viernes, 16 de septiembre de 2011

Transmisión en vivo de TedX

En este enlace pueden encontrar la transmisión en vivo de todo el evento TedX:
http://tedxrosario.com.ar/ 
Expondré "Exonario" a partir de las 15:30 hs.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Viaje a TedX Rosario


Estoy en Rosario; mañana hablaré en el encuentro de TedX (Tecnología, Entretenimiento y Diseño) Rosario acerca de lo que hago en este blog. Si me es posible, voy a poner el link a las charlas en directo.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Merogenar

(Verbo intransitivo. Del griego méras = parte y gené = nacimiento. Sustantivo: merogenia. Adjetivos: merógeno, merogénico)

Nacer por partes.

Las especies vivientes se reproducen y dan a luz un individuo completo. ¿Por qué no imaginar una especie cuyos ejemplares dan a luz órganos y partes del cuerpo, que luego deben ser ensamblados a voluntad para crear un individuo funcionalmente autónomo? Si existiera una especie con estas características, cada ejemplar sería un producto diseñado en colaboración, y en rigor tendría tantos padres como individuos hayan contribuido con un órgano o un sistema.
Si los seres humanos pudieran merogenar, podríamos escuchar a una futura madre decir las siguientes insólitas palabras: "Estoy embarazada, voy a dar a luz a un hígado". 

El término "merogenar" también puede entenderse en una acepción un poco más tortuosa: podría ocurrir que una persona no naciera completa en un único alumbramiento. Supongamos el siguiente caso: una especie para la cual se necesitan tres embarazos para crear a un único individuo. En el primer embarazo, se da a luz la cabeza y el pecho; en el segundo embarazo se agregan el abdomen y el sexo, y para el tercer embarazo la madre le otorga las piernas. Así, el hijo va adquiriendo sus órganos progresivamente. Si la madre muere antes del segundo alumbramiento, el hijo quedará para siempre en el estado "pecho-cabeza", sin que jamás conozca lo que es tener piernas o estómago.
Podría haber una especie (tal vez extraterrestre) en la cual cada ser que nace forma parte de un super - individuo, con lo cual cada nuevo nacimiento es en realidad un agregado a ese super - individuo.

No confundir merogenar con poligenar. Se poligena cuando se nace muchas veces de manera completa; se merogena, en cambio, cuando se nace por partes en varios alumbramientos.

martes, 13 de septiembre de 2011

Pecugrinar

(Verbo intransitivo. Del latín pecunia = dinero y ager = campo)

Ir de comercio en comercio sin hacer compras por la imposibilidad de cambiar un billete grande. 

Existe una ley de economía doméstica que parece cumplirse a rajatabla: toda moneda o billete de baja denominación tiende a transferirse de manos de los consumidores a la caja de los comerciantes. Monedas y billetes de dos pesos se van pero rara vez vuelven. Llega un momento en que, por más colaborativos que seamos con el cambio, nos quedaremos con billetes de cien pesos y ninguna moneda. En ese instante pueden ocurrir dos cosas: o bien el comerciante acepta el billete grande (bufando, o haciendo gestos de enojo) y nos devuelve un sinfín de billetitos y monedas, o bien nos dice "no tengo cambio", o "no te voy a cambiar cien pesos por comprar un par de miñones" y nos obliga a pecugrinar. En esa desesperante circunstancia nos vemos compelidos a calcular en qué negocio nos aceptarán el billete; peregrinamos de panadería en kiosco para encontrar la chance de un alma bondadosa y llena de cambio. Andamos como leprosos, con el estigma de un billete a cuestas.
A veces, como si en efecto fuéramos víctimas de una enfermedad, los comerciantes evitan que andemos pecugrinando, pero ofrecen una solución aceptable aunque potencialmente peligrosa: nos dan el producto que queríamos comprar, pero piden que se lo paguemos después, cuando consigamos cambio. En ese tren puede ocurrir que le debamos (involuntariamente) al kiosquero, al almacenero, al verdulero, al farmacéutico, al carnicero, al panadero de la esquina y al panadero de media cuadra: en cada lugar al que vamos a hacer nuestras compras cotidianas, miran horrorizados nuestro billete y proponen que le paguemos más tarde. Esta solución es perversa, porque terminamos debiendo dinero aun cuando disponemos de dinero y tenemos la intención de pagar, además de que corremos serio riesgo de olvidar la miríada de pequeñas deudas que hemos sembrado. Nos convertimos en involuntarios morosos, y nos veremos obligados a pecugrinar para pagar esas deudas, so pena de enemistarnos con los comerciantes del barrio, actitud esta última poco recomendable para la supervivencia.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Ciberchovinismo

(Sustantivo. Del griego cybernetés = gobernante, piloto de barco, resemantizada durante el siglo veinte para referirse a todo proceso relacionado con la inteligencia artificial, y chauvin, del apellido de Nicolás Chauvin, patriota francés de la era napoleónica)

Creencia según la cual la vida consciente propia de la inteligencia artificial es mejor que cualquier otra vida consciente.

Para que esta palabra nombre un auténtico chovinismo, es necesario que esa creencia sea sostenida por los propios sistemas de inteligencia artificial. Si un sistema informático avanzado pudiera comunicarnos la siguiente creencia: "Es muy agradable ser una conciencia cuyo soporte consta de chips de silicio; es mucho mejor que ser una conciencia en un cuerpo biológico", podríamos preguntarnos en qué se basa para establecer semejante comparación: sólo puede saber cuál vida es 'mejor' (y todo depende de qué se entienda por 'mejor') si ha experimentado ambos tipos de vida. Le podremos llamar la atención acerca de ese hecho, pero todavía puede hacer una jugada chovinista superior: el sistema informático podría decidir que la única vida consciente real es la que tiene él y otros sistemas similares, mientras que los seres biológicos sólo tenemos -según su versión- remedos fugaces e imperfectos de conciencia; apenas unos destellos tenues y grisáceos.

Si el grado de conciencia pudiera medirse, entonces tendría sentido hacer una comparación y aceptar el dictamen de que hay conciencias 'mejores' o 'peores'. En este punto conviene hacer una reflexión conceptual: ¿qué sería un "mejor grado de conciencia"? La conciencia parece mas bien algo de "todo o nada": está o no está. Piense en su estado consciente actual, en el momento en que lee estas líneas. Ahora imagine que las está leyendo usted mismo, pero con 'más conciencia' o con una 'conciencia mejorada'. ¿Qué estaría imaginando exactamente? ¿Qué quiere decir ser 'más conciente' de algo (por ejemplo, de estas mismas palabras)?
Quizás el problema básico es que sólo tenemos un estado consciente mínimo y frágil, y por ello nos resulta imposible imaginar un estado de conciencia superior.

Conviene prevenirse de una malinterpretación de los términos 'mejor conciencia'. El sistema informático podría decir: "Mi conciencia es mejor que la de los seres vivos porque no siento dolor, y ellos sí". Pero esto es una falacia: que un ser vivo sienta dolor no indica que allí hay menos conciencia, sino justamente lo contrario. No decimos que una 'mejor conciencia' signifique 'más sensaciones agradables', sino otra cosa. El problema es que no podemos definir qué cosa. Quizás 'mayor conciencia' signifique 'mayor relación con el mundo', o 'mayor capacidad de relacionar hechos actualmente percibidos con sus causas y consecuencias', o algo por el estilo. En ese sentido, quizás un termostato (que se relaciona con el mundo a través de ciertas cotas de temperatura) sea consciente, pero en un grado mínimo, mientras que los animales como las babosas lo sean en un grado un poco mayor y así hasta culminar en el operador informático cuya conciencia sería pretendidamente superior.
Pero quizás haya un problema con la definición de 'mejor conciencia': no se debe confundir la conciencia con la inteligencia. Sin embargo, parece que en los ejemplos dados, la escala no habla de una 'mejor conciencia', sino de una 'mayor inteligencia'. Una babosa es menos inteligente que un perro, y un perro es menos que un humano. Pero resulta que no hablábamos de inteligencia, sino de conciencia. No hemos encontrado una definición satisfactoria para 'más / mejor conciencia'.


 Todavía no debemos enfrentarnos al ciberchovinismo, pero no es improbable que en pocas décadas debamos soportar la brutal discriminación de la inteligencia artificial.

(Este término fue sugerido por Douglas Hofstadter y Daniel Dennett, en la recopilación "El Ojo de la Mente", en una de cuyas lecturas se habla del 'biochauvinismo'. De allí nace la noción complementaria, que es la que se define en esta entrada)

viernes, 9 de septiembre de 2011

Ectoerotismo / Ectoorgasmia

(Ectoerotismo: sustantivo. Del griego ecto = por fuera y eros = atracción sexual)

Placer sexual sentido en alguna parte fuera del propio cuerpo. 

