre" de la "Dollars trilogy" de Sergio Leone, el rey del spaghetti western de los años 60, y luego como policía justiciero y sin escrúpulos, cuando protagonizó la saga que Don Siegel inició en 1971, encarnando al famoso "Harry el Sucio". Siegel continuó con otro western, "Two mules for Sister Sara", protagonizado por Eastwood en compañía de Shirley MacLaine, con aquel excelente e inolvidable papel de monja.
1971 fue un año decisivo en la carrera de Clint, ya que fundó su propia compañía productora, "Malpaso", con la que tomó el control artístico de sus películas y se estrenó como director en "Play Misty for Me".
En 1975, dirigió y protagonizó "The Eiger Sanction", que se ha convertido en una película de culto para los escaladores, ya que el propio Eastwood practicaba este deporte de riesgo.
En 1979, protagonizó uno de sus grandes papeles, encarnando a Frank Morris en la película "La Fuga de Alcatraz", basada en hechos reales.
Los 80 trajeron aquella gran revisión del western que fue "Pale Rider" (1985), que fue premiada en el Festival de Cannes. Así como la quinta y última película de Dirty Harry, "The Dead Pool" (1988), que fue un éxito de taquilla pero obtuvo malas críticas.
Uno de sus papeles más inolvidables fue el de aquel fotógrafo del National Geographic en "Los Puentes de Madison" (1995), junto a una magnífica Meryl Streep.
En 2003, con "Mystic River", fue nominado a los Oscars como mejor Director. Pero no fue hasta el 2005, cuando consiguió cuatro estatuillas con su genial "Million Dollar Baby", que ganó el Oscar a la mejor película y al mejor Director.
En 2007, consiguió la proeza de meter dos películas entre las candidatas a los Oscar, con su doble entrega sobre la batalla de Iwo Jima: "Banderas de Nuestros Padres" y "Cartas desde Iwo Jima", la versión desde el lado japonés, que estuvo nominada a cuatro Oscars, de los que sólo se llevó uno a la mejor edición de sonido.
Y este año, Mr. Eastwood vuelve a la carga en la pugna por los Oscars con otras dos películas: "El Intercambio", protagonizada por Angelina Jolie, y "Gran Torino", protagonizada y dirigida por el propio Eastwood, quien encarna a Walt Kowalski, un veterano de la Guerra de Korea, viudo, gruñón y racista, que recuerda mucho a su último personaje, aquel viejo entrenador de boxeo que no quería preparar a una mujer, en "Million Dollar Baby".
El "Gran Torino" es un coche del 72, que simboliza sus días como trabajador en la planta de Ford. Kowalski también es inseparable de su rifle M-1, símbolo de sus días en el ejército, un arma que el propio Eastwood también aprendió a manejar, montar y desmontar en el ejército.
"Gran Torino" supone un paso más en la carrera artística de Eastwood, ya que éste también ha compuesto la música de la película. Definitivamente, este hombre es un pedazo artista de lo más completo.
Y, hablando de música, el nombre de "Clint" es el que ha escogido un grupo madrileño de música instrumental, a medio camino entre el spaghetti western, el lounge y las composiciones cinematográficas de Lalo Schifrin, Roy Budd, Hugo Montenegro o Fausto Papetti, y entre cuyas influencias figuran Ennio Morricone (un recuerdo aquí también para mis queridos Hacienda Brothers), Nirvana, Beatles, Jackie De Shannon, Bobby Darin, Dick Dale, Wilco, The National, Mojave 3, Jack Nitszche y The Ronnetes.
El grupo está formado por el percusionista "Harry Callahan"; "Harry El Ejecutor", a las guitarras, bajo y mandolina; "Harry El Fuerte", a los teclados, la trompa y la trompeta; y "Harry El Sucio", a las guitarras, bajo y teclados.
Su música recupera ese gusto cinematográfico por las trompetas, trompas y otros metales de sabor fronterizo, mariachi y hasta taurino, como ponen de manifiesto en canciones como "Negro Zaíno Derrotando en Tablas" (si bien no son nada aficionados a la "Fiesta Nacional" y únicamente les hizo gracia asa jerga taurina tan expresiva). Así como esos evocadores carillones y campanas patibularias, tan características de los westerns.
Su segundo trabajo, recién publicado, se titula "Los Tipos Duros También Bailan", que retoma el camino iniciado en 2005, con su disco de debut, "Alégrame el Día", y actualiza algunas partes del score que prepararon para la película muda "Berlín: Sinfonía de una ciudad" (Walter Ruttman, 1927).
Se trata de un disco mucho más rico y complejo que el anterior, donde instrumentales llenos de matices, rock fronterizo, trompetas lastimosas, guitarras punzantes, arreglos orquestales y percusiones exquisitas, se entremezclan con continuos guiños. Desde el infaltable "Dirty Harry", mediante la voz de Constantino Romero (encargado de doblar a Clint Eastwood al castellano); a clásicos como el "Love Theme", compuesto por Nino Rota para "El Padrino" de Francis Ford Coppola, aquí revisitado como "Il Padrino".
Un trabajo que pasa de recordarnos a Calexico, en "Los Tipos Duros También Bailan"; los primeros Tindersticks, en "No es Nada Personal"; o el surf de los Ventures, en "Rockanroleza Muerta"; para a continuación, remitirnos al Tom Waits más circense, con "Toma 15.000"; a Ennio Morricone, en el "Ocaso y funeral de Morris"; o al mismísimo John Barry, en "El Hombre que Apuntaba a Todo" y "Se valora el silencio".
Seguro que si algún día se deciden a fichar alguna cantante, ésta se llamará "Magnum" o quizás "Make My Day". En cualquier caso, me parecen unos músicos fabulosos que ponen unos títulos muy ingeniosos y divertidos a sus geniales composiciones.
Resuena en el sombrero: "Il Padrino".- Clint (Madrid, 2008).