miércoles, 28 de marzo de 2012

Crónica del pájaro que da vueltas al mundo

Tooru Okada está en el paro. Ha dejado su trabajo en un bufete de abogados y no parece tener prisa por buscar un nuevo trabajo. Un día recibe la llamada de una mujer misteriosa que parece proponerle sexo telefónico. Y a partir de ese momento su vida cambiará. Desaparecerá su gato y, más tarde, su mujer. Aparecerán extraños personajes en su vida, algunos con poderes mágicos, a veces en sueños particularmente realistas. Todo parece estar relacionado con el-pájaro-que-da-cuerda, un pájaro que emite un sonido como de dar cuerda al mundo, y que sólo unos pocos parecen oir.
Releí este libro en medio de una gripe especialmente virulenta, lo que contribuyó a acentuar aún más la extraña mezcla de realidad y fantasía de sus páginas. Al igual que en La caza del carnero salvaje la realidad no es lo que parece; poderes ocultos parecen estar sueltos por el mundo y hay gente que son sus depositarios.
El protagonista quiere recuperar a su mujer, y tendrá que recorrer un largo y extraño camino para conseguirlo. Pero confía en ella y en sí mismo, poca cosa en comparación con los enemigos a los que se enfrenta. La primera vez que lo leí me impresionó tanto la fuerza de la confianza del protagonista que hizo que me replanteara mi actitud ante determinadas cosas. Mejor que un libro de autoayuda.
Murakami tiene muy buena mano describiendo treintañeros sin proyecto vital, aparentemente inanes, que repentinamente parecen tener mejor temple que el acero. Y también destaca describiendo el mal que parece dominar a ciertas personas y que parece venir de otro mundo, un mundo inhóspito y terrible, porque más terrible sería si ese mal es sencillamente humano.
Extracto:
En las casas antiguas, por el contrario, apenas se apreciaba algún signo de vida. En el seto, a modo de biombo, se distribuían con habilidad diferentes tipos de arbustos y por los intersticios podían verse amplios jardines bien cuidados.
En el rincón de un patio trasero había un solitario árbol de Navidad, seco y de color marrón. En otro jardín se amontonaban juguetes infantiles, revelación de infancias ya pasadas de varias personas. Un triciclo, un juego de aros, una espada de plástico, una pelota de goma, una tortuga de juguete, un pequeño bate de béisbol… Había un jardín donde habían instalado una canasta de baloncesto, otro con unas preciosas sillas de jardín alrededor de una mesa de cerámica. Aquellas sillas blancas llevaban aparentemente meses (quizás años) sin usarse y estaban cubiertas de tierra. Encima de la mesa, arrastrados y adheridos por la lluvia, unos pétalos de magnolia de color carmesí.
En otra casa, a través de una puerta corredera con el marco de aluminio, podía verse de una sola mirada toda la sala de estar. Había un tresillo de cuero, un televisor de grandes dimensiones, un aparador (y encima una pecera con peces tropicales y dos trofeos) y una lámpara de pie de diseño. Parecía el decorado de una telenovela. También había un jardín con una caseta enorme para un perro grande, pero el perro no se veía por ningún lado y la puerta estaba abierta de par en par. La tela metálica de la puerta estaba abombada, como si alguien llevara meses descargando todo su peso contra ella desde el interior.