Aunque la etimología parece bastante transparente, la definición resulta difícil de captar si no se la ejemplifica.
El placer y la excitación sexuales están asociados a determinadas actividades con ciertas partes del cuerpo. Pero, ¿qué ocurriría si una persona pudiera sentir placer erótico en una pared que está siendo rayada por un lápiz, o en el trapo que friega el lavadero, o en la aguja del segundero? En un caso así, esa persona siente algo por fuera de su propio cuerpo: la sensación erótica está depositada en la relación entre esos objetos.
Que al coito se le haya unido una experiencia placentera puede ser explicado mediante un proceso evolutivo, pero en sí no hay nada de especial en el acto sexual. Supongamos que ese mismo placer fuera depositado en otros procesos igualmente arbitrarios, o que en un futuro no lejano se invente un aparato que permita sentir placer sexual a partir de cualquier relación entre objetos externos y sin contacto con el propio cuerpo: el pincel pasando sus cerdas sobre la hoja, el martillo golpeando en el hierro o dos teléfonos celulares uno encima de otro. Imagine que un vaso llenándose de agua le generara exactamente la misma sensación que un orgasmo. En ese caso tendría una experiencia ectoerótica, y el orgasmo podría llamarse ectoorgasmo.
En rigor, el ectoerotismo no necesita siquiera que haya dos objetos relacionados o en movimiento: basta con un único objeto, inmóvil, que por alguna razón provoque sensaciones eróticas.

Si usted siente lo que le pasa a una pared cuando es rayada con un lápiz, ¿es usted el que está sintiendo, o es la propia pared la que siente? Los términos aquí definidos premiten jugar con esa ambigüedad.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Chupipasta

(Adjetivo. De chupe = bebida alcóholica y pasta = pastillas)

Dícese de la persona que yuxtapone o combina elementos inconexos, inoperantes o contraproducentes.

La palabra "chupipasta" parece indicar que los actos son producto de una intoxicación con drogas y alcohol, pero de hecho esto no tiene por qué ser así: podemos llamar chupipasta a quien actúa manera desatinada por simple distracción o, incluso, a alquien que realiza esa yuxtaposición de manera consciente.  

Usos: "En este supermercado la leche descremada está en la misma batea junto con los caramelos de menta. El repositor debe ser un flor de chupipasta". "Mi alumno es un chupipasta: en el examen le pregunté en qué año nació Sócrates y me explicó que los griegos tenían una vida democrática y que el agua es la combinación de dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno"

A veces se llama "chupipasta" a una persona cuyo comportamiento es demasiado correcto: "Uy, pero qué chupipasta es este tipo, colocó el tenedor a la izquierda y el cuchillo a la derecha"

lunes, 5 de septiembre de 2011

Econoclasta

(Adjetivo. Del griego oikos = casa y klastés = rompedor)

Quien revela en público secretos de su propia familia. 

Por lo general las reacciones caprichosas y arbitrarias de un hijo malcriado, las fortunas malhabidas de un abuelo, los engaños amorosos de una madre o la violación a la mucama por parte del padre se suelen mantener en silencio dentro de un reducido círculo íntimo familiar. Si salen a la luz, es porque alguien habló de más o confió en la persona equivocada: es raro que un integrante de esa misma familia decida exponer las miserias del círculo del que forma parte, a menos que se trate de una situación límite.
Sin embargo a veces, sin que medie una intención heroica o informativa, un marido cuenta cómo hizo su esposa para estafar a inmigrantes, o una madre revela de qué modo su hijo aprobó el examen gracias a una amenaza a los docentes, o el sobrino explica qué hace el tío pacato todos los domingos después de ir a misa: visita prostíbulos y se hace aporrear por el látigo de una madama. En lugar de realzar lo bueno de su entorno, decide relatar miserias que lo avergüenzan de forma más o menos directa y lo convierten en cómplice: si un marido relata cómo hacía su esposa para estafar, de inmediato nos surge preguntar por qué no reaccionó, o cómo detuvo esa acción aberrante, o incluso por qué no se separó. El econoclasta hunde a los que lo rodean y no se da cuenta de que también él se hunde con sus revelaciones.  

Desde luego, para ser econoclasta no es necesario que se cuente un hecho sumamente aberrante. Basta con dar detalles innecesarios o antiestéticos relacionados con la convivencia cotidiana: "Mi mujer tiene unos pelos en las piernas que parecen de caballo"; "No sabés las verrugas que le salen a mi hijo en el trasero". "Mi esposa es muy bella, sí. Pero ronca. Y la cara que tiene a la mañana da miedo".

(De acuerdo a la etimología, esta palabra debería ser "Ecoclasta" y no "Econoclasta". Hay una sílaba intermedia [-no-] que se ha agregado para que el término tenga resonancias con "Iconoclasta" )

jueves, 1 de septiembre de 2011

Huoquitoqui

(Adjetivo y sustantivo. De la fonética de la voz inglesa "walkie talkie", transmisor - receptor portátil)

Dícese de quien habla moviéndose a través de varios ambientes sin tener en cuenta la distancia, el volumen o el ruido. 

Muchas personas dialogan mientras realizan las tareas hogareñas; van de la habitación al baño, del baño al lavadero y del lavadero al patio del fondo. No se dan cuenta de que su interlocutor está sentado sobre el sofá, o trabajando en la computadora del estudio, o se está duchando y en algún momento ya no pueden oírlas. Sin embargo, no se inmutan: continúan con su relato sin levantar el volumen ni hacer pausas, sin importarles que desde mucho rato antes están hablando solas. A los huoquitoquis hay que seguirlos por toda la casa, porque cuando descubren que nadie los oye se sienten ofendidos.  Si les decimos "no puedo escucharte", nos pedirán que abandonemos nuestro lugar puntual para peregrinar junto a ellos a lo largo de la casa.
El término se aplica, también, al caso contrario: al que habla desde un punto fijo mientras su interlocutor tiene que moverse por las actividades que realiza. Por eso, necesitamos exponer la definición complementaria:

Dícese de quien habla desde un lugar puntual sin tener en cuenta que su interlocutor se está moviendo a través de varios ambientes y no puede oirlo.


martes, 30 de agosto de 2011

Nadádiva

(Adjetivo. De nada y dádiva. Adjetivo: nadadivoso)

1. Dádiva o donación exigua que no provoca diferencia en quien la recibe. 
2. Capacidad de fingir que se está dando una ayuda espontánea.

Muchas empresas comerciales hacen publicidad de la colaboración que realizan a escuelas, hospitales y hogares. Aunque se trate de multinacionales que facturan decenas de miles de millones, tales empresas sólo donan una pelota de fútbol, tres banderines, una botella de alcohol y dos paquetes de pan lactal. Cada uno de los productos donados tienen el logo, los colores y las calcomanías que publicitan los productos. La empresa, además de dar una nadádiva correspondiente a la acepción 1, lo hace en lo que respecta a la acepción 2: no dona de manera espontánea, sino a cambio de eximirse de una obligación impositiva.

El adjetivo "nadadivoso" se aplica también a personas particulares:

Nadadivoso: Quien no es reconocido como buen anfitrión

El amigo que rara vez nos invita a su casa, y cuando lo hace no nos ofrece siquiera la silla para sentarnos y mucho menos un vaso de agua, y aun menos una galletita, es un nadadivoso.  No lo hace de tacaño; simplemente siente que no está obligado a atender bien a sus invitados.

lunes, 29 de agosto de 2011

Nota en un portal de Rosario

El 16 de septiembre estoy en TedX, un evento multimedia donde expondré lo que hago en este blog.
Compartiré cartelera con Alfredo Casero, Martín Lousteau y Darío Sztajnszrajber.

Esta es la nota que salió en un portal de noticias de Rosario acerca de mi participación.

viernes, 26 de agosto de 2011

Núlisis

(Sustantivo. Del griego nous = mente y -lisis = destrucción. Adjetivo: nulítico)

Desbaratamiento de un proceso conceptual o creativo por la irrupción de un hecho externo que requiere atención inmediata.

A veces de manera espontánea empezamos a encadenar razonamientos con la firme intención de llegar a alguna conclusión útil; o barajamos ideas para escribir un cuento que tal vez se convierta en novela; o pensamos las primeras premisas para la demostración de un teorema, o nos damos cuenta de que estamos recordando paso a paso, como si se desenrollara de a poco, el sueño que tuvimos anoche. En mitad de estos procesos puede sonar un timbre o el llanto urgente del bebé; o podemos descubrir que una araña grande camina por la pared de la habitación. Una vez que estos hechos irrumpen, se desorganiza la labor mental; las ideas se vuelven confusas e inertes y las conclusiones parecen ya irrecuperables. Ha ocurrido un proceso nulítico. Después de la núlisis, sólo queda espacio mental para atender la puerta y recibir a la tía solterona, dar de comer al bebé o matar a la araña, ya sin ambiciones creativas o conceptuales.

