morderme la lengua,
apretar los labios, callarme...
no puedo desvelar lo que ahora mismo me ocupa,
en lo que estoy inmerso, que me tiene como poseído totalmente.
Sí puedo, pero temo (qué puerilidad) que algo lo chafe,
y siempre hay nubes negras amenazando un chaparrón.
Así que seguiré así, mudo, mientras espero
que mis deseos y trabajo se materialicen por fin.