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martes, 13 de enero de 2015

Taller de Filosofía de cuento en La Central de Callao (Madrid), en febrero-marzo 2015



Por segundo año consecutivo, me alegra anunciar que los cuatro sábados desde el 14 de febrero hasta el 7 de marzo, impartiré un taller de "Filosofía de cuento" para niños y niñas curiosas de 7 a 10 años en la librería La Central de Callao (Postigo de San Martín, 8. Madrid). 



Filosofía de cuento 
en  
Taller de filosofía con niños a partir de la literatura infantil.
Diálogos sobre grandes preguntas a partir de historias e imágenes.
Impartido por Ellen Duthie.
PDF con programa completo aquí

¿A quién va dirigido?
A niños y niñas curiosos de entre 7-10 años.

¿En qué consiste el taller?
Tomando como punto de partida un cuento infantil –normalmente un álbum ilustrado–, nos preguntaremos cómo son las cosas, cómo deberían ser, qué sabemos y qué no podemos saber, qué existe y qué no existe, qué diferencia hay entre la realidad y la imaginación o entre la realidad y el sueño. Aprenderemos lo divertido y lo importante que es filosofar. Jugaremos y nos pondremos muy serios. Preguntaremos ¿por qué? y ¿cómo? todas las veces que queramos y dejaremos volar la imaginación para desarrollar la creatividad necesaria para dar buenas respuestas a preguntas que todos nos hacemos (también los adultos). Leeremos cuentos, miraremos imágenes, haremos juegos filosóficos y pensaremos en lo posible y en lo imposible. Sobre todo, lo pasaremos muy bien. Todas las sesiones se narrarán posteriormente en el blog filosofiadecuento.blogspot.com.

Hablaremos de temas como la realidad, la imaginación y el sueño y las diferencias entre ellos, sobre la crueldad, sobre la magia y la coincidencia, el miedo, la felicidad y la identidad la causa y efecto, el juego y la ficción

Nos haremos algunas de estas preguntas (y otras que propongan los participantes):
¿Cómo sabemos si algo es real o no? ¿Es posible que nuestros sentidos nos engañen? ¿Es posible que estemos viviendo en un mundo imaginado por otra persona y que nosotros seamos personajes inventados por esa persona? ¿Matar hormigas te parece cruel? ¿Te gustaría vivir en un zoo? ¿Por qué? ¿Es siempre cruel obligar a alguien a hacer algo que no quiere hacer? Si el cazador hubiera matado a Blancanieves, ¿quién sería responsable de su muerte, el cazador o la reina? ¿Hay vidas que valen más que otras? ¿Es posible ser cruel sin proponérselo? Si plantamos una semilla y le cantamos todas las noches, cuando crece, ¿cómo sabemos si lo ha provocado nuestro canto o el sol y la lluvia? ¿Cómo es posible que sintamos pena por un personaje de un libro aunque sepamos que en realidad no existe? ¿O que nos da miedo un monstruo en una película a pesar de saber que no existe ningún monstruo así? ¿Cómo cambiaría nuestra vida si fuéramos un gato? ¿Es posible seguir siendo uno mismo en el cuerpo de un gato? ¿Por qué? ¿Y una roca? ¿Cómo podemos diferenciar entre magia y coincidencia? ¿Nos gustaría ser otra cosa? ¿Qué y por qué? Si pudiéramos hacer realidad todos nuestros deseos, ¿podemos estar seguros de que estaríamos felices?

Filosofía con niños, ¿para qué?En general, pararse a pensar, a reflexionar y a analizar el mundo (hacer filosofía) ayuda a observar y explorar con mayor profundidad el mundo en el que vivimos, cuestionar lo que vemos, lo que se nos dice y lo que se nos informa, distinguir un argumento bien fundamentado de uno sin base, escuchar a los demás, aceptar que no siempre se tiene razón y valorar las ideas de otros, expresar desacuerdo sin necesidad de expresar confrontación, valorar nuestras propias ideas y no tener miedo de expresarlas, vivir en el mundo de forma consciente y activa y desarrollar una mirada propia, una voz propia y, en definitiva, un yo propio. 

¿Quién lo imparte?Ellen Duthie es licenciada en Filosofía por la Universidad de Edimburgo y entusiasta de la innovación en la educación y de la literatura infantil. Es autora del blog Filosofía a la de tres (filosofiaaladetres.blogspot.com), donde narra la experiencia de realizar sesiones de filosofía en una clase de preescolar de un colegio público de Madrid, así como de los blogs bilingües Filosofía de cuento (filosofiadecuento.blogspot.com) y Lo leemos así (loleemosasi.blogspot.com). Es asimismo autora de la serie de Filosofía visual para niños de Wonder Ponder

Lugar: La Central de Callao. Fechas:  14/02, 21/02, 28/02 y 07/03 de 2015. Hora: 11:30-13:00. 
Precio: 45 €. Edad: 7-10 años. Grupo: máximo 10. 









Programa completo de Filosofía de cuento en La Central: aquí


viernes, 7 de marzo de 2014

Filosofía de cuento en La Central. Grupo 5-8 años. Tercera sesión

Once niños y niñas en "El Garito". Un sapo y una rana. ¿Los temas del día? La valentía y "ser y parecer".  Así fue la tercera sesión de Filosofía de Cuento en la librería La Central de Callao con el grupo de 5 a 8 años el pasado 22 de febrero.

Podéis leer el resumen de la primera sesión aquí y leer y escuchar el resumen de la segunda sesión aquí.  

Antes de empezar, hemos preguntado si alguien ha hecho algo interesante desde la última vez que nos vimos y nos hemos contado todos lo que hemos hecho. Y así nos lo hemos contado: 








Luego Xoan contó que se había peleado con un compañero de clase y empezamos a hablar todos de peleas. María contó que ella le había hecho una llave de judo a una compañera de ballet. Camila contó una bronca general que se había montado en su cole. 

Hemos preguntado si pelearse es de valientes y ha habido distintas opiniones aunque la mayoría hemos pensado que no. Para Daniel, la línea entre ser valiente y ser tonto puede ser fina. "Si vas caminando por el borde un precipicio, no eres valiente, eres tonto". 

Hemos preguntado quiénes de nosotros somos valientes. Hemos dado ejemplos de atrevimiento (entrar en una tienda donde hay un tendero antipático que amenaza con pegar a los niños, entrar en una cueva y atreverse a pegar). Hemos hablado de si pegar es valiente y hemos hablado también de si pegar es cobarde. Aquí podéis escuchar parte de lo que dijimos.


Y entonces hemos pasado a leer el cuento: se llama "Dragones y Gigantes”, de Sapo y Sepo, inseparables, de Arnold Lobel, y va de valentia. Podéis volver a escucharlo aquí: 


También podéis ver esta versión animada (en inglés), que está muy bien también. 















Justo después de la lectura del cuento, la mayoría empezamos a opinar que no eran nada valientes y luego hemos tenido una discusión muy interesante al respecto, en la que la mayoría hemos cambiado de opinión. 


Hemos preguntado qué aspecto tiene una persona valiente. ¿Se puede adivinar si alguien es valiente por su aspecto? A Luis le parece que sí, que los valientes normalmente se les ve firmes. Daniel no está tan de acuerdo y piensa que no siempre se puede saber si alguien es valiente por su aspecto. Hemos hablado de valentía como un atrevimiento de hacer algo, normalmente peligroso o que da miedo. Pero hemos preguntado también si podemos hablar de valentía en situaciones como por ejemplo ir a un colegio nuevo. Hemos compartido historias de valentía en nuestro primer día en un cole nuevo. 

Luego hemos preguntado si nos parece mejor ser valiente que cobarde. 

Parece que el miedo lo tenemos tanto si somos valientes como si somos cobardes. Como dice Daniel,"el miedo es algo que se tiene". La valentía y la cobardía tendrían más que ver con la presencia o la ausencia del atrevimiento a actuar en una situación de miedo. 

La sesión se pasó volando y creo que no solo para mí. Se nos quedaron preguntas en el tintero, pero dijimos cosas muy interesantes y la conversación fue animada y activa. 

Con muchas ganas de que llegue mañana para hablar del miedo y de la apariencia y realidad, con la lectura de Hay un oso en el cuarto oscuro de Helen Cooper. 

Filosofía de cuento en La Central. Grupo 9-12 años. Segunda sesión

"Desde hacía tiempo, el pato notaba algo extraño.
-¿Quién eres? ¿Por qué me sigues tan de cerca y  sin hacer ruido?
La muerte le contestó: -Me alegro de que por fin
me hayas visto. Soy la muerte."
Escena de El Pato y La Muerte, de Wolf Erlbruch. 
Identidad de las personas, identidad de los objetos, permanencia de la identidad durante y después del cambio. paradojas, muerte, vida eterna y sentido de la vida. De todo eso nos dio tiempo a hablar el sábado 8 de febrero en la segunda sesión de los talleres de Filosofía de cuento en la librería La Central de Callao con el grupo de 9 a 12 años. 