En realidad el mundo externo interrumpe siempre o casi siempre nuestra labor mental. Sólo que pocas veces esa labor es realmente creativa y merece nuestro concienzudo trabajo. La núlisis se aplica sólo a estos raros casos, no a cualquier tipo de interrupción.

Término relacionado: Irenofagia.


martes, 23 de agosto de 2011

Melanobio / Atrobio

(Sustantivo. Del griego mélas = negro y bios = vida, ser vivo. Puede aceptarse la variante latina: aterobio o atrobio, del latín ater = negro, oscuro y bios)

1. Ser que no posee contacto con la realidad exterior. 

Una especie que estuviera conformada por huevos que se reproducen y dan a luz otros huevos, sin ningún contacto con el medio ambiente y sin que jamás esos huevos eclosionen, sería un ejemplo de melanobio. Un cerebro que estuviera encerrado en una caja, estimulado mediante impulsos eléctricos, sin sentidos que lo comuniquen con el mundo también entraría en esta definición. El melanobio tiene estados conscientes, pero estos estados están dirigidos a su propia interioridad.

2. Ser cuyos estados conscientes son sustancialmente diferentes al de los seres vivos conocidos por el hombre.

Normalmente entendemos a la conciencia y la autoconciencia como estados en los que un ser vivo se percata de lo que ocurre en su medio ambiente y de lo que ocurre en su propia mente. Los estados mentales tienen la característica de ser intencionales y recursivos: se dirigen hacia algo (de ahí que son intencionales) y ese algo al que se dirigen puede ser ese mismo estado mental (de ahí que son recursivos). A su vez, en el estado mental existen representaciones sensoriales: es posible imaginar un color, un sabor, una forma compleja. ¿Qué ocurriría si encontramos un ser inteligente cuyos estados mentales difirieran por completo de los nuestros en esos aspectos esenciales? Quizás dudaríamos en llamarlo "inteligente" o "consciente" en el sentido usual del término. ¿Cómo sería una conciencia no intencional, no representativa y no recursiva? Si pudiéramos imaginar un ser así, habríamos podido pensar en un atrobio. La paradoja es que, para pensarlo, necesitamos representarnos de algún modo cómo es ser consciente sin tener representaciones, lo que implica que debemos representarnos el hecho de no representarnos nada.

3. Objeto inanimado que posee conciencia. 

En los cuentos de hadas las ollas, los vasos y las piedras tienen a veces algún tipo de conciencia. Como bien observa el filósofo L. Wittgenstein, en los cuentos sabemos que ciertos objetos son conscientes porque pueden hablar. Supongamos que, después de todo, los sillones tienen "pensamientos muy profundos" (el ejemplo también es de Wittgenstein) pero no pueden expresarlos. El sillón tampoco posee sentidos que lo comuniquen con el exterior. Por lo tanto, si los sillones, las mesas, las piedras, los planetas, las notas musicales, los números o los rayos cósmicos tienen algún tipo de vida consciente, los llamaremos atrobios.

lunes, 22 de agosto de 2011

Conmicto

(Adjetivo. De con y micción)

Persona que orina a la par de uno en los mingitorios y con la cual a veces se intercambian algunas palabras.

Los varones (y no las mujeres) a veces tienen la posibilidad de un contacto social mientras orinan en un baño público. La vecindad, la posición, el punto de vista y la ejecución compartidas ante el mingitorio a veces ameritan un comentario o un breve diálogo. Si es a la salida del cine, el conmicto da una breve apreciación acerca de la película. "Qué cagazo al final cuando aparecieron los extraterrestres", dice mientras evacua. "Sí, aunque no me gustó que vinieran los marines, eso es muy yanqui", contesta uno a gusto, porque la charla es oportuna y puede continuarse mientras se acomodan los cierres del pantalón, se lavan las manos y se sale del cine. El conmicto no se amedrenta ante la incomodidad de la situación, y trata de superarla evitando la mención al propio acto de orinar.  

Algunos conmictos, sin embargo, incomodan a sus vecinos: hacen comentarios chuscos o polémicos, o miran fijamente alguna parte de su cuerpo y gesticulan, o violentan el espacio físico de sus conmictos, o se mueven demasiado, o largan su chorro desde muy lejos y salpican, o tratan de evangelizar sosteniendo el pene con una mano y la biblia con la otra.

jueves, 18 de agosto de 2011

Bichigún

(Sustantivo. De la interpretación errónea que realiza el teclado predictivo de un celular cuando se escribe la palabra "bichito")

Interpretación errónea, arbitraria y sin sentido que realiza el teclado predictivo de un teléfono celular o IPhone. 

Cuando se escriben mensajes de texto muchas veces es conveniente desactivar la opción predictiva, porque al tipear una palabra que no está en el diccionario del teléfono, comienzan a aparecer opciones inverosímiles y sin significado. Así, si usted tipea "cocoliche", le aparecerá "cocochd"; si tipea "busarda", el teléfono le pondrá "curaseb", y si tipea "aaskhdaoie" aparecerá "carlidange". Como puede observarse, aun si tipeamos algo que no tiene sentido, el resultado será igualmente una frase sin sentido, pero diferente a la que quisimos tipear.  A veces, el teclado predice un resultado que no existe a partir de una palabra muy común y de mucho uso. Si uno tipea las teclas para formar la preposición "en", es esperable que la primera opción sugerida sea, precisamente, esa preposición. Sin embargo, algunos teclados proponen "eo", como en este ejemplo, sin dar lugar a otra posibilidad.

También, por extensión, un bichigún es cualquier palabra que elija poner el teclado predictivo o el corrector automático de un procesador de textos y que cambie drásticamente el sentido original de la frase. En este caso, los bichigunes tienen sentido, pero está tan desfigurado de la intención inicial que puede generar estupor y malentendidos feroces. Si usted tipea "Estoy con Zulma en el patio" y el procesador interpreta: "Estoy con sunga en el patio", es posible que alguien crea que usted es un pervertido. 

lunes, 15 de agosto de 2011

Picarajo

(Sustantivo. De pícaro, ajo, picar, carajo, pizca, rajo, pis, pizza, cara y barajo)

Palabra formada por una multitud de componentes etimológicos superpuestos. 

Si uno rastrea la etimología de la palabra "nostalgia", puede encontrar que contiene dos étimos: "nostos" y "algéo". Ambos componentes no se superponen: "nost-" deriva de "nostos", y "-algia" de "algéo". Cada parte de la palabra tiene una etimología separada, sin que haya superposición. Sin embargo, algunas palabras (por lo general neologismos informales inventados con un propósito humorístico) tienen derivaciones superpuestas, como vinculiar (de vincular y culiar) y carcagada (conformada por carcajada y cagada). En Exonario tenemos averracante (conformada por verraco y aberrante), catastráfico (formada por catastrófico y tráfico), carcagada (conformada por carcajada y cagada), o la propia palabra picarajo.


jueves, 11 de agosto de 2011

Sondograma

(Sustantivo. Del griego soma = cuerpo; endos = interior y gráma = escritura)

Letra, palabra o mensaje escrito en algún órgano o parte inaccesible del cuerpo.

En la película Un hombre serio (A Serious Man, 2009) de Joel y Ethan Coen, un dentista descubre que uno de sus pacientes tiene un mensaje escrito en el lado posterior de sus dientes: una letra hebrea por cada pieza dentaria. Ese mensaje es un sondograma. Si descubriéramos que nuestros huesos, pulmones, corazón o hígado contienen una clara conjunción de letras en algún idioma, también los llamaríamos sondogramas. Para que califiquen como tales, es menester que no hayan sido escritos por el individuo que los posee (esta condición se cumple debido a la inaccesibilidad del mensaje), ni por una mano externa en algún momento de nuestra vida, y que estén impresos en algún lenguaje natural. No cuenta como sondograma el tatuaje hecho en el cráneo durante la lactancia y que se descubre sólo a los cuarenta años cuando se declara la calvicie, ni la interpretación arbitraria que podría hacerse del trazado de nuestras venas y arterias (quizás entre los ríos y deltas de nuestra sangre puede encontrarse una conjunción de letras en algún idioma, pero esto sería puramente casual). 
Puede pensarse que los sondogramas tienen origen divino. Así se lo interpreta al menos en la película Un hombre serio. Sin embargo, puede que en un futuro no muy lejano las personas nazcan con alguna condición extraordinaria gracias a ciertos avances en la genética, y en ese caso es posible que los niños lleven alguna marca identificatoria en sus órganos que indique cuál es la modificación genética a la que fueron expuestos antes de nacer o incluso antes de ser concebidos.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Necrómero

(Sustantivo masculino. Del griego nekrós = muerto y hémera = día)

Día en el cual no pueden esperarse acontecimientos importantes, felices o productivos. 

