Frikipedio el Caballero lo hemos dejado la última vez renunciando a su trono, preparándose para la partida a lueñes tierras... y lo cierto es que de eso hace mucho. Meses. La última vez que estuve transcribiendo los textículos de Frikipedio aún era invierno. Y ahora se acerca el invierno. Casi un año. En ese tiempo he vivido nuevas experiencias; en lo profesional, en lo familiar... para febrero-marzo esperamos un nuevo vástago de la saga Varela-Martín...
En fin. Este blog lo he tenido desatendido más de lo ya habitual, aunque no obstante no he dejado de pensar en Frikipedio y sus gestas. Os prometo que volveré con nuestro héroe en cuanto pueda. Y seguramente, lo primero que haga es prepararos una edición de lujo en PDF de los textículos ya publicados, pero con las ilustraciones que mi mujer, la pintora Carmen Martín, ha preparado y que por cierto aún no he tenido la oportunidad de ver ni siquiera yo.
Quizá esté hablando para el inmenso vacío espacio-temporal que nos envuelve. Pero si todavía queda, fiel, solitario, algún lector que secretamente guarda la esperanza de ver rematada la Gesta de Frikipedio, que sepa que agradecido, y quizá con lágrimas en los ojos, pagaré su esfuerzo, su inmensa y generosa paciencia, con nuevas aventuras que prometo serán sorprendentes y maravillosas, y unas ilustraciones que ya quisieran para sí muchos códices medievales.
En fin. Este blog lo he tenido desatendido más de lo ya habitual, aunque no obstante no he dejado de pensar en Frikipedio y sus gestas. Os prometo que volveré con nuestro héroe en cuanto pueda. Y seguramente, lo primero que haga es prepararos una edición de lujo en PDF de los textículos ya publicados, pero con las ilustraciones que mi mujer, la pintora Carmen Martín, ha preparado y que por cierto aún no he tenido la oportunidad de ver ni siquiera yo.
Quizá esté hablando para el inmenso vacío espacio-temporal que nos envuelve. Pero si todavía queda, fiel, solitario, algún lector que secretamente guarda la esperanza de ver rematada la Gesta de Frikipedio, que sepa que agradecido, y quizá con lágrimas en los ojos, pagaré su esfuerzo, su inmensa y generosa paciencia, con nuevas aventuras que prometo serán sorprendentes y maravillosas, y unas ilustraciones que ya quisieran para sí muchos códices medievales.