Podéis leer (y escuchar) un resumen de la primera sesión del grupo de 9-12 años aquí.

En esta segunda sesión, el grupo siguió en la línea del primer día. Muchísima participación y aportaciones interesantes por parte de todos. La principal diferencia, aparte de la relajación que proporciona conocer al grupo de antemano y saber qué veníamos a hacer, fue la participación más igualada. En la primera sesión Sebastián y Andrea participaron mucho, y Celia también. Javier, Sofía y Nora hablaron menos. Esta segunda sesión fue mucho más repartida en cuanto a participación y creo que todos nos sentimos un poquito más parte del grupo.

Esta segunda sesión la hicimos en "El Garito" de La Central y a todos nos pareció muy cómodo. A todos nos encantó la zona de los sofás y sillones y, como justo cabíamos, decidimos hacerla sentados cómodamente.

Tras una charla sobre qué habíamos estado haciendo desde la última vez que nos vimos (¡exámenes, exámenes y más exámenes!), y tras pedirles permiso para insertar audios y transcribir todo lo que dicen (permiso concedido), hicimos un breve repaso a lo que hablamos en la última sesión, concretamente, a nuestra definición de felicidad y luego pasamos a presentar los temas del día.

Al final de la sesión anterior habíamos leído El camaleon camaleónico de Eric Carle y habíamos hablado brevemente sobre la identidad, pero sin profundizar demasiado en ello. En esta segunda sesión lo volvimos a leer y nos dio tiempo a hablar de la identidad de las personas y de las cosas, de la permanencia de la identidad o de la esencia a lo largo del tiempo y de abordar algunas paradojas relacionadas con estos temas. Propusimos unas teorías muy interesantes al respecto, como veremos.

También nos dio tiempo de leer El Pato y la Muerte, de Wolf Erlbruch y tuvimos un diálogo muy interesante sobre la muerte y el sentido de la vida.

Primero tuvimos que aclarar qué era una paradoja y dar algunos ejemplos. Empezamos por  la paradoja del mentiroso. Hay varias versiones de esta paradoja, pero la que presentamos en el taller fue la de un hombre que mientre siempre y que dice "esta frase que estoy pronunciando es mentira". ¿Es mentira la frase que está proncunciando? Si es mentira, es verdad. ¿Es verdad la frase que está pronunciando? Si es verdad, es mentira. ¿Cómo es eso?

Una propuesta interesante y novedosa nos vino de la mano de Celia, que sugirió que para saber si está mintiendo o no, podríamos observar su lenguaje corporal. Ya que es imposible aclararse con la frase que pronuncia, quizás observando otros signos externos al lenguaje oral sea la forma de llegar a una conclusión al respecto.

Otra forma de ilustrar la misma paradoja sería:
Nos lo pasamos bien dándole vueltas y vueltas, confundiéndonos, por un momento aclarándonos, para enseguida volver a confundirnos.

El objetivo era simplemente introducir el concepto de paradoja, así que dimos algún ejemplo más, como el de la paradoja de Aquiles y la Tortuga (aquí la teoría del grupo fue que había una trampa en el lenguaje, relacionada con el tiempo, con el espacio y con la velocidad, y lo que Sebastián llamó "el fenómeno del adelantamiento").

Una vez que teníamos más o menos claro lo que era una paradoja (un sinsentido aparentemente con sentido o viceversa, no sabíamos ya), pasamos a leer El camaleón camaleónico, de Eric Carle para poder hablar de nuestra gran paradoja del día: La paradoja del Barco de Teseo. Pero antes, como decíamos, leímos el cuento:
En la anterior sesión, hablamos un poco sobre querer cosas que no tenemos y también un poco sobre cuándo dejaba de ser camaleón el camaleón del cuento. ¿En qué punto deja de ser un camaleón y por qué?

Luego extrapolamos esta pregunta a un objeto, en concreto un barco y analizamos la paradoja del Barco de Teseo. Imaginemos un barco. Cuando lo construyen está nuevo y en perfecto estado. Conforme van pasando los años, ciertas piezas del barco se van estropeando y los dueños las van reemplazando por piezas nuevas para mantenerlo en buen estado. Poco a poco, muy poco a poco, a lo largo de muchos años, los dueños van cambiando las piezas, hasta que un día se dan cuenta de que han cambiado todas las piezas del barco original. No queda ni una pieza original del barco. 
La pregunta es: ¿Sigue siendo el mismo barco? Si la respuesta es "sí", hay que preguntar cómo es eso posible si físicamente no queda ni rastro del barco original. Si la respuesta es "no" hay que preguntar cuándo cambió. ¿Cuándo dejó de ser el primer barco para convertirse en otro? 

Imaginemos ahora, que el dueño del barco guardó todas las piezas viejas del barco. Las iba cambiando por piezas nuevas, pero guardaba las viejas en un almacén. Un día, mirando todas las piezas viejas en el almacén, arregla un poco las piezas y decide mandar construir un barco con las piezas viejas, igualito que el primero, de aspecto, pero también de material. ¿Cuál es el barco original, el "viejo" de las piezas nuevas o el "nuevo" con las piezas viejas? 



En la segunda parte de la sesión, leímos el estupendo El pato y la muerte, de Wolf Erlbruch y hablamos sobre la muerte y sobre el sentido de la vida.

Antes de leer el cuento, hemos preguntado qué ideas teníamos sobre la muerte. Podéis escuchar lo que dijimos aquí:

Y pasamos a presentar el cuento:
Y a leer el cuento en sí. Se trata de El pato y la muerte, de Wolf Erlbruch, editado por Barbara Fiore Editora. 

Después de leer el cuento, hablamos mucho sobre él:

Hemos preguntado si nos gustaría vivir para siempre.

  
Hemos preguntado si la muerte da sentido a nuestras vidas.

Arriba, Snoopy se pregunta: ¿Adónde voy? ¿Qué hago? ¿Cuál es el sentido de la vida? 

Hemos hablado de mucho más, pero no da tiempo a transcribirlo todo. Hemos hablado de la relatividad de la frase "la vida es corta". Como ha señalado Andrea, "si comparamos nuestra vida con la de una mosca, nos damos cuenta de que no está tan mal". Hemos hablado de la importancia de las moscas en el mundo, de qué pasaría si no hubiera moscas y de muchas cosas más.

Para terminar, hemos leído Frederick (el cuento que hemos leído con el grupo de 5-8 años)

Como dice Andrea al final del clip y de la sesión, la conclusión, una vez más, es que en la vida conviene pararse a pensar.

¡Y eso es lo que hacemos en Filosofía de cuento! En la tercera sesión leímos un cuento de Sapo y Sepo (Arnold Lobel) sobre la fuerza de voluntad ("Las pastas", en Sapo y Sepo, inseparables) y otro cuento del mismo libro sobre la valentía ("Gigantes y dragones"). La semana que viene subiré los posts sobre esta tercera sesión y sobre la que tendremos mañana, 8 de marzo, el último día ya de estas sesiones de Filosofía de cuento, que dedicaremos al tiempo, al infinito y a la simultaneidad, entre otros temas que vayan surgiendo. ¡Con muchas ganas de ver a todos los asistentes mañana!

viernes, 21 de febrero de 2014

Filosofía de cuento en La Central. Grupo de 5 a 8 años. Segunda sesión.

El sábado 8 de febrero tuvimos la segunda sesión de los talleres de Filosofía de cuento en la librería La Central de Callao con el grupo de 5 a 8 años.

Podéis leer un resumen de la primera sesión del grupo de 5-8 años aquí.

Esta segunda sesión la hicimos en "El garito" de la La Central de Callao. A todos nos gustó mucho este espacio, aunque también supuso cierta dispersión. ¡Demasiado que ver! ¡Demasiado que hacer! Incluso en un momento hubo un zapateo casi flamenco espontáneo, al que se unió casi todo el grupo. Un escenario de madera es demasiado tentador como para no subirse y probarlo.

Sin embargo, no todo fue zapateo. También hablamos mucho e imaginamos mucho también.

Empezamos preguntando si habíamos hecho algo interesante desde la última vez que nos habíamos visto. Alejandra quiso contar que en su familia habían comprado dos peces: Rapuncel y Dorado (también tenían apellido, lo cual me gustó especialmente). Dorado es de Alejandra y Rapuncel de su hermano.

Bruno ha contado que ha traído el móvil viejo de su madre aquí. Es divertido porque tiene juegos. Y su madre tiene uno nuevo, así que le  ha dejado a él el viejo.

Luis ha contado que tienen muchísimos Legos y que van a hacer un proyecto él, su padre y su hermana, María.

Camila ha contado que el día antes se fue con una profesora del comedor que se llama Marta y jugaron a unos juegos y luego fue a casa e hizo una máscara de la Princesa Leia. "Pero no tiene cuerda, me la tengo que sujetar, así".