No todo día puede ser "un gran día", al decir de Joan Manuel Serrat. Existen mañanas que nacen condenadas, ya sea por la realización de una actividad estéril, monocorde y esforzada, o por condiciones subjetivas como el cansancio, el malhumor, el desgano, la apatía o la enfermedad. Si uno se despierta a la mañana con dolor de espalda y de cabeza, ya sabe que no tendrá entusiasmo ni empeño para limpiar el garage o escribir una pila de informes. Sabe, también, que los dolores le traerán mal humor y puede predecir sin temor a equivocarse que el transcurso de las horas sólo empeorará las cosas: más cansancio, más incomodidad, más mal humor. El día está perdido desde temprano, como si hubiera nacido muerto. Debe sumarse a todo esto que durante los necrómeros una persona está expuesta a cometer más errores que en otros días, con lo cual una buena parte de lo (poco) hecho habrá que hacerlo nuevamente.
Una sucesión de necrómeros deja el espíritu vacío y disminuye la calidad de los pensamientos. Durante los necrómeros no suele haber tiempo ni estado de ánimo para oasificar.

Esta definición se superpone parcialmente con la noción de "nefasto", adjetivo que suele acompañar al sustantivo "día". Pero en "día nefasto" no está ausente la posibilidad de que ocurra algo productivo o mínimamente satisfactorio (como sí ocurre con la definición de "necrómero), y mucho menos si se tiene en cuenta el significado inicial de la expresión "día nefasto", cuyo significado es "día dedicado a la adoración de los dioses y al ocio creador"

martes, 9 de agosto de 2011

Vergador

(Sustantivo. De verga = pene)

Entidad metafísica cuasidivina que provoca el nacimiento de bebés varones.

Ejemplo de uso: "Todas las jóvenes de la tribu han tenido varones y ninguna niña este último año. Se ve que ha pasado el vergador por aquí". En esta acepción, se considera que la masculinidad implica un don divino, mientras que el sexo femenino sólo existe por defecto.

Si un grupo de mujeres se despierta de un día para el otro con el sexo cambiado de manera inexplicable, puede decirse también que ha pasado el vergador. 

A veces se emplea este término como sinónimo de semental. Sin embargo, no es la acepción correcta. Un semental no necesariamente es fértil, y aun si lo fuera no implica que su descendencia sea masculina. En todo caso, puede utilizarse para referirse a un semental que sólo procrea varones (también futuros sementales)

lunes, 8 de agosto de 2011

Rajoso

(Adjetivo. De raja. Es voz malsonante)

Quien tiene el espacio entre glúteos demasiado largo o pronunciado. 

Ese espacio (llamado también "raya") se denomina perineo. Algunas personas lo tienen discreto, y por eso jamás se les asoma a través de esa indecisa franja entre el final del pantalón y el comienzo de la remera. Otras personas, en cambio, se enrajan con facilidad (a veces por culpa de su enchulenguizamiento) debido a que su perineo se extiende desde muy abajo hasta alguna parte casi inocultable de la espalda.
Los rajosos andan por el mundo condenados a comprobar con sus manos que el pantalón no se haya bajado cuando se agachan, dejando al descubierto la parte superior de las nalgas y el perineo.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Fronfón

(Sustantivo masculino. Del griego phroneó = pensar y -phonos = sonido. Plural: fronfonos)

Ruido que realiza la computadora cuando está trabajando su disco rígido. 

El fronfón es el sonido que hace el ordenador "cuando piensa". A veces, el fronfón va acompañado de un ralentizamiento o incluso un bloqueo completo de las funciones. Desde luego, un fronfón no implica que la computadora esté haciendo un proceso análogo al del pensamiento, aunque resulta llamativo y sugerente el hecho de que el sonido se escucha cuando se le da a la computadora una orden de ejecución complicada, o cuando "su mente" parece quedar atrapada en algún bucle.
Los fronfones son tipos de tecnomatopeyas.

¿Es posible que el pensamiento humano y animal generen algún tipo de (normalmente inaudible) sonido? Si esto fuera así, nuestra mente estaría generando fronfonos y es plausible que alguien, con un instrumento adecuado para amplificar el sonido y cierta práctica, pudiera descifrar el trajinar de nuestros pensamientos.

(He leído que una persona escuchaba un "flush flush" cada vez que se concentraba en algo. Eso era porque en su cabeza tenía vasos sanguíneos inusualmente grandes, y trabajaban con más fuerza mientras pensaba. Si esto es cierto, estamos ante un caso humano de fronfón)

martes, 2 de agosto de 2011

Vomesaca

(Adjetivo y sustantivo.De "¿Vos me sacaste?")

Costumbre de revisar estanterías, frascos y cajones para tomar sumas pequeñas de dinero.

En Chile se utiliza el término "bolsiquear" para referirse a la acción de registrar bolsillos para sacar lo que hay dentro, aunque el diccionario no da más detalles. Se supone que "bolsiquear" es una acción furtiva, hecha siempre a espaldas del dueño del contenido del bolsillo. La actitud vomesaca no necesariamente implica este aspecto furtivo, y no se refiere al contenido privado del bolsillo, sino a ciertos objetos y lugares de la casa que no son propiedad de un único habitante: una familia vomesaca (aquí usamos el término como adjetivo) es aquella en la que hay un acuerdo tácito para sacar y utilizar el dinero encontrado, si es que este dinero se ha dejado en un lugar visible y colectivo. Las monedas del vuelto que quedan sobre la biblioteca o sobre la heladera; los billetes de baja denominación dentro del jarrón o en la alacena junto a las galletitas pueden ser usados para menesteres cotidianos, sin necesidad de preguntar de quién son o por qué los han dejado ahí: como si esa actitud de "dejar a la vista", en un lugar indefinido, concurrido y poco propicio para guardarlo implicara que el dinero se ha convertido en propiedad común. El acuerdo tácito entre los vomesaca implica que ninguno de ellos pueda protestar si se usa un dinero dejado en cualquier parte pública de la casa.
Es esencial a la actitud vomesaca que el dinero tomado nunca es la totalidad de lo que hay: si encuentra ocho pesos, tomará tres o cuatro. Debe tenerse en cuenta que esa totalidad es exigua y está conformada por vueltos y monedas.
Desde luego, si desaparece un gran ahorro del placard o de una caja fuerte, ya no estamos hablando de la actitud vomesaca, sino de un robo.

lunes, 1 de agosto de 2011

Nuliscipio

(Sustantivo. Del latín nullus = nada, ninguno y capio = tomar, apropiarse mentalmente. Adjetivo: nulisceta)

Incapacidad para retener una información elemental.

Sea por cansancio, por una patología o por distracción permanente, hay personas que son refractarias a cualquier dato o noticia nueva: aunque se les comunique algo con insistencia, ellos se comportarán como si nunca se les hubiera dicho una palabra. "¿Cómo estás?", nos pregunta un pariente. "Y, estoy con una bronquitis complicada", respondemos. Al rato el mismo pariente nos vuelve a preguntar cómo estamos y le repetimos: "Estoy con una bronquitis", "¿Tenés bronquitis?", pregunta asombrado. Un rato después, el mismo pariente nos pregunta cómo va nuestra descompostura de estómago. No importa cuántas veces le repitamos cuál es el padecimiento: él jamás nos escuchará.
Hay personas a las que no se les puede encargar un simple mandado porque, además de padecer nuliscipio, no usan anotadores para evitar el olvido. "Hay que comprar cien gramos de mortadela", le decimos al nulisceta. Este último no sólo nos preguntará diez veces qué hay que comprar, sino que, además, cuando está en el mercado no recordará qué le habíamos pedido.
El peor nulisceta es el que no se da cuenta de su nuliscipio, es decir: a partir de su incapacidad para retener un dato, elige inventarlo. Eso ocurre con quien en el supermercado, en lugar de preguntarse qué había que comprar, decide traer un escobillón (en vez de cien gramos de mortadela), o Reliverán (en lugar de un antibiótico para la bronquitis).
En algunos casos hay nuliscipio selectivo: ciertas personas no pueden retener datos de determinado tipo, mientras que se comporta normalmente en otros respectos. Suele ocurrir con nombres y profesiones de las personas.

jueves, 28 de julio de 2011

Infraficio

(Sustantivo y adjetivo. Del latín infra = debajo y facio = hacer.)

Dícese de la acción o del conjunto de acciones que están por debajo del mínimo crítico para ser efectivas.

