Noviembre de 1997.
El Loco, entrenador de Vélez.
El domingo debían recibir al bicampeón del fútbol argentino: el River de Ramón Díaz.
En uno de los entrenamientos previos a aquel duelo, Bielsa llama aparte a Martín Posse, el delantero, para darle una indicación muy precisa:
-Tenés que perseguir a Sorín. Si es necesario, hasta abajo de la cama.
El delantero, consciente de las incansables subidas del defensor riverplatense y algo preocupado por la ardua tarea que se le avecinaba, le planteó al entrenador:
-Marcelo, con todo respeto: creo que es un esfuerzo muy grande el que tengo que hacer. Entiendo que si mi trabajo va a ser ese, voy a perder fuerza para poder cumplir mi rol de delantero.
-Perfecto. No hay ningún inconveniente, Martín.- le respondió el Loco, serio y sereno. -Negocie con Sorín. Si se pone de acuerdo con él para que no pase al ataque en todo el partido, problema solucionado.
El partido terminó 1 a 1. El gol de River, a 5 minutos del final, lo hizo Sorín.