Título: Horda
Autor: Ann Aguirre
Traductor: Eva González
Editorial: Gran Travesía / Océano
Páginas: 520
Precio: $290.00
Ahora, con respecto a la historia, nuevamente manifiesto mi fascinación. Ann Aguirre tenía algo grande en la mente, y lo hizo más grande aún a la hora de escribirlo. Y así como mencioné cosas que rescato de las entregas anteriores, en esta me declinaré por la aceptación y la tolerancia. Tanto la que tienen los personajes hacia sí mismos, como la que tienen que tener hacia todos los demás. Porque sí, hay algo de romance, de estrategia, de misterio, de sufrimiento, mucha acción... pero al final todo se trata de que hacer para recuperar la paz, y ésta viene con el entendimiento de que el mundo no volverá a ser igual, pero puede construirse algo nuevo si se acepta la nueva realidad.
Y bueno, fuera de ese aspecto, lo que más disfruté fueron tres cosas: Primero, que hubo factor sorpresa a lo largo de la historia, cosas que no me esperaba para nada y que me hacían asombrarme. Eso fue un plus para mi lectura. Segundo, que prácticamente no quedan cabos sueltos. Se logra entender el contexto general de la trama, el trasfondo y a todos los personajes.Y tercero, los Engendros. No puedo decir gran cosa sin que revele cosas importantes, pero le reconozco enormemente a la autora que no sólo logra desarrollar a sus protagonistas, sino también (y de gran manera) a sus antagonistas.
Para terminar, no puedo no hablar del final. La manera en que la autora va haciendo casi poética su narración, incluso a la hora de la batalla. Las últimas páginas me parecieron muy bellas. Y no porque ocurran cosas lindas, sino por la manera en que todo toma sentido, y como Ann nos regala belleza incluso en las cosas más feas.
Hay muertes, claro (una muy dolorosa en particular), pero en mi opinión ninguna fuera de lugar. Cada una con su razón de ser.
Y al final, como cliché pero muy bien logrado, la esperanza. Porque también la humanidad merece segundas oportunidades.
En fin, que una de las mejores sagas que he leído, con un desenlace impactante, arrollador, perfectamente creado. Podrá tener sus disidentes, pero yo, hoy amo Razorland y amo infinitamente Horda.
Y si me quedo con el pendiente de que Tegan merecía algo más, pero parece que la autora nos complacerá y sacará algo de ahí, y yo lo espero con unas inmensas ganas.
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Autor: Ann Aguirre
Traductor: Eva González
Editorial: Gran Travesía / Océano
Páginas: 520
Precio: $290.00
Gracias a Editorial Océano por el libro para reseña.
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SPOILERS de entregas anteriores
Sinopsis: La comunidad de Salvación ha sido el hogar adoptivo de Trébol, una chica que vivía en un enclave subterráneo y que se vio obligada a subir a la superficie. En Salvación encontró un refugio que, aparentemente, le brindaría la seguridad que nunca había tenido. Sin embargo, esta comunidad está en peligro, pues el sitio está rodeado de Engendros. Las probabilidades de sobrevivir se reducen a cada momento y solamente un golpe de suerte podrá evitar la catástrofe. Con cuchillos en mano y sus compañeros al lado, Trébol está dispuesta a salvar a los suyos.
La historia: Los engendros han evolucionado. Una horda de ellos tiene rodeada a Salvación. Y la esperanza del lugar está en aquellos que están dispuestos a salir a buscar ayuda. Trébol, Van, Tegan y Stalker emprenderán un viaje desesperado con la esperanza de encontrar a alguien dispuesto a ayudarlos. Y aunque quizás sea demasiado tarde, Trébol no se rendirá nunca ni perderá la esperanza de derrotar a los Engendros y de darle un poco de paz al mundo. Así, con un puñado de personas, defenderá su territorio, conocerá nuevos asentamientos y luchará hasta el final para salvar a los que quiere.
Mi opinión: Ya he dicho en varias ocasiones que esta saga es una de mis favoritas. El mundo que Ann Aguirre ha construido, sin duda se me hace muy bien logrado y trabajado. En Enclave me encantó el mensaje tras la historia, la necesidad de recordar y ser recordados y la posibilidad de una vida bajo tierra. En Refugio valoré las cosas que doy por sentado, las cosas comunes que tomaban por sorpresa a la protagonista porque no sabía de ellas. Me sorprendió la acción, la evolución (de personajes y de criaturas) y la redención.