Recordamos que la última vez hablamos de un cuento que se llamaba El camaleón camaleónico. Hablamos de todo lo que quería ser. Hablamos de lo que nosotros queremos ser: un león, un perro, un loro arco iris.

Dijimos que en la segunda sesión íbamos a hablar de trabajo. ¿A quién le gusta el trabajo?
A Alejandra le gusta trabajar. A Camila también. A Xoan le gusta trabajar en las actividades que le toca por la tarde. En las extraescolares, como en robótica, aunque también le gusta trabajar en el colegio.

Alguien ha dicho que el primer día Xoan había dicho que no le gustaba el colegio, pero parece que ha cambiado de opinión hoy.

Luis nos ha contado todas las extraescolares que tiene todos los días de la semana. Le hemos preguntado si le gusta y dice que sí.

Nico ha dicho que le gusta excavar huesos de dinosaurio. Le hemos preguntado si alguna vez lo ha hecho. Ha dicho que no, pero le gustaría.

Iosune ha dicho que a ella le gusta trabajar. Hay un juego de inglés que tiene unos juegos online y juego. ¿Qué es jugar o trabajar? Iosune ha dicho que es jugar y trabajar. Hemos preguntado si eso es posible.

Daniel ha dicho que si a ti te divierte trabajar, para ti, trabajar puede ser como un juego.

Camila nos contó que le gustó limpiar la chimenea de la casa de su abuela una vez.

María nos contó que le gusta trabajar cuando va a clase de baile, porque está con sus amigas y que también le gusta hacer inventos.

A Luis le gusta trabajar ciencias.

¿Cuál es el trabajo más divertido que se nos ocurra?

Camila piensa que hacer limpieza es el trabajo más divertido que se le ocurre. Le hemos preguntado si le gustaría dedicarse a eso de mayor y ha respondido con un rotundo NO. ¿Por qué? Porque estaría todo el día limpiando? Entonces...¿es divertido o no? Sí, pero sólo cuando limpio la chimenea, un ratito.

Tomás ha dicho que no le gustaría tener ese trabajo porque tendrías que estar todo el día barriendo calles y calles enteras.

¿Por qué no es divertido barrer?

Daniel ha dicho que para él es aburrido porque es hacer todo el día lo mismo.

Nico ha dicho que para él el trabajo más divertido que se le ocurre es buscar plumas de pájaro. ¿Y cómo se llama ese trabajo? Hemos pensado que algún científico se dedicará a eso, seguro.

Luis ha dicho que quiere ser científico, árbitro o ingeniero. ¿De los tres cuál prefieres? Por ahora, científico.

Iosune ha dicho que quiere ser química porque le gustan los experimentos.

Bruno ha dicho que a él le gustaría ser abogado como su madre "porque por la noche a veces no tienes que estar en casa". Le hemos preguntado si cree que su madre se lo pasa bien por las noches cuando no está en casa y Bruno piensa que sí.

María ha dicho que ella quiere ser futbolista.

Nico ha dicho que le gustaría saber mucho de serpientes para hacer antídoto de serpientes. Tomás ha dicho que es verdad, que se puede hacer antídotos para el veneno de las serpientes.

Hoy vamos a leer un cuento sobre ratones que trabajan mucho.

Xoan ha preguntado cuántas páginas tienes este libro. Hemos mirado la última página pero estaba sin numerar. Yo he dicho que creo que tiene unas 32. Nos ha parecido bien.

Y hemos procedido a leerlo. Podéis escuchar cómo lo leímos aquí:
Luego tuvimos una discusión acerca de si considerábamos que Frederick era un caradura y si pensábamos que Frederick se merecía que repartieran la comida con él. Podéis escuchar un extracto aquí:

Y aquí tenéis otro pequeño extracto sobre el reparto:


Xoan ha querido hacer una pregunta al grupo. ¿Cómo hacen para beber Frederick y sus amigos? Escúchalo aquí:


Luego hemos explicado que Frederick y sus amigos forman una comunidad, un grupo de personas (en este caso ratones) que comparten recursos y responsabilidades. Hemos preguntado si nosotros tenemos tareas en nuestros hogares. Y casi todos teníamos algo que era nuestra responsabilidad. Desde poner la mesa o recogerla, hacer la cama...

Hemos preguntado si nos parece que lo que hace Frederick es trabajo. Xoan no piensa que es trabajo. ¿Un poeta o un escritor hace trabajo? Daniel piensa que sí es trabajo. Alguien ha dicho que a ellos no les parece que sea mucho trabajo, escribir poemas todo el día. "Es un trabajo pensativo", ha dicho otra persona. Hemos preguntado si nos parece más importante el trabajo de barrendero o el de poeta. Al principio varios hemos dicho que el de poeta, porque era más difícil. Pero Iosune ha dicho que sin el trabajo de los barrenderos estaría todo sucio. Xoan dice que si eres poeta puedes ser famoso. Daniel ha introducido una distinción muy interesante. Ha dicho que no es lo mismo importante que chulo. Una cosa es la importancia de un trabajo y otra es lo interesante que resulte.

Iosune ha vuelto a insistir entonces en que el trabajo de barrendero es más importante porque para hacer cualquier otra cosa, hace falta que las calles estén limpias. María ha añadido que incluso sería un problema para los coches si los barrenderos no hicieran su trabajo porque las carreteras estarían llenas de basura.

Hemos estado de acuerdo que por motivos de salud y de higiene el trabajo del barrendero es muy importante.

¿Y cómo describiríamos el trabajo del poeta? Escribir canciones, ha dicho uno. No, poemas, ha corregido otro. ¡Y ser famoso! ha añadido alguien más. ¿Todos los poetas son famosos? Es difícil ser famoso.

Luis ha comentado que su tía es escritora. Él cree que trabaja mucho y que le encanta.

Iosune ha dicho que su padre está escribiendo un libro. Le hemos preguntado si ella cree que es importante lo que está haciendo su padre y ha dicho que sí. Escribir un libro cuesta mucho trabajo y mucho tiempo.

Vamos a imaginar que todos esta tarde nos montamos en un avión, sin padres. Sólo los que estamos en la sala. Cuando estamos en el avión, estamos sobrevolando el océano y el avión se cae....

Enseguida ha saltado Nico: ¡Exploraríamos el abismo marino! Peces con luces en la cabeza, peces súper raros.

No era esa la propuesta que iba a hacer, pero suena muy interesante.

Mi propuesta era que caíamos en una isla desierta. Sólo hay árboles y animales, peces en el mar y nosotros.

¿Cómo nos repartimos el trabajo? ¿Qué hacemos?

Tomás dice que lo primero que hay que hacer es construir una casa con las herramientas. ¿Construimos una sola casa o varias? Una sola, como un ejército.

¿Quién decide en nuestro grupo? Daniel dice que él decide, pero los demás no están de acuerdo.

Algunos empiezan a decir que debe tomar las decisiones el más mayor. Sugiero que esa soy yo, pero no les convence. Tampoco nos convence necesariamente que sea el mayor de entre los pequeños.

¿Nos parece justo que mande una persona o que mandemos todos?

Iosune ha sugerido que otra forma sería votando.

Nico ha dicho que se podrían comer erizos recogidos del mar, porque se pueden comer crudos.

Para ir resumiendo hemos dicho que necesitamos una casa para cobijarnos. Comida para alimentarnos.

Tomás ha dicho que nos hace falta una navaja o algo para cortar la comida. Herramientas.

¿Qué más nos hace falta en la isla? Comida. ¿Cómo la organizamos? María sugiere que cacemos animales y luego los comamos. Hemos preguntado si alguien sabe cazar animales. Algún otro dice que nunca ha probado pero que se atrevería. Tomás dice que él sabe. Hemos preguntado qué animal se atrevería a cazar. Ha pensado que un ciervo, por ejemplo. Le hemos preguntado cómo lo haría. Tomás lo cogería de los cuernos y lo tiraría fuerte contra un árbol. Y luego lo cortaría.

Otra persona ha sugerido que podríamos ahogar al ciervo.

Alguien ha dicho que necesitaríamos cerillas para poder hacer un fuego.

Daniel ha dicho también es importante asegurarnos de que no nos pongamos malos.

Tomás ha dicho que para mantenerse saludable se puede hacer plantando verduras.

María ha dicho que nos hace falta una cama.

Nico ha propuesto que podríamos hacernos almohadas de arena.

Iosune ha dicho que cree que sabe cazar mamuts. Cavamos un agujero muy grande, y luego alguien distrae el mamut. Cuando está a punto de llegar al agujero, tú das un salto muy grande y el mamut cae en la trampa.

Algunos hemos propuesto otras posibles trampas.

Nico ha tocado un tema interesante, sobre qué animales podemos matar y cuáles preferiríamos no hacerlo.

Nico dice que no haríamos las mantas con piel de peces, ni piel de reptiles ni con piel de pájaros, porque todos esos animales molan.

