Que sentido tiene perseguir lo imperseguible, darse de frente con la razón misma diciéndote, "no lo hagas", una y otra vez si no quieres escucharla, si prefieres esconderte en respuestas que no significan una verdad absoluta, y el asombro se va esfumando a la vuelta de la esquina mientras un semáforo pone luz verde a tu enojo razonable, hacer lo mismo de siempre o seguir un instinto deberá ser el gran coraje de elegir esta vez, la verdadera bocanada de aire, dejarse llevar por las circunstancias como un adolecido joven ya no sera el problema entonces, sino mas de una carcajada con enojo tal vez, por lo que te sentiste obligado a hacer, por lo que ya era hora que hicieras.
Dejar de escuchar para escucharte, llenarte de silencios para oír tu respiración, representaciones de estar aquí y no en una vida que no te pertenece, que no quieres, decir que es justo el rencor sentido con motivos de sobra servirá para enfadarte, nunca te frustraran los demás y ahora lo comprendes, ellos solo desean tenerte a su alcance, nada mas ni nada menos, el planteo se observara a partir de ese momento como, la altura en la que ellos están, y la distancia desde donde los miras; no fue culpa de nadie que obtuvieras tus alas antes de tiempo y volar te resulto a ti mas fácil, puesto que antes caíste demasiadas veces como para no aprender a mantenerte siempre erguido, siempre en el cielo en donde una vez mas, solo la amistad fue tu camino, tu manto y las manos que dieron principio a un circo de risas y locuras, como la ternura, como el abrazo, como el sueño en donde "ya no olvidas", que aquellos a los que amaste con toda tu alma, no supieron estar una vez mas quedándose en el camino.
Juany.
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