Esta es una obra musical de las más taquilleras de todos los tiempos. Sin embargo, contrario a lo que muchos piensan, se trata de una obra joven, compuesta entre 1937 o 1938 y forma parte de la trilogía conocida como "Trionfi", la cual incluye: Catulli Carmina (De 1943 sobre textos del poeta latino Cayo Valerio Catulo -ca. -87; ca. -54-) y el Triunfo de Afrodita de 1951.
No obstante lo anterior, su popularidad compite y llega incluso a rebasar a compositores de la talla de Beethoven, Mozart y otros, pero paradójicamente ha sido calificada por algunos especialistas, y otros no tan especialistas, como menor a otras de su autor, Carl Orff, pero con la cual este compositor alemán se volvió famoso.
La espectacularidad que desde el primer instante manifiesta esta obra, ha sido uno de los factores que han hecho de ella también un producto altamente comercial, que lo mismo ha sido usada en anuncios de automóviles de lujo, que en películas de alcance internacional cuyas temáticas van de lo medieval a lo futurista; igualmente se ha usado para abrir conciertos de música popular, o ha inspirado su re-interpretación por músicos de rock
Otro elemento más que ha contribuido en su vertiginosa popularización es ese halo de misterio que incrementa el ya de por sí fuerte atractivo de esta obra, por su contenido medieval.
Carmina Burana, es definida como Cantata, palabra italiana que significa simplemente “cantada”. Con este término se designa a una creación musical que involucra coros, voces solistas, orquesta y cuyo contenido temático puede ser profano o religioso. Tiene el mismo origen y estilo dramático-musical de la ópera, sólo que la cantata abandonó la acción. En el caso de la obra de Orff, se trata de una cantata escénica, esto es, la intención del autor es devolverle la representación a través del movimiento.
Carmina Burana, cuya traducción es Cantos de Beuren, proviene del nombre con el que Johann Andreas Schmeller publicó en 1847 la primera edición del manuscrito de la obra que sirvió de base a la de Orff, a la cual este último subtituló: “Cantiones profanae cantoribuset choris cantandae comitantibus instrumentis atque imaginibus magicis”, que no es ninguna invocación del demonio, en español significa: “Canciones profanas para solistas y coros con acompañamiento de instrumentos e imágenes mágicas”, de donde surgió la incorrecta traducción de Carmina Burana como Canciones Profanas.
La obra consta de seis secciones más la repetición, al final, de un fragmento de la primera, lo que hace un total de siete secciones en una forma cíclica, esto es, inicia y termina con la misma pieza. Las siete secciones son:
1. Fortuna imperatrix mundi (Fortuna emperatríz del mundo).
2. I primo vere (La primavera).
3. Uf dem anger (Sobre el prado).
4. Ii in taberna (En la taberna)
5. Iii cours d'amour (La corte de amor).
6. Blanziflor et helena (Blancaflor y Helena), y para concluir, nuevamente
7. Fortuna imperatrix mundi (Fortuna emperatríz del mundo)
La forma cíclica induce a pensar en una obra que termina y vuelve a iniciar en el mismo punto, y así sucesivamente sin fin.
Por otro lado, la estructura se compone de tres actos, numerados en romano, que son:
I. PRIMO VERE, “La primavera” o “En la primavera”, cuyo tema central son las bondades de esta época del año, la cual permite disfrutar de la convivencia en el campo y su colorido, por eso en esta parte se incluye también la sección titulada “Uf dem anger”, “En el prado”.
II. IN TABERNA, “En la taberna”, es la segunda parte, y nos lleva al lugar de reunión con los amigos, punto de encuentro de estudiantes, en donde lo mismo se disfruta placenteramente del vino, que se gastan bromas pesadas o se practican los juegos de azar.
A través de las dos partes anteriores la emoción de la obra se incrementa paulatinamente basándose en el goce de la belleza, la alegría y los placeres mundanos y preparan el camino apuntando hacia el mejor blanco de las poesías goliardescas (Los Goliardos, una especie de cofradía ambulante de la Europa Medieval y de la cual sirve de base y referencia a toda la obra); que es el amor, la sensualidad y el erotismo, los cuales se encuentran en el tercero y último acto del discurso.
III. COURS D'AMOUR, “La corte de amor”, o “El cortejo amoroso”. En él se describen las estrategias de la conquista amorosa, las insistencias del enamorado, las dudas y penas del amor. Que a pesar de contener fluctuaciones en el estado de ánimo, éste se aumenta hasta alcanzar su punto climático ya hacia el final de este tercer acto, en el número musical vigésimo tercero, titulado “Dulcissime”.
La sexta sección, titulada “Blanziflor et Helena” le sigue como parte de la misma “Corte de amor”. Es, prácticamente, la última sección de la obra, y consta de un solo número musical, lo siguiente, es el regreso a la introducción, en este caso como conclusión: “Fortuna imperatrix mundi”, cerrando así el ciclo.
