También las experiencias poéticas ayudan a respirar. Contra lo
improbable. Construyendo comunidades (in)imaginadas, en la proximidad
con aquellos que intentan vivir en la intemperie, afrontando su
vulnerabilidad sin falsos resguardos.
La poesía también también supone la cercanía de lo indecible. Quizás
no haya nada más mágico que esa experiencia compartida en la que tras
lo dicho se asoma la promesa de otro decir. Un decir que es mundo,
desafío a la distancia instituida en el presente.
El ciclo Cercanías. Reflexiones abiertas sobre poesía contemporánea, en
su pluralidad, quizás no sea sino una forma de seguir horadando las
brechas que separan los discursos poéticos de otras formas de
comunicación social.