La casa abandonada de la que hablaba Kumiko se encontraba un poco más allá de la casa de la perrera. Comprendí al primer golpe de vista que la casa estaba deshabitada. Y que no llevaba vacía precisamente unos dos o tres meses. Era una casa de dos plantas bastante moderna, pero los cerrojos de las contraventanas, cerradas a cal y canto, estaban oxidados y sobre la barandilla de las ventanas del primer piso se extendía una pátina de herrumbre rojiza. En el pequeño jardín se erguía una estatua de piedra de un pájaro con las alas extendidas. La estatua se apoyaba sobre un pedestal que de alto alcanzaba el pecho de una persona, a su alrededor crecían frondosos los hierbajos, y las puntas de los tallos de vara de oro que eran especialmente altos llegaban a tocar los pies del pájaro. Éste -aunque no sé qué tipo de pájaro debía de ser-aparecía con las alas desplegadas como si, de un momento a otro, fuera a levantar el vuelo en aquel jardín inhóspito. Aparte de aquella estatua no había otro adorno en el jardín. Frente a la casa se amontonaban algunas sillas de plástico de aspecto anticuado y, a su lado, una azalea mostraba sus flores de un brillante color rojo extrañamente irreal. Y hierbajos.
Me apoyé contra la verja que me llegaba hasta el pecho y contemplé el jardín unos instantes. Era en efecto el tipo de jardín que gusta a los gatos, pero no se veía ninguno por ninguna parte. Encima del tejado, una paloma posada en la antena de televisión proyectaba su arrullo monótono sobre aquella escena. La sombra del pájaro de piedra caía sobre los hierbajos que crecían exuberantes a su alrededor.
Saqué un caramelo de limón del bolsillo, lo desenvolví y me lo metí en la boca. Había aprovechado la ocasión de dejar el trabajo como pretexto para dejar de fumar y, desde entonces, a cambio, no podía vivir sin tener a mano un caramelo de limón. «Eres un caramelo-adicto», me decía mi mujer. «Se te van a llenar los dientes de caries.» Pero yo no podía dejar de chupar caramelos de limón. Mientras contemplaba el jardín, la paloma siguió posada en la antena arrullando en un idéntico tono regular, como un oficinista que fuera estampando un número en cada una de las hojas de un talonario. No sé cuánto tiempo estuve apoyado contra la verja. Recuerdo haber tirado el caramelo al suelo a medio chupar, cuando ya había dejado todo su dulzor en mi boca. Dirigí de nuevo la mirada hacia el lugar donde se proyectaba la sombra del pájaro de piedra. Y entonces me pareció oír una voz a mis espaldas que me llamaba.
Al volverme vi a una jovencita de pie en el patio trasero de la casa de enfrente. Era baja de estatura e iba peinada con una coleta. Llevaba gafas de sol oscuras con la montura de color caramelo y vestía una camisa sin mangas de color azul celeste. Pese a no haber terminado aún la estación de las lluvias, sus delgados brazos desnudos mostraban un bronceado uniforme y bonito. Tenía una mano metida en el bolsillo de los pantalones cortos y la otra apoyada sobre el portillo de bambú que le llegaba hasta la cintura, manteniendo de este modo un precario equilibrio. Entre ella y yo había una distancia de aproximadamente un metro.
-¡Uf! ¡Qué calor! -exclamó la chica.
-Sí, desde luego -dije yo.
Breve Biografía
Haruki Murakami nació el 12 de enero de 1949 en Kyoto (Japón). Creció en Kobe en el seno de una familia amante de la cultura, no en vano sus padres eran profesores de literatura japonesa.
Comentario del libro
 Este fue el primer libro que leí de Murakami. El autor efectivamente tiende al mismo prototipo de personajes principales en sus novelas pero tratando de dejar lo obvio un poco de lado, es decir, el infaltable mundo fantástico y sus protagonista, cada una de sus novelas tiene un sabor en particular de la cultura nipona observada desde la triste, individualista y solitaria juventud del Japón de hoy en día. Murakami es el reflejo fantástico del Japón de los últimos años. 
En cuanto a “El Pájaro que da ..” sin lugar a dudas debe ser la mejor de sus novelas hasta el día de hoy. La mezcla la amalgama entre lo real y lo fantastico sumado a una diversidad de escritura que a veces desconcierta al saltar de un capitulo a otro (especialmente en la parte final) hacen de este un libro más que recomendable para leer.
romi



