Tras un gran sur-este, aquí en el estrecho todos los pescadores sabemos de la entrada de peces o mas bien
de la entrada por parte de estos en una actividad predadora a veces mayor, dicho esto voy a relatar lo que ayer me sucedió.
Unos días antes compre un carrete de spinning que estaba deseando estrenar,pero el mal tiempo no me dejaba, así que en un momento de una pequeña tregua no me lo pensé llame a mi amigo Mario y nos pusimos rumbo a nuestro querido estrecho, llegamos a la zona a pescar y durante un buen rato nada de nada o como decimos aquí "NA DE NA", nada funcionaba poppers, paseantes, stickbait, pencils, todo era en vano, así que decidimos cambiar de pesquero. Nada mas llegar al nuevo pesquero nos empezó a caer una pausada pero constante lluvia, el mar en calma, el olor a primavera que despedia la costa y el silencio que solo rompía
la fina lluvia al caer sobre el agua y el canto de algún que otro mirlo, todo ese conjunto nos asía sentir que
estábamos en un marco de pesca idílico, tras quedarnos un rato admirando el paisaje que nos rodeaba empesamos a pescar y unos minutos mas tarde se produce la primera picada, no consigo saber con certeza de que pez se trata pues sus embestidas son pobres y no me recuerdan a la de ningún pez exactamente, aunque me estaba decantando por una pequeña lubina el acercamiento del pez a la embarcación me saca de dudas, es una picuda de unos tres kilos de peso, seguimos pescando y tras media hora sin obtener picadas, se produce un revuelo sobre la superficie el cual aprovecho para lanzarle un par de veces y es en el ultimo lance cuando mi caña se queda clavada y empieza a salir hilo de mi nuevo carrete, que no a podido tener mejor estreno, pues tras unos minutos de lucha consigo subir abordo un bonito dentón de 5,600 kg, un día magnifico en un marco inmejorable.
Mi nuevo carrete el ESPHEROS 8000 PG
Pequeña picuda que fue devuelta con vida al agua.
Denton que nos deleitara en la mesa.
Mario con el dentón que nos comeremos.