Regresando un poco para comentar su contenido, la primera sección: Fortuna imperatriz mundi, consta de dos números, O fortuna (Oh fortuna) y Fortuna plango vulnera (La rueda de la fortuna), y hay quien dice que mejor debería llamarse: Lloro las heridas de la suerte. Ambas tratan de lo inconstante de la materia humana y su devenir, determinado por ese factor modificador llamado suerte, el cual no toma en cuenta nuestra voluntad. He aquí su letra, en nuestro idioma:
O FORTUNA
Oh fortuna, cual la luna con su ser variable,
siempre creces o decreces;....
Suerte cruel y vacía, rueda inconstante,
perversa condición, falsa salvación siempre disoluble,
ensombrecida y velada, también para mí te muestras
ahora que por tu juego cruel mi torso desnudo llevo.
Teniendo como punto de partida y conclusión la pieza Oh fortuna, se sugiere el giro de la rueda del mismo nombre y que representa a la deidad romana encargada de hacer girar el timón de la vida, elevando a unos a la dignidad de reyes mientras otros descienden a la mínima condición humana. Se evoca también el carácter esotérico propio de la época, pues un símbolo usual de éste era el Uroboro, serpiente que devora su propia cola y representa simultáneamente el punto de partida y el fin, el cero y el absoluto, el todo y la nada.
De la segunda parte, La Taberna, tenemos lo siguiente:
IN TABERNA QUANDO SUMUS
Cuando en la taberna estamos
no nos importa que arcilla seamos,
al placer nos dedicamos
pues sólo por él sudamos.
Qué se hace en la taberna
donde el dinero es bodega,
es algo que saber debemos;
lo revelare, por ello. Escuchen:
Unos juegan, otros beben,
otros se gozan sin recato;
(...y después de una serie de brindis, hacen una especie de letanía....)
Bebe el ama, bebe el amo,
bebe el ejército y el clero,
bebe aquél, bebe aquélla,
bebe el siervo con la sierva,
bebe el listo, bebe el tonto,
bebe el blanco, bebe el negro,
bebe el tenaz y el inconstante,
bebe el rudo, bebe el sabio,
bebe el que está pobre y enfermo,
bebe el desconocido exiliado,
bebe el joven, bebe el viejo,
bebe el obispo y el decano,
bebe la monja, bebe el monje,
bebe la abuela, bebe la madre,
bebe esta, bebe aquel,
beben cientos, beben mil.
La tercera parte de la obra, III. COURS D'AMOUR, La corte de amor o El cortejo amoroso, es en la que se narran los efectos internos del amor y el deseo sexual exaltados por la primavera. Consta de nueve números musicales
En el primer número se expresa la presencia atmosférica del amor, y en los siguientes se mantiene su expresión:
AMOR VOLANT UNDIQUE
Donde quiera el amor vuela; cegado por el placer
DULCISSIME 10
¡Dulcísima! Ah! ¡Toda a ti me someto!
AVE FORMOSISSIMA
[Salve] Tú, la hermosísima, gema preciosa,
tú, la maravilla de las muchachas, doncella gloriosa,
tú, luz del mundo, tú, rosa del mundo,
Blancaflor y Helena, Venus generosa!
A propósito, París[1] era llamada “La Rosa del Mundo”, detalle que se considera no es casual en este texto.
La idea es que el enamorado se encuentra absorto en su trofeo, con los sentidos embriagados por la emoción sensual de esa íntima experiencia capaz de sublimar todo lo que de picardía tuvieron sus lances de seducción y se ha olvidado del resto del mundo…
… pero su canto es interrumpido por el tema inicial de la obra, Fortuna imperatriz mundi, significando así la omnipresencia de la suerte por encima y a través del más grande placer o alegría, para que no sean soslayados sus inapelables designios, y manifestando lo cíclico de la vida… y el renacer con la primavera.
En México se estrenó el 25 de marzo de 1955 en el Palacio de Bellas Artes y el seis de septiembre de 1991 el Auditorio Nacional fue reinaugurado con la participación de la Compañía Nacional de Danza, y del Coro y la Orquesta de Bellas Artes, si mal no recuerdo, precisamente con la interpretación de esta gran obra.
Y por cierto, para mí y sin ser más que un simple amante de casi todo género de música, es Carmina Burana la pieza más sublime y completa, al menos, toca profundamente mi ser siempre que la escucho.
Con amor, 4s
[1] En la mitología griega, Paris era un príncipe troyano hijo del rey Príamo y de su esposa Hécuba, siendo un joven guapo y fuerte que dominaba el arte de la música y desencadenaría la Guerra de Troya, por su relación con Helena, pero esta es otra historia.