Comer un grano de arroz, lavarse la mejilla izquierda todos los días o leer un renglón de una revista de astrofísica son claras acciones infraficias si lo que se desea es paliar el hambre, mantener el cuerpo limpio o ser experto en astrofísica, respectivamente. Ciertas acciones deben aplicarse no sólo de forma sistemática, sino también masiva e insistentemente. "Todos los días hago ejercicio. No entiendo por qué no me baja la panza", puede quejarse un deportista amateur sin decir mentira. Sin embargo, si sólo ejercita los bíceps, y si su trabajo aeróbico consiste en correr doscientos metros hasta el gimnasio, entonces su ejercicio es claramente infraficio. Su actividad, por muy insistente que sea, es inoperante para el resultado esperado.

Algunas personas enmascaran el nulo resultado simulando que la acción es acumulativa. "Me como un grano de arroz cada día. En cinco años, me habré comido diez platos", pueden decir, dando a entender que diez años es un tiempo más que suficiente para saciarse con granos de arroz (¡Cualquiera se saciaría con diez platos de arroz!) He aquí, entonces, la falacia acumulativa: cuando una acción es infraficia, no se acumula; cualquier razonamiento que esté sustentado por la creencia de que hay resultados acumulables en una acción infraficia, está destinado al fracaso.

Un ejemplo evidente tiene que ver con las bolsas de polietileno. Desde los supermercados se alienta al uso de las "bolsas ecológicas". Se supone que una bolsa ecológica permite ahorrar centenares de las otras bolsas, que son contaminantes y no biodegradables. Es cierto que el cliente que usa una "bolsa ecológica" no usará unas cuantas de las otras. Pero eso no significa que haya un impacto masivo en la disminución del uso del polietileno. Las cien o doscientas bolsas que el cliente no usará no se acumulan y no conforman un número crítico para reducir el uso del polietileno. Además, casi cada producto de góndola contiene polietileno. Si el cliente lleva diez productos (yerba, leche, fideos, carne, yogur, galletitas...), se llevará consigo diez bolsas (pues cada producto individual viene empaquetado en polietileno). ¿Qué diferencia crítica puede hacer si a esas diez bolsas de polietileno se las pone dentro de una "bolsa ecológica" para llevarlas a su casa? Para que haya un verdadero impacto, deberían reemplazarse todos o la mayoría de los empaques de polietileno. Esta falacia se utiliza a menudo para medir los impactos de ciertas actividades ecológicas: "Reciclá cien kilos de papel y salvá diez árboles", dice un eslógan. Sin embargo, para salvar a los árboles no basta con imaginar el impacto acumulativo de nuestra actividad ecológica doméstica: las empresas fabricadoras de papel se encargarán de derribar esos diez árboles que creíamos haber salvado, porque poco les interesa nuestra tibia intención ecologista.

martes, 26 de julio de 2011

Circulustro

(Sustantivo. Del latín circum = alrededor y lustrare = ilustrar, describir)

Circunloquio descriptivo que evita mencionar a alguien en particular, pero cuya descripción sólo puede referirse a una única persona.

Los comisarios suelen utilizar el circulustro con el presunto objetivo de dar una información relevante, pero tratando de no individualizar a alguien en particular. Sin embargo, su propósito se ve malogrado cuando la información es tan detallada que sólo puede describir a un único sujeto, el mismo que se intentaba mantener en anonimato. "El individuo masculino que dice haber sido futbolista y director técnico de la selección nacional quien en el año ochenta y seis fuera una pieza clave para que Argentina gane la copa mundial, dice haberse encontrado ante la imagen de un hombre que murió hace dos mil años en una cruz y portaba una corona de espinas. Dice que la imagen intentó arrebatarle la billetera. El primer sujeto forcejeó con la imagen del segundo; acto seguido terció una persona de sexo femenino, madre del sujeto crucificado, portadora de un manto celestial y una diadema luminosa, quien reprendió severamente al individuo de corona espinada. Ambos desaparecieron y el primer individuo radicó la denuncia en esta comisaría"
Casi sin esfuezo puede entenderse que los tres personajes nombrados son Diego Maradona, Jesús de Nazareth y la virgen María. Sin embargo, el circunloquio evita mencionarlos aunque la descripción refiera a ellos inevitablemente.

lunes, 25 de julio de 2011

Ásteles

(Adjetivo.  Del latín a = negación y stella = estrella)

Dícese del cielo nocturno despejado en el que no hay luna ni estrellas. 

El término "ásteles" no hace referencia a la disminución de la cantidad de estrellas visibles por causa de la contaminación lumínica. En las grandes urbes, la iluminación artificial puede generar un cielo ásteles, pero esto es sólo una apariencia, porque las estrellas sí están aunque no pueden verse. La verdadera acepción del término esá pensada para otros contextos: en el universo las estrellas se apagan lentamente, y en unos treinta mil millones de años se espera que ninguna (o casi ninguna) esté brillando. En ese momento en el que la entropía se cobre las últimas víctimas, el cielo será realmente ásteles.
Si la Tierra existiera en ese hipotético futuro sin estrellas, podríamos presenciar un fenómeno desconcertante: a pesar de que el cielo será ásteles y ninguna estrella emitirá luz, desde la Tierra se podrá seguir viendo la luz de muchas estrellas muertas que recién estará llegando debido a la gran distancia.

jueves, 21 de julio de 2011

Devicto

(Adjetivo. Del latín des = negación, inversión de significado y victus = vencido [aunque, por similitud con la etimología de "víctima", posiblemente la raíz sea victima = animal destinado al sacrificio])

Dícese de la persona que, a pesar de haber sido perjudicada por un suceso negativo, no se comporta como víctima. 

Es muy común encontrar personas que se victimizan; es decir: se comportan como víctimas aun sin serlo o, habiendo sido perjudicadas en grado mínimo, asumen un comportamiento exageradamente chirrioso: "Me atacó un mosquito durante la noche; creo que me dejó tantas picaduras que me voy a morir; no sé si voy a poder ir a trabajar, ¡por qué me pasa todo a mí!".
De modo contrario, el devicto tiene al menos una importante razón para comportarse como víctima, pero no lo hace. Le han robado todos sus bienes, su familia ha sido asesinada; alguien le arroja ácido en la cara y le deja secuelas de por vida; su jefe lo maltrata y lo humilla sin razón, pero él posee una increíble capacidad para mantenerse ecuánime, magnánimo y de buen humor. Quienes rodean al devicto le ofrecen oportunidad de manifestar su dolor o su descontento con el mundo, pero nada de esto funciona: él en ningún momento asume que el perjuicio recibido sea digno de queja.

martes, 19 de julio de 2011

Prolegógrafo

(Adjetivo. Del griego prolegómena = preámbulo y graphé = dibujo, esquema)

Quien narra con detalles cuáles son las causas concurrentes y cuáles fueron los diversos orígenes de un hecho antes de decir lo verdaderamente importante. 

El prolegógrafo tiene que dar una mala noticia a su empleado: debe despedirlo. Pero en vez de decirlo de manera directa, apela a obtusos circunloquios con la intención de hacer más aceptable e inteligible la decisión final, para que dicha decisión se vea como la consecuencia lógicamente necesaria de todo un proceso complejo que los supera a ambos. "Pérez, en los años ochenta existió el esquema de contrato bajo presión tributaria restrictiva. ¿Sabe lo que es eso? Bueno, era un requisito que cumplimentábamos con las formas R - 32 y que nos trajo mil dolores de cabeza. En el ochenta y seis contratamos a Páez Garmendia y no pudimos establecer un canon retribuible que conservara la estabilidad tributaria. En ese entonces los chinos venían ganando mercado gracias a la utilización de una agresiva política de formas R - 33, aunque su tributación regresiva era no restrictiva. Eso provocó que el mercado emergente asiático, junto con el africano, se plegaran de manera masiva a la introspección garantista endoflacionaria mascúlica. La política neoconservadora de Henry Kissinger contribuyó, sin embargo, a que durante los noventa pudiéramos destrabar los R - 32. Pero no contábamos con los bancos y con Bill Clinton, quienes a través de una bicicleta financiera desbarrancaron nuestro esquema. Bueno, Pérez, por todo esto, usted sabe, no es lo que deseábamos, pero hoy el jefe venía preocupado por las formas R - 33 de los chinos de los años ochenta, por la bicicleta financiera de los bancos extranjeros, y pisó una cáscara de banana, se resbaló, se enojó y me dijo que debemos prescindir de sus servicios". Como puede entenderse, en esta larga narración hay un larguísimo prolegómeno sumamente general, complejo y pleno de datos, y un abrupto desenlace particular y simple: la intención del prolegógrafo es encadenar ese hecho particular (despedir a un empleado) con un universo mayor, inabordable e inapelable (un contexto comercial y económico mundial históricamente adverso). Desde luego, el prolegógrafo suele inventar o forzar esa relación entre el hecho particular y contexto.

lunes, 18 de julio de 2011

Afa

(Del latín a = negación y for = hablar)

Expresión para denotar que la explicación es muy larga, muy confusa o no vale la pena. 

