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jueves, 30 de octubre de 2008

Los bailes de la vida

¿Qué persona en su vida no habrá bailado? me pregunto, creo que parte de la vida y del crecimiento natural de las personas está muy relacionado a la música. Sin duda uno pasa por etapas, cuando somos bebés gateamos y balbuseamos; empezamos a crecer y damos nuestros primeros pasos, a la vez que pronunciamos un pequeño número de palabras para satisfacer nuestras necesidades emocionales, fisiológicas, etc.; pero creo que hay una siguiente etapa, aquella en la que ya bailamos y cantamos.


Desde reggaetón hasta una balada, desde salsa hasta rock; existen cientos de géneros musicales y fusiones, para el gusto de todo el mundo. No hay duda que hay "estándares" acerca de como bailar la gran mayoría dentro de la extensa gama de géneros musicales, los cuales también varían en dificultad y gracia.


Con claridad puedo recordar varios de los momentos en que he bailado. Recuerdo con claridad las clases de baile en mi infancia, tratando de escaparme de la profesora o bailando con desgano por largos intervalos de la clase. Lo recuerdo claramente, las clases de música negra, bailando sin zapatos alrededor de la profesora, era un niño de 6 años aproximadamente y de una u otra forma tenía que hacer algo en aquel verano. No hay duda que ese es mi recuerdo más lejano de haber bailado, sin tomar en consideración las infinitas fiestas infantiles en donde todos los niños bailábamos o por lo menos eso pensábamos que hacíamos, y todo por una sorpresa que si hoy en día pensamos, no paga el cansancio de nuestros bailes como trompos.


Pasaron los años y todo fue cambiando, ya no competíamos por una sorpresa, sino por algo que estaba frente a nuestros ojos, algo por lo que sabíamos cuanto esfuerzo teníamos que dar al bailar. El número de rivales se había reducido, ya no competíamos contra todos, sólo entre hombres, por ver quien sacaba a bailar a la chica que más le gustaba y en otros casos en quienes llegaban a bailar, en lugar de quedarse sentado en un rincón.


Recuerdo las primeras fiestas, aun era un niño y tengo muy clara la imagen de que mientras mis amigos y yo bailábamos con todas las chicas que se habían presentado en nuestras pequeña fiesta, todas nuestras madres estaban observando por una ventana como bailábamos. En ese momento uno no se preocupaba de que te vean, al fin y al cabo, sólo pensábamos en bailar. Otra de las cosas que nunca me voy a olvidar de aquellas primeras fiestas era el hecho de que aproximadamente por una hora, el área de la fiesta parecía que sería una batalla de hombres contra mujeres, pues a un lado estábamos todos los hombres y al frente todas las chicas, todos nosotros esperábamos por un valiente que se atreviera a pedirle a una de las damiselas para bailar.


Paso masomenos un año y recuerdo claramente que ya no sólo se trataba de sacar a bailar a las chicas más lindas, sino bailar las "lentas" con esas chicas, claramente las recuerdo, no había fiesta en que no pusieran "I don't want to miss a thing" y "Hole in my soul", ambas de Aerosmith. Tal vez a la vista de expertos era el baile más malo, tonto y soso que podía existir, chico con las manos a la cintura de la chica, y la chica con las manos en los hombros del chico, y ambos moviéndose de lado a lado, al ritmo de un péndulo, pero sin duda quedabas hecho un ídolo si cuando bailabas las lentas abrazabas a la chica por la cintura y ella te abrazaba por el cuello, pero más que importarte el resto era que uno mismo se sentía como un rey, en especial cuando era la chica que te gustaba.


Siguió pasando el tiempo y el tipo de fiestas fueron cambiando, ingresó el alcohol y el tabaco, esa experiencia que cada vez nos permitía sentirnos mayores, que nos permitía entrar en otro mundo. Y es que tanto hombres como mujeres, no sólo pensábamos en bailar con la persona que nos gustaba, muy al estilo de las historias de Disney, sino que nuestras hormonas nos pedían más, buscábamos irnos con algo a casa, tal como cuando éramos niños y queríamos nuestro juguete para llegar a casa y estar orgullosos por haber ganado, bueno, para esta época ocurría algo parecido, sólo que lo único que buscábamos era llevarnos a casa un beso o el hecho de saber que ya "estábamos" con aquella persona que tanto nos gustaba y por la que a pesar de no haber estado invitado desde un comienzo, conseguimos la forma de entrar a esa fiesta, pero que sin duda valió la pena.


Creo que las fiestas que todos van a recordar van a ser los quinceañeros, las chicas porque era su momento para ponerse más lindas que nunca, y los hombres ibamos por diversas razones, aquella chica que nos robaba suspiros, para estar con los amigos, lucir los pasos de baile recién aprendidos, robarse algun beso y sin duda el alcohol gratis, litros y litros de cerveza por la cual no tendríamos que pagar, que mejor que eso. Pero comenzar a hablar de los "quinos" nos llevaría a explayarnos demasiado, por lo cual lo dejaremos para otra oportunidad.


Y es que cada fiesta es dinstinta a otra, en especial porque el tiempo pasa, y muchas canciones también, pero dejando por un lado todas las anécdotas de estas fiestas, siempre quedarán ciertos pasos de baile en nuestras mentes, desde la macarena, la cual ponía a todos a bailar como un ejército y ponre de aquel que no se supiera un paso, o cuando llegó la moda del axe, tenías que saber todos los pasos de "onda onda", "maomeno", etc. Era indispensable el respectivo ensayo antes de la fiesta a la cual nos dirigiríamos.


Es que la música es así, al igual que nuestra vida, siempre será muy cambiante, pero tendrá esos gratos momentos que recordaremos por el resto de nuestras vidas.