No había dudas, moría por leer Horda y dentro de mí, sabía que la autora no me defraudaría.
Y no lo hizo.
El libro empieza justo donde termina el anterior. No hay pausas, no hay saltos temporales, ni tampoco recordatorios. Empieza de manera cruda. Y es difícil concebir que la acción se mantenga con la misma intensidad hasta el desenlace, cuando ya desde el principio se observa un final. Pero la autora saca lo mejor de sí y logra que la narración fluctúe entre lenta y acelerada, sin que se pierda el ritmo de la historia. Eso me pareció de lo mejor, porque no necesariamente es un libro que no puedas soltar; porque tiene capítulos que van de manera más pausada, aportando información y haciendo referencia a aspectos más sentimentales de los personajes; pero también tiene capítulos llenos de acción y emoción, que equilibran perfectamente la trama.
Con respecto a los personajes, debo decir que me admiro mucho a la autora por como los manejó, no sólo en este libro, sino en la saga completa; y a todos los que formaban parte en la historia. Aquellos que se fueron quedando atrás y aquellos que fueron llegando. Cada uno con su personalidad tan única y tan definida.
Los protagonistas, sin embargo, siguieron siendo siempre Trébol, Van, Tegan y Stalker. Y se vuelve imposible no buscarlos en cada secuencia, en cada escena, porque se vuelven familiares. Y salvo Van, al que realmente no le noté tanto ese crecimiento, todos logran evolucionar bastante bien. Se volvieron más fuertes, más sensibles, más perspicaces, más valientes, más curiosos, más condescendientes... Y aunque Stalker fue mi favorito en el segundo libro, en esta última entrega, Trébol y Tegan toman mucho protagonismo.
Y Trébol le hace honor a su papel. Se acepta a sí misma y todo lo que eso implica, tanto abrazar a Mamá Robles, como llorar por un amigo, como amar sin medida y también seguir luchando con todas sus fuerzas. Para mí, se convierte en el personaje más completo de todos. Y lo mejor, es que no fue siempre así, tuvo que aprender a querer, a dejarse querer, a ser humana en todos los sentidos. En ese sentido, que la narración fuera a través de ella, nos permite apreciar del todo ese crecimiento.
No había dudas, moría por leer Horda y dentro de mí, sabía que la autora no me defraudaría.
Y no lo hizo.
El libro empieza justo donde termina el anterior. No hay pausas, no hay saltos temporales, ni tampoco recordatorios. Empieza de manera cruda. Y es difícil concebir que la acción se mantenga con la misma intensidad hasta el desenlace, cuando ya desde el principio se observa un final. Pero la autora saca lo mejor de sí y logra que la narración fluctúe entre lenta y acelerada, sin que se pierda el ritmo de la historia. Eso me pareció de lo mejor, porque no necesariamente es un libro que no puedas soltar; porque tiene capítulos que van de manera más pausada, aportando información y haciendo referencia a aspectos más sentimentales de los personajes; pero también tiene capítulos llenos de acción y emoción, que equilibran perfectamente la trama.
"Temía un amor así, uno que te hiciera sentir incompleto sin el otro. Era hermoso pero traicionero, como la nieve que parecía blanca y pura desde la seguridad de tu ventana, pero que cuando salías para tocarla, su frío te robaba primero el aliento, y después la voluntad para moverte, hasta que lo único que podías hacer era tumbarte y abandonarte al entumecimiento. Aún así, yo tampoco quería estar sin él, así que no le reprendía por el comentario. Después de todo, había desafiado a la horda para recuperarlo."
Con respecto a los personajes, debo decir que me admiro mucho a la autora por como los manejó, no sólo en este libro, sino en la saga completa; y a todos los que formaban parte en la historia. Aquellos que se fueron quedando atrás y aquellos que fueron llegando. Cada uno con su personalidad tan única y tan definida.
