A finales de 2008, Loreena McKennitt publicó A Midwinter Night´s Dream, o lo que aquí vendría siendo “El Sueño de una Noche de Invierno”, tomando el nombre de la famosa obra de Shakespeare y versionándolo para adaptarlo al contenido del disco. En A Midwinter Night´s Dream Loreena vuelve a sus orígenes, es un disco que recuerda poderosamente el ya comentado To Drive the Cold Winter Away en su temática, y de hecho, cinco de los temas, son la reedición de un viejo trabajo de la cantante, A Winter Garden, que no he comentado en su momento ya que sólo tiene cinco canciones y todas ellas aparecían de nuevo, junto a otros temas en A Midwinter Night´s Dream. Como podéis imaginar, en este trabajo, Loreena vuelve a recoger diferentes villancicos y canciones de invierno, con diferentes orígenes y diferentes fuentes, y recurre a cierto sincretismo musical, aunque en su mayor parte los sonidos que nos vamos a encontrar son los clásicos, sonidos tradicionales, de origen medieval y trasfondo celta.
Además, la publicación de A Midwinter Night´s Dream me permitió conocer personalmente a Loreena McKennitt, ya que vino a firmar discos al Corte Inglés de Goya, y creo que ha sido la segunda vez que he hecho cola para conocer a un cantante y que me firmara su trabajo (la primera fue con Naim Thomas, y hace muchos años… yo era joven…je, je ,je). Y fue una experiencia. Pero vamos a lo que vamos, y empezamos con…
The Holly and the Ivy.
Loreena abre el disco con un tema que bien habría podido estar incluido en To Drive the Cold Winter Away, tanto por el sonido como por su procedencia, ya que se trata de una canción tradicional que Loreena adapta, versionando la música. A través de una letra tremendamente lírica, Loreena compara, con cierto estilo místico, el acebo con la vida de Jesucristo, y con los sacrificios que hicieron tanto él como María. Los sonidos son sutiles, apoyando a la voz de Loreena, que por supuesto, adquiere todo el protagonismo, con una cadencia lenta, hipnótica. La repetición del estribillo tras cada estrofa, ayuda a conseguir esta sensación de letanía, casi de mantra occidental, que da ganas de envolverse en una manta, prepararse un chocolate caliente (y no me gusta el chocolate caliente) y quedarse en casa mirando por la ventana como cae la nieve. Y esta sensación persiste en todo el disco.
Un Flambeu, Jeannette, Isabelle.
Originalmente, este tema no era un villancico, sino una canción cortesana, que apareció en Provenza, a la que luego se le puso letra “navideña”. De hecho, Loreena adapta la versión primigenia, sólo música, por lo que la sensación que transmite esta canción es ciertamente cortesana, como de baile renacentista. Un Flambeau, Jeannette, Isabelle es el comienzo de la canción, en la que se pide una antorcha a dos muchachas para que iluminen el camino de aquellos que llegan a adorar al Mesías recién nacido, y luego, se pide silencio a estos, ya que el Niño duerme.
The Seven Rejoices of Mary.
Y continuando con los sonidos tradicionales, llega The Seven Rejoices of Mary, una nueva adaptación de Loreena sobre una canción tradicional que nos habla de las Siete Alegrías de María, desde el momento del nacimiento del Niño Jesús hasta la ascensión a los Cielos de este para redimir al ser humano de todo pecado. No hay sorpresas en este tema, es una evolución natural de los dos anteriores, y mantiene ese sentimiento de evocación del frío invierno que ya hemos comentado.
Nöel Nouvelet.
Y si hasta ahora, no había habido grandes sorpresas, esta es la primera. Nöel Nouvelet es una canción tradicional del siglo XVI, de origen francés, y que Loreena nos trae en el propio francés de la época en que fue compuesta, añadiendo cierto toque oriental en los sonidos de fondo, lo que da un tono exótico a la canción sin perder su sentido tradicional, hasta el punto de que evoca otras canciones de Loreena que hemos visto en discos anteriores (hay momentos en los que acude poderosamente a mi mente el recuerdo de ciertos temas de The Visit). En Nöel Nouvelet encontramos el villancico en su sentido más tradicional, ya que describe la escena del Portal de Belén en su aspecto más clásico, con Adoración de los Reyes Magos incluida. Sorprendente y clásica al tiempo, una vez más, Loreena no defrauda.
Good King Wenceslas.
Una de las canciones de Loreena que ya apareciera en A Winter Garden, con letras del poeta decimonónico John Mason Neale. En ella, se nos cuenta la historia San Wenceslao, o Wenceslao I, duque de Bohemia (actual Chequia) en el siglo X. Según la canción, en la noche de San Esteban (26 de Diciembre), el rey Wenceslao acogió a un mendigo que vio por la ventana de su castillo, y a través de esa historia, el poema habla de cómo se debe ser amable y compartir con aquellos que no tienen nada. En la voz de Loreena McKennitt, esta canción es una auténtica delicia.