miércoles, 21 de marzo de 2012

21 de Marzo: día Mundial de la Poesía

Elegí este hermoso poema de don Mario Benedetti  en este día especial porque a mi entender es uno de más bellos que escribió, por aquello que abarca, sobretodo sentimientos, sentimientos que no siempre resultan en felicidad, pero ¿quién puede evitar los dictados de su corazón? igual un día se deja llevar por él para confirmar luego que el amor también puede ser dolor.
Pero qué se hace con el amor, igual sabes muchas veces de antemano que saldrá lastimado, pero te niegas a no permitirte sentir los sentimientos maravillosos que puede inspirar…y cuando llega el momento de asumir que algunas veces el amor es puro dolor…no queda otra que…llorar
Uno de los grandes poetas  que debe de ser recordado en cada pétalo de rosa regalado al ser amado, en cada palabra escrita en una carta de amor, en cada atardecer con tu persona especial...en cada momento de la vida misma

Corazón Coraza
Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza
porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro
porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.
Mario Benedetti

romi

martes, 13 de marzo de 2012

Miguel de Unamuno

Nació en Bilbao y estudió Filosofía y Letras en Madrid. Ocupó la cátedra de Griego en la Universidad de Salamanca, de la que fue rector en 1901. Sufrió destrierro en Fuenteventura y Francia por problemas con la Dictadura de Primo de Rivera. Fue diputado por la República. Murió en Salamanca. Unamuno está considerado como uno de los intelectuales más brillantes y profundos de nuestra cultura.
Obra
La obra de Unamuno representa no sólo una referencia fundamental del Grupo del 98, sino de toda nuestra literatura. El escritor vasco cultivó con acierto casi todos los géneros, desde el ensayo a la novela, sin descuidar la lírica o el teatro.
- Ensayos.
En ellos reflexiona principalmente en torno a dos temas:
El sentido de la vida y el más allá: La agonía del cristianismo (1931) y Del sentido trágico de la vida (1913). Trata en estas obras el problema de Dios, el sentido agónico de la existencia, la inmortalidad, etc., con un marcado tono existencialista.
Muchas de las ideas de Unamuno destacan por su originalidad. Así, su pensamiento puede considerarse como antiprogresista, antitecnicista y antirracionalista. El escritor vasco no cree en el progreso o en la técnica, ya que no sirven para desentrañar el único misterio que interesa al hombre: la existencia de Dios o del más allá. La razón, incapaz de proporcionar felicidad, sólo arroja angustia sobre el hombre. Así, se plantea un conflicto irresoluble entre razón y fe ( "si el alma no es inmortal nada vale nada, ni hay esfuerzo que merezca la pena" nos dirá Unamuno). Y aparece Dios: un Dios deseado, pero indemostrable. La razón nos niega la esperanza, pero el corazón la busca con vehemencia. Más que creer, Unamuno quiere creer.
La preocupación por España: En torno al casticismo (1895), Vida de Don Quijote y Sancho (1905) y Por tierras de Portugal y España (1911)... Unamuno evoluciona desde un deseo de reforma y modernización del país (europeizar España) a una postura contraria, en la que acabará proclamando necesidad de españolizar Europa, ya que el progreso no sirve para alcanzar la única verdad que interesa al ser humano: ¿existe Dios? Proclama la necesidad de exportar la espiritualidad española.
- Novelas.
Se desarrollan los mismos temas citados. Dado que el autor le interesa, sobre todo, el conflicto interno de sus personajes, las novelas carecen, en gran medida, de planteamiento y desenlace.
Las novelas de Unamuno se parecen muy poco a las de su época. Algunas de sus características proceden de la narrativa contemporánea europea; responden al deseo de renovación de las formas literarias que caracterizó al Modernismo. La crítica del momento negó el carácter novelesco de algunas de estas obras. Por ello, Unamuno las llamó nivolas.
Podemos clasificar su producción en tres momentos:
· Hasta 1897, año de su crisis religiosa más grave, que le supuso la pérdida de la fe y el inicio de sus conflictos religiosos y existenciales. Escribe entonces Paz en la guerra (1897), su primera novela y en la que desarrolla el concepto de intrahistoria, ideado por Unamuno para referise a los acontecimientos cotidianos y anónimos. Se trata de una etapa progresista y de ideología socialista. Tambien aparece la preocupación por la inmortalidad. Aún cree en la ciencia y en el progreso.
· De 1897 a 1914. Es una época de obsesión por el tema religioso. Se fragua en este momento el concepto negativo del progreso. Los temas fundamentales son la angustia, la lucha entre la razón y la fe, y la preocupación por la inmortalidad.
· De 1914 - 1936. Es la etapa de sus principales novelas: Niebla (1914), La tía Tula (1921) y San Manuel Bueno, mártir (1933).

romi

jueves, 8 de marzo de 2012

!!!Felíz Día de la mujer...