Los protagonistas, sin embargo, siguieron siendo siempre Trébol, Van, Tegan y Stalker. Y se vuelve imposible no buscarlos en cada secuencia, en cada escena, porque se vuelven familiares. Y salvo Van, al que realmente no le noté tanto ese crecimiento, todos logran evolucionar bastante bien. Se volvieron más fuertes, más sensibles, más perspicaces, más valientes, más curiosos, más condescendientes... Y aunque Stalker fue mi favorito en el segundo libro, en esta última entrega, Trébol y Tegan toman mucho protagonismo.
Y Trébol le hace honor a su papel. Se acepta a sí misma y todo lo que eso implica, tanto abrazar a Mamá Robles, como llorar por un amigo, como amar sin medida y también seguir luchando con todas sus fuerzas. Para mí, se convierte en el personaje más completo de todos. Y lo mejor, es que no fue siempre así, tuvo que aprender a querer, a dejarse querer, a ser humana en todos los sentidos. En ese sentido, que la narración fuera a través de ella, nos permite apreciar del todo ese crecimiento.
"Cuando llegó a doscientos, una luz se elevó al otro lado como respuesta, solo lo bastante alta para que pudiéramos verla. Tomé aliento profundamente, más asustada de lo que nunca había estado. Yo no creía que fuera una Cazadora y por tanto, que estuviera destinada a una muerte gloriosa. Si moría en batalla me dolería tanto como a los demás, y había demasiadas cosas que nunca llegaría a hacer. Pero el valor no es la ausencia de miedo; era luchar a pesar del nudo en el estómago."
Ahora, con respecto a la historia, nuevamente manifiesto mi fascinación. Ann Aguirre tenía algo grande en la mente, y lo hizo más grande aún a la hora de escribirlo. Y así como mencioné cosas que rescato de las entregas anteriores, en esta me declinaré por la aceptación y la tolerancia. Tanto la que tienen los personajes hacia sí mismos, como la que tienen que tener hacia todos los demás. Porque sí, hay algo de romance, de estrategia, de misterio, de sufrimiento, mucha acción... pero al final todo se trata de que hacer para recuperar la paz, y ésta viene con el entendimiento de que el mundo no volverá a ser igual, pero puede construirse algo nuevo si se acepta la nueva realidad.
Y bueno, fuera de ese aspecto, lo que más disfruté fueron tres cosas: Primero, que hubo factor sorpresa a lo largo de la historia, cosas que no me esperaba para nada y que me hacían asombrarme. Eso fue un plus para mi lectura. Segundo, que prácticamente no quedan cabos sueltos. Se logra entender el contexto general de la trama, el trasfondo y a todos los personajes.Y tercero, los Engendros. No puedo decir gran cosa sin que revele cosas importantes, pero le reconozco enormemente a la autora que no sólo logra desarrollar a sus protagonistas, sino también (y de gran manera) a sus antagonistas.
Para terminar, no puedo no hablar del final. La manera en que la autora va haciendo casi poética su narración, incluso a la hora de la batalla. Las últimas páginas me parecieron muy bellas. Y no porque ocurran cosas lindas, sino por la manera en que todo toma sentido, y como Ann nos regala belleza incluso en las cosas más feas.
Hay muertes, claro (una muy dolorosa en particular), pero en mi opinión ninguna fuera de lugar. Cada una con su razón de ser.
Y al final, como cliché pero muy bien logrado, la esperanza. Porque también la humanidad merece segundas oportunidades.
En fin, que una de las mejores sagas que he leído, con un desenlace impactante, arrollador, perfectamente creado. Podrá tener sus disidentes, pero yo, hoy amo Razorland y amo infinitamente Horda.
Y si me quedo con el pendiente de que Tegan merecía algo más, pero parece que la autora nos complacerá y sacará algo de ahí, y yo lo espero con unas inmensas ganas.
5/5
Otras portadas:
La autora:
Ann Aguirre, autora norteamericana de bestsellers. Posee un grado en Literatura Inglesa; antes de convertirse en escritora de tiempo completo, fue payaso, obrera, actriz de doblaje y salvadora de gatitos perdidos, no necesariamente en este orden. Creció en una casa amarilla frente a un maizal, pero ahora vive en México con su esposo, hijos y varias mascotas. Le gustan los libros, la música emo y las películas de acción. Escribe para todos los géneros de ficción para adultos y adolescentes.