Las chicas nos dejaron en el Terminal de buses, ese día había una tremenda tormenta de arena, estuvimos una hora mas o menos esperando a que saliera el bus, nos subimos y nos sorprendió muchísimo lo cómodo que estaba jeje era primera vez en bus de primera clase!, el viaje es de casi 4 horas hasta nuestro nuevo destino, que ya conocemos pero esta vez tendremos nuevos anfitriones, aunque en realidad nuestra estadía será una tenencia compartida jajaja, ya se están peleando por nosotros en el nor-oeste de México carachos. Bueno la cosa es que arribamos al Terminal de Tijuana otra vez y ahí nos esperaban Rosalía y Miguel, nuevos amigos de esta travesía, los conocimos en el taller de Esteban la vez pasada en la tertulia esa donde cantamos e colibrí y la flor, Miguel toca las cañas, tiene un grupo que hace música andina, Rosalía no toca las cañas, es burda de simpática, baja de estatura, ya no recuerdo cuantos chamos tiene pero son como 6, también tiene nietos, Miguel tiene un solo hijo, se juntaron hace un tiempito y en casa de Rosalía armaron un espacio para ellos, el cual seria traspasado estos días para este par de locos. Miguel es metódico, y directo, le gustaría poder hacer mas cosas con respecto a la música pero “no es fácil mi gente” si lo sabremos nosotros, así que va por ahí tratando una y otra vez, nos llevó a que conociéramos a su vieja y conversamos un montón. Rosalía se caso chamita y tiene si mal no recuerdo 5 hijos, ya es abuela, uno de sus hijos trabaja en la lucha libre, ella cocina mmmm, nos atendió muy bien, estuvimos mucho tiempo juntos durante esta estadía en su casa, pasa sonriendo y su risa es muy contagiosa jajajajajajaja, uno de sus nietos esta ahora viviendo en su casa, junto a su nuera y su hijo al igual que otros dos. Los chicos fueron muy atentos, como ya les dije conversamos muchísimo y nos hicimos panas, muy buena nuestra estadía en su casa.
También nos quedamos en casa de Carlos y Elvia, no podía ser de otra manera, se estaban pelando el calendario con Rosalía y Miguel jajajaja; cariño gente, eso es lo que hemos recibido y eso es lo que nos ha alimentado en todo este viaje. Junto a Carlos y Elvia seguimos escuchando sones, leyendo las letras que el ha escrito, comiendo la exquisita comida que ella prepara y conversando, haciéndonos mas panas, queriéndonos.