Mi vida y mis amores están desde hace muchos años en Santa Cruz de Tenerife, pero cuando pongo los pies en mi norte, mis raíces se revolucionan y se agarran más si cabe a esta tierra.
Estoy en una zona privilegiada, si es que puede haber una más que otras, un lugar de amaneceres plácidos, donde, cuando el tiempo lo permite, se comienza el día con un desayuno al más puro estilo rural en un entorno lleno de verdes y de hortensias, que nada tiene que envidiar a la famosa toscana.
Nuestra costa está llena de playas de finísima arena blanca con relajantes rompientes del cantábrico que nos baña y tenemos también la posibilidad de elegir las que existen dentro de la ría, que son una auténtica delicia, la opción de un paseo por mar o una jornada de pesca en las embarcaciones de vela o motor que aquí hay a disposición de todo el mundo.
Existen infinidad de sendas por las que caminar, disfrutando de un encantador paseo, bien bordeando la orilla del mar, la ria o por el interior en la reserva protegida para aves; unas rutas bien señalizadas por lugares umbríos, tranquilos y silenciosos, visitar un viejo molino de agua con su presa, darse un chapuzón en rincones tan plácidos que parecen piscinas particulares, o sencillamente sentarnos a leer o a contemplar la puesta de sol y compartir tertulias con los vecinos en las terrazas del muelle con un fondo de vistas a la ria, fantásticas.
Hay un hervidero de actividades por los alrededores, con las que poder entretenerse, mercados de pueblo, ferias de artesanía, temáticas como la medieval, exposiciones, conciertos, fiestas y jornadas gastronómicas, que muy frecuentemente se celebran durante todo el verano, que poder visitar, degustar y disfrutar con los productos de la zona.
Al anochecer es costumbre por estos lares el salir "de vinos" haciendo una especie de ruta, por los muchos establecimientos que hay y donde con cada vino o cerveza te obsequian con un pincho, tapa, o con la especialidad de la casa; después de estas rondas en las que la gente se suele reunir, lo más habitual es cenar en casa o fuera y después salir a las terrazas que se llenan para tomar una copa, escuchar música veraniega de moda y les aseguro que resultan unas veladas muy animadas.
Siempre animo a venir a conocer el norte a mis amigos y conocidos; a todos ustedes que me están leyendo, esta micro muestra espero que sirva para que algún día se planteen venir, aquí les estaremos esperando con los brazos abiertos.
Y es que....este norte, mi norte... ¡¡¡ Estamos de vacaciones !!! Disfruten de la visita.