(Odiosas) Comparaciones
Sabes que cuando te comparas con el resto, tú y tu autoestima maltrecha salís siempre perdiendo. Que en ti, el "NoSoyCapaz" está siempre al acecho, dispuesto a saltarte encima al primer descuido, haciéndote flaquear. Que la sensación de seguridad, de satisfacción con lo que haces, con lo que creas... es una sensación demasiado esquiva, que no forma parte de ti de manera natural.
Con estos mimbres, mal apanyo se puede hacer. Y desde luego no son los mejores, ni es la mejor época, para meterte a un taller donde recibir continuas críticas -constructivas, pero críticas-, mirarte con una lupa y sacar errores a lo que haces, donde cada "estupendo" dirigido a ti suena forzado por la lástima, y cada palabra que escribes se agacha triste al ser comparada con el resto, con otras que saben, que pueden, que avanzan y te dejan atrás, que parten de posiciones ventajosas, que son lo que querrías ser y a donde no llegas.
No, ahora no necesito esto. No necesito compararme continuamente, no necesito análisis concienzudo de lo que hago, no necesito agobios entre semana porque queda menos para el miércoles por la tarde. No. Yo nunca he escrito para otros, ni para forzar una creatividad o una imaginación que no tengo. Yo sólo me vuelco y me derramo para sentirme algo mejor, para dejar en la hoja o en la pantalla lo que rebota insistente por mi cabeza. No tiene que ser técnico, ni nadie tiene por qué venir de fuera a valorarlo. Siempre han sido palabras para nadie, para nada, gritos en silencio.
Adiós, taller de escritura creativa. No es el momento; no es por ti, es por mí. Adiós.