“LOS FELICES ZP”
En estas vísperas de nada como no recordar aquello días de todo en los que fuimos, al calor de la almoneda en que se convirtió lo público y lo privado: pacifista, antifranquistas, feministas, marxistas, laicistas y nacionalistas a la par que universales.
Las ministras se retrataban vestidas de marca en Vogue y de “African” en Maputo. Los ministros discurseaban a modo de Dylan. El presidente ataviado de inmaculado azafrán quemaba barritas de incienso en el nombre de la paz.
Desbordadas las arcas y enloquecida la banca, no había ocurrencia que se antojara imposible ni mes sin su navidad. Se decoró a golpe de talonario y Barceló la cúpula de la sala de los Derechos Humanos de la ONU. Pagamos, sin ir a escote, la quimera de la fraternal Alianza de Civilizaciones. Gano Ala la batalla a Yavé por aquello, se decía, de ser asunto cultural y no papal. Se le prometió a ETA más de lo que está en su vesania soñara. Se habló sin tabú de nación de naciones. Se reescribieron los estatutos de autonomía a modo de desagravio y a mayor gloría del privilegio. Se cambio la didáctica Prisa por la histriónica Mediapro: todo era risa. Se hablaba de ética política en la Noria y de sociología en Sálvame.
Alcanzamos la modernidad con modales de nuevos ricos. Fuimos torpe y atropelladamente lo que había sido Europa. Indianos de andar por casa, hicimos fortuna en el solar de enfrente y lo gastamos, ¡que coño!, alegremente. ¡Felices, felicísimos ZP!
José Alfonso Romero P. Seguín.