Quizás
las fotografías, sean las peores de todo el blog, debido a mi
inexperiencia, la velocidad del lance y
como no a la sorpresa indescriptible de encontrar un Águila Imperial a unos 20
metros. Posada casi a nivel del suelo, con su cabeza y sus ojos a la altura de
los míos, nos descubrimos a la vez, nuestras miradas se cruzaron y ella voló.
No dio tiempo de sacar los prismáticos,
ni a comprobar en que posición se encontraba el dial de la cámara fotográfica.
Increíble
vivencia, horrorosas fotos, eterno el recuerdo.