Coventry Carol.
De nuevo, se trata de una de las canciones de A Winter Garden, que encaja perfectamente con el espíritu de este nuevo trabajo. El llamado Villancico de Coventry fue compuesto de forma anónima en esta localidad inglesa en el siglo XVI, y parece formar parte de un proyecto mayor que debería haber puesto música al Evangelio de San Mateo, pero que quedó inconcluso. Coventry Carol, a través de una música cercana el lamento, se centra en el terrible momento de la Matanza de los Inocentes ordenada por el Rey Herodes para acabar con la vida del que debería ser, según las profecías, el Rey de los Judíos. En Coventry Carol Loreena realiza el que sin duda es uno de sus mejores trabajos vocales, y probablemente sea la más triste de sus canciones, transmitiendo perfectamente el horror de lo que describe.
God Rest Ye Merry, Gentlemen (Abdelli Version).
Y como no podía ser menos, después de lo que Loreena había hecho en sus trabajos anteriores, en este disco no podía faltar cierto mestizaje, y lo hace reversionando uno de los trabajos de A Winter Garden, uno de los más clásicos villancicos anglosajones. Procedente del siglo XVII, God Rest Ye Merry, Gentlemen tiene en esta versión una introducción de marcado carácter árabe, que se funde elegantemente con las notas propias de la canción, que tiene también cierto toque exótico. Ya Dickens, en Cuento de Navidad hace referencia a esta canción, que describe el momento previo a la Adoración de los Pastores, cuando el ángel aparece ante estos en la noche diciéndoles “No temáis”. Una mezcla perfecta de exotismo y tradición.
Snow.
Poco nuevo tengo que decir de esta canción, ya que además de en A Winter Garden, Loreena ya la incluyó en To Drive the Cold Winter Away, así que, para más referencias, no tenéis más que bucear un poco en el blog para encontrar los comentarios de esta canción.
Breton Carol.
La Loreena más clásica vuelve en este tema, un villancico tradicional bretón instrumental. De nuevo es un tema de corte celta, no hay que olvidar que Bretaña estuvo tan poblada de celtas como Inglaterra o Irlanda, y que el bosque de Broceliande, situado en esta península gala, forma parte de las leyendas artúricas, tanto como el propio Camelot o el bosque de Celyddon. Un tema para escuchar tranquilos, mientras fuera… el Invierno se acerca.
Sí, sé que no tiene nada que ver… pero tenía que decirlo.
Seeds of Love.
Otro de los temas recuperados de A Winter Garden, una poesía tradicional a la que Loreena puso música. Seeds of Love, más que un villancico, es una canción sobre las estaciones y el paso del tiempo, como ya queda claro desde el principio, pues comienza diciendo “Sembré las semillas del amor, las sembré en Primavera”, y continúa avanzando, describiendo el florecimiento de diferentes flores y árboles como símbolos del amor creciente. Quizá que de toda la discografía de Loreena, este sea el tema más flojito, aunque por supuesto, mantiene la calidad de cada trabajo de la artista.
Gloucestershire Wassail.
Un tema tradicional, muy curioso, ya que en este caso, Loreena prescinde de la música, siendo un tema exclusivamente vocal, en el que la cantante está acompañada de varias voces masculinas. El wassail es una bebida típica de algunas zonas de Inglaterra, como el Gloucestershire, Sommerset o el Hertfordshire, que podría parecerse al ponche o la sangría, pero cuya base es la sidra y que se toma caliente. La canción, alegre y festiva, llama a la celebración y toma las Navidades desde su perspectiva más festiva y terrenal, pues lo que se reclama es, además de wassail para todo el pueblo, lo que debe ser un buen banquete de Navidad y una gran celebración. Todo un cambio en un disco tan calmado como es A Midwinter Night´s Dream.
Emmanuel.
Y tras la libertina pista anterior, Emmanuel llega con toda la sobriedad, un villancico cantado directamente en latín, una llamada a Jesucristo, apelando a él como Emmanuel, que quiere decir “Dios con Nosotros”, llamándonos a la adoración del Mesías. “Gaude, gaude, Emmanuel”. Un ejercicio vocal extraordinario, donde Loreena juega con agudos imposibles y tonos suaves, y que comienza a cerrar ya este extraordinario trabajo, del que ya sólo queda…
In the Bleak Midwinter.
Obra del compositor inglés Gustav Holst (1874-1934), conocido por su Sinfonía de los Planetas, In the Bleak Midwinter es un tema instrumental que pone el broche final a A Midwinter Night´s Dream. Y es un broche de oro, pues Holst, aunque no demasiado conocido en nuestras latitudes, es un compositor de primera línea, influido por fuentes musicales que van desde Wagner y Grieg a la música hindú, lo que llena sus canciones de cierto aire global, que In the Bleak Midwinter transmite de forma genial.
Como no podía ser de otra manera.