"Afa" se utiliza como un modo abreviado de omitir una historia innecesariamente compleja y poco interesante. Si un amigo nos pregunta: "¿Por qué dejaste de andar en bicicleta?", podemos relatarle cada uno de los motivos ("hace frío y la ropa que tengo no me abriga lo suficiente cuando estoy en bicicleta; la cadena está levemente oxidada y el pedaleo ofrece mucha resistencia, lo que provoca que me canse más rápido; el exceso de pedaleo más el abrigo me hacen sudar y termino oliendo muy mal; los neumáticos nunca pueden inflarse lo suficiente, algunas de las posiciones de los cambios funcionan mal, me da mucha sed, estoy teniendo una mala relación con el deporte ciclista y con los ciclistas en general, temo que me roben la bicicleta, tengo miedo de que me atropelle un ómnibus...") o bien, por piedad, podemos omitir la cadena de aburridas razones y decir simplemente: "Afa".

miércoles, 13 de julio de 2011

Tumidexario

(Adjetivo. Del latín tumidus =  hinchado y exaratum = trazado, surcado. Sustantivo (femenino): tumidexia)

Dicho de un texto escrito: Que abusa de signos de puntuación.

Uso: "No pienso leer mensajes tumidexarios"; "La carta que te envié fue totalmente tumidexaria; te ruego que no la leas"

(Nota: es probable que este fenómeno ya tenga nombre; si esto es así y algún lector lo conoce, la palabra "Tumidexario" y su definición serán retiradas de este blog)


En español no existe una convención que permita escribir una indefinida cantidad de signos de apertura o cierre, tanto en lo que respecta al signo de interrogación como al de admiración o a las comillas. Los puntos suspensivos deben ser tres, no más. Cualquier caso en el que se utilice repetidamente un signo con la intención de crear un énfasis pragmático se puede calificar como tumidexario. Un texto escrito íntegramente en mayúsculas, o en negrita, también contiene este elemento de énfasis pragmático, y por lo tanto es tumidexario. La simple secuencia: "¡Hola!... ¿Cómo andan?...  Yo estoy 'bien'... ¿Y ustedes?" se convierte en tumidexaria si se la escribe del siguiente modo:


¡¡¡¡¡¡¡¡¡HOLA!!!!!!!!.........................................  ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿CÓMO ANDAN????????????????......... YO ESTOY """""BIENNNNN"""""..................¿¿¿¿¿¿¿¿Y USTEDES???????

Puede argumentarse que el ejemplo inicial ya es de por sí tumidexario, porque contiene signos de admiración, puntos suspensivos y comillas simples cuando en realidad no hacen falta. Quizás habría sido suficiente con: "Hola, ¿cómo andan? Yo estoy bien, ¿y ustedes?"

La tumidexia no debe confundirse con el solecismo. Mientras la tumidexia (tal como se ha afirmado más arriba) incurre en un abuso pragmático, el solecismo hace un abuso semántico. O, para decirlo con mayor propiedad, el solecismo ni siquiera es un abuso; es un error.

Se comete solecismo cuando se mutan algunos términos de su lugar sintáctico y la frase resulta ambigua. Por ejemplo: "Se venden pelotas para niños de goma": la expresión "de goma" no modifica a "niños", sino a "pelotas"; pero está ocupando un lugar gramatical inapropiado y por lo tanto resulta ambigua.

martes, 12 de julio de 2011

Ánhoro

(Sustantivo. Del griego ana = hacia atrás y horáo = observar, ver)

1. Objeto que permite visualizar hechos del pasado.


2. Lugar en el que pueden observarse hechos ocurridos en el pasado.

La expresión "máquina del tiempo" implica la posibilidad de situarse por completo en el curso de acontecimientos pretéritos. Pero hay quienes, basándose en hipótesis científicas, concluyen que es teóricamente imposible viajar al pasado, o que la propia noción de un viaje al pasado implica concepciones erróneas (por ejemplo, la suposición de que "el pasado" es una especie de "lugar temporal" al que se puede acceder mediante un "viaje" a ese "lugar")
Si estas hipótesis son ciertas, al menos queda la posibilidad de un sucedáneo: la observación de sucesos ya ocurridos, proyectados (en dos o en tres dimensiones) sobre algún artefacto, o en rincones especiales de la naturaleza. Los ánhoros nos permitirían visualizar hechos del pasado, sin que podamos intervenir en ellos ni modificar su curso.
Quizás algún día se invente un artefacto para lograr ese objetivo. Quizás hay lugares del universo que funcionen como ánhoros: el fondo verdinoso de una laguna, en el que se proyecta espontáneamente la imagen de la casa de mi bisabuela en el año 1965, o la parte de atrás de un patio frondoso, entre cuyos árboles es posible reencontrar a parientes muertos que todavía están en la sobremesa de un asado del año 1953.

lunes, 11 de julio de 2011

Valecuatro

(Sustantivo. De vale cuatro, apuesta del juego llamado "truco" cuya aceptación implica la suma de cuatro puntos para el ganador)

1. Inocultable expresión de euforia por la presunción de una victoria.

Así como la "cara de póker" consiste en la simulación de serenidad ante una situación de enorme ventaja competitiva, la "cara de valecuatro" nace de la incapacidad para disimular la alegría ante un contexto en el que se paladea la victoria. El jugador que posee un full de ases y reinas en el póker, o el as de espadas, el siete de espadas y el seis de espadas en el truco, puede adoptar dos actitudes: o la ecuanimidad de la cara de póker, o el desenfreno de la cara de valecuatro. Desde luego, la actitud de valecuatro es claramente contraproducente, y redunda en un beneficio mucho menor del que puede obtener el que pone cara de póker: los rivales advierten la expresión de valecuatro y por ello deciden bajarse de las apuestas. Sin embargo, un buen jugador puede simular una cara de valecuatro cuando en realidad sus cartas son pobres; de ese modo puede lograr que otros jugadores decidan irse al mazo con la creencia de que no podrán batirse ante el valecuatro.

2. Redoble exagerado e innecesario de una apuesta o de una propuesta. 

La expresión "quiero vale cuatro" en el juego de truco a veces se enuncia para redoblar una apuesta con la intención de amedrentar al rival. El principio que guía a esta intención es: el que redobla una apuesta confía en sus naipes. Existen contextos (fuera de ese juego) en los cuales el redoble de una apuesta puede ser inoperante, o incluso perjudicial. "Te apuesto cien pesos a que gana la selección argentina", propone A. B replica: "Yo te apuesto cien pesos y mi casa a que pierde": B ha cometido un valecuatro; ha hecho una oferta elevadísima que podría perjudicarlo mucho si pierde. En otros contextos no hay apuesta, pero sí propuesta: si nuestro jefe nos dice "Tenés que venir a las siete de la mañana y quedarte hasta las tres de la tarde", cometeremos un valecuatro si agregamos: "No tengo problema. Puedo venir a las cinco de la mañana, y quedarme hasta las diez de la noche". El jefe no nos exigía tanto, pero nosotros mismos le proponemos trabajar más horas, y con ello cometimos un valecuatro.

domingo, 10 de julio de 2011

Nota en La Nueva Provincia


Maximiliano Palou (a quien agradezco) me ha hecho una nota sobre Exonario para el diario local. La nota salió publicada en la edición de hoy. 

miércoles, 6 de julio de 2011

Sanabo

(Sustantivo. Del latín sano = curar. La palabra "sanabo" es la primera persona del singular del futuro imperfecto del indicativo, y en esa forma entró al español)

Placebo que en realidad contiene una parte activa de medicamento.

El placebo es un medicamento que no posee acción terapéutica. Una de las condiciones para que el placebo funcione es que el paciente crea que está tomando un medicamento real, y de ese modo un síntoma de origen psicosomático deja de manifestarse (he ahí el "efecto placebo") Si sospecha que los comprimidos contra la urticaria son placebo, de inmediato dejan de surtir efecto y en ese caso el médico deberá prescribirle o bien un medicamento real, o bien otro placebo, o bien un sanabo.

¿Qué es exactamente un sanabo? Es un medicamento real, pero el paciente debe tomarlo creyendo que se trata de un placebo. Para inducir tal creencia el médico deberá dar indicios ambiguos, de manera que el paciente tenga la sospecha de que no le va a hacer efecto. "Tome cuatro pastillas por día. No, mejor dieciséis", dirá el médico, como si la cantidad no fuera importante. "Mézclelo con alcohol. Con mucho alcohol", puede agregar. "Y tómelos cada ocho horas, o cada cuatro, o cada quince minutos, o una vez por semana". La monodroga y la marca comercial del sanabo deberán tener un nombre ridículo o sospechoso (por ejemplo "Nohagonadax", "Almidonix Azucaradux" o "Menthoplus"); si se trata de pastillas, tendrán un color casi fluorescente y un sabor dulzón; y sería conveniente que su costo fuese bajísimo (como si sólo se tratara de pastillas azucaradas) Para completar la farsa, puede ayudar que los farmacéuticos esbocen una sonrisa y murmuren por lo bajo cuando el paciente va a comprar el remedio.

