Se estremecen cuando acuden a mis latidos urgentes. Constantemente acechan el color de mis residuos para evaluar mi estado. Temen cada décima, cada resfriado.
Vivo entre tomas de tensiones y temperaturas, entre lavado y lavado, entre masajes y cambios posturales, entre voces metálicas y preocupadas. Prefiero el silencio de la noche y de las máquinas.
Vivo entre tomas de tensiones y temperaturas, entre lavado y lavado, entre masajes y cambios posturales, entre voces metálicas y preocupadas. Prefiero el silencio de la noche y de las máquinas.
Estoy harto. Y si aún vivo sólo es para el momento en que tú vienes, cuando coges mi mano inerte con cariño, me besas y me hablas como si nada hubiera pasado.
(nov.2011)
(nov.2011)
Info anexa.
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