Xoan sugiere que podríamos tener mascotas. ¿Para qué? Para Xoan podrían ser como una reserva. Si se nos acaba la comida, nos las podemos comer. A otros les horroriza esta idea.

Daniel sugiere que mejor se podrían usar las mascotas para cazar.

En el grupo que estamos en la isla yo sería el único adulto. ¿Mi voto vale más? ¿Por qué no vale más? Pensamos que nuestros votos deben valer lo mismo.

Preguntamos quién "manda" más en sus casas, los padres y madres o los hijos. Hay variedad de opiniones, pero en general hay consenso de que mandan los padres. ¿Y por qué? Porque somos sus hijos y quieren que hagamos cosas, ha dicho alguien. Hemos preguntado si nos parece bien que sea así, que manden más los padres a los hijos y no hemos estado tan seguros.

¿Nos gustaría mandar a nuestros padres? La respuesta ha sido bastante unánime: Sí. ¿Y qué mandaríamos a nuestros padres? Que me compraran juguetes, que me compraran muchas chuches, que me hicieran la tarea para que yo pudiera jugar. María sugiere que en lugar de que los padres hagan la tarea, podrían comprar un robot para que se encargue de eso.

Javier mandaría a sus padres, pero no sabe muy bien qué.

Nico, que andaba preocupado con una sugerencia que había hecho alguien de hacer almohadas con plumas de pájaros, ha dicho que en lugar de matarlos, podríamos esperar a que se les fueran cayendo y fabricarlas con esas plumas.

Entonces nos dolerá la cabeza de tanto esperar, según Iosune.

Camila le mandaría a sus padres que le compraran juguetes, chuches y chocolate, y que me hagan los deberes.

Daniel y Tomás (no sé en qué orden) querrían mandar a sus padres que le compren una Playstation y que le compren una tablet.

A Nico le gustaría que le compraran todos los pasteles del mundo.

A Alejandra no le gustaría mandar nada a sus padres.

Iosune en cambio lo tiene claro. Estaría muy bien poder mandar.

¡Y se acabó la sesión!

Mañana 22 de febrero tendremos la tercera sesión, en la que hablaremos de valentía. Leeremos el cuento de Arnold Lobel,"Dragones y gigantes" del libro Sapo y Sepo, inseparables y hablaremos de la valentía. 

¿Qué aspecto tienen las personas valientes? ¿Qué es ser valiente? ¿Es hacer algo difícil o peligroso? ¿Todas las personas que hacen cosas peligrosas son valientes? ¿Qué formas hay de demostrar valentía? Si alguien te obliga a hacer algo peligroso, ¿eres valiente si lo haces? ¿Y si haces algo peligroso sin saber que es peligroso? ¿Es posible sentir miedo y ser valiente al mismo tiempo? ¿Cómo saben los demás si estás siendo valiente o no? ¿Puede ser valiente huir de algo peligroso? ¿Es mejor ser valiente que ser cobarde? ¿Por qué?

También hablaremos, si hay tiempo, sobre ser y parecer. 

¿Qué diferencia hay entre ser y parecer valiente? ¿Qué diferencia hay entre ser y parecer maleducado? ¿Importa? ¿Se puede parecer feliz sin serlo? ¿Qué cualidades solemos esconder y cuáles solemos destacar o incluso inventar? ¿Por qué? 

¡Qué ganas de que llegue mañana!

sábado, 15 de febrero de 2014

Filosofía de cuento en La Central. Grupo 9-12 años. Primera sesión.

El sábado 25 de enero arrancamos los talleres de Filosofía de cuento en la librería La Central de Callao, con dos grupos, uno de 5-8 años, y otro de 9 a 12 años. Acabé muy muy contenta con ambos grupos. Para un primer encuentro, en el que nadie sabía muy bien a qué venía (especialmente los pequeños), hubo muchísima participación y bastante animación en los diálogos filosóficos que tuvimos. ¡Enhorabuena a todos los filósofos asistentes! 
Celia piensa que nadie tiene derecho a decirte a ti qué debes hacer o qué no debes 
hacer con tu propio cuerpo. ¿Incluso en casos en los que se puede poner en 
peligro la salud? Sí, cada uno es responsable de conocer las ventajas y 
desventajas y tomar la decisión según su criterio. 

Podéis leer un resumen de la primera sesión del grupo de 5-8 años aquí

Aquí va un resumen, con extractos de audio, de la primera sesión del grupo de 9-12 años.

Participantes:
Sofía
Celia
Javier
Nora
Andrea
Sebastián
y yo (Ellen)





Yo disfruté muchísimo de esta sesión, en la que hubo una participación muy buena, con aportaciones muy interesantes y puntos de vista independientes y bien argumentados. Algunos hablamos más que otros, aunque ya en la segunda sesión (próximamente subiremos también el resumen), se equilibró un poco más la cosa. Lo principal es que es un grupo de personas muy muy agradable. Todo un placer.

Empezamos con una primera aproximación a una definición de la filosofía. Luego pasamos a hablar de la fealdad (en personas y en cosas; exterior e interior), de la belleza, de cómo llegamos a nuestras valoraciones sobre lo bello y lo feo, de la cirugía plástica, del derecho a hacer lo que queramos con nuestro cuerpo, de identidad y de felicidad. Al final hicimos una receta de felicidad con los elementos necesarios y suficientes para ser felices. ¿Esta receta es infalible? "En un 95%", según hemos estimado. Pero no la revelaremos hasta el final del post.  

Antes de empezar, nos presentamos y respondimos a las preguntas: ¿Qué venimos a hacer aquí? ¿Qué creemos que es filosofía de cuento? ¿Qué es una pregunta filosófica? Sofía se presentó y rápidamente le pasó la grabadora a Celia:


Me llamo Celia y creo que la filosofía es hacer preguntas que la mayoría de la gente no sabe contestar. Me llamo Javier. Me llamo Nora y yo creo que aquí hay que hablar de los libros que leemos y contarlo un poco. Me llamo Andrea y creo que se llama filosofía de cuento, venimos a analizarlos. Me llamo Sebastián y yo creo que aquí venimos a discutir modos de pensar, porque eso es lo que es la filosofía. 
Hemos retomado la apreciación de Celia, que hablaba de preguntas y hemos preguntado en qué creemos que se diferencia una pregunta normal de una filosófica. Celia ha dicho que ella piensa que una pregunta normal se puede contestar fácilmente y las preguntas filosóficas cuesta más contestarlas. ¿Por qué? Porque no es lo normal.

Tiene un elemento también de pregunta cuya respuesta no se limita a una información o un dato. No es algo que "se pueda buscar". Es algo que se tiene que pensar.

Sebastián: Una pregunta filosófica habría que resolverla pensando y diciendo teorías.

Lo que vamos a hacer aquí juntos es expresar teorías y rebatirlas los unos a los otros. Por ejemplo, Sebastián puede tener una teoría y Andrea estar de acuerdo en parte, pero quizás crea detectar un agujero en la teoría de Sebastián. Sebastián puede dar un ejemplo para demostrar su teoría, pero Andrea o Celia, o Javier o Nora o Sofía pensar en otro ejemplo que demuestre que la teoría de Sebastián falla. Es decir, se les puede ocurrir un "contraejemplo".

Andrea ha ejemplificado la diferencia entre una pregunta no filosófica y una que sí lo es: "Una cosa es preguntar cuánto son dos por tres y otra es preguntar '¿qué significa morir?'. Por ejemplo, eso nadie lo sabe."

Mucha gente a veces piensa que en la filosofía no hay respuestas correctas o respuestas incorrectas. Hemos explicado que en cierto sentido eso puede ser verdad, pero sí que hay respuestas mejores que otras. Hay algunas respuestas que en cuanto las analizas un poco y las tocas un poco, se caen. No funcionan. Y hay otras, que cuesta más tirarlas. En Filosofía de cuento vamos a intentar encontrar la respuesta más sólida que podamos encontrar a todas las preguntas. Nuestro trabajo va a ser tratar de derrumbar todas las respuestas que vamos dando hasta que lleguemos a una que ya nos cueste derrumbar.

"Como los científicos," ha dicho Andrea. En cierto sentido, sí. Hay mucho trabajo científico que es muy parecido al trabajo filosófico. En ambos casos lo que buscamos es encontrar la respuesta o solución más sólida o más resistente. Lo único que en la ciencia, al menos en la ciencia empírica y matemática, las preguntas son preguntas "cerradas", mientras que las preguntas filosóficas son en principio "abiertas". No podemos responder a ellas mediante la observación o mediante cálculos, con datos. Podemos realizar todas las observaciones y cálculos queramos y podemos formular las respuestas que consideremos según nuestras observaciones y cálculos, pero seguirá siendo posible estar en desacuerdo con esas respuestas y seguirá teniendo sentido seguir razonando para responder mejor o de otra forma novedosa a la pregunta.