El Dulce sabor de una mujer exquisita
Una mujer exquisita no es aquella que más hombres tiene a sus pies, si no aquella que tiene uno solo que la hace realmente feliz.

Una mujer hermosa no es la más joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo, es aquella que con tan sólo una franca y abierta sonrisa y un buen consejo puede alegrarte la vida.
Una mujer valiosa no es aquella que tiene más títulos, ni más cargos académicos, es aquella que sacrifica su sueño temporalmente por hacer felices a los demás.
Una mujer exquisita no es la más ardiente (aunque si me preguntan a mí, todas las mujeres son muy ardientes…Los que estamos fuera de foco somos los hombres)
Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada al ser admirada por su belleza y elegancia, es aquella mujer firme de carácter que puede decir NO.
Y un HOMBRE……..
UN HOMBRE EXQUISITO es aquel que valora a una mujer así…………..
Que se siente orgulloso de tenerla como compañera….
Que sabe tocarla como un músico virtuosísimo toca su amado instrumento…
Que lucha a su lado compartiendo todos sus roles, desde lavar platos y atender tripones, hasta devolverle los masajes y cuidados que ella le prodigó antes…
La verdad, compañeros hombres, es que las mujeres en eso de ser ‘Muy machas’ nos llevan gran recorrido…
¡Qué tontos hemos sido -y somos- cuando valoramos el regalo solamente por la vistosidad de su empaque…
¡Tonto y mil veces tonto el hombre que come basura en la calle, teniendo un exquisito manjar en casa’.
Gabriel García Márquez
Amigas Blogueras
Buscando entre mis carpetas  (que por costumbre voy guardando) me tropecé con este texto tan bello de García Márquez


!!!!!!Muchisimas Felicidades para este día, aunque siento que todos los días debemos festejar con orgurllo y felicidad ser MUJER

romi

viernes, 2 de marzo de 2012

Quiero ir con aquel a quien amo

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Quiero ir con aquel a quien amo
No quiero calcular lo que cuesta.
No quiero averiguar si es bueno.
No quiero saber si me ama.
Quiero ir con aquel a quien amo
Bertold Brecht
Bertold Brecht y el amor desinteresado en, uno de los poemas más conocidos del poeta y dramaturgo alemán. Brecht ha sido considerado durante mucho tiempo, uno de los intelectuales más influyentes del siglo XX. Y aunque él se desenvolvió con igual maestría en la escritura de poesías como la prosa y el teatro, son aquellas, sus poesías, las que han subyugado a los lectores durante décadas.
 En apenas cuatro estrofas, el gran autor alemán nos muestra lo resignado y lo entregado que puede ser el verdadero amor. Cuando un día te piensas que el corazón se desborda por alguien más, estás muy lejos de ser razonable, ya pasarás por alto riesgos o problemas, no importa si te das cuenta o alguien más te lo recuerda, lo único que deseas es ir en pos de ese amor, con tal ilusión que casi ni importa arriesgarse a pensar, si es el verdadero amor, si será correspondido, si estás exponiendo el corazón a un desgarrador pesar amoroso.
 Brecht nos lleva de la mano del ansia de alcanzar el objeto del amor, no importa cómo sea, dónde esté, ni cuánto cueste alcanzarlo, porque la felicidad depende, de eso, alcanzar el amor. Una muestra del gran prodigio que era Brecht a la hora de plantearnos sentimientos.
Breve biografía
Bertolt Brecht,  el gran revolucionario del teatro del siglo XX, nació en Augsburg el 10 de febrero de 1898 y murió en Berlín, capital de la RDA, el 14 de agosto de 1956.


romi