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viernes, 10 de enero de 2025

QUIEN POR TI SUSPIRA (Vuelo imperturbable)

 CRISTÓBAL ENCINAS SÁNCHEZ


Arrasé mi pelo tejido de años con mis angustias propias y las tuyas.

Empecé a acariciar tu cabellera teñida de parajes distintos

y ella me transmitió al momento tu sencillez clara.

No estoy dispuesto a que sufras ninguna inclemencia ni azote

que te cambie para siempre la gracia que porta tu persona.

Te sonrío y te animo como tú mereces.

Grácil asientes a mis arrullos predilectos que te abarcan

como a bienvenidos sueños de vuelo imperturbable

en la extensa llanura del espacio inventado tal como lo vemos:

limpio, tranquilo y solemne.

Acaecerá en ti como si fueras día,

como yo soy propenso a tus letargos de luna,

sabiendo que sobre la espuma mantienes atento

a quien por ti suspira más profundo

y más allá de donde puedas alcanzar con tu mirada.

Otra vez que te prestes a este juego mío,

te ruego que disfrutes con pleno entusiasmo

de la acalorada e insólita dedicación que te presto.

viernes, 20 de diciembre de 2024

AUSENCIA


(A la memoria de Francisco Avilés Gil)

Cristóbal Encinas Sánchez

 

Suena un canto perdido en las montañas,

que juntos en sus bocas han llevado

los del coro, que estaban a tu lado,

muchos años por los pueblos de España.

 

Tornan los cantos expandidos ya,

con los ecos de notas complacientes,

como las aguas nacidas de las nieves

a un estado de armonía total.

 

Temas polifónicos que has compuesto

son brillantes cuadros de tu música

en himnos adornados con tus versos.

 

Nuevo clamor ahora nos traspasa

y un profundo sentir marca tu ausencia:

rebosan de recuerdos nuestras almas.

viernes, 13 de diciembre de 2024

RECUERDO LAS HISTORIAS

 

CRISTÓBAL ENCINAS SÁNCHEZ

Recuerdo las historias

que el tiempo va grabando a raudales,

y me las sitúa en noches de campos blancos

y en días cargados de parajes soleados.

Las fechas se le guardan a uno en tropel

como en fiel retrato de daguerrotipo,

que tardaron en transcurrirse años,

preciosos momentos ya faltos de continuidad.

Pero yo no las olvido.

Tengo esos hechos en pliegos de papel amontonados,

escritos y vencidos unos sobre otros.

Cada día que pasa los busco y los remiro

para ver si encuentro su secuencia

y salto de época en época, saboreándolos.

Son cuadros fijos y estacionados que cumplen su letargo

ya sin ánimos, y sin otro logro.

Son historias que aún recuerdo.

martes, 3 de diciembre de 2024

DÍAS DE ACEITUNA

(Cristóbal Encinas Sánchez)

   El cielo está turbio, soliviantado.

El aire azota los árboles mojados;

llueve, y el campo está en soledad,

como meditabundo.

¿Qué les ha pasado a los pobres campesinos?

Trabajan y trabajan sin descanso.

Los árboles, que fueron cuidados

con esmero muy cansino,

esta tarde aparecen sin hojas,

sus tallos en el suelo, desasidos.

 

El frío intenso del otoño tardío

piensa no dejar nada con vida;

las heladas, las tormentas rudas

aumentan la exasperante caída

de los inmaduros frutos del olivo

cubriendo de su color la tierra;

morado color que representa

el esfuerzo justiciero del trabajo

y que hace mella en los primeros días

de un invierno temprano.

 

Sudor frío costará recogerlos,

sudor sano que fluirá por el cuerpo;

sudor frío que traspasará el alma

por el húmedo viento.

domingo, 1 de diciembre de 2024

AMOR EN DESVARÍO


(Cristóbal Encinas Sánchez)
Del color del azahar una vez fuiste,
de encanto a tu belleza rodeaste;
y en un sabor a almíbar te tornaste
al llegar a mi boca y derretirte.
Bajo tu piel pecosa y sonrosada
encontré mi alimento preferido,
encendido de aroma, amor henchido,
tras invadir mi cuerpo a bocanadas.
Cuando un invierno te dé la sorpresa
y la madurez cumpla su camino,
allí estaré con tiernas arrulladas,
presidiendo tu barco con destreza:
tú, dándome el amor en desvarío,
yo, dándote mi amor a llamaradas.

domingo, 17 de noviembre de 2024

NEGROS NUBARRONES

 

(Dedicado a los que luchan contra los estragos del tabaco)

CRISTÓBAL ENCINAS SÁNCHEZ

Negros nubarrones, negros,

llevas a tu interior si aspiras

mortíferos elementos

cuando fumas un cigarro.