Tras comprobar que nuestra idea sobre qué era una pregunta filosófica no iba nada desencaminada y aclararla un poquito más, hablamos brevemente de las tres normas generales de Filosofía de cuento:

1. Hablar con claridad. 2. Escucharnos todos a todos (esto se planteaba difícil en la postura en la que estábamos, ya que todos me estaban mirando a mí. Esto es difícil de romper, al estar acostumbrados a la figura de autoridad del profesor en la clase, así que hemos intentado sentarnos en un verdadero círculo donde todos nos miramos a todos.) 3. Dar razones de verdad (no nos vale aquí decir porque sí, porque no, "me gusta porque me gusta". Buscaremos explicar lo que pensamos de la forma más clara posible).

A continuación, pasamos a la primera lectura del día: Shrek!, de William Steig. Todos conocíamos el personaje, pero el de la peli, no tanto el del libro. El del libro es parecido al de la película, pero bastante más feo.

El cuento
Shrek es un ogro que vive con sus padres. Un día, éstos le dicen a Shrek que se vaya a ver mundo y hacer daño por ahí. Poco después de partir, Shrek se encuentra con una bruja que le lee el futuro: se casará con una princesa. Encantado con las perspectivas, Shrek sale en busca de la princesa. Por el camino lucha contra un enorme dragón, contra un valiente caballero, tiene pesadillas sobre niñitos felices, conoce a un burro que no para de hablar, y se pierde en un salón de espejos repleto de horripilantes Shreks. A Shrek no parece importarle demasiado el hecho de que su fealdad asuste a todo el que se encuentra. De hecho, ¡le encanta ser así de repugnante! Cuando finalmente Shrek conoce a su impresionantemente fea princesa, es amor a primera vista, se casan y viven horribles para siempre.

El primer comentario ha sido de Javier, que ha observado que el cuento no es como la película. ¿En qué se diferencia? Es más guapo, el Shrek de la película es un ogro pero simpático. Sebastián no ha visto la película y ha preguntado si el Shrek de la película es bueno o es malo. Hemos estado de acuerdo en que "es un poco malo, pero se le coge cariño."

Hemos preguntado si todos estamos de acuerdo en que Shrek es feo. A todos nos ha parecido que sí. Entonces hemos preguntado por qué y Sebastián nos ha contado su teoría, apoyándose en una cita de un libro de Roald Dahl:



La Sra. Cretina. Menudo rostro. 
Hay un libro de Roald Dahl (se trata del libro Los cretinos, por si os interesa) donde dicen que la gente que tiene malos pensamientos se les refleja en la cara. Porque una persona, aunque tenga una nariz de patata, sea calva, si tiene buenos pensamientos, tendrá una cosa que le hará bonita. Lo que pasa es que él tiene malos pensamientos y por eso es feo. Pero yo pienso que en realidad Shrek no es malo, como se demuestra al final. Yo pienso que él simplemente vive al revés. Nosotros pensamos que es malo. Él no es que sea malo, está haciendo su naturaleza. El piensa que hacer lo malo es bueno, pero no es su culpa. Es como si viviera al revés, es como un espejo. Él no es malo. Es simplemente su naturaleza, hacer el mal.

Javier y Andrea han estado de acuerdo. Pero hemos vuelto a la pregunta. ¿Qué hace que sea feo para nosotros? ¿Qué nos resulta feo?

Sebastián piensa que lo que le hace feo son sus malas acciones. Pero nos interesa preguntar qué hace que sea feo antes de saber nada sobre su vida. ¿Qué hace que nos parezca feo a la vista? Todos estamos de acuerdo en que es feo, pero ¿qué nos hace decir esto? "Tiene la cabeza rara, puntiaguda", sugiere Sebastián. "No es como un ser cualquiera. Lo miras y ves que tiene pinta de malo. Va a ser una persona repulsiva.". "O simplemente porque es verde", dice Celia. Pero Sebastián responde que alguien verde puede ser amable. Y da un ejemplo: Yoda.

Por un lado, entonces, parece que la fealdad está relacionada con la rareza (tiene la cabeza rara, dice Sebastián). ¿Qué más? "La mueca que tiene. La expresión." Como dice Javier, "se le ve en la cara."

Entonces hemos imaginado este mismo dibujo, con la misma pinta, pero con una sonrisa agradable. ¿Diríamos que es feo? Sebastián piensa que "dentro de lo que cabe sería guapo, si tiene la boca sonriente, parece que tiene buenos pensamientos".

Pero da la impresión de que estamos diciendo que si alguien sonríe, da igual como sea físicamente, será más o menos guapo. Hemos preguntado si eso es así en la realidad.

Andrea dice que sería más agradable, pero seguiría siendo feo.

¿Qué baremo tenemos nosotros para la belleza? Hemos tratado de definir qué es alguien guapo para nosotros. Sofía ha dicho que cuando ella dice que un niño es guapo es porque se comporta bien. Pero hemos preguntado si hay niños feos que se portan bien. Sí. ¿Pero hay niños feos que se portan bien? "Y hay niños guapos que se portan fatal," apunta Sebastián. Javier ha puntualizado que cuando decimos que alguien es guapo, nos referimos a su aspecto físico. Celia piensa que nos referimos a su aspecto físico, pero al carácter también.

Nos hemos vuelto a centrar en el aspecto físico. ¿Qué hace que digamos que alguien es guapo? Sebastián ha dicho que una de las cosas en las que nos fijamos es en "que sea normal, que tenga un aspecto agradable". Hemos preguntado qué es un aspecto normal. Por ejemplo, la cara de Shrek no es normal. "Toda llena de granos, la cara fofa, toda verde. No es igual que una persona con la cara normal, con el pelo bonito, es diferente."

Entonces parece que algo de lo que hablamos cuando hablamos de belleza tiene que ver con la normalidad, con baremos de normalidad. Andrea ha insistido en que se puede ser feo por fuera, pero puede ser buena persona. Todos de acuerdo, pero volvemos a la belleza exclusivamente física.

Para ser bello o bonito o guapo o guapa, una de las cosas en las que parece que estamos de acuerdo es en que tiene que entrar dentro de unos baremos de normalidad.

Pero entonces hemos puesto un ejemplo de una persona con los ojos más grandes de lo normal o de un color llamativo. En estos casos, la falta de "normalidad" parece ser justamente la razón por la que nos parece guapa o atractiva la persona. La anormalidad a veces nos puede parecer bella y otras veces fea.

Hemos preguntado cómo creemos que los jueces deciden en un concurso de belleza (Miss España, por ejemplo). ¿Cómo juzgan? El aspecto físico, ha dicho alguien. El cuerpo, ha añadido otro. El tono de la piel.
¿En qué sentido el tono de la piel? Ah, no sé. La cara en especial. La forma del cuerpo. Toda la parte exterior.

¿Y frente a qué lo miden? Frente a las cosas que no les parecen bellas. Sebastián ha puesto un ejemplo de una chica con el pelo muy bonito, el cuerpo, todo, pero que tiene un grano. Eso le haría bajar puestos.

¿Y qué hay de las cosas? ¿En qué nos basamos para decir que una cosa es fea? ¿A quién se le ocurre una cosa fea?

 "El techo éste por ejemplo", ha dicho alguien. Todos hemos mirado hacia arriba y la mayoría hemos estado de acuerdo en que no es muy bonito. Pero Celia ha dicho que aunque no sea exactamente bonito, tampoco le parece exactamente feo.

Sebastián piensa que es feo porque "la pintura parece que está goteando, da una apariencia desagradable. Todas tuberías vistas por fuera. Es como si hubiera arrancado alguien el techo." Javier ha dicho que le parece el techo de una casa abandonada, o que está sin terminar, con un aspecto descuidado.

Andrea ha dicho que la papelera no es que sea muy bonita. ¿Por qué? Por el color, la forma, todo. Es negra. ¿Las cosas negras son feas? Bueno, me parece poco alegre, ha dicho Andrea. Javier ha dicho que a él le gusta la papelera. Sebastián ha dicho que le parece bonita el diseño. Pero con la bolsa salida, no da un aspecto demasiado agradable. Andrea ha contado que una vez vio una papelera que era un perro abriendo la boca ¿Era más bonita que esta? Sí.

Entonces hemos preguntado qué es lo más feo que habíamos visto en nuestras vidas.

Celia ha dicho que las gambas y el pescado. ¿Porque no te no te gusta el sabor o el aspecto? Ninguna de las dos cosas.

Sebastián ha dicho que lo más feo que ha visto fue en un documental que se llama Supersize Me. Los demás no lo conocían y les hemos explicado que es un documental sobre un hombre que hizo un experimento: alimentarse durante todo un mes exclusivamente en MacDonalds. Mostraban fotos de una operación de estómago donde mostraban los daños que hacía comer sólo MacDonalds. Por suerte es una escena breve, pero aún así, muy impactante. Y muy fea.