Los sanabos tienen un problema: no se garantiza que el paciente lo tome regularmente, dado que desconfía del tratamiento. En ese caso, el sanabo provoca un efecto displacebo.

La palabra "placebo" significa "agradará" o "placerá" en latín. La palabra "sanabo" significa "curará".

martes, 5 de julio de 2011

Apicorde

(Adjetivo. Del latín apis = abeja y cor = corazón)

Persona que realiza preguntas arbitrarias para impresionar con sus conocimientos.

El apicorde finge que está haciendo una pregunta al azar, como por ejemplo: "¿Libia limita con Egipto?". Desde luego, no pregunta para saber la respuesta: lo hace sólo para constatar que los demás no saben algo que él sí sabe. Ante el silencio de quienes lo rodean, dice la respuesta correcta y hace otra pregunta, también aparentemente azarosa, para dar una segunda oportunidad: "¿En qué año nació Kennedy?". El apicorde sabe las respuestas, pero son las únicas respuestas que conoce sobre esa materia. Puede responder correctamente si Libia limita con Egipto, pero no sabría decir si Egipto limita con Sudán, con Etiopía o con Argentina. Sabe el año de nacimiento de un presidente estadounidense, pero es el único que sabe. No posee conocimientos sistemáticos acerca de ninguno de los tópicos sobre los que pregunta. Sin embargo, el apicorde es hábil para engañar a especialistas. A un profesor de geografía le puede costar calcular qué país es limítrofe de Egipto, y un doctor en historia de los presidentes estadounidenses podría no recordar la fecha de nacimiento de Kennedy. Por eso, dos eruditos que escuchan la respuesta del apicorde (respuesta que, dicho sea de paso, él mismo ha formulado) se asombran de que una persona no especializada pueda conocer esos datos tan precisos y ponga en aprietos incluso a un estudioso del tema.

Existe una fórmula maliciosa, aplicada por periodistas y noteros, que consiste en hacer dos preguntas a los transeúntes. Una de esas preguntas es acerca de un tema cotidiano y de visibilidad mediática. La otra es sobre la obra de algún artista o el nombre de un científico. Por ejemplo: "¿Quién es el conductor de Bailando por un Sueño?" (pregunta mediática), seguida de "¿Quién fue el premio Nobel de medicina en el año 1947?" (Pregunta acerca de un científico). La aplicación de este método tiene un resultado claramente esperable: los transeúntes tienden a conocer mucho mejor algo actual y relacionado con los medios masivos, en desmedro de hechos científicos destacables. Por lo general, a partir de este contraste, se suele concluir raudamente que las personas no tienen cultura, que la educación es un desastre, que la juventud está perdida y que el culto al baile, a las drogas, al anticristo y al comunismo han destruido la mente de la población. Sin embargo, quienes elaboran esos cuestionarios (y los noteros que lo aplican) son apicordes; ellos desconocen por completo quiénes han sido los premios Nobel en ninguna época ni contexto, excepto el que aparece como respuesta esperable a la pregunta que formulan.

La etimología del término "apicorde" refiere a la capacidad de la abeja para revolotear con zumbido, y picar de vez en cuando. Ese comportamiento molesto es, por analogía, el que realiza el apicorde.

lunes, 4 de julio de 2011

Participación en TedX Rosario


El día 16 de septiembre de este año estaré en Rosario hablando sobre el contenido de este blog en el encuentro interactivo TedX (Tecnología, Entretenimiento y Diseño), entre una lista de quince oradores. 
Aquí está el link a una breve presentación de mi persona que colocaron en la página oficial de TedX Rosario. 
Quienes anden por ahí y quieran asistir pueden preinscribirse (hay cupos limitados) haciendo click aquí.

jueves, 30 de junio de 2011

Partispectante

(Adjetivo. Del latín partis = parte y aspecto = mirar, prestar atención)

Quien relata lo que estaba haciendo en el instante en que se enteró de una desgracia ajena.

Cuando ocurre un tsunami en Japón o caen torres en Estados Unidos por atentados terroristas, los partispectantes tienen una enorme necesidad de participar de algún modo en esos eventos. Saben que no estuvieron allí, que no son héroes y que las consecuencias de la desgracia no los pueden afectar. Pero, de todos modos, intentan establecer algún tipo de relación con el suceso, y para ello deben darle relevancia a las casuales y arbitrarias circunstancias en las que se enteraron de la noticia. "Yo esa mañana me había despertado temprano; me bañé, me preparé el desayuno, comí dos tostadas. Cuando estaba por ponerle mermelada a la tercera, y mientras sostenía el cuchillo para introducirlo en el frasco, veo por la televisión que un avión había impactado en una de las torres gemelas". En el relato anterior, los hechos relacionados con la actividad del casual espectador (levantarse temprano, bañarse, comer tostadas) son irrelevantes; no tienen conexión con el acontecimiento que se pretende destacar (el avión impactando sobre una torre) y sólo sirven de excusa para darse un obtuso lugarcito en una historia ajena.

A veces los periodistas, frente a los curiosos que hacen ronda alrededor de un siniestro, dan protagonismo a los partispectantes, preguntándoles por un hecho del cual no fueron testigos directos ni partícipes. Esos partispectantes son, por lo general, vecinos de alguien que sufrió la desgracia. "¿Usted cómo se enteró del incendio en la panadería?", pregunta un notero al espectador de un incendio que salió a curiosear. "Yo me estaba haciendo unos bifecitos de nalga; los estaba poniendo en la plancha, uno al lado del otro, con un poco de sal porque a mí me gustan salados, les agrego manteca para que no se peguen. Después me senté en el sofá a ver Gran Hermano, cuando de pronto empiezo a sentir olor a pan tostado. Entonces me dije: 'Uy, dios, se me están quemando los bifes'. Salí corriendo para la cocina y vi que no era eso, que los bifes todavía estaban medio crudos. Por eso, me fui a la vereda para saber cuál era la causa del olor a pan quemado y vi que la panadería se estaba incendiando. Fui a la cocina, apagué la hornalla de los bifes y me vine para acá" . Un notero se asegura al menos dos o tres minutos de (irrelevante) cobertura de un hecho gracias a los partispectantes.

El término "partispectante" está formado en analogía con "participante". Mientras el participante (del latín "partis, capio"), según su etimología, "toma parte" en un suceso, el partispectante sólo lo observa, pero eso no le impide hablar como si tomara parte.

miércoles, 29 de junio de 2011

Dapenso

(Adjetivo. Del latín do = dar [en tercera persona del singular del presente indicativo: "dat"], y pensum = tarea) 

Técnico o especialista en algún oficio que, en lugar de hacer su trabajo, da indicaciones a su cliente para que lo haga él.

Cuando un gasista llega a casa para arreglar el calefactor (el cual se apaga sin razón aparente), esperamos que él se haga cargo de ejecutar el trabajo. Puede que, al principio, haga algunas comprobaciones y constate el estado del artefacto. Puede que lo limpie, lo sacuda, le cambie la termocupla. Pero si el desperfecto continúa y él no sabe muy bien cómo solucionarlo, es posible que comience a hacernos recomendaciones ligeramente riesgosas, de difícil ejecución y de incierto pronóstico: "Manténgalo sin la tapa", "Desmonte la perilla y desarme el dispositivo chispero", "Rompa la pared, cambie la salida de ventilación, haga un codo a cuarenta y cinco grados, encastre las partes y luego arregle la pared"; "Haga un agujero en el techo para sacar el sombrerito de la chimenea; luego consiga membrana asfáltica y brea; cubra los costados del agujero con brea derretida, consígase un mechero para calentar la brea y reponga el cielo raso roto con una capa de yeso poco diluida". Como podrá apreciarse, el gasista no piensa llevar a cabo estas trabajosas labores -las cuales tampoco garantizan que el calefactor funcione- sino que se limita a sugerirlas para que se haga cargo su cliente. Desde luego, el dapenso sabe que no llevaremos a cabo todas las complicadas acciones que nos sugiere, y con eso tiene su victoria ganada: después de todo, si el calefactor no funciona ya no es culpa de él, sino de nuestra pereza e incapacidad para seguir consejos de gente que sabe.

martes, 28 de junio de 2011

Metastroma

(Del griego metá = más allá y stróma = tapiz. "Estroma" es un término de biología y nombra al entramado celular de un órgano. Sinónimos: endometastroma, kinestroma, endokinestroma)

Traslación de un órgano (o de un grupo de órganos) de una parte del cuerpo hacia otra.