El humo, con su desgarro,

te hace añicos los pulmones.

Si ávido te lo fumas

y regalas, de repente

puedes encontrar airoso

un tumor muy ostentoso;

serás súbdito sumiso

para enfrentarte al cadalso,

porque seguro es el paso,

que envuelto en papel bambú

te sorprende vivaracho,

es solo cuestión de tiempo.

No digas: "¡No me lo han dicho!"

 

Te aguarda y te acecha diestro

y con su espada te pincha

para traspasarte el cuerpo.

El efecto es relevante

si no le tienes el miedo

necesario y acuciante,

te quita pronto de en medio.

Si incesante el humo tragas,

a ti te mina por dentro

y no tendrás duda alguna

de atravesarte, por cierto.

Grandes pinchazos con lanzas

no te dejarán vivir

y hasta desearás morir

por atreverte a fumarlo,

cigarro fiero de largo;

que te carcome y te arruina,

como un martillo en un yunque

que forja una enfermedad.

Ese humo, que te hiere,

te confiere nulidad

para el resto de tu vida,

si lo aspiras largamente.

¡Necedad, trampa y tontura!,

es cosa que no te miente,

que te absorbe y te tortura,

que dura una eternidad,

o al menos, te lo parece.

El humo que se desprende

te contamina más, te hiere,

te cercena la comida,

la bebida te la impide,

y hasta la animosa orina

es incapaz de salir

de la ultrajada vejiga.

¡Qué delicioso el suspiro!,

el del último momento

cuando puedes exhalar:

¡Verdad, que no me arrepiento,

de lo que fumé en la vida!

Y aquí yacen esparcidas

las cenizas de mi cuerpo,

por las que fumé incapaz,

mas ya no siento el tormento.

¡Que en paz tenga mi descanso,

y repose mi afición!,

que no poca es mi aflicción;

que en este momento ceso,

detengo mi aspiración

de algo tan suculento,

de ese fatal alimento

que al destierro me llevó.


Tengo ya tal convicción

de que me falte por siempre

el humo de mis pulmones,

que adoraré este aposento

sin aliento y sin temores.

¡Adiós, queridas labores

del tabaco y sus olores!,

que me dejasteis cargado

de múltiples sinsabores

y de la vida colgado.


¡Perdón!, por si os he aguado

con mi relato un instante,

en el preciso momento

en que extinta ya he dejado

de mis labios la sonrisa

por no dejar el cigarro.

jueves, 7 de noviembre de 2024

UNA SUPUESTA COMIDA

 

Cristóbal Encinas Sánchez

          Dos horas antes de empezar a servir las comidas en el restaurante de la planta baja donde vivimos, hay mucho trasiego de gente que trae carnes y pescados selectos dispuestos para ser cocinados con el mayor esmero. El hervir de las ollas y sartenes chamuscadas, ensaladas a condimentar con las más exóticas hierbas y especias, rociadas con un apreciado aceite de oliva virgen extra, es lo que suponemos que se avecina.

          Comenzada la labor, un efluvio sube por las paredes próximas a mi dormitorio que quiere trasminarme, en principio, y dejarse influir descaradamente.

          Mi mujer y yo nos barruntamos los platos que van a ser elaborados en el día, los que van a tener la suerte de disfrutarse por cada comensal invitado.

          Nos suponemos entonces los ingredientes que está utilizando el chef, por los olores que percibimos, y nos ponemos, a continuación, a cocinar nuestro plato.

          Al final de la sobremesa comprobaremos quién ha cocinado con el mayor esmero, si los de abajo o nosotros.

          Quiero significar que nos asiste el privilegio de la altura. Con todos los preparativos, los fogones están haciendo su trabajo en la consecución de los platos de renombre y de la mano del chef que sabe mezclar las materias primas y dar las proporciones idóneas para conseguir exquisitos manjares.

          A la hora de sentarnos a la mesa –cada uno en su lugar–, saborearemos lo dispuesto como si fuéramos un cliente normal y decidiremos, sin miedo a equivocarnos, si nuestra paella superará sobradamente nuestro reto, o no, comparando con las que ofrecen en el restaurante, por los comentarios que aportan los usuales parroquianos.

          Yo no quiero porfiar, pero mi mujer en esto de la cocina es un encanto: le pone gran interés y pasión, echándole todo su tiempo, en particular, a cada ingrediente.