Volvemos a Shrek. ¿Es feliz con su fealdad?
Sebastián piensa que Shrek va al revés, es feliz con su fealdad, es feliz haciendo daño. Andrea explica que a ella le parece que es feliz porque él no se considera feo: "Él es guapo para él mismo. Nosotros pensamos que una persona guapa es guapa pero si viene un extraterrestre quizás nos diga que todos somos feos."

Javier dijo que hay tú puedes pensar que alguien es feo pero él puede pensar que es guapo. La opinión propia no tiene que coincidir con lo que piensan los demás.

Hemos preguntado si la opinión que tenemos sobre nuestra propia belleza afecta nuestra felicidad y hemos estado de acuerdo en que sí. ¿La opinión sobre nuestra belleza está construida en base a lo que piensan los demás, o es posible sentirse feo sin que los demás piensen o digan nada? También nos hemos preguntado por la referencia que usamos para decir que alguien es guapo o feo y hemos hablado de la relatividad y, en cierto sentido, arbitrariedad, de nuestro concepto de belleza:


¿Hemos preguntado si nos gusta lo que se nos parece? ¿Es ese uno de nuestros criterios de belleza?


Luego hemos pasado a hablar sobre si preferimos ser guapos o feos y hemos planteado si nos tomaríamos una "píldora de la belleza" en el caso de que existiera tal cosa. Aquí, Celia ha sugerido que ella prefiere que no la perciban como guapa. Puede llegar a ser molesto. De ahí hemos pasado a hablar sobre la fama: sus ventajas y desventajas. Esto es un extracto de nuestra conversación:
Percepción de los demás, fama

De la conversación sobre la "píldora de la belleza", hemos pasado a hablar sobre la cirugía estética. Nos hemos preguntado si todo está permitido en la cirugía estética. ¿Tenemos derecho a cambiar lo que queramos de nuestro cuerpo? A Nora le parece que no, que cualquier cosa, no.
Otra cosa que hemos planteado es un escenario donde se hubiera descubierto una forma de hacer que todos los embriones de todos los humanos fueran exactamente iguales físicamente. ¿Seríamos más felices si no tuviéramos posibilidad de hacer comparaciones sobre nuestro aspecto físico?


Luego hemos añadido alguna apreciación más acerca de este escenario en el que todos fuéramos iguales. Hemos llegado a plantear que no habría filosofía si todos fuéramos iguales, "porque no habría ideas innovadoras si todos fuéramos iguales":
Felicidad, si todos fuéramos iguales 


La percepción que tenemos acerca de nuestra propia belleza nos parece que juega cierto papel en nuestra felicidad, pero no es determinante. Hemos preguntado qué más nos hace falta para ser felices. 

Hemos tratado de pasar de los elementos que conformar nuestra felicidad individual -leer, comer rico, estar con la familia, estar con los amigos, leer, explicar ideas a los demás, aprender- a una idea más general de la felicidad que pueda aplicarse a todo el mundo. Y hemos empezado a hacer nuestra receta:
  • disfrutar
  • no estar todo el día lamentándose
  • reírse (o tener una predisposición para reírse o sonreír)
  • pararte y mirar
Ha sido larga nuestra discusión sobre la felicidad, pero al final creo que lo hemos resumido bien aquí:
A los ingredientes de nuestra receta hemos añadido otras dos:
  • agradecimiento
  • la "no soledad", compartir la vida con alguien, gente que te quiera
¿El extraterrestre se iría con garantía de felicidad? Con mucha garantía. "Si no es al 100%, creo que se puede ir con el 95% de garantía", ha dicho Sebastián. "Y se lo cobramos", ha añadido Andrea.

¡Cuidado! ¡Que Filosofía de cuento se puede convertir en un negocio!

Antes de irnos, echamos un vistazo a uno de los libros programados para la segunda sesión: El camaleón camaleónico, ,de Eric Carle, y hablamos de la identidad y específicamente, de qué hacía que Sofía fuera Sofía.
Pero de esto hablamos con mucha más profundidad en la segunda sesión y en el resumen de esa sesión podréis leerlo en más detalle.

A los participantes en el taller y a los lectores que no participáis también, os invito a comentar todo lo que queráis en este post.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Filosofía de cuento en La Central con niños de 5-8 años. Sesión 1ª (Sábado 25 de enero, 2014)

El pasado sábado 25 de enero arrancamos los talleres de Filosofía de cuento en la librería La Central de Callao, con dos grupos, uno de 5-8 años, y otro de 9 a 12 años. Yo acabé muy muy contenta con ambos grupos. Para un primer encuentro, en el que nadie sabía muy bien a qué venía (especialmente los pequeños), hubo muchísima participación y bastante animación en los diálogos filosóficos que tuvimos. ¡Enhorabuena a todos los filósofos asistentes! Tengo ganas de que llegue ya nuestra segunda sesión este sábado. 

Aquí va un resumen de la primera sesión del grupo de 5-8 años.
Este mastín tibetano es lo más parecido a una combinación de todos los
alter egos deseados del grupo en una sola criatura perro-león-lobesca.
Va por vosotros, Xoan, Luis y Iosune.  

Participantes:
Iosune
Xoan
Alejandra
Luis
María
Camila
Daniel
Nico
Bruno
Javier
Tomás
y yo (Ellen)







El propósito de esta primera sesión era familiarizar un poco a todos con el formato del taller, y conocernos para poder relajarnos y dialogar mejor. Hubo un par de personas que apenas participaron, pero sí que estuvieron atentas, siguiendo lo que se decía y al final vinieron a saludarme. Quizás el sábado que viene se suelten un poquito, pero tampoco pasa nada si no les apetece. Cada uno viene a participar como prefiera. A algunos nos gusta mucho escuchar y nos cuesta más hablar. A algunos se nos ocurren cosas que decir en el momento y otros las pensamos luego, al salir o ya en casa. O tres días después. Cada uno, con su forma de participación preferida, es importante en Filosofía de cuento. 

Para esta primera sesión, pedimos a los participantes que vinieran 15 minutos antes, para poder presentarnos y acomodarnos y acostumbrarnos un poco los unos a los otros antes de empezar. Tras hacer un breve saludo a los padres, nos despedimos de ellos hasta una hora después y nos pusimos manos a la obra.

Lo primero que preguntamos era si alguien sabía por qué se llamaba el taller Filosofía de cuento. ¿Qué es filosofía? ¿A qué se dedica un filósofo? Aquí hubo todo tipo de respuesta. Desde unos silenciosos encogimientos de hombros o unos sonoros "NI IDEA", pasando por alguna tímida aproximación (¿tiene algo que ver con pensar?), hasta un rotundo "a hacer preguntas difíciles de contestar y pensar para contestarlas". Por ahí van los tiros, desde luego.

Lo primero que explicamos es que aquí yo no era exactamente la profesora, sino que más bien éramos un equipo de investigación filosófica que íbamos a intentar responder lo mejor posible a las preguntas y misterios que nos íbamos encontrando. ¿Y qué necesita un equipo? ¡Pues un nombre!

Dimos varias sugerencias de nombres de equipo, algunos más "filosóficos" que otros.
Nuestra hoja de sugerencias quedó así: 
Sugerencia número 1: AGENDA
Sugerencia número 2: TONTA
Sugerencia número 3: HIPERFILÓSOFOS
Sugerencia número 4: PATATA
Sugerencia número 5: PATATAS FRITAS

¿Eso es todo? No, hubo otra sugerencia que votamos enseguida para decidir si la incluíamos o no. La sugerencia era GILIPOLLAS. Once de doce personas votamos en contra de incluirla en la lista.

Finalmente, votamos y el nombre AGENDA se llevó la palma. Pues votado y decidido: EQUIPO AGENDA.

Y sin más dilación, pasamos a nuestra lectura del día. Alguno preguntó si ese libro no era un poco "para niños pequeños". Efectivamente es un libro que se puede leer perfectamente a un niño de un año, pero no exactamente de la forma que lo leímos nosotros: no como trampolín para mantener un diálogo filosófico.  

Y leímos (podéis volver a escucharlo puslando el play en la imagen) El camaleón camaleónico, de Eric Carle (editado por Kókinos en español).

El camaleón camaleónico es la historia de un camaleón que es como cualquier otro camaleón con el que uno pueda toparse. Va cambiando de color, de verde a marrón, de marrón a rojo y de rojo a amarillo. Cuando ha comido bien y está calentito, tiende hacia el verde; en cambio cuando tiene frío y hambre, se vuelve grisáceo y apagado. Se pasa el día cazando moscas con su agilísima lengua pegajosa y no mucho más. Lleva una vida de la que no hay gran cosa que reseñar. 

Pero un día va al zoo y se queda maravillado con todos los animales diferentes que ve. Echa un vistazo a su alrededor y comienza la acción. Ve un oso polar y desea ser tan grande y tan blanco como él. ¡Zas!, su deseo se hace realidad y crece y se blanquea. 

Ve un flamenco y desea ser tan bonito como él. ¡Zas! Su deseo se hace realidad y le crecen alas y patas de flamenco. Ve un zorro y desea tener una cola como la suya. ¡Zas! 