Si existiera una persona cuyas vísceras cambiaran de lugar; si su corazón se mudara de izquierda a derecha, o del pecho hacia el abdomen; si su estómago se moviera hacia el cráneo y el cerebro hacia los intestinos, o incluso si las órbitas de sus ojos, nariz y boca se movieran de sus espacios relativos y aparecieran en otras partes del cuerpo, estaríamos ante casos cabales de metastromas.

jueves, 23 de junio de 2011

Calisemia

(Sustantivo. Del griego kalós = bello y sema = signo. Adjetivo: calisémico)

Capacidad de utilizar los términos más adecuados posibles.

(Un compendio del diccionario nacional de la lengua española da una definición de este término: "Calisemia: f. Planta papilionácea". Aquí le daremos un significado diferente, atendiendo a la descomposición etimológica arriba consignada. Un reparo más: existe, en lingüística, el término "ortosemia", cuyo significado no he podido encontrar y, sospecho, de acuerdo a sus componentes etimológicos, puede significar aproximadamente lo mismo que "calisemia". Si esto fuera así, la palabra aquí definida quedaría invalidada y en rigor no debería formar parte de Exonario. A su vez, la palabra "Eusemia", la cual, por su etimología, sería semejante a esta, posee una definición diferente según el diccionario médico Medicopedia: Eusemia: Conjunto de signos favorables de una enfermedad)

Existen personas que, aun sin exagerar con la precisión lingüística y la megalosemia, pueden referirse a una situación con los términos adecuados, evitando recurrir a perífrasis grandilocuentes, generalizaciones poco informativas o palabras incorrectas. Si dos personas escuchan un estampido, una de ellas podrá decir: "Hubo un ruido fuerte", y otra "Pude escuchar un sonido estruendoso". La diferencia entre ambos enunciados no es sólo estilística: "Hubo un ruido" tiene un compromiso ontológico mayor que "Pude escuchar un sonido". Además, que el ruido haya sido "fuerte" es mucho más vago (y en rigor incorrecto) que un sonido "estruendoso". "Fuerte" es una cualidad indefinida, pero "Estruendoso" grafica con mayor precisión una propiedad sonora. Diremos que la segunda expresión  ("Pude escuchar un sonido estruendoso") es más calisémica que la primera. "Vení a mi lado" es más calisémica que "Vení para acá". "Me duele el amigazo" es mucho menos calisémica que "Tengo un dolor punzante - quemante en el extremo superior del prepucio". "Trasladé el dinero de un banco a otro" suele ser menos calisémica que "Transferí el dinero de un banco a otro". "Pudo haber tenido" es, en algunos contextos, más calisémica que "pudo tener"

Una regla pragmática de la comunicación debiera ser: "sea lo más calisémico posible, pero sin caer en la megalosemia". Esta regla le daría especificidad a un principio pragmático propuesto por el filósofo Grice: la máxima de cantidad, cuyo enunciado es: "Haga que su contribución sea todo lo informativa que el intercambio requiera, y no haga que su contribución sea más informativa de lo que el intercambio requiera"

La definición de esta palabra, ¿es calisémica? 

miércoles, 22 de junio de 2011

Necrolecto

(Sustantivo. Del griego nekrós = cadáver y léxis = lenguaje)

1. Tono monocorde y gutural en el que hablan los muertos.

Existe, en la ficción, una creencia según la cual los zombis hablan con voz grave, sentenciosa y amenazante. Las películas de terror nos han enseñado que el muerto es capaz de articular sus palabras en el mismo idioma que cuando estaba vivo, aunque sus emisiones son más rudas, su lenguaje es escaso y su tono ronco suena entre lúbrico y malintencionado.

2. Lenguaje de los muertos. 

¿Por qué creer que un zombi, si hablara, lo haría en un dialecto que corresponde a los vivos? Según esta acepción, los muertos hablan en un idioma propio que resulta incomprensible para quienes estamos vivos. Quizás ese lenguaje no sea sonoro; tal vez el olor nauseabundo de la descomposición sea un medio de comunicarse. Quizás el silencio eterno, la mueca quieta, la rigidez, sean las mejores expresiones lingüísticas de los muertos.

lunes, 20 de junio de 2011

Aguglónimo

(Adjetivo y sustantivo. De a = partícula negativa; Google = motor de búsqueda y del griego ónoma = nombre)

Palabra que no arroja resultados en los motores de búsqueda de internet. 

Para que un término sea un aguglónimo es necesario que no sea una secuencia arbitraria de signos, sino una expresión que parezca ser una palabra de cierto idioma. Por ejemplo, si tipiamos "ñsdlkajfñaseoadkñlsj" es casi seguro que no obtendremos resultados: eso no es un aguglónimo; para que lo sea debe tratarse de una secuencia de signos bien formada. Por ejemplo, "ranotalgema" o "craponópilo" bien podrían ser palabras del español, pero no lo son y de hecho no existen en Google, y por lo tanto se las puede denominar aguglónimas. 
Es notable, sin embargo, que basta con publicar un aguglónimo en un blog (como este) para que deje de ser aguglónimo. Por caso, los dos ejemplos de más arriba ya dejaron de serlo.
La gran mayoría de las palabras de Exonario eran aguglónimos antes de ser publicadas.

Puede llamarse así, también, a una secuencia de palabras cuya combinación no se encuentra en Google, aun cuando las palabras individualmente sí existan.

viernes, 17 de junio de 2011

Fultícodo

(Sustantivo. Del griego phaulós = defectuoso; tyché = suerte, destino y hodos = camino)

Capacidad de obtener un buen resultado después de haber aplicado mal un procedimiento.

Si una persona lava sus fuentes de teflón con abrasivos y viruta de acero, y a pesar de ello la fuente queda impecable y sin rayaduras; si cuando estudia para el examen final se queda dormido al leer la primera página de sus apuntes de clase y, a pesar de ello, aprueba; si lleva una vida pecaminosa sin arrepentimiento ni conciencia, y a pesar de ello su alma se despierta en un inesperado cielo, se dice que ha cometido  fultícodos. Cada vez que, por torpeza, necedad, nerviosismo, apuro, negligencia o simple maldad no damos los pasos necesarios pero, a pesar de eso, se logra el resultado deseado, se comete un fultícodo.

A veces, los hechos salen imprevistamente bien a pesar de no haber puesto manos a la obra en su ejecución o, incluso, habiendo atentado contra el resultado. A veces el resultado parece inducido, precisamente, por nuestra acción negativa. Después de dos días feriados, desearíamos no tener que ir a trabajar al tercer día. Entonces decidimos faltar; ya tendremos todo el día para elaborar un pretexto. Cuando llamamos, bien tarde, para excusarnos aduciendo una rara enfermedad, el operador nos alerta: "Pero hoy no había que venir a trabajar... Es la pascua hindú; ¿No sabías que el jefe es hindú?": He ahí un fultícodo.

miércoles, 15 de junio de 2011

Ambiquestia

(Sustantivo. Del latín ambi = en dos sentidos y conquestio = reproche. Adjetivo: ambiquesto)

Capacidad de quejarse por una cosa y por la cosa contraria. 

Algunas acciones humanas tienen como consecuencia la ambiquestia: no importa con cuánta buena voluntad se hagan, ni en qué sentido, ni con qué alcance: siempre serán motivo de quejas furibundas e infundamentadas. Si un presidente celebra la construcción de ochocientas mil viviendas en su gestión, los ambiquestos le reprocharán que podría haber construido más, que son demasiadas, que están mal distribuidas, que están demasiado distribuidas, que están distribuidas a propósito, en lugares donde hay intendentes del mismo partido político, que están en sobreprecio, que están por debajo del precio, que tienen demasiadas comodidades para un barrio que no tiene luz ni asfalto; que carecen de comodidades pues el barrio no tiene luz ni asfalto, que vienen pidiendo que se construya hace veinte años, que este proyecto es nuevo y salió de la galera cuando nadie lo había pedido, que quedan lejos, que quedan demasiado cerca de los barrios de gente adinerada, que los futuros habitantes son indigentes cuya primera medida será levantar el parquet para hacer asado, que los futuros habitantes serán parientes de los funcionarios, que ese proyecto ya lo había presentado otro partido, que ese proyecto lo llevó adelante el partido del presidente sin el consentimiento de la oposición, que el proyecto es propio de una política de derecha, que es demasiado de izquierda. Por eso, muchas personas (y, en particular, políticos) prefieren hacer aquello que redundará en la menor cantidad de quejosos, descontentos y ambiquestos: nada.