domingo, 30 de abril de 2017
miércoles, 26 de abril de 2017
MIS PATRIAS
Nunca supe a que patria quedarme.
Ahora que tan en boga
están los nacionalismos, las identidades y las rayas divisorias, yo siento,
como dentro de mí, se difuminan las barreras de los sentimientos, bien hacia la
tierra que me ha visto nacer y crecer y la tierra que me cobija ahora cuando
los años apuntan al final.
No podré renunciar
nunca al amor a la patria primigenia. A la patria de los primeros llantos y las
primeras risas, la de mis juegos, la del amor irrepetible a cocina de mi madre,
la del calor de mesa camilla, la del olor a vendimia. La patria del primer beso
robado, la del balbuceante amor y la del amor definitivo.
Uno acaba
construyéndose con retazos de amigos juveniles, con primeras lecturas, con
consejos de maestros, con pequeños descubrimientos y con dolorosas renuncias.
Hasta el paisaje de la
tierra en que naces, termina por enmarcar el cuadro futuro de tu existencia.
Quizás por ello,
dentro de mi existe una porción como parda y umbría, como árida y sin límites,
como esa Mancha que me vio nacer.
Menos mal que también
se vislumbran en el horizonte, molinos de viento con aspas de ilusiones, (ya
con herrumbre en la maquinaria), y ubérrimas vendimias precursoras de abrazos.
Quiero a esa patria
primera, sobre todo porque la siento, alejada, seca, maternal y sufriente. O
quizás porque siempre se ama a lo que se añora.
Pero también tengo
otra patria a la que también quiero. Es la patria que me ha dado el trabajo, (algunas
veces las lindes de las patrias, tienen extrañas formas de puchero), y la tranquilidad.
La tierra que ha permitido que mis hijas crecieran y
creasen nuevas familias, la patria donde yo, definitivamente he sido.
Y sobre todo, donde he
oído los primeros llantos y las primeras risas de mis nietas, donde las he
visto crecer, donde gracias a ellas, ya entiendo otras palabras nuevas que no
son las mismas que yo aprendí.
Es esta patria
mediterránea y frutal, barroca y luminosa, musical y lúdica.
En definitiva el
contrapunto necesario para llenar de colores vivos, la paramera excesiva de la
tierra donde nací.
Confieso que las
quiero igualmente alas dos- y no estoy loco- y las necesito por igual.
A una, porque mis
raíces están profundamente arraigadas en esa tierra de surco y sudor y a la
otra porque ha permitido que al tronco de mi existencia le nacieran hojas
verdes, risas, frutos de luz y sosiego.
… y luego está el
mar.-
Este Mediterráneo que
me tiene agarrado por los sentimientos y no me deja apartarme de él.
Este mar que me
anuncia cada mañana que la inmensidad existe, que la belleza es múltiple, que
siempre son posibles nuevos horizontes.
La patria que vivo,
está hecha de luz y sombra, de marrón y azul, de seriedad y gozo, de cardencha
y palmera, de seria quietud y musical fantasía.
Mi patria de
nacimiento, está escrita en mi carnet de identidad y luego está la otra que no
aparece en ningún documento. Pero las dos ocupan el mismo espacio en el corazón
agradecido de este hombre que las ama.
martes, 18 de abril de 2017
VUELTA DEL MAR
Efecto acuarela con photoshop de una foto del autor.
Entrada escrita a
vuelapluma, nada más llegar.
Se acabó esta corta
temporada de relajo. Hay que volver al monótono paso de los días y esperar al
fin de semana, para poder volver a la caricia del mar y la brisa.
A pesar de que las
playas terminarán por estar siempre ocupadas por asistentes a comerciales
festivales “on beach”. (Si se dice música en la playa, parece como si los
conciertos estarían faltos de glamur). En Benicassím, que ya se anuncia como
ciudad de Festivales, son tres o cuatro al año. Se masifica la playa, pero
bienvenidos sean, si con ellos los negocios florecen y la ciudad gana. Aun así,
merece la pena acercarse al mar.
Estos días, he podido
disfrutar de su belleza luminosa, aunque sin atreverme a recibir caricias de
las olas, que el cuerpo no está ni para altas o bajas temperaturas.
Paseos por la orilla,
tomar el sol con mesura y terminar en el refugio hostelero, donde el condumio
es un poco más caro que de costumbre, pero tiene la ventaja de que el tiempo se
estira con la ayuda del gin-tonic.
Dos novelas
policíacas, (Azul Marino y Don de Lenguas), de una trilogía escrita por Rosa
Ribas y Sabine Hofmann, han sido mis contactos con el mundo del intelecto, que
en estos día es conveniente no calentar mucho los cascos, que bastante es con
el sol.
No puedo hablar de
descanso, que bastante descansado estoy, pero me han venido bien estos días,
aunque como siempre os he echado de menos.
De nuevo ante mi
renqueante ordenador, aprovechando parte del interminable tiempo que me sobra,
con vuestra amistad y sapiencia.
martes, 11 de abril de 2017
domingo, 9 de abril de 2017
miércoles, 5 de abril de 2017
LIBERTAD MALTRECHA
Luché
por la libertad,
pero
no buscaba este sucedáneo
de
un tiempo de mentiras.
Me
enfrenté a cerrados muros,
a
soterradas trampas
de
consignas y panfletos,
de
vítores y escapularios.
Aprendí
a amar al prójimo,
porque
así lo ordenaban los poetas.
Sopesé
la palabra amor,
sin
importarme las conjugaciones.
Recolecté
estrellas en la noche,
para
sembrar un jardín de eternidades
y
solo encuentro ceniza en medio de la herrumbre
de
este tiempo sórdido en que vivo.
Luché
por la libertad,
pero
no era esto.
Este
triste rosario de impúdicas mentiras,
esta
letanía de cajas B y de misales.
este
pestilente olor a cloaca y noticiero,
esta
rendida pleitesía a la impostura.
Luché
tanto que ya no me quedan fuerzas.
He
sumado tantas “nadas”,
que
solo soy dueño de silencios.
¡Quise
emborracharme de libertad!
y
solo me ha quedado esta triste resaca
y
un sabor de ceniza en las entrañas.
¡Y
este doloroso cansancio de Sísifo,
que
no llegó a ninguna parte!
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