Su deseo se hace realidad, y sigue deseando hasta que acaba con aletas de pez, cornamenta de ciervo... 


... un cuello de jirafa, un caparazón de tortuga, la cara y la trompa de un elefante y un par de extremidades de foca.


De repente, ve una mosca. Nuestro amigo tiene hambre, pero ¿cómo puede alcanzar la mosca en semejante estado? Desea volver a ser él mismo. Y ¡zas! su deseo se hace realidad y recurre a su estupenda lengua pegajosa para atrapar la mosca ¡y comérsela!









A todos nos hizo mucha gracia cómo iba cambiando el pobre camaleón hasta convertirse en un camaleón-oso-flamenco-zorro-pez-ciervo-jirafa-tortuga-elefante-foca-persona. Observamos que en el cuento el camaleón desea muchas cosas que tienen otros animales pero que él no tiene.  

Este elefante también
quiere ser jirafa, Camila. 
Entonces preguntamos si a nosotros nos gustaría tener algo de un animal o ser un animal. Camila fue la primera en hablar. Ella dijo que le gustaba la idea de ser una jirafa, "para poder coger las cosas sin tener que usar el banquito. Para coger comida, por ejemplo, hay cosas a las que no llego y entonces se lo tengo que pedir a mi madre". Le gustaría ser una jirafa porque le gustaría ser más alta. 

A Xoan le gustaría ser un lobo, "para matar". ¿Por qué quieres matar? Para que así no tenga que gastar dinero. ¿Por qué si matas no tienes que gastar dinero? "Pues porque cuando tengo hambre, voy mato a un cerdo y me lo como y no tengo que gastar dinero". A Xoan le parece más práctico ser lobo, porque así no hace falta tener dinero. Le hemos preguntado si preferiría ser lobo que ser niño. "Sí". Pero después de una pausa, añadió que "el problema es que no podría hacer nudos". El lobo entonces tendría la ventaja de no necesitar dinero para comer, pero la desventaja de no poder hacer nudos.

¿Este lobo no sabrá hacer nudos, Xoan? 

“Y no puede cazar”, ha añadido Tomás. “Cazar sí que puede”, ha dicho Daniel.  “Ah, sí, es verdad”, ha reconocido Tomás.

Hemos preguntado si a alguien más le gustaría ser lobo.

Luis ha dicho que a él lobo no, pero que león, sí, para matar a un lobo. 

A Nico le gustaría ser un pájaro, "porque me gustaría volar". Xoan ha dicho que eso podría ser peligroso porque un águila le podría matar. Entonces yo he sugerido que quizás Nico era un águila. Pero Xoan ha seguido preocupado y me ha dicho a mí que quizás Nico es un polluelo. Le he sugerido que en lugar de hablarme a mí, le hable directamente a Nico. Para salir de dudas Xoan ha preguntado a Nico qué tipo de pájaro va a ser. Nico ha dicho que le gustaría ser un loro arco iris. "Pues te mataría el halcón", ha sentenciado Xoan. Camila ha sugerido que el arco iris le podría servir de escudo. 

Hemos preguntado a Nico que por qué le gustaría volar y ha dicho que porque puede ver muchas cosas desde arriba. Y ¿qué preferirías, ser pájaro o ser niño pero con alas? Nico no ha dudado: ser pájaro. ¿Por qué? ¿Tiene ventajas ser pájaro? ¿Qué no te gusta de ser niño? 

Aquí han llovido respuestas por todos lados. A mí no me gusta ir al cole, porque me aburro. A mí no me gusta ir a natación. 

Hemos decidido generalizar la pregunta. ¿A quién le gusta ser niño o niña? A Daniel, a Tomás, a Camila, a Iosune, a Bruno, a Javier.

Luis ha dicho que ser niño es un aburrimiento porque te quedas todo el rato estudiando en vez de ir por ahí correteando como un león. Esa es una vida mucho más divertida. Hemos preguntado quién está de acuerdo con Luis. 


Daniel ha dicho que no está de acuerdo con Luis. Ha dicho que el león tiene que recorrer el continente y buscar comida.

Luis ha insistido en que está bien ser león, porque tampoco tiene que pagar la comida. 

Iosune ha dicho que ella quiere ser un perro. Enseguida Xoan ha saltado y ha dicho que el león mataría al perro. Xoan ha añadido una pregunta: ¿Qué tiene de divertido ser perro? 

Iosune ha dicho que puede correr muy rápido. No tanto como el lobo, ha dicho Xoan. Cierto es. Hemos preguntado si ser perro tiene algo de malo. Alguien ha dicho que las pulgas. Hemos imaginado que mañana por la mañana nos despertamos y nos damos cuenta de que somos un perro. Preguntamos a Bruno que cómo reaccionaría él. ¿Qué harías? Alguien sugirió que caca. Y posiblemente, sí. Pero ¿cómo se sentiría? ¿Miedo? Bruno no lo tenía muy claro, pero lo que sí sabía es que no le gustaría. Xoan ha dicho que vendría un lobo y lo mataría. Hemos sugerido que quizás no haya tantos lobos en la ciudad para que vayan matando a todo el mundo a diestro y siniestro. 

Cuando Luis ha sugerido que si no hay lobos, también podría matarle un león, hemos decidido imaginar que estábamos en un mundo sin leones y sin lobos. En ese mundo, ¿qué tendría de malo ser un perro? Que te castiguen, ha propuesto. Podría hacer caca donde quisiera, ha dicho Tomás. Hemos preguntado si eso era una ventaja o una desventaja. A él le parece una desventaja. Entonces Camila nos ha contado que ella tiene un perro y siempre, todas las mañanas, se hace caca. Que siempre cuando vuelven a casa, el perro se ha hecho caca, la ha pisado y luego cuando su hermano, que nos explica tiene 11 años (de hecho es Sebastián, que también viene a Filosofía de cuento, pero al grupo de 9-12 años), cuando su hermano va a sacarle, mancha toda la cocina. Hemos preguntado a Camila si cuando pasa eso, lo riñen, o como decía Iosune, lo castigan. Camila ha dicho que más bien lo que hacen en ese momento es decir que nunca más tendrán un perro. 

Luis ha comentado que a un león, por ejemplo, no le castigan nunca. Xoan ha dicho que a los lobos tampoco. 

Entonces hemos dejado de imaginar que somos leones, perros o lobos, y hemos vuelto a ser personas. ¿Qué nos hace falta para ser felices? Xoan ha levantado la mano para decir que a él lo que le hace falta para ser feliz es ser un lobo. ¡¿Cómo no?! Pero como persona. Entonces Xoan ha dicho que a él le hace falta comer. 
Para ser felices hace falta comer, no tener hambre. 
Luis ha dicho que a él lo que le hace falta para ser feliz es morir e ir a Disneyland Paris. Le hemos preguntado que en qué orden le gustaría hacerlo, pero hemos tenido un momento duda. 

Xoan ha dicho que su día perfecto sería un día sin cole. Hemos preguntado a quién más le haría feliz no tener cole y muchísimos hemos levantado la mano. Camila ha añadido que a ella le haría feliz no tener natación. También con la natación el acuerdo ha sido generalizado. 

¿Por qué es mejor un día sin cole que un día con cole? Nico ha dicho que en el cole hay que trabajar mucho y los recreos son muy cortos. A Xoan no le gusta ir al cole porque le aburre. 

En cambio Javier ha dicho que a él sí le gusta ir al cole. Ha dicho que le gusta ir al patio. Hemos preguntado si nos gustaría que el recreo fuera más largo y a Javier le ha parecido buena idea. 

Daniel ha dicho que a él le gusta ir al cole, pero que a veces por la mañana le da mucha pereza. Tomás ha dicho que tienen que dar clase de inglés. Y alguien ha dicho (no logro identificarlo en la grabación) que el rollo es que no tenemos ni un momento para relajarnos en todo el día. 

Parte de nuestra felicidad, entonces, tiene que ver con no trabajar, o con estar relajados. Parece que estamos más felices cuando estamos relajados. 

Xoan ha añadido otra cosa que le parece importante para la felicidad: que no existieran los virus. 

Nico ha dicho que a él le gustaría vivir en el paraíso. Xoan se ha quejado de que Nico "solo está hablando de cosas de hadas". ¿El paraíso es de hadas? A Xoan le parece que sí, pero Nico no está de acuerdo. Tomás ha exclamado que también existe el paraíso tropical  y que eso no es de hadas. 

¿Qué es el paraíso? Una playa con muchos animales y con muchos árboles, ha dicho alguien. Un sitio perfecto, ha dicho Daniel. 

¿El sitio perfecto es igual para todo el mundo? 

Bruno ha dicho que su sitio favorito, su paraíso es su casa, para jugar todo el día en la tablet. 

Luis ha dicho que su paraíso es Disneyland Paris. Hemos preguntado si ha ido a su paraíso. Luis sí, y su hermana María también. Nos ha contado que durmieron en una cabaña donde había un grillo que no les dejó dormir un pelo. 

