Cuando la delicada línea de
tiempo se pierde, la edad que se adquiere con los años, comienza a hallarse como una suma de inconclusos sin
alejarse todavía de la vida que al no saberse, se ha perdido. Todos han sido
comienzos, nunca finales, y estar cansados de una aparente suma de “nada”, se
siente como haber transformado”esto” en el todo mismo, parado exactamente en el
“no se donde” de tu existencia, las ganas se han perdido, la magia duerme en
sus laureles y “lo palpable, lo concreto”, se parece en demasía a la palabra
aburrimiento, casi como un llanto por evadir, evitar.
A muchas personas el exceso de
“enojos” le provoca delgadez a sus capacidades, a otras, los limita la calma en
que permanecen, y encerrados ambos en sus mundos particulares, comprenden lo
difícil de un momento de soledad a su toque de hora, siendo que el cuarto en su
fragmento a la misma, ya ha pasado y avanza sin futuro para el que no ve, para
el que “no quiere ver”.
No hubo proyectos, ni siquiera un
lugar donde sentirse propio y no prestado, , ver como los demás vivían, y tu, sin saber porque, “te
detuviste”, y nadie te obligo, porque también sabido es que siempre se elige,
es que
la opción permanecerá eterna y no existirá jamás para esto otra verdad.
Una persona sentada en la banca
de una plaza, o tal vez en el medio de su “nada” ya sin oportunidades, no
tolera por ejemplo al resto de las personas, es que le recuerdan todo lo que
pudo ser y dejo ir por abandonar un sueño propio, una anunciada chance, y el
pasado, según ella, que insistió en seguir sujetando sus hombros provocándole
cada nuevo sol mayor infelicidad cual suma de fracasos, y deseando otra vez
juventud para “hacer” lo que no hizo; Se siente pobre, miedosa y vieja, y de lo
único que no se arrepentirá en lo que resta de sus edades por venir es de su
“libertad”, cuando sin reconocerlo, esta, fue su elección.
Todos quieren ser felices, pero
pocos juegan ya, esa es la ironía, y acumulan odios sin querer palabras
bonitas, y se consienten cómodos en donde no quieren estar sin fantasías que no
cumplirán, después de todo, alguien les dijo una vez, que no quedarían ganas ni
valdría la pena al final intentarlo, y ellos, eligieron creerle.
En su apariencia, a muchos les gustaría
amar alguna vez, pero nunca se pertenecieron a si mismos, o alguien nuevamente,
los vigilaba con índice levantado y esto, no pareció anhelado sin valoraciones
propias, como decir que en su moraleja fueron “Victimas de las circunstancias”,
y no de la burla a si mismos, aunque he sabido de casos, lamentablemente,
reales en su desgracia.
Yo quiero salir a jugar, es que
en mi interior, una parte del alma nunca ha crecido sin su propia verdad, me lo
ha dicho mi viejo oso, , ya con treinta años el de
edad, y no deseo conquistar el universo, es solo una clara distensión de la
realidad.
¿Habrá alguien que juegue
conmigo, o ya todos durmieron a sus niños?
Imperios, seres de otro planeta,
piratas, príncipes azules, castillos, vidas felices, villanos épicos, amor;
Alguien debe valorarse o sentir que “lo merece”, en el fondo, siempre supimos
que se trataba de eso, y la vida no era para acobardarse o creerse mas especial
que el otro, aunque así fuera a veces.
¿Habrá alguien que quiera ser, y
pueda serlo?
Alguien supondría no desesperar
ante un castigo, quien luego merecedor de abrazos supone sin egoísmo ni
carencias, que la necesidad habrá valido la pena disimulada por los errores
consumidos, que siempre habría terminado diciéndose “tendría que haberlo
disfrutado mas”, si no saliera a correr dando brincos, por un sendero junto al
sol atardecido, que aun sigue estando sin posarse frente a los ojos en la
espera aun, de la noche dormida.