Midnight in Paris, la última comedia romántica de Woody Allen esta ambienta y grabada completamente en la capital francesa como ya anuncia su titulo.
El director neoyorquino ha querido rendir tributo a una de las ciudades que más disfruta del mundo. El mismo mantiene considerarse un enamorado de Paris y confiesa sentirse siempre tentado de quedarse a vivir en ella. Su motivación ha sido bien reflejada en el largometraje que se proyectó en la Gala de Inauguración del Festival Internacional de cine de Cannes 2011.
Unos viajes en el tiempo correctamente pensados y fáciles de entender junto a unos personajes bien definidos son algunos de los logros de la película.
La interpretación de los actores protagonistas es irregular. Owen Wilson me sorprendió en positivo, al contrario que Rachel McAdams con su papel de novia desquiciada y pija que no acaba de creerse ni ella misma.
Y ¡Cómo me iba a olvidar de Carla Bruni! Su papel, la verdad es que no es muy difícil y después de que se comentará que casi desquicia, por no decir que lo hizo, al director en una de sus tomas, no brilla como quizá se espera. Pero esto es solucionado con un conjunto de grandes actores y actrices que complementan el reparto: Adrien Brody, Marion Cotillard y Kathy Bates entre otros.
Pero sin duda, la gran protagonista sin duda es PARIS con sus calles, sus habitantes y todos esos rincones con encanto que Allen ha sabido captar, uniendole una historia que navega entre la realidad y los sueños y añadirle finalmente ese toque secreto que todo chef agrega a sus platos, para hacer una película única.
Un saludo,
Fran Milán
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