Iosune ha dicho que su paraíso es su pueblo, porque hay una pradera muy grande y cuando nieva se tiran por la pradera. ¿Nos da más felicidad la pradera abierta que la ciudad? A Iosune le parece que sí. ¿Por qué? Pues porque le hace sentir como un perro. Volvemos al principio. 

Xoan ha querido hablar de su lugar perfecto: la muerte. Le hemos pedido que nos describa la muerte. Estaría rodeado por el león y por muchos felinos y puedes comer y hacer todo lo que quieras. Después de la muerte hay una vida maravillosa, según piensa Xoan. 

Luego Camila le ha preguntado: ¿pero qué pasa si se muere tu madre? ¿y tu padre? ¿y tu familia? Pues no me enteraría porque estaría en el fin del mundo, ha dicho Xoan. Pero Camila ha insistido y ha refinado su pregunta: ¿pero si toda tu familia se muriese y tu estuvieses vivo, ¿qué pasaría? Xoan: pues me buscaría la vida. 

Entonces Luis ha declarado: ¡a mí me gusta la libertad! ¡y a mí! ¡y a mí! Hemos preguntado a Luis qué es la libertad. Su definición: que no tengas que hacer nada y estar haciendo lo que te dé la gana. 

Camila ha dicho que a ella le gustaría dormir todas las mañanas de colegio, porque siempre le cuesta mucho levantarse. Como esta mañana, que se tuvo que levantar y meter en la ducha, pero estaba medio dormida. 

Entonces algunas de las cosas que necesitamos para ser feliz son comer bien, no trabajar mucho, dormir más, tener más libertad, estar relajados. 

Hemos vuelto al cuento del camaleón para hacer otra pregunta completamente diferente sobre el libro. Hemos vuelto a mirar una de las últimas páginas: 
Hemos preguntado si nos parece que esta criatura es un camaleón. Nos ha parecido que no. Alguien ha dicho que es una patata, pero Nico ha dicho que no, que es un camaleón-oso-flamenco-zorro-ciervo-jirafa-tortuga-elegante-foca-persona. A Daniel le parece un camaleón, pero "con detalles". Cree que en esencia sigue siendo un camaleón. Javier en cambio no está de acuerdo, porque no queda casi nada de camaleón. 
¿Qué tiene de camaleón este camaleón?, hemos preguntado. 

Pues poco. El cuerpo, las patas. Pero a Daniel le sigue pareciendo un camaleón con detalles. Él piensa que es un camaleón. Por dentro siente que es un camaleón. 

Luego hemos mirado otra imagen, más cerca del inicio. Y hemos hecho la misma pregunta. Si antes no era, aquí tampoco, ha dicho alguien. 

Hemos ido viendo las imágenes centrales del libro. Algunos hemos dicho que lo que nos parece importante para decir que sigue siendo camaleón es que siga teniendo forma de camaleón. Su aspecto visual, su apariencia, importa para poder referirnos a él como un camaleón. Entonces, mientras mantenga la forma aproximada de camaleón, aunque el tamaño sea diferente, se puede seguir diciendo que es un camaleón. 

Iosune no está muy segura. Dice que incluso con forma de camaleón, hay otras cosas que hacen que ya no se pueda describir como camaleón. Por ejemplo, en la primera transformación, crece y adquiere la piel del oso polar. "Tiene pelo, y los camaleones no tienen pelo porque son reptiles". 

He preguntado que qué pasa si a mi me quitan un brazo. ¿Sigo siendo Ellen? Todos han pensado que sí. ¿Y si me ponen un brazo ortopédico? ¿Sigo siendo Ellen? Sí. ¿Los dos brazos? Sí. ¿Una pierna? Sí. ¿Qué me tienen que quitar para que ya no sea Ellen? Xoan dice que el corazón. Nico dice que la cabeza. Luis dice la vida. Tengo que morir para dejar de ser Ellen.  ¿Y si me cambiaran la cabeza? Luis piensa que seguiría siendo Ellen hasta que muriera. ¿Incluso con una cabeza nueva? Eso no se puede, han objetado. Alguien ha contado que a su tía le cosieron la cabeza. Preguntamos si después de cosérsela seguía siendo su tía, y ha dicho que sí. 

Iosune dice que si me quitaran los huesos tampoco sería Ellen. Luis ha dicho que no está de acuerdo. Estaría más blanda, pero viva. 

Bruno piensa que si se me quitan todas las cosas de dentro del cuerpo, de la carne, ya no sería yo. 

Daniel dice que siempre voy a ser yo, por mucho que me quitasen de partes del cuerpo. ¿Y si me quitasen el cerebro? No serías nada, ha dicho alguien. Daniel piensa que si me cambiaran el cerebro seguiría siendo yo pero con otro humor, otra personalidad. No te reconocerías en el espejo, ni sabrías donde estás, pero seguirías siendo Ellen. 

Este problema filosófico sobre una persona que va cambiando poco a poco y cuándo deja de ser lo que era en un principio, tiene un problema paralelo pero aplicado a los objetos. 

He sacado un dibujo de un barco. En realidad es un barco muy famoso en filosofía. Se llama el barco de Teseo. 
Y podemos contarlo así: 
Imaginemos un barco, como el de la imagen por ejemplo. Cuando lo construyen está nuevo y en perfecto estado. Conforme van pasando los años, ciertas piezas del barco se van estropeando y los dueños las van reemplazando por piezas nuevas para mantenerlo en buen estado. Poco a poco, muy poco a poco, a lo largo de muchos años, los dueños van cambiando las piezas, hasta que un día se dan cuenta de que han cambiado todas las piezas del barco original. No queda ni una pieza original del barco. 
La pregunta es: ¿Sigue siendo el mismo barco? Si la respuesta es "sí", hay que preguntar cómo es eso posible si físicamente no queda ni rastro del barco original. Si la respuesta es "no" hay que preguntar cuándo cambió. ¿Cuándo dejó de ser el primer barco para convertirse en otro? Aunque no lo parezca, es muy difícil responder a la pregunta. 

La forma en que lo hemos ido viendo ha sido con el barco de la imagen impreso sobre un papel. Hemos ido coloreando (muy "mal", según me han dicho, "te has salido", me han recordado) cada una de las piezas que íbamos sustituyendo en rojo. Despúes de cambiar una hemos preguntado: ¿sigue siendo el mismo barco? Y todos hemos dicho que sí. Sí, pero con una pieza de otro color. Hemos seguido. Pasan las semanas, se rompe otra parte, y sustituimos otra pieza. ¿Es el mismo barco? Sí. Seguimos, pasan más semanas, cambiamos otra pieza del barco. Sigue siendo el mismo, estamos todos de acuerdo. Poco a poco, lo vamos sustituyendo todo. Todas las partes son nuevas. ¿Es el mismo barco? 

Daniel piensa que ya no es el mismo barco. Luis está de acuerdo. Si es todo nuevo no puede ser el mismo barco. ¿Cuándo dejó de serlo? Daniel piensa que cuando la mitad estaba blanco, seguía siendo el mismo barco, pero cuando cambiamos un poco más, ya dejó de ser el mismo barco. ¿Estamos de acuerdo? 

Mientras estábamos dibujando, Bruno nos ha dibujado un barco espectacular. ¡Ese sí que era un barco nuevo! 

Por último, muchos hemos querido probar la grabadora. Hemos ido grabando a todos, de uno en uno, y luego hemos reproducido lo que hemos dicho. 
"Hola me gusta Luis, me gusta ser un león, aunque soy un niño." 
"Hola me llamo Xoan, me gusta ser un lobo, aunque soy un niño. Adioooos."
"Hola me llamo Iosune y yo quiero estar en mi pueblo, porque me siento como un perro. Adiós." 
"Caca culo pedo pis moco verde teta gris." 
"Lo que nos hace felices es chuparnos el culo." 
"Hola, Adiós." 

Para seguir pensando sobre este problemita de los barcos, os dejo una segunda parte de la historia. Imaginemos ahora, que el dueño del barco guardó todas las piezas viejas del barco. Las iba cambiando por piezas rojas nuevas, pero guardaba las viejas en un almacén. Un día, mirando todas las piezas viejas en el almacén, arregla un poco las piezas y decide mandar construir un barco con las piezas viejas, igualito que el primero, de aspecto, pero también de material. ¿Cuál es el barco original, el "viejo" rojo de las piezas nuevas o el "nuevo" con las piezas viejas? 

¡Nos vemos este sábado 8 de febrero en La Central, Equipo Agenda! Hablaremos de ratones, de trabajar y de jugar, de por qué hay que trabajar, de si hay algunos trabajos más importantes o valiosos que otros, de si puede haber trabajos que sean como un juego (que te paguen por pasarlo bien), y de mil cosas más que vayan surgiendo en la sesión. ¡Hasta el sábado!