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'Tetro' no estará entre las mejores películas de Francis Ford Coppola pero, de vez en cuando, tiene derecho a dirigir algo que no sea genial. Con 70 años y 5 Oscars (3 por la segunda parte de ‘El Padrino’ , 1 por la primera y 1 por el guión adaptado de ‘Platoon’) puede arriesgar lo que quiera. Quizás me guste llevar la contraria, pero no es ni la mitad de mala de lo que dice la crítica. Es más: está por encima de la media.
Lo que pasa es que a Coppola, con una filmografía excepcional e inigualable, se le exige mucho más qua a otros. Además de los títulos citados anteriormente (estrenados en 1974 y 1970), yo destacaría ‘Apocalypse Now’ (1979), ‘La ley de la calle’ (1983), ‘Cotton Club’ (1984) y ‘Drácula de Bram Stoker’ (1992). Un poker de películas imprescindibles, aunque podría haber destacado otras. ¡La verdad es que ha fallado poquísimo!
En esta película 'de autor', Coppola nos cuenta la historia de Bennie Tetrocini (Alden Ehrenreich), que se traslada a Buenos Aires para buscar a su hermano, con el que no ha tenido contacto en los últimos diez años. La mayor parte de la familia Tetrocini (emigrantes italianos en Argentina) se había mudado a Nueva York detrás de su padre, un famoso y pretencioso director de orquesta sinfónica.
GALLO Y VERDÚ, UNA BUENA PAREJA
Tetro, apodo del hermano que se quedó en Argentina, era un poeta brillante y melancólico. Le da vida un fenomenal Vincent Gallo. Bennie tenía un gran recuerdo de él, pero con el tiempo se ha convertido en una persona distante y desilusionada. Tiene motivos suficientes, porque su familia guarda un tremendo secreto que, lógicamente, no voy a contar.
A la novia de Tetro, Miranda, la interpreta una extraordinaria Maribel Verdú, a quién siempre recordaré por su papel en ‘La buena estrella’ (1997). En el reparto también destaca la presencia de Carmen Maura (musa de Pedro Almodóvar a lo largo de muchos años) y Klaus Maria Brandauer, aunque ambos pasan casi desapercibidos. El papel de Maura no tiene demasiado sentido.
Es una película personal, onírica -que me recordó a Takeshi's (2005), de Kitano- y que, en su parte final, se convierte en un culebrón. En ella Coppola nos habla de la fama, que corrompe, cómo no, y de lo difícil que es a veces asimilar el éxito dentro de las familias, en las que sólo puede haber un líder. Está rodada en un fantástico blanco y negro -con planos fijos- y el color sólo se utiliza para los sueños y los flashbacks. Me quedo con esta frase: "No sueltes la soga que me ata a tu alma". Es definitiva.
Yo le pondría un 7 sobre 10, como mínimo.
‘LA BASTARDA DE ESTAMBUL’
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Todas las familias guardan un secreto. Los Tetrocini, por descontado, y también las mujeres de la familia Kazanci, protagonistas de ‘La bastarda de Estambul’, de Elif Shafak. Se trata de una escritora francesa de origen turco. Es un libro ameno (de 384 páginas), lleno de color y de aromas. De hecho, cada capítulo lleva el nombre de un alimento tipico de la comida turca. Todos menos el último... que no lo es.
Ya que hablamos de alimentos, ‘La bastarda’ se ‘cuece’ en Estambul, donde coinciden Asya (una adolescente turca que no conoce a su padre) y Armanoush, una armenia-norteamericana que busca sus orígenes. Este encuentro se aprovechará para explicar la expulsión de los armenios, por parte de los turcos, del Imperio Otomano. Como se dice al principio y al final de la obra: 'Érase una vez un reino donde las criaturas de Dios eran tan abundantes como los granos de trigo, y hablar demasiado era pecado...".
Besos y abrazos a todas y a todos.