ELLA ESTÁ EN EL HORIZONTE
“Ella está en el horizonte.
Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino dos pasos y el horizonte queda diez pasos más allá.
Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la utopía?
Para eso: sirve para caminar”.
Eduardo Galeano.
Mañana marcho hacia la cuna de la humanidad, al amanecer del mundo como decía la guía del trotamundos.
Inicio el camino hacia Siria, al país conquistado por todo el mundo. Pasaré dos semanas de historia en vivo recorriendo escenarios ya vividos, para vivirlos de nuevo, intensamente, recrearlos, aprender y conocer lo que somos a través de lo que hemos sido, escuchar, pero sobre sobretodo para disfrutar. Sé que me sentiré bien entre las piedras testigo, los colores del desierto, las tierras rojas, las llanuras pedregosas, los fértiles oasis, las tierras entre el Eufrates y el Orontes. Viajo para descubrir estas tierras del primer alfabeto, para sentirme bien contemplando los atardeceres con la silueta de la gran mezquita de los Omeyas. Viajo y camino.
También visitaré en Jordania, Petra y el Mar Muerto y mis expectativas no son menos que las de Siria. Sueño avanzar por el desfiladero, La bab es Sig, flanqueada por los multicolores estratos de gres, azules, rojos, verdes, amarillos, disfrutando el espacio excavado en cada paso, absorbiendo cada metro de ese kilómetro de pared encajonada, madrugar por la mañana para disfrutar de la luz que ilumina estas piedras, asomarme a descubrir los grandes yacimientos de Petra y despedir la luz del atardecer reflejada en ellas. Recuerdo haber vivido, hace muchos años, en un documental sobre Chillida, la emoción de este espacio, explicado por el maestro escultor, y la historia de estas grandes paredes, el espacio tallado desde dentro…
Estaré en Gaia, estaré en casa... Y es que la madre naturaleza nos regala, nos